Capitulo 2: La Reunión.

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La oficina de Albus Dumbledore nunca estuvo tan caótica como en aquel momento, dada la reciente noticia de que Harry Potter estaba vivo era de esperarse el caos que reinaba en su oficina.

El ministro de magia, Cornelius Fudge junto con Amelia Bones la jefa del DMLE estaban presentes en la oficina exigiendo respuestas.

Los maestros y demás directores también iban por el mismo camino solo que con cuestiones distintas. Nadie entendía realmente que estaba pasando.

– ¡Silencio! – Dijo Dumbledore con voz firme y alta, toda conversación murió en aquel momento y las miradas de todos se posaron en el hombre quien rápidamente se levantó de su lugar y comenzó a caminar hacia una estantería.

Todos estaban atentos a las acciones del anciano quien abrió un gabinete de la estantería y saco lo que parecía ser un pergamino grande.

Con un movimiento de varita todo lo que había en su escritorio desapareció y pronto el pergamino fue puesto en el escritorio y el anciano lo abrió dejando ver que era un mapa completo del mundo.

El anciano camino hacia otra estantería y rápidamente busco un vial de cristal negro y camino de vuelta a su escritorio.

– ¿Que haces Dumbledore? – Cuestiono el ministro sin entender muy bien lo que el hombre hacia.

El anciano no respondió de inmediato pero vacío el contenido del vial en el mapa. Sangre, eso fue lo que había en el vial.

– Creo ministro, Amelia que las circunstancias ameritan lo que estoy a punto de hacer – Comento el anciano con su voz de abuelo mirando de reojo sobre sus lentes de media luna a los nombrados.

– Adelante – Dijo la mujer al comprender lo que el anciano trataba de hacer. Cómo jefa del DMLE su deber era conocer todo tipo de magia que pueda ser perjudicial o ilegal y aquella magia que el anciano estaba a punto de realizar no era completamente legal pero tampoco ameritaba un castigo.

Nadie dijo nada al respecto y pronto el anciano comenzó a recitar unas palabras en latín. Pronto las velas de la oficina comenzaron a fallar, su fuego se volvía volátil con la intención de apagarse.

La sangre pronto comenzó a moverse en el mapa, la sangre trazo un recorrido hacia Estados Unidos llegando muy cerca de Luciana, la sangre se aproximaba hacia un pequeño nombre ante la atenta mirada de todos pero pronto el pergamino se incendió en llamas consumiéndose en segundos.

– ¿Que fue eso? – Cuestino el ministro con sorpresa sin entender muy bien lo que había ocurrido.

– Eso ministro, fue un hechizo de rastreo realizado con magia de brujas ancestrales – Comento Alastor Moody con voz tajante.

– Al parecer Harry Potter está en algún lugar de Luciana en Estados Unidos y es de suma importancia encontrar al chico – Dijo Dumbledore, su voz era tranquila mientras su mirada estaba perdida y su mano acariciaba su larga barba.

– ¿Cómo es posible que esté vivo? – Cuestino nuevamente el ministro, tal parece que su única razón para estar ahí era cuestionar todo.

– No lo sé Cornelius, no lo sé – Respondio Dumbledore para luego girarse y ver a su leal fénix. – Nuestra mayor prioridad es encontrarlo, ya habrá tiempo para responder todas nuestras preguntas. – Agrego el anciano.

– Organizaré una junta con el encargado del Macusa para que nos permita ingresar al país en busca del chico – Dijo Amelia con voz firme.

El anciano asintió en dirección a la mujer para luego ver al ministro.

– Cornelius, será mejor que informes de lo sucedido en una nota de prensa. Es de importancia que el mundo sepa que Harry Potter está vivo. – Pidio el anciano, el ministro asintió de acuerdo.

Tal vez aquello sería beneficioso para el hombre, dar a conocer que el niño que vivió se encontraba vivo sería muy bueno para el.

Minerva Mcgonagall estaba sentada lejos de todos con la mirada en el suelo. Harry, el hijo de sus alumnos favoritos estaba vivo, vivo. Jamás se perdono haberlo dejado en aquel lugar hace ya tantos años, saber lo que el niño vivió con esos muggles horribles fue un muy duro golpe para la mujer y saber que estaba vivo le daba un poco de consuelo.

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Agenos a la reunión que acontecía en aquel momento a miles de kilómetros, Henrik Mikaelson se encuentraba el la cripta de la mancion Mikaelson con su invitada especial.

Una sonrisa ladeada presente en su rostro a causa de la imagen que tenía frente a el. Monique, la bruja que se atrevió a herir a su madre se encontraba frente a el gritando en agonía mientras el azabache frotaba la punta de su pulgar e índice.

