«☄️»

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Las relaciones no son duraderas, sin embargo trabajamos para que se mantengan firmes y vivas por mucho tiempo.

Es cierto que uno se puede aburrir antes que el otro, pero venir y terminar las cosas de repente, sin dar la mínima explicación, acabando algo que era de dos por cuenta propia es egoísta para quien termina destrozado.

Eso lo había descubierto JungKook. Su relación de dos años había acabado de manera rápida y tajante, y lo más irónico era que la relación la sostenía él y quien la acabó fue JiMin.

Ya habían pasado dos semanas desde su rompimiento y no estaba bien, pretendía estarlo, pero su corazón seguía doliendo y manteniendo las dudas que acarreó por mucho tiempo. Y sabía que era su culpa, que debió abrir los ojos y huir de las garras del monstruo, pero le gustaba el ardor en su piel cuando dichas garras le atravesaban la dermis dejándolo desangrar.

Porque así se sentía, sentía que se desangraba y su corazón perdía latidos por cada minuto lejos de JiMin. Es que ¡Dios!, le amaba tanto, había hecho tantas cosas por él y ahí estaba, en la casa de uno de sus amigos, en una fiesta a la que no quería asistir, pero le obligaron, sintiéndose fatigado y agobiado.

Estaba sentado en una esquina luciendo lamentable y causando lastima pero no podía importarle menos el desastre del exterior cuando su sistema interior estaba colapsando.

Miró a su mejor amigo acercarse con un rostro acongojado y sentarse a su lado tomándole las manos para darle un tanto de apoyo.

—¿De verdad te estás dejando morir por esto? ¡Maldita sea JungKook! Eres demasiado para ese imbécil. —YoonGi vociferó ya cansado de las lágrimas y los lamentos de su amigo, pero sobre todo porque eran dirigidos a Park JiMin y ese chico nunca le cayó bien, pero lo aceptó simplemente porque hacía feliz a JungKook.

—Es que quizás debí detenerlo, quizás debí seguir ciego y no dejarlo irse ese día. Dolía, pero más duele estar sin él. —esa respuesta dejó estupefacto a YoonGi.

—Escucha esa estupidez. Es un maldito traidor, yo no iba a permitir que siguieras dañandote así, si él no se iba, yo lo corría. —espetó con rabia al notar que su amigo seguía con la misma sonrisa quebrada, probablemente estaría pensando en JiMin.

YoonGi estuvo a punto de decirle algo más pero notó como SeokJin, su novio, corría hasta ellos con un rostro molesto.

—El maldito ese está aquí ¿Quién mierda lo invitó? —YoonGi no entendió mucho hasta que sintió un apretón doloroso en su mano derecha por parte de JungKook, fijó su vista en donde la tenía su mejor amigo y la vena de su frente casi se revienta de la rabia súbita que llegó a su ser.

Park JiMin entraba con una sonrisa suficiente, tomándole la mano a un chico algunos centímetros más alto que él, de cabello castaño y sonrisa brillante, parecían felices.

YoonGi junto a SeokJin dejaron a JungKook con una advertencia de no acercarse al recién llegado y se fueron del lugar para enfrentarlo.

Por su lado, el menor estaba temblando, conocía al chico que sostenía la mano de su exnovio, era él.

Sus ojos y los ojos marrones de JiMin se conectaron una brevedad y se sintió tan devastado cuando sólo encontró un vacío infinito en ellos, ya no había brillo hacia su persona, solo un gélido vacío.

Se levantó del lugar y caminó a pasos torpes y apresurados, no soportaba estar allí. En el camino escuchó claramente una burla hacia su persona:

"Es su novio y sinceramente es más bonito que JungKook".

Él sabía que no le caía muy bien a algunas personas que estaban presentes y su desgracia era gracia para ellos.

Salió del lugar mientras las lágrimas bañaron sus mejillas, no pudo evitarlo, le dolía demasiado.

Y así, en medio de la fría noche comenzó a caminar sin un rumbo fijo, sólo quería desaparecer de allí y no volver a ese lugar nunca.

No podía creer como todo se había derrumbado así. Muchos le llamaban exagerado por sus actitudes ante el rompimiento pero ¡joder!, llevaban dos años de relación, era su primer amor y todo había acabado entre lágrimas.

Y lo peor es que él lo sabía, ninguno de sus amigos tenía verdadera idea de lo que pasó pero él sí. Sabía que JiMin hablaba con ese chico, muchas veces le dijo que solo eran amigos.

Pelearon tantas veces por ello, aún recuerda aquel treinta de octubre, cuando sin querer leyó un mensaje en la pantalla del celular de su novio. Aquel "bebé ¿Podemos vernos?" no era precisamente algo amistoso. Los gritos no tardaron en llegar al igual que las lágrimas del menor.

—¡¿Por qué demonios te llama bebé?! —JungKook gritó exasperado mientras JiMin rodaba los ojos.

—Cómo si tú no lo hicieras con tus amigos, no hagas un drama por esto. —JiMin rápidamente se excusó.

—No, no lo hago. JiMin ¿Quién es ese amiguito? ¿Es con él que estuviste las últimas dos noches que no dormiste en tu casa? ¿Por qué mierda me mientes de esta manera? —JungKook no pudo evitar taparse la cara con frustración.

—Deja de ser paranoico. —fue lo único que dijo el mayor para después simplemente irse dejando a JungKook roto.

JungKook sólo pudo pensar que JiMin era muy egoísta con él, tantas preguntas que esquivó y él lo permitió, también era su culpa. Pero eso no quitaba que JiMin era un traidor.

Le había traicionado, y aún si no lo hubiera hecho cuando estaban juntos seguía siendo un miserable traidor.

Sus mentiras habían sido piadosas y casi dulces, pero el culpable fue él por haberlas creído.

Y se sentía tan miserable de que hubiera significado tan poco para el mayor, porque solo habían pasado dos semanas, y mientras él aún lloraba, ya JiMin había corrido a los brazos del otro, presumiendolo como un trofeo y dejándole perfectamente en claro que jamás habían sido totalmente amigos.

Hablaba con el chico mientras él seguía quebrando sus brazos sosteniendo todo el peso de la relación que poco a poco cedía. Y lo más probable es que su amor hacia él —JungKook— no fuera honesto, porque era imposible que JiMin se enamorara de alguien en dos semanas.

¡Maldito traidor!

JungKook gritó con dolor, rasgando su garganta en el proceso y cayó de rodilla mientras sus manos se hacían puños, sus lágrimas seguían cayendo con premura, porque le dolía tanto que JiMin le quisiera ver sufrir.

¿Acaso no fue suficiente? ¿Acaso no le dijo que le amaba?

Quería volver y golpearlo, golpearlo por las mentiras, por los juegos retorcidos, por haberle permitido enamorarse de él cuando le iba a hacer tanto daño y no iba a arrepentirse en lo más mínimo.

Lloró tanto, vaciando todos sus sentimientos y rencores en las lágrimas saladas, amargas y tóxicas que bajaban por sus mejillas.

Y con todo el dolor del mundo se arrepintió:

De haber conocido a JiMin.

De haber aceptado ir a comer un helado con él.

De haber ido al cine con él.

De haber permitido que le gustara.

De haber asistido a esa cita.

De haberse declarado.

De haber aceptado ser su novio.

De haberse entregado por primera vez a alguien, tanto en cuerpo como