๑ೋ ❝𝑬𝑷𝑰𝑳𝑶𝑮𝑼𝑬❞

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

» ──── •◦ ◦• ──── «

» ──── •◦ ◦• ──── «

Todos los amigos de la familia Cullen se fueron despidiendo de estos al tener que regresar a sus vidas, los Denali le abrieron sus puertas a Garrett que aceptó gustoso para poder estar junto a Kate.

La pequeña Atenea se encargó de despedirse de todos ellos de una manera inolvidable, utilizando su don del fuego para esto.

Edward se mantenía mirando a su hija, que se despedía de Senna y Zafrina desde lejos, pero él mantenía su distancia. Segundos después, llegaron dos chicos junto al vampiro.

—¿Estará con nosotros por mucho tiempo, no? —pregunta Seth mirando a Atenea que le mostraba su don una vez más a Senna.

—Sí, por mucho tiempo —responde Edward con una radiante sonrisa en sus labios dirigida a su hija que regresó a verlo—. Me alegra que Atenea te tenga a ti, Seth.

—Intentaré no ofenderme —responde Embry con falsa indignación, consiguiendo que los tres se rieran un poco.

—¿Te empiezo a llamar papá, entonces? —pregunta Seth con burla hacia el vampiro.

—No —niega Edward sin dudar al perder su sonrisa.

—¿Quieres morir? —le pregunta Embry a su amigo en un susurro tras darle un duro golpe en el brazo que lo hizo reír una vez más.

—¡Papá! —grita la pequeña Atenea con emoción corriendo hacia el mencionado.

Edward sonríe otra vez y carga a su hija con agilidad para dejar un tierno beso en su mejilla, Mackenzie se va acercando a ellos hasta tomar la mano de Atenea para dejarla sobre su mejilla, así la niña pudo extender su don sobre la mujer.

—Sí —responde la vampiresa—. Ahora estaremos todos juntos.

Edward deja a Atenea en el suelo para que ella pudiera acercarse a su madre para abrazarla.

Alice, manteniéndose alejada de ellos, sonríe al poder tener una corta visión del futuro sobre la pequeña familia.

Atenea se encontraba frente a la playa La Push, junto a ella estaba Seth tomándola de la cintura con delicadeza y Embry se mantenía a su otro costado abrazando por la espalda a una chica que no se le distingue el rostro, pero tenía un largo cabello pelinegro lacio.

La castaña se aleja de Seth para acercarse a Mackenzie, así las dos pudieron abrazarse, Edward sonríe mirando a su esposa y a su hija abrazarse con una sonrisa en sus rostros.

—¿Te has portado bien, princesa? —le pregunta Mack a su hija tras alejarse de ella.

—Por favor, mamá —se queja Atenea en respuesta, teniendo una sonrisa en sus labios—. Yo siempre me porto bien.

—Hola Seth, hola Embry —saluda Mackenzie a los dos chicos que le dieron una media sonrisa.

Edward abraza a su hija para dejar un corto beso en su cabeza que la hizo reír, pero este terminó por tomar la cintura de su mujer.

—¿No hiciste nada malo? —pregunta la vampiresa mayor.

—¿Por quién me tomas? —pregunta la joven castaña de mechones borgoña.

—Eres mi hija, pequeño demonio —recuerda Mackenzie al levantar una de sus cejas—. Te conozco perfectamente porque eres igual a mí cuando tenía tu edad.

Ese comentario hizo reír a Atenea y a Edward, que únicamente dejó un casto beso en la sien de su mujer.

Alice sonríe al momento de regresar a la realidad, pero siente la mirada de Edward sobre ella, sabiendo que este podía leer sus pensamientos.

—Tienes prohibido acercarte a Seth hasta los treinta —le asegura el lector de mentes a su hija, pero ve como esta abrió su boca indignada, logrando que este se riera un poco.

—¿Por qué? —pregunta Mackenzie confundida, conteniendo una carcajada.

—¡No seas exagerado, Edward! —grita Alice al saber que su hermano lo decía porque el primer beso de Atenea sería a los quince años con Seth—. ¡Falta mucho para eso!

—Mamá —habla Atenea hacia Mackenzie que regresó a verla—. ¿Van a tardar mucho la tía Bella y el tío Jacob?

La vampiresa sonríe ante esa pregunta y acaricia el largo cabello de su hija con una sonrisa.