Un hechizo sacado del Grimorio de Esther Mikaelson era todo lo que necesitaba en aquel momento, Cruciatus era el nombre del hechizo que generaba un dolor infernal en su victima.

Uno de los hechizos favoritos del azabache quien se regocijaba al usarlo en sus enemigos.

5 minutos enteros duro el azabache infligiendo dolor en su victima quien no tenía más voz par gritar, sus cuerdas vocales ya estaban completamente desgarradas e inservibles.

– Patetico – Dijo el azabache mirando a la chica con aburrimiento. – Damon Salvatore duro 10 minutos más que tú antes de caer inconscientemente después de conspirar contra mi tía pero tu, tu no durante ni 5 minutos – Dijo el chico con aburrimiento para luego morder su muñeca y darle a la chica de su sangre para cuarla.

– Vamos de nuevo, quiero ver cuánto resiste esta vez – Comento el inmortal con indiferencia y nuevamente aplicó el hechizo en la chica.

Sus gritos nuevamente resonaron por toda la cripta. Gozando ante la desesperación y sufrimiento de la chica el tiempo paso lentamente.

– Excelente Monique, querida – Dijo el chico con entusiasmo – 7 minutos – alabo el azabache curando nuevamente a la chica – vemos cuánto nos toma llegar a la media hora – Una sonrisa sádica se escapó de los labios del azabache.

– Matame, Matame porfavor – Suplico la niña mientras su cuerpo se estremecia por las secuelas de la maldición. Su daño nerviologico se demoraba mas en sanar que su daño físico.

– ¿Y que vuelvas como vampiro? – Cuestino el azabache divertido – No, eso no está en mis planes. Te torturare por mucho, mucho tiempo y solo cuando la esperanza abandone tus ojos te dejare días aquí para que mi sangre salga de tu sistema y después veré que hacer contigo. – Comento el chico con diversión.

Solo ahí fue cuando la chica entendió por qué su tía le advirtió no meterse con aquel azabache. Desde su llegada fue apodado el terror de New Orleans, un ser tan sádico y perverso que hasta sus ancestros temían de su existencia.

La chica pensó que era buena idea matar a Hayley Marshall frente a sus ojos y regocijarse a te aquello. Vengarse de todas los brujos y brujas que el chico había asesinado en su llegada a New Orleans.

– Henrik – Fue la voz de un hombre que llamo la atención de ambos jóvenes.

– ¿Sucede algo padre? – Cuestino el menor sin girar a ver al original mientras tenía su vista puesta en la chica.

– El cristal de protección se a fracturado, ya casi es tiempo – Anuncio el mayor, la sonrisa que apareció en el rostro del chico aterro de sobre manera a la chica quien lloraba en silencio.

– Tal parece que estás de suerte amor. minuo corpus, replere sanguinem – Pronuncio el menor, la tortura que sintió la chica fue atroz, sintió su sangre hervir como lava y luego volver a la normalidad en segundos.

– Estare en un momento con ustedes – Dijo el azabache, el mayor asintió para luego abandonar la cripta. – Cumplire tu deseo bajois métodos. – comento el chico.

La chica murió media hora después, destripada miembro por miembro, su sangre sirvió para alimentar a su torturador.

Un tiempo después, Henrik aseado y con un traje nuevo camino hacia la habitación donde podía escuchar a su padre.

Al llegar se encontró con la escena de su madre bebiendo la sangre de su prima mientras lloraba.

– ¿Cual es el plan? – pregunto el azabache mirando a ambos adultos.

Hayley al verlo limpio sus lágrimas y sonrió con cariño acercándose a el y envolverlo en un abrazo quien no se tardó en ser correspondido.

– Klaus se llevará a Hope con Rebeca y para el resto del barrio francés, Hope murió esta noche. – Anuncio su padre con el mayor tacto posible, su madre en sus brazos soltó un sollozo.

– Todo estará bien madre, Hope estará a salvo, tu estarás a salvo y pronto nuestros enemigos van a caer. – Dijo el menor acariciando la espalda de su madre.

– Lo se, se que mi bebé estará a salvo pero es doloroso dejarla ir, dejarte ir – dijo Hayley entre sollozos.

Henrik sabía a qué se refería, estaba al tanto de todo y sus planes estaban llendo a la perfección, sabía que pronto partiría de vuelta a su antiguo mundo.

– Sabes que tengo que hacerlo – Dijo el azabache separándose lentamente de la mujer – Estare devuelta en poco tiempo y podremos ser una familia como siempre nuevamente, con Hope tu, papá y yo – dijo el azabache.

La mujer asintió de acuerdo mientras se abrazaba a si misma y limpiaba sus lágrimas de nuevo. Pronto llegó Klaus a la habitación.

– Es hora – Dijo el rubio y camino hacia la bebé, la tomo en brazos. – ¿Vienes Henrik? – pregunto el rubio en dirección al menor quien asintió.

