❥ ❝O65 | 𝑨𝒄𝒆𝒄𝒉𝒂𝒓❞

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Semanas Después

Pasaron varios días después del nacimiento de la pequeña Lillian Hale McCarthy Cullen antes de que toda la familia decidiera regresar a su respectiva realidad, solo que esta vez lo hicieron en grupos, ya que venía una integrante más.

Alessandra se encargó de transportar a su esposo e hijo junto con Esme, Carlisle y Thomas, mientras que Alice y Jasper se fueron con los padres de la pequeña Lillian utilizando el collar de las almas gemelas.

Una vez que todos llegaron a la realidad de los Cullen, se dieron cuenta de como el pequeño Cedric y la dulce Lillian crecían más rápido de lo que sus padres hubieran deseado. Este hecho preocupó a sus progenitores, ya que no sabían cuánto tiempo podrían disfrutar junto a ellos, pero eso hacía que cada momento a su lado fuera más preciado.

—Mira, mami —habla Cedric con emoción mientras se acerca a la mencionada con una radiante sonrisa—. Un poco de nieve.

—Es hermoso, mi amor —asegura la vampiresa—. ¿Por qué no buscas otro?

Alessandra ve como su hijo le sonrió tiernamente antes de que se diera la vuelta para intentar atrapar otro copo de nieve junto a Lillian, quien reía encantada.

—Edward cree que la respuesta está en Brasil —le confiesa la castaña de mechones borgoña a su cuñada—. Hay tribus ahí que podrían saber algo.

Rosalie se encontraba vigilando a su hija y su sobrino junto con Thomas e incluso los hermanos Clearwater se sumaron al plan, siendo estos últimos dos quienes estaban transformados en su forma animal para vigilar mucho mejor a los niños.

Las dos vampiresas sonrieron al ver como sus hijos tomaron impulso antes de alcanzar un poco de nieve que lograron ver en el cielo, los dos pequeños tomar el copo de nieve con sus manos, pero se dieron cuenta de que alguien los acechaba de lejos.

Los menores no tardaron en bajar para acercarse a sus madres y poder esconderse detrás de sus piernas, escuchando como los lobos a sus espaldas gruñían a la defensiva.

—¿Los conocen? —pregunta Thomas hacia las dos vampiresas, sin dejar de ver a los intrusos.

—¿Quién es, mami? —le pregunta Lillian a Rosalie mientras tomaba una de sus manos.

—¿No son Alec y Jane Vulturi? —susurra Alessandra hacia su cuñada rubia, cubriendo con su cuerpo a su hijo.

Sin poder responder, todos ven como los hermanos analizaban a las mujeres con detenimiento antes de que estos regresaran a verse. Segundos después, ambos vampiros de ojos carmín desaparecieron con velocidad del lugar.

Confundidas, las vampiresas regresaron a verse sin saber con exactitud lo que había ocurrido.

Alessandra termina por cargar a su hijo, mientras que Rosalie tomó en brazos a la pequeña Lillian.

—¿Quiénes eran, mami? —pregunta Cedric a su progenitora.

—Unos viejos conocidos —le explica la vampiresa con simpleza.

—¿No vendrán con nosotros? —cuestiona Lillian, notablemente confundida.

Rosalie fija su mirada en su cuñada, que únicamente pudo quedarse callada ante tal pregunta, pero las dos terminaron por sonreír para tranquilizar a los niños.

—Seguramente estaban ocupados —explica la vampiresa rubia.

—Vamos, tu padre nos espera, mi amor —Alessandra cambia el tema y ve como Cedric aplaudió emocionado.

La castaña de mechones borgoña comienza a caminar con su hijo en brazos mientras era seguida por los hermanos Clearwater, Thomas, Rosalie y Lillian.

Al momento en que llegaron a casa, los niños no dudaron en correr hacia sus padres que se encontraban en la sala junto a Carlisle y Esme.

—¡Papá! ¡Papá! —gritan los infantes con emoción.

Edward sonríe al reconocer la voz de su hijo y no duda en cargarlo con agilidad para dejar un sonoro beso en su mejilla que lo hizo reír tiernamente.

—Pero si es mi princesa hermosa —habla Emmett hacia su hija una vez que la abrazó.

—¿Cómo les fue, campeón? —le pregunta Edward a su hijo, pero dirigió su mirada hacia su esposa que se acercaba a ellos.

—Atrapé muchos copos de nieve junto con la prima Lillian, papá —explica Cedric—. No duraban mucho en mis manos porque se derretían.

Alessandra termina por acercarse a su esposo para dejar un casto beso en sus labios a manera de saludo, viendo como este sonrió encantado.

—¡Mami! —se queja el pequeño Cedric notablemente indignado—. ¡No beses a papá! ¡Tú eres mía!

La vampiresa se ríe, pero decide cargar a su hijo al momento en que este extendió sus brazos hacia ella. Sin dudar, el menor de ojos verdes se apresura a abrazar a su madre y esconde su rostro en su cuello.

—Ella es mía —asegura Cedric hacia su padre que lo miraba con incredulidad.

Campeón, tu madre fue mía primero —responde Edward sin alguna duda en su voz.

—¡Edward! —recrimina Alessandra con sorpresa por dichas palabras, dándole un golpe en el pecho a su alma gemela—. Pensé que ya habían superado esta inútil pelea.