—¿Me extrañaste, pequeño demonio? —pregunta Jacob Black al llegar junto a Bella.

Atenea sonríe emocionada y comienza a correr hacia su tío que no dudó en cargarla para darle algunas vueltas en el aire, mientras esto sucedía, Mackenzie se acercó a su melliza para abrazarla fuertemente, evitando presionar el vientre de esta.

—Te extrañé mucho —asegura la vampiresa hacia Bella.

—Yo igual te extrañé, pequeño demonio —responde la mayor de las dos hermanas consiguiendo que Mack se riera.

Las dos se alejan de la otra para tomarse de las manos y mirarse fijamente.

—¿Cómo ha estado mi sobrino? —pregunta Mackenzie al mirar el vientre de su melliza.

—El doctor dijo que mi embarazo era de alto riesgo —explica Bella con una pequeña mueca en sus labios—. Dijo que es muy peligro que alguien nacido en la Luna de Sangre tenga un hijo, además, los genes Quileute no me ayudan mucho que digamos.

—Oh, vamos —habla Jacob mientras cargaba a Atenea y regresaba su mirada a su prometida—. Mi hijo será un gran líder.

—¿Cómo sabes que será niño, pulgoso? —le pregunta Mackenzie con diversión.

—Si es niña, Jacob se mantendrá junto a ella en todo momento —responde Bella tras poner los ojos en blanco—. Es un celoso de lo peor.

—Si es niña, igual será una gran líder, pero no podrá tener novio hasta los cuarenta años —responde el pelinegro sin vergüenza alguna.

—Voy a rezar por tu bebé —le susurra Mackenzie a Bella que no evitó reírse.

—De todas maneras, Jacob y yo estuvimos hablando hasta llegar a la conclusión de que te pediríamos a ti que me transformes —confiesa Bella hacia su melliza, viendo como esta asintió sin dudar—. Solo en caso de que algo llegara a salir mal el día del parto.

—Lo haré si es estrictamente necesario y si mi suegro aprueba la idea —responde Mack—. Le voy a pedir a Carlisle que te revise constantemente para saber si tendremos que hacerlo o no.

—Muchas gracias, hermanita —susurra Bella al asentir y abrazar a su melliza.

—Sabes que haría cualquier cosa por ti —responde ella al corresponder el abrazo y acariciar la espalda de su hermana mayor—. Por cierto, ¿cuándo será la boda?

—Queremos que sea después del nacimiento de nuestro bebé —confiesa Bella al alejarse de ella para mirarla fijamente—. En específico, cuando me haya recuperado en su totalidad.

—Si este embarazo sale bien, ¿tendrán otro hijo? —pregunta la vampiresa con curiosidad.

En los labios de Mackenzie aparece una tonta sonrisa al sentir como la tomaron de la cintura con cuidado, sabiendo que era Edward. Este se encargó de saludar a Bella y a Jacob cortamente.

—Si no llega al punto en donde tendrás que transformarme, sí —responde Bella viendo como su prometido dejó a Atenea en el suelo—. Honestamente, espero que así sea, ambos queremos tener dos hijos.

La hija de Mackenzie y de Edward corre hacia Seth para poder jugar con él.

Jacob toma la cintura de Bella, así logra acariciar su pronunciado vientre con delicadeza.

—Yo quiero ser madrina de tu primer hijo —pide Mack hacia su melliza.

—Alice también me lo pidió —confiesa Bella con una sonrisa.

La vampiresa regresa su mirada hacia su cuñada, viendo como esta le sonrió con inocencia.

—Tú ya eres madrina de Atenea —se queja la castaña indignada—. Yo seré la madrina del hijo o hija de Bella, es mi derecho por ser su melliza. No está a discusión.

Mackenzie se cruza de brazos y asiente con seguridad, Edward se ríe un poco antes de inclinarse para dejar un corto beso en la cabeza de su esposa.

Las dos parejas regresan sus miradas hacia Atenea, que se encontraba lo bastante ocupada jugando con Seth y Embry.

—¡Eso no es justo! ¡Son ustedes dos contra mía! —se queja la niña indignada mientras corría de un lado a otro.

Jacob se aleja con velocidad de Bella y comienza a correr hacia Atenea para unirse al juego, logrando que esta se riera emocionada.

La futura mamá se acerca a Alice para hablar sobre los preparativos de la boda, dejando a solas a Mackenzie y a Edward.