– Nos vemos pronto Padre, madre – Dijo el original para luego girar en sus talones y tomar pequeña maleta donde estaban las cosas de la bebé.

Así fue como tío y sobrino partieron de New Orleans en dirección al encuentro que tendrían con Rebeca, la tía del menor.

Varias horas de viaje les tomo para llegar a un desosaldo valle en medio de la noche, frente a ellos estaba ya su tía estacionada con las luces del auto encendidas.

Henrik descendido del vehículo con Hope en brazos, Klaus bajo momentos después y pidió a la niña, el azabache no dudó en entregársela con cuidado.

El par camino hacia la rubia quien sonreía con cariño a ambos Mikaelson.

– Nicklaus, Henrik – Saludo la rubia con cariño en su voz y lágrimas amenazando con salir de sus ojos.

– Tia Bex, me da gusto verte de nuevo – Dijo el menor con una sonrisa, su tía sonrió con alegría en respuesta a sus palabras.

– No confiaría en nadie más que tú para cuidar de mi hija – Hablo Klaus con voz firme mirando a su hermana.

– Klaus Yo... – comenzó la original pero el rubio negó mirando a su hermana.

– Ahorratelo hermana, lo sé y te perdono – Dijo el original con una pequeña sonrisa, las lágrimas que antes amenazaban con salir de la rubia ahora eran derramadas.

La mujer camino hacia el par de varones con su mirada en la bebé.

– Es tan hermosa – Dijo mirando a la niña quien estaba completamente dormida en brazos de su padre – ¿Cómo se llama? – pregunto.

– Hope, Hope Mikaelson – Respondio el híbrido con una sonrisa de orgullo, suavemente le entrego la bebé a su hermana quién la acunó contra su pecho con felicidad.

– Es hora de irnos o sospecharan – Dijo el menor de los Mikaelson en dirección a sus tíos.

– El mocoso tiene razón, es tiempo de partir – Dijo el original mirando a su bebé – Cuieala – Suplico este sin ver a su hermana.

– Con mi vida Nick – Aseguró la mujer con lágrimas en los ojos.

– Si, si, hora de los abrazos emotivos y las lágrimas derramadas. Hora de irnos – Dijo el azabache mirando la hora en su reloj. El tiempo era contado y debían llegar con rapidez a New Orleans.

– Hasta pronto – se despidieron ambos hermanos y así los dos varones partieron de regreso a New Orleans.

Cada uno tenía un papel importante que jugar apartir de ahora, cada uno tenía una misión, un plan y una venganza que gestionar.

El tiempo sería testigo del error cometido por muchos y el karma le daría una visita poco agradable. Quienes se atreven a dañar a un Mikaelson sufrirán con todo el dolor del mundo por sus acciones.

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Albus Dumbledore y Minerva Mcgonagall en compañía de Amelia Bones se preparaban para partir por traslador internacional hacia Estados Unidos, su misión era encontrar a Harry Potter y llevarlo de vuelta a Inglaterra.

Tenían el tiempo en contra puesto que no sabían que les aguardaria, 7 años estuvo desaparecido el niño y ahora su regreso se ve orquestado por una sentencia de muerte, el torneo de los tres magos.

Al salir su nombre en el cáliz se ve obligado a participar en el torneo o su magia se perdería y al igual que su vida.

Albus no sabía que le esperaría del niño, sin educación mágica sería un blanco fácil para la muerte tendría el tiempo contado para que el chico este en condiciones de por lo menos sobrevivir al torneo.

– Es hora – Anuncio Amelia viendo la bota frente a ella en la sala de trasladores del ministerios.

Los otros dos adultos asintieron rápidamente y cada uno tocó un pedazo de la bota y pronto sintieron el tirón bastante familiar de la desaparición.

Momentos después reaparecieron en un lugar completamente distinto al que estaban antes.

– Madame Bones, soy Erik Dong, el auror encargado del caso – Se presentó un joven de aparentes 24 años, era alto y fornido de cabello negro y ojos marrones.

– Un placer señor Dong, estos son Albus Dumbledore y Minerva Mcgonagall, nos acompañarán en esta misión. – Dijo la mujer presentando a los dos ancianos, el joven asintió enérgicamente ante la noticia.

No siempre conocías a uno de los magos más poderosos de todos los tiempo.

– Nuestros informes nos dicen que Harry Potter está en algún lugar de Luciana pero no sabemos en qué lugar exactamente – Albus Dumbledore con su tono de voz de abuelo.

– Luciana es un lugar grande pero a su vez fácil de encontrar a alguien – Dijo el auror con una sonrisa ladeada.

– ¿Y como es eso? – cuestiono la maestra de transformaciones con el ceño fruncido.

