Con los ojos llorosos y un ardor doloroso en la garganta, TaeHyung muerde su labio inferior con fuerza para no soltar palabra alguna.

¿Es YoonGi quien realmente está usando su voz de alfa en él, en su propio omega? YoonGi dice amarlo, él dice quererlo y respetarlo, ¿por qué entonces le está haciendo esto?

Quiere decirle que se vaya, que lo deje en paz, que no vuelva a buscarlo nunca, pero su lobo se siente en la obligación de responder, por esa maldita voz.

-Responde ahora, TaeHyung.

Aprieta la almohada en sus manos. No quiere decirle, mantenerlo en secreto es una buena opción si lo piensa bien, pero es inevitable, su omega le exige que le diga la verdad, aunque sabe que una parte de su lobo también se niega, la voz de mando es mucho más fuerte que ellos.

-Estoy en estado.

Y tal como se lo espera, YoonGi se congela ante la noticia, porque un bebé es algo que YoonGi siempre le dice que no quiere, porque es una debilidad ante sus enemigos, porque es algo que todos pueden usar en su contra.

Un bebé sólo va a estar en peligro cerca de Min YoonGi, y TaeHyung lo sabe, por eso toma su decisión, una que aunque le duela, sabe que es la mejor, y lo confirma cuando YoonGi comienza a negar frenético.

-No podemos tener un bebé, TaeHyung, nosotros no podemos, yo no puedo.

-Entiendo -asiente comprensivo, mirando su estómago-, pero yo lo quiero.

-Tae-.

-Y tampoco quiero que esté cerca tuyo -sus ojos se conectan, TaeHyung demuestra la seriedad en sus palabras y lleno de miedo cubre su abdomen, donde próximamente va a crecer su bebé-. Lo dijiste y lo entiendo ahora, es peligroso estar cerca tuyo, en este tiempo entendí que te amo, sí, por eso acepté ir contigo a pesar de todo, pero no puedo permitirme que algo le pase a mi bebé, no dejaré que él crezca en un ambiente como el tuyo. Si bien aún tengo sentimientos por ti, estoy seguro que entenderás que nuestro bebé es más importante.

Con el corazón en la boca, YoonGi no sabe qué decir.

Si bien necesita a TaeHyung a su lado, si bien lo quiere tener y cuidarlo de todo, sabe que no es lo mismo con un bebé, sabe que cuidar de un embarazo y luego de un niño es peligroso, si sus enemigos en algún momento se llegaran a enterar sobre un futuro heredero en su negocio, irían tras él, sin importarle si fuera o no un bebé.

Había que ser realistas, un bebé rodeado de armas, drogas, peligros, enemigos y ataques, no estaba seguro, por más que YoonGi los encierre en su mansión, que le ponga mil guardias bajo llave, si sus enemigos quieren ir tras él, lo harán.

Aún recuerda el caso de Seungcheol, si bien ese alfa tenía una gran seguridad y unas personas de alto calibre y confianza, no pudo evitar cuando una camioneta estrelló contra el auto donde su omega iba camino al hospital, para hacerse un control.

Seungcheol no sólo perdió a su hijo, sino también a su omega, y no fue el único, tener familia siendo parte de la mafia no es una opción segura, todos lo saben, y YoonGi no quiere arriesgarse a eso.

-Lo siento -con un horrible dolor de cabeza, YoonGi se aleja lentamente de TaeHyung-, lo siento por no poder estar contigo, perdón por no poder ser parte de esa nueva familia que vas a formar, perdón por no poder cuidarlos.

Las lágrimas aparecen por parte de ambos, pero saben que es la mejor opción que tienen, es por el bien del futuro bebé.

-Es lo mejor, YoonGi.

-Lo sé, pero duele.

De acuerdo con sus palabras pero sin saber qué decir TaeHyung simplemente asiente. Se quedan un rato en silencio, YoonGi no quiere irse, sabe que es la última vez que lo verá, pero cuando los doctores llegan minutos después y le piden que se marche, YoonGi sólo puede besar por última vez la mejilla del omega que tanto ama, acariciar la casita del próximo cachorro a nacer y, sin más opciones, irse.

A partir de ese momento, cuando sale del hospital y deja a su omega atrás, YoonGi sabe que ya nada volverá a ser como antes.