—¿Cómo crees que fuiste hecho, stella cadente? —le pregunta el lector de mentes a su primogénito—. No fue por arte de magia y mucho menos por la cigüeña, tu papá tuvo que...

Alessandra se apresura a cubrir la boca de Edward con su mano libre, evitando de esta forma que terminara de decir esa oración.

—Ni se te ocurra mencionado —le advierte la vampiresa, mostrando un corto destello rojizo en sus ojos—. Deberías de juntarte con Emmett.

—¿Cómo fue hecha, mami? —pregunta la pequeña Lillian en voz alta hacia su progenitora de cabellera rubia.

—Sí, mami —sigue Cedric para llamar la atención de sus padres—. ¿Cómo me hicieron?

—Bueno, pequeños, su padre tuvo que agarrar a su madre y ponerla... —intenta explicar Emmett, pero su voz fue callada cuando Rosalie cubrió su boca.

—¡Emmett! —reclama la vampiresa, mirando preocupada la curiosidad que mostraban los azules ojos de su hija.

—¡Queremos sabes como nos hicieron! —se quejan los pequeños al mismo tiempo antes de que hicieran una fingida rabieta.

Alessandra regresa su mirada hacia Rosalie, ya que las dos se encontraban en la misma situación, sin tener la menor idea de qué respuesta podrían dar.

—Ambos fueron hechos con mucho amor —termina por decir la vampiresa de rubio cabello hacia su hija que se mostró emocionada.

—¡Sí! —responde Alessandra con velocidad—. Los dos fueron hechos con mucho amor y, por favor, no hagan más preguntas por qué no les vamos a responder.

Cedric muestra un pequeño puchero en sus labios, pero Lillian asintió mostrándose conforme con la respuesta proporcionada.

La castaña de mechones borgoña mira de mala manera a su alma gemela que le sonrió inocentemente mientras la tomaba de la cintura, pero los dos dirigieron sus miradas hacia el teléfono de la casa que había comenzado a sonar.

Alessandra baja a su hijo de sus brazos y ve como este corrió hacia el piano de la sala para sentarse frente a este, Edward admira el perfil de su esposa por unos cortos segundos antes de seguir a su hijo para tomar asiento junto a él.

Carlisle es quien acepta la llamada y se mantiene el teléfono por unos cuantos segundos antes de que colgara.

—¿Vieron algo en el bosque? —cuestiona el patriarca hacia su hija y nuera.

—Sí, pero fue algo muy raro —confiesa Alessandra al cruzarse de brazos.

—Al parecer, Tanya logró reconocer a Jane y Alec Vulturi pasando por su residencia —confiesa Carlisle con una notable expresión de confusión en su rostro.

—Se notaba desde lejos que querían saludar amigablemente —habla Rosalie con notable sarcasmo en su voz mientras jugaba con el cabello de su hija.

—¿Por qué vinieron hasta acá? —cuestiona Edward mientras pasaba sus dedos por el pelo de su hijo, quien sonrió encantado por los mimos.

—¿Aro los envió para vigilarnos? —pregunta Alessandra por su esposo, ignorando la posible respuesta ante su propia cuestión.

—Tal vez ver a Thomas con Seth y Leah debió de sorprenderlos —sugiere Esme mientras se mantenía sentada junto a su esposo.

—Sea lo que sea, lo descubriremos en algún momento —termina por decir Carlisle con tranquilidad, olvidando lo peligrosos que eran los mellizos.

Todos se mantuvieron en silencio por algunos minutos antes de que Edward decidiera tocar algunas de las teclas del piano, llamando la atención inmediata de Alessandra y Cedric. Este último siguió la melodía que su padre empezó, logrando que sus progenitores sonrieran un poco.

Edward fija su mirada en su esposa por unos cortos segundos antes de comenzar a tocar el piano con agilidad, consiguiendo que la lenta melodía tranquilizara a toda la familia presente.

Alessandra decide acercarse a su alma gemela para quedar detrás de él, pone una mano sobre el hombro de Edward, mientras que con la otra comenzó a jugar con el cabello de Cedric quien ponía total atención a la manera en que su padre movía con agilidad sus dedos sobre las teclas del piano.


De verdad que amo mi imaginación, literalmente estoy imaginando a la hija de Emmett y de Rosalie como una pequeña rubia, con ojos azules siendo mimada por su padre.

Jajaja, espero que les hayan gustado los dos capítulos hermosas personitas.

Altas ganas de ir a mi RD, lloro de la depresión🥺

Con estos dos capítulos termina la última semana de Soulmates, ya que el Lunes es el final definitivo de la novela así que prepárense mentalmente para lo que se viene.

Nos vemos el Lunes con la última actualización de Soulmates, nos vemos❤️


NOTA:

Es probable que el final oficial sea publicado, así como en su versión original de la escritura, el día Lunes 16 de septiembre de 2024.

Intentaré publicar el capítulo 66, dando por terminada la edición de dichas partes y enfocándome únicamente en la escritura del final e incluso del epílogo.

¿Preparadas, hermosas personitas?

Los leemos pronto ^^

❣️𝐌𝐎𝐀𝐍𝐀❣️


Esta es una historia original de Wattpad, actualmente igual se encuentra disponible en Inkitt y en Booknet, si la lees en otra plataforma se debe a un virus y una copia sin mi permiso.


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