– Hay que empezar por buscar en el lugar con mayor nivel de magia de toda Luciana, New Orleans. – comento el mago lo cual fue de agrado para los demás.

Así los cuatro partieron nuevamente esta vez a su nuevo destino guiados por el auror.

Mientras se preparaban para partir nuevamente, el pelinegro saco un teléfono de su bolsillo sin que los otros tres acompañantes lo vieran.

–(Todo acordé al plan, el gusano está en el ansuelo)– escribió el auror y envío el mensaje.

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De vuelta a New Orleans, Henrik quien estaba en el estudio de su padre leyendo la divina comedia por cuarta vez levantó su teléfono después de que esté vibrará, sonrió de lado al leer el mensaje entrante. Sus planes estaban comenzando y en poco tiempo el primer paso estaría dado.

Podía escuchar como en la otra habitación su tío tenía una conversación con Camille, al parecer el plan de su familia estaba iniciando y pronto sus enemigos no sabrán que los golpeó lástima que no estaría presente para ver cómo caen uno a uno.

Un par de golpes en la puerta vasto para captar la atención del menor quien giro su rostro para ver a su padre quien entraba a la oficina con la elegancia que lo cacterizaba, el original camino hasta la estantería repleta de libros y tomo uno al azar antes de caminar hacia el sillón frente al que estaba el menor.

El original desabrochó el botón de su traje con su mano libre y procedió a sentarse y comenzar a leer.

– Asumo que tú plan ya dio comienzo – Comento el mayor sin mirar a su hijo mientras leía atentamente.

– Mi pequeño experimento a hecho su parte, si. – Respondio el menor imitando la acción de su padre siguiendo su lectura. – Será cuestión de un día o dos antes de que nuestros invitados lleguen. – Agrego con indiferencia.

– Creo que no es necesario recordarte que es de estrena importancia que tengas cuidado. – Dijo el mayor mientras pasaba página a su libro. – Como Nicklaus, tienes la tendencia a mostrar tu fuerza y aplastar a los que te desafían lo cual en nuestra familia es algo común pero dado que estarás fuera de nuestra cercanía será mejor que te contentas, un poco. – Informo el mayor despegando su vista del libro y centrándose en el menor.

– Entiendo padre, tengo un plan para todo y uno de respaldo por si algo sale mal y por supuesto un respaldo para el plan b – Comento el menor sin importancia para luego levantar su vista hacia el mayor. – ¿Madre y tu ya han dado su pésame en el altar? – cuestiono el menor sabiendo la parte del plan que sus figuras paternas tenían que hacer.

– Efectivamente, Hayley a mostrado su dolor con tanta credibilidad que apostaría a que ganaría uno de esos premios de actuación que tienen los humanos si fuera actriz – Comento el mayor con cierto toque de diversión en su voz.

– Excelente – alabó el menor regresando su vista a la lectura al igual que su padre. – ¿Y Marcel a hecho su parte? – Pregunto este.

– Aún no, es importante que Francesca y su manada esté presente para que el plan funcione. – respondió el mayor, el menos simplemente asintió de acuerdo.

– Creo que iré a por un aperitivo, tengo un poco de sed – Comento el menor con tranquilidad levantándose de su lugar soltó el libro el cual quedó suspendido en el aire y con un chaquido el libro voló hacia su lugar en la estantería. – Nos vemos padre. – se despidió el menor para después salir del estudio con su velocidad de vampiro.

El mayor simplemente se quedó en su lugar leyendo su libro con indiferencia y tranquilidad.

Unas cuantas calles de distancia el menor de los Mikaelson se encontraba caminando con elegancia y tranquilidad buscando alguna presa de la cual alimentarse.

No le costó mucho tiempo encontrar una chica de unos 20 años quisas caminando caminando por el barrio francés. El menor sonrió de lado para luego ir con su velocidad poniéndose frente a ella.

La chica no tuvo tiempo de reaccionar antes de que el vampiro la mirara a los ojos.

– Guardaras silencio y no emitirlas ningún sonido de tus labios, me seguirás y cuando termine contigo no recordaras nada de los últimos dos minutos hasta cuando termine. – Dijo el menor, sus pupilas se dilataron al igual que la chica quien quedó en un trance.

El menor camino hacia un callejón solitario y oscuro seguido por la chica, cuando el menor estuvo seguro de que nadie interferiria en su cometido, el azabache atrajo a la chica hacia el y sin demora clavo sus colmillos en su cuello y procedió a saciar su sed con su sangre.

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Un día y medio había pasado desde que las brujas y el mago ingleses había llegado a Estados Unidos. Para molestia y desesperación de los inglesa, su partida a New Orleans se vio obstaculizada por la reciente información de sobre la guerra entre facciones sobrenaturales que hay en el lugar.

Para temor de los brujos se enteraron que la ciudad está repleta de vampiros y licántropos, su temor no era más que otro al saber que los vampiros de la zona no eran otros que los originales quienes estaban en guerra contra los licántropos luego de la muerte de la bebé del híbrido original, el más temido de todos.

– Señoras, señor. – Hablo Erik Dong, el auror que los estaba ayudando en la búsqueda del joven Harry.

– ¿Sucede algo auror Dong? – Pregunto Amelia mirando al joven auror con el seño fruncido.

– Nuestros informes dicen que ya es seguro arribar a New Orleans, partiremos en 2 horas. – Anuncio el chico para agrado de los tres ingleses. – Se les recomienda usar la vestimenta adecuada. No es seguro que vayan usando sus túnicas comunes, eso haría llamar mucho la atención y no queremos eso. – agrego el chico antes de volver por dónde había venido.

– Lo haremos, gracias – Dijo Minerva. Aunque la mujer aparentar estar tranquila lo cierto es que era un mar de nervios, en poco tiempo podría dar con el paradero del hijo de sus alumnos favoritos.

– Ya lo oyeron, alistense para partir. – dijo Dumbledore con su tono de voz de abuelo.

El viejo director estaba realmente preocupado por el muchacho. Si estaba viviendo en una ciudad tan caótica como New Orleans en estos momento temia por su seguridad.

El tiempo paso rápido, cada uno de los ingleses tenía cosas en mente que los ayudaban a sobre llevar el tiempo. Dos horas después como había dicho el auror, este volvió listo para partir con los otros tres.

Las dos brujas en compañía de los dos magos caminaron hacia una sala donde había un traslador que los llevaría a una cede del Macusa cerca de New Orleans donde tomarían un auto para llegar a la ciudad.

En la sala de los trasladores ya estaba preparada una charola de plata la cual usarían para llegar a su destino. Casi a la hora dada para que el traslador se activará los cuatro hechiceros tomaron la charola y al reloj marcar la hora exacta este se activo y así desaparecieron de la habitación y momentos después reaparecieron en la cede del Macusa.

Después de orientarse nuevamente el grupo de cuatro salió de la cede donde ya los esperaba una Dodge Durango negra con vidrios polarizados.

Los 3 magos ingleses se sorprendieron un poco al ver el auto en el que se transportarian. El mago americano rápidamente ingreso al vehículo en el lado del copiloto. Al entrar este asintió levemente al chófer quien le devolvió la seña.

Cuando los otros tres miembros del grupo ingresaron no pudieron evitar sorprenderse un poco ante el lujoso interior de la camioneta.

Cuando estuvieron cómodos el chófer dio marcha rumbo a su destino, New Orleans donde su jefe lo esperaba.

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Henrik estaba en el balcón de su habitación en la mansión de New Orleans de la familia Mikaelson. Los planes de su familia estaban dando frutos, Francesca Guerrera estaba resguardada en su mansión bajo la protección de sus licatropos, la mansión era una fortaleza impenetrable para cualquiera pero no para Henrik, el tenía sus trucos.

Pero esa no era su misión, su misión era una más personal. En menos de dos horas estaría cara a cara con el hombre que lo condenó a 6 años de tortura, al hombre que creía que sería un cerdo para el matadero o que pelearía en una guerra por su mundo, por gente que le dio la espalda a su supuesto salvador hace tantos años.

Aunque Henrik este molesto con su infancia no podia negar que sin ella jamás hubiera conocido a su familia, aquella que lo cuido y entreno para ser un sobreviente, un guerrero y el mayor eslabón en la cadena alimenticia, no habían nadie por encima de él, ni siquiera su tío Klaus quién era el híbrido original.

Henrik empezó a recordar su vida en los últimos 7 años, como su padre Elijah lo entreno para ser un vampiro formidable, como curo su mente dejando atrás ese niño asustadizo y cobarde a ser un depredador alfa, el temor de muchos y el fin de otros.

Recordó su estadía en Mistic Falls, el cómo se enfrentó a Ester y Mikael, sus abuelos. El como reaccionó cada uno al verlo.

A Henrik nunca se le negó el saber por qué su apariencia generaba tanta conmoción en su familia puesto que al parecer era un Doppleganger de Henrik Mikaelson, el hermano menor de su padre y Tios, aquello no le molestó puesto que eso lo hacía sentir uno más de la familia. No era el remplazo de un hermano perdido, era un nuevo ser, un nuevo Mikaelson.

A pensar de que para muchos su vida en los últimos 7 años sería una completa locura, ser un vampiro y asesino a tan corta edad sería horripilante pero para Henrik solo era un recordatorio de lo que debía ser. Debía luchar para vivir sin importar el costo, sin importar a quién hería o mataba, debía luchar por vivir y si para eso debía matar pues que así sea.