La vampiresa cierra los ojos para disfrutar del delicado beso que dejó su esposo en su mejilla, suelta un corto suspiro y sonríe tontamente por este hecho, sintiendo una calidez en su pecho al escuchar las tiernas risas de su hija a lo lejos.


Mackenzie aleja sus labios de los de Edward con una sonrisa, ambos se encontraban sentados en un hermoso prado cerca de su hogar.

—Quiero mostrarte algo —confiesa la vampiresa con una sonrisa emocionada.

—¿Qué cosa? —pregunta Edward confundido.

Mack sonríe antes de cerrar los ojos y dejar que su segundo don pudiera extenderse hasta llegar a su esposo, el cabello de la mujer comienza a tomar más mechones de color borgoña y las puntas de este comenzaban a cambiar de color.

Poco a poco, en la cabeza de ambos vampiros comenzaron a pasar todos los recuerdos que tenían juntos, desde el momento en que se conocieron hasta el día de su boda.

—Tienes que irte de aquí —aparece el momento en donde Mackenzie salvó a Edward en Volterra.

—Mack... —susurra el castaño antes de corresponder el abrazo de la chica mientras acariciaba su cabello.

La pareja de casados sonríe al poder recordar ese vergonzoso momento, pero pudieron ver el momento en donde tuvieron su primer beso, cuando Edward le pidió perdón a Bella e incluso le pidió su autorización para poder salir con Mackenzie.

Cuando se graduaron de la preparatoria, el momento en que Mack fue aceptada en la Universidad junto a Bella, cuando Edward le pidió matrimonio a su amada antes de la batalla de los neófitos e incluso el recuerdo de Mackenzie en el día de su graduación en su carrera universitaria.

Segundos después, aparece el hermoso momento de su boda, cuando se prometieron amor eterno frente a todos sus familiares.

Su primera noche juntos como marido y mujer, entregándose totalmente al amor que sentían por el otro, el momento cuando supieron que Mackenzie estaba embarazada e incluso pudieron ver el momento en que los dos miraban a Atenea leer en voz alta en su hogar teniendo la chimenea encendida.

—¿Cómo hiciste eso? —le pregunta Edward sorprendido a su mujer.

Mackenzie deja de mostrarle sus recuerdos y baja la mirada algo avergonzada antes de responder.

—Estuve practicando un poco —confiesa ella al mirar fijamente a su esposo—. Ahora sabes que nadie ha amado a alguien como yo te he amado a ti, Batman.

—Hay una excepción, preciosa —responde Edward en un susurro, mirando con adoración a su esposa.

Mackenzie enreda sus brazos en el cuello de Edward al momento en que este se inclinó y se acercó a ella para besarse, tras algunos minutos, fue él quien se alejó de su esposa con una sonrisa en sus labios.

—¿Me muestras otra vez? —pregunta el vampiro con diversión haciendo reír a su castaña.

—Tenemos mucho tiempo para eso, Eduardo —se burla ella antes de besar cortamente los labios de él.

¿Para siempre, vida mía? —pregunta Edward con una radiante sonrisa en sus labios.

Para siempre, Batman —responde Mackenzie con seguridad.

Ambos se ríen, pero fue ella quien tomó la nuca de su pareja para acercarlo a sus labios y poder besarlo lentamente.

—¡Mira, mamá! ¡Encontré una margarita! —grita la pequeña Atenea corriendo a sus padres.

La pareja de casados se aleja y regresa su mirada hacia su hija, siendo Mackenzie quien la tomó en brazos para sentarla en sus piernas mientras sonreía.

Edward se encarga de tomar la flor que trae Atenea en manos y la pone en su oreja, la niña juega con los pétalos de otra flor que tenía entre sus dedos, mientras que sus padres se encargaban de jugar con su largo cabello.

Mackenzie se recarga en el hombro de Edward, tomando el atrevimiento de cerrar los ojos, sintiéndose completa.


Me gustó la última parte de este capítulo, espero que les haya gustado a ustedes también. Dentro de un rato subo los agradecimientos y la sorpresa que les tengo.

Nos vemos hermosas personitas❤️

🌷𝐌𝐎𝐀𝐍𝐀🌷


Esta es una historia original de Wattpad, actualmente igual se encuentra disponible en Inkitt y en Booknet, si la lees en otra plataforma se debe a un virus y una copia sin mi permiso.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro