ᴍɪʟᴅ.

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La bienvenida a la manada no fue como TaeHyung la imaginó.

Ciertamente, por ser Tigres, se sabía que eran fríos y distantes por naturaleza, pues aunque pertenecían a una manada, cada familia vivía por su cuenta, lo suficientemente lejos de los demás.

Pero vaya sorpresa la que se llevó cuando pisaron aquel territorio.

Los Kim, padres de SeokJin, y líderes de la manada, convocaron a todas las familias para que fuesen partícipes de la fiesta de bienvenida a un nuevo miembro de su clan.

Para ser Tigres, aquella manada era muy unida y sus hogares no estaban tan alejados uno del otro.

Quizás se debía a que eran los últimos pisando la tierra que preferían mantenerse juntos por si se daba cualquier situación.

Seas bienvenido al clan Kim, Kim TaeHyung. Tigre de Bengala.

Fueron las palabras de recibimiento del Alfa de aquel clan.

Después de un extenso protocolo en donde se conoció un poco más a fondo la vida del Tigre, comieron en su honor y presentaron rápidamente a los miembros de la manada, un par de omegas se acercaron y en sus manos tenían una especie de sello caliente con el emblema de la manada Kim.

Ese tatuaje lo protegería de todo aquel que intentara atacarlo, y lo mantendría en un estatus de Tigre con manada, la cual estaría siempre a su lado en momentos críticos.

Tú decides donde lo llevarás. -Dijo el Alfa.

Tae estaba emocionado, no esperaba que aquellos Tigres lo acogieran tan rápido.

Pero a la vez estaba agradecido, por fin dejaría de ser un errante Tigre de Bengala.

— ¿Dónde lo llevas tú? -Le preguntó a SeokJin.

Este sonrió y con su mano derecha, se tocó el pectoral izquierdo, justo donde palpita el corazón.

TaeHyung también sonrió y le indicó a las omegas el mismo lugar.

Se quitó la camisa y dejó al descubierto su piel canela marcada en músculos fuertes.

Jin tuvo que tragar en seco. Con sus ojos avellanas recorrió aquel fornido pecho y esos exuberantes abdominales.

Sus manos picaron por desear arañar sus bíceps y lamer aquellos cuadritos.

Negó frenéticamente. ¡¿Qué clase de pensamientos eran esos?!

Se avergonzó por su mente traicionera.

Subió su mirada al momento en el que aquel sello fue dejado sobre la carne de su pectoral.

Sus ojos se encontraron y observó cómo los azules del Alfa cambiaron a un color amarillo. Había sido dominado por su Alfa.

Apretaba la mandíbula y sus manos estaban hechas puño para soportar el dolor de aquella quemadura que dejaría en su pectoral la marca de su familia.

Una especie de calidez se formó en su pecho al ver como su Alfa contenía un posible grito, con su mirada fija sobre él dándole el valor para soportar.

En ese momento se preguntó si JungKook hubiese sido capaz de hacer eso por él.

Sabía que el Dragón tenía su propia marca, pero si quería formar parte de su familia, debía pasar por el mismo proceso que TaeHyung.

«Por favor Jin, es obvio que nunca lo hubiese hecho, sus padres lo hubiesen matado, eso es seguro.» Se reprendió, y una parte de él no pudo evitar hacer una mueca de angustia y decepción ante ello.

«Kook no podría dejar todo por mí. Por eso ya no estamos juntos. Ese es el precio que debíamos pagar.» Siguió indagando en su mente.

A su nariz llegó el tenue aroma a quemado. Sus ojos volvieron a enfocarse en el Alfa, este tenía los ojos cerrados con fuerza, seguramente soportando el soltar algunas lágrimas. No lo culpaba, ese sello dolía tan malditamente como el infierno.

Fijó de nuevo su vista en el pecho y la marca podía verse en un vivo color rojo. La carne estaba acoplándose a la tinta caliente y el Alfa debía reposar para que sanara.

SeokJin, lleva a TaeHyung a la habitación de huéspedes. Debe dormir. -Fue su madre quien dictó aquella orden.

Sin decir más, fue en auxilio del Alfa que dejó caer su brazo sobre sus hombros mientras él lo sostenía de la cintura y en esa posición, caminaron hacia la casa Kim.

Es un buen prospecto. -Dijo el Alfa mirando a su hijo y al nuevo integrante. —Es un pura sangre.

— ¿Crees que Jin acceda a acoplarse con él? -Cuestionó la Omega.

Debería. -Sentenció el hombre. —Pero no lo vamos a obligar.

La Omega sonrió y asintió. Si SeokJin tomaba la decisión de acoplarse con ese Tigre, ellos estarían más que contentos.

Eso sería indicio de crecimiento en su manada.

Aunque ambos padres sabían que el corazón de su hijo aún bombeaba por aquel Dragón que era el causante de su semblante triste.

Mismo Dragón que contraería nupcias al día siguiente y estaban seguros que su hijo no lo sabía. Pues apenas llevaba un día de haber regresado.

Ambos estaban en un conflicto, no querían que Jin se deprimiera, pues aunque sabían de aquella relación, decidieron darle su espacio y que este aprendiera a tomar sus propias decisiones, aunque equivocadas, pero de eso se trata la vida, cometer errores y superarlos.

Por eso esperaban que Jin le diera una oportunidad a ese Tigre para que pudiera reconstruir sus sentimientos.

No querían ver a su hijo siendo infeliz por un Alfa que ya había tomado su decisión.





















Gracias Jinnie. -Dijo el Alfa que ya estaba recostado en aquella cómoda cama. —Esto duele horrores. -Se quejó.

Lo sé, Tae. Yo también pasé por eso. -Comentó con una media sonrisa.

El Omega tomó un trapo y lo sumergió en un aceite especial para tratar con la curación de la herida del sello.

Con delicadeza posó aquella tela sobre la marca y con suaves movimientos lo rotaba a manera de desinfectar y cerrar la carne.

TaeHyung sólo lo miraba mientras soportaba el ardor.

El rostro dulce del rubio le llenaba el cuerpo de calma. Era un bálsamo para aguantar todo.

Jinnie... -Lo llamó suavemente.

Su mano grande acarició una de sus tersas mejillas. Provocando en estas un tierno color carmín.

Jin lo miró y sonrió, dejando su mano libre sobre la del Alfa mientras le devolvía la mirada.

Gracias por darme una familia. -Habló por fin el de piel canela. —Ahora sé que tengo un lugar adicional donde vivir y gente con las que puedo contar.

Jin abrió sus ojos sorprendido.

— ¿Eso quiere decir que te quedarás? -Preguntó con ilusión.

No cariño. Aún no. -Aclaró.

La sonrisa del Omega tambaleó pero aún así asintió. No presionaría.

Cuando limpió la herida y la cubrió con una pequeña venda. Guardó todo para salir y dejar descansar al hombre.

Duerme conmigo. -Susurró el Alfa con un brillo inusual en sus ojos azules.

Jin había estado anhelando ese momento. Por lo que asintió y se metió bajo las sábanas cuando el Alfa le hizo espacio.

Mañana te llevaré a conocer todo nuestro territorio y conocerás más a fondo a los demás. -Murmuró sobre el cuello del Alfa.

Jin se estaba embriagando con el fuerte aroma a eucalipto. Tanto que lo arrullaba para dormir.

De acuerdo. -Concedió el rubio.

Su mano se movió hacia los cabellos suaves del Omega y propinó caricias, pronto su lenta respiración le indicó que se había quedado dormido.

TaeHyung bebió aquella imagen de un angelical SeokJin descansando sobre su pecho.

Se sentía dichoso y deseó dormir así durante mucho tiempo.

Abrazó por la cintura al Omega y cerró sus ojos. El aroma a Lirios lo cobijó y con una pequeña sonrisa también se quedó dormido.

En sueños ambos se habían encontrado.

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