Henrik se juro a si mismo nunca más ser débil, nunca más ser dependiente de alguien o ser salvado. Aquello lo enfurecía sobre manera.

Aún recuerda como la tan moralista Elena Gilbert trato de ponerlo en contra de su familia diciendo que eran mounstros que lo habían convertido en un ser horrible y desalmado y su respuesta fue casi matar a su tan preciado Stefan Salvatore. De no ser por su tío le hubiera arrancado el corazón y se lo hubiera dado de comer a la mujer.

Sus divagaciones se vieron interrumpidas cuando su teléfono sonó, lo saco de su bolsillo para revisar quién era, sonrió de lado al reconocer el número por lo que rápidamente contesto.

– Sabes que hacer, nos vemos en el lugar de reunión. – Dijo el vampiro menor con una sonrisa de lado para luego colgar el teléfono.

Era hora, el pelinegro se giro en sus talones y procedió a salir de la mansión la cual estaba vacía por completo.

Su padre estaba haciendo negocios, su tío Klaus estaba jugando su papel de padre en duelo, su madre estaba en los pantanos con los licántropos que no estaban de lado de Francesca aunque suponía que aquello iba a durar poco tiempo.

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Para los tres ingleses se les hacía sospechoso que el auto en vez de ingresar directamente a la ciudad de New Orleans se desviará hacia los muelles.

Cuidadosos prepararon sus varitas para cualquier señal de peligro atacar a quien los atacará.

Erik, el mago americano cada cierto tiempo veía a sus acompañantes por el retrovisor, su jefe había ordenado llevarlos a los muelles para una pequeña reunión con los magos ingleses.

El chofer tenía sus órdenes, llevar a los cuatro acompañantes a un depósito del cual su jefe era dueño, los preparativos para la reunión ya estaban listos, solo faltaba los invitados de honor.

Al llegar a su destino los 3 ingleses pudieron ver cómo en la puerta de un depósito habían dos jóvenes vestidas de camareras con los brazos en la espalda esperando.

El auto se detuvo a unos 10 metros del depósito y después de eso Erik bajo del auto para luego abrir las puertas de atrás.

– Porfavor, deciendan del vehículo. – Pidio el auror con amabilidad.

– ¿Que significa todo esto Auror Dong? – Exigió saber Amelia un tanto molesta con la situación, nada de esto era parte del plan.

– El señor Mikaelson desea reunirse con ustedes, no le gusta que lo hagan esperar. – Dijo el auror con un tono de voz más serio.

Los 3 adultos ingleses palidecieron al escuchar sus palabras. Magos y brujas de su edad y su cargo eran altamente conocedores de aquel apellido. Mikaelson era el apellido de la familia original, los primeros vampiros que pisaron la tierra, los más poderosos y antiguos.

Sus nombres estaban en cada historia sangrienta a lo largo de los siglos. Nacidos de una de las brujas más poderosas de la historia, inventora de la mayoría de hechizos más poderosos y letales del mundos, la creadora de la mandicion Cruciatus.

Los ingleses se miraron uno al otro con nerviosismo puesto que estaba a pocos momentos de encontrarse con uno de esos vampiros milenarios.

Con todo el auto control que tenían acataron la orden del auror quien ahora suponían trabajaba para el vampiro o vampira, no sabían si su anfitrión sería Elijah, Klaus o Rebeca. Nombres conocidos y temidos por todo el mundo conocedor de lo sobrenatural.

Los cuatro caminaron hacia la entrada del depósito donde los esperaban las dos camareras.

Al ingresar al depósito todo estaba oscuro a excepción de una luz amarilla de una lámpara que daba a un enorme comedor repleto de comida exquisita que rivalizaria con la de Hogwarts en su mejor noche.

En la cabecera de la mesa habia una persona ya sentada con un traje elegante de color negro y una camisa blanca. La luz no parecía enfocar el rostro de la persona pero con su vestimenta pudieron suponer que se trataba de Elijah Mikaelson, el más calmado y honorable de los Mikaelson.

El hombre estaba comiendo con educación un filete de cerdo con puré de papas, mientras que a su costado había una copa llena de líquido rojo. No tenías que ser un genio para saber que el líquido era sangre.

Al lado del hombre había una camarera quien tenía sus manos en la espalda pendiente de lo que el Mikaelson le pidiera.

Los magos estaban nerviosos ante la imagen que tenían en frente puesto que no sabían que esperar de esta reunión sorpresiva.

El Mikaelson sentado en la mesa tomo la copa en su mano y llevo esta a sus labios, los magos pudieron ver cómo el ser bebía su contenido por completo y pudieron escuchar como daba un pequeño sonido de satisfacción al beberla.

El vampiro dejó la copa vacía de nuevo en la mesa para después seguir comiendo.

– Llenala – Ordeno el hombre con voz indiferente. Los magos se estremecieron al escuchar su voz, una voz fría pero a su vez educada.

La sorpresa no acabo ahí, la camarera a su lado sin demora extendió su mano y la coloco sobre la copa, saco un cuchillo de su delantal y sin titubear hizo un corte profundo en la palma de su mano y rápidamente la sangre comenzó a llenar la copa.

– Señor, sus invitados – Dijo Erick llegando a un lado del vampiro quien giro su rostro levemente para ver a los recién llegados.

– Excelente Erick, puedes esperar afuera. Tu y Marcus pueden degustar a las dos señoritas que estaban en la entrada, sin matarlas por supuesto. – Dijo el vampiro con indiferencia, el aludido asintió con una sonrisa para luego caminar hacia la salida.

La sangre de los presentes se enfrio cuando lo vieron pasar a su lado, sus ojos eran rojos casi negros y las venas bajo sus ojos estaban marcadas de un color oscuro. Un vampiro, reconocieron al instante.

– Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore, Minerva Mcgonagall y Amelia Bones. Es un placer tenerlos aquí, porfavor tomen asiento – Dijo el vampiro sin inmutarse a verlos, señaló con su mano diestra a las sillas libres en el comedor.

Los adultos se miraron unos a otros y con toda su fuerza de voluntad caminaron hacia las sillas con la sorpresa de que el hombre supiera sus identidades.

No tardaron en tomar asiento, Dumbledore en la cabecera contraria al vampiro, Amelia a la derecha y Mcgonagall a la izquierda de este.

A pesar de estar sentados en la misma mesa ninguno podía verle el rostro al vampiro sentado en la misma mesa, parecía como si un hechizo ocultara su rostro evitandoles reconocer al hombre.

– He de admitir que nos sorprende demasiado su invitación esta tarde, señor Mikaelson – Dumbledore fue el primero en hablar, su voz dejó atrás el tono de abuelo que usaba siempre. Ahora había un tono serio, digno del hombre que derrotó a Grindelwald hace ya tantos años.

– Cuando Erick me contó que cierto mago poderoso de Inglaterra llegó a suelo americano en compañía de dos agradables damas mi curiosidad se apoderó de mí y quise saber cuál era el motivo de su llegada. – Hablo el original con voz neutra sin ser fría como antes, simplemente tranquila.

– No eh podido evitar notar que el señor Dong es un vampiro, no sabía que el Macusa tenía vampiros en sus filas. – hablo esta vez Amelia con un tono de voz serio.

– Y no lo hacen Madanme y me gustaría que este pequeño secreto quedará entre nosotros. – Hablo el original con un tono de voz frío y serio que congelo la sangre de la mujer.

– Cambiando de tema, me gustaría saber la razón de su visita a Mi ciudad el día de hoy, Albus. – comento el original mirando al anciano, sus palabras fueron claras y contundentes.

– Asuntos mágicos – Respondio el mago mayor con tranquilidad no queriendo revelar su motivo.

– Ya veo. ¿Cuales son esos motivos? – Cuestiono el vampiro mientras llevaba la copa de sangre a sus labios y la bebía de forma tranquila.

– Creo que no será posible compartir esa información, señor Mikaelson – Hablo Dumbledore con voz firme, el original soltó un resoplido divertido ante las palabras del anciano.

– Comprendo, una lástima que se nieguen a compartir su información. Dada su negación me abstengo a compartir la que yo sé sobre el paradero de Harry Potter. – Sus palabras fueron suficientes para poner en shock a los presentes quienes abrieron los ojos en grande.

– Usted... ¿Usted sabe algo de Harry? – Hablo Minerva con voz entrecortada.

– En efecto querida señora – Respondio el original a pesar de que no lo vieran este sonreía de lado. – Pero ya que no desean comentar el motivo por el cual lo buscan yo no me veo obligado a contarles lo que se sobre el chico. – Dijo el original con falsa lástima en su voz.

Los tres ingleses se tensaron a te sus palabras, se miraron uno al otro dudado si deberían contar lo que saben o no. Si el vampiro en realidad sabía sobre Harry era de importancia que los otros tres lo supieran.

– ¿Que tanto sabe sobre el paradero de Potter? – Cuestino Amelia con voz sería mirando al vampiro.

El original sonrió de lado, el ansuelo fue lanzado y poco a poco estaban pescando los peces.

– Lo suficiente como para ayudarles a encontrarlo – Comento el original con indiferencia en su voz.

– Es de suma importancia encontrar a Harry, su vida depende de ello – Sentenció Dumbledore con voz fuerte cansado de que el vampiro juegue con ellos.

– ¿Es así? – Dijo el vampiro con diversión en su voz. – ¿Cual es el motivo de vida o muerte? – Pregunto el vampiro con curiosidad.

– Su nombre ha salido en el cáliz de fuego, un objeto magico d..... – comenzó a explicar Mcgonagall pero se vio interrumpida.

– De gran poder usado en antaño para dar a conocer el nombre de los participantes del torneo de los 3 magos – Completo el vampiro sorprendiendo un poco a los demás por su conocimiento. – Así que el chico fue seleccionado como un campeón y por eso lo necesitan. – Dedujo el vampiro.

– Así es, el señor Potter se creía muerto pero el cáliz solo elije personas vivas y si su nombre salió en el significa que está vivo. Nuestra información de su paradero nos condujo a esta ciudad. – informo Amelia con voz sería.

– Ya veo – Comento el vampiro levantándose de su lugar y comenzó a caminar al rededor de la mesa detrás de los adultos quienes estaban en alerta ante cualquier intento de ataque.

– ¿Están dispuestos a llevar de vuelta al joven Harry sin importar nada? – Pregunto el original con un toque de diversión en su voz.

– ¿A que se refiere con eso señor Mikaelson? – Cuestino Minerva seriamente.

– Solo respóndame damas, caballero. – Hablo el original con seriedad parándose detrás de Minerva y colocando sus manos sobre sus hombros haciendo que la mujer se tensara.

– Lo estamos – Respondio Albus con seriedad sosteniendo su varita bajo la mesa pero en cuestión de mili segundos el vampiro estuvo a su lado y sostuvo si varita en sus manos.

– Una varita interesante. – Comento el original, la sorpresa de los presentes era inigualable. Nunca lo vieron moverse y ahora tenía la varita de Dumbledore en sus manos.

– verán damas, caballeros. Hace 7 años el joven Harry fue rescatado y curado de una muy letal golpiza que su pariente humano le dio, se le administro sangre de vampiro de un original para curarlo pero algo en el, en su cicatriz interfirio en su curación causándole la muerte. – las palabras del hombre provocaron diversas reacciones. Minerva soltó un sollozo, Amelia abrió los ojos en shock y Dumbledore estaba pensativo pero a su vez horrorizado.

– El pequeño Harry despertó horas después en una de las habitaciones de la mansion Mikaelson en Inglaterra como un vampiro en transición, el joven Harry para evitar morir acepto beber sangre humana y así fue como se convirtio en un vampiro. – continuo su relato el original.

Los tres ingleses estaban estupefactos ante la noticia, Harry Potter era un vampiro desde sus 7 años, su magia se debió haber desvanecido ante aquello.

– ¿Donde esta? ¿Donde esta Harry? – Exigio saber Minerva con lágrimas en sus ojos. Se culpaba a su misma por fallarle al niño, por fallarle a los padres de este. Dejo al bebé con horribles familiares que lo sentenciaron a una vida peor que la muerte.

– Eso no es importante ahora, Minerva. – Dijo el original, la mujer iba a refutar pero el original agitó la varita y los labios de la mujer se sellaron de golpe. – Es de mala educación interrumpir a quien está hablando. – dijo el original con molestia.

Ninguno de los presentes podía creer lo que estaban viendo, el original había acabado de realizar magia, algo imposible para un vampiro.

– Veran, Harry Potter a estado muerto desde hace 7 años. Toda existencia del nombre quedó extinta después de esa noche. – Hablo el original con indiferencia, los presentes no entendían muy bien sus palabras.

– Desde esa noche se le conoce con otro nombre, nombre que tiene un significado muy poderoso para su nueva familia. Los Mikaelson, Harry Potter paso a ser Henrik Mikaelson, el hereje original. El vampiro más poderoso de todos los tiempos, más poderoso que su tío adoptivo, Klaus Mikaelson quien se le conoce como el híbrido original. Educado por su padre adoptivo, entrenado por su tío para ser el depredador alfa de todos los tiempo, adiestrado en el arte de la magia por las mejores brujas y hechiceras de los últimos años. Conocedor de cada hechizo presente en el Grimorio de Esther Mikaelson. – Cada palabra dicha por el original era un shock para los ingleses.

– ¿Que han hecho? – Dijo con horror Dumbledore conociendo la importancia de sus palabras.

– ¿Que han hecho? – Dijo el original divertido. – Lo convirtieron en un sobreviviente un ser por encima de todos. – alabó el original con orgullo de sus palabras. – Me convirtieron en lo que soy – Dijo el original.

Los presentes se quedaron en shock al ver por fin la cara del original. Era el, Harry Potter o como se hacía llamar ahora; Henrik Mikaelson, el hereje original.

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Hasta aquí otro capítulo más, espero que les haya gustado y nos vemos en el siguiente capítulo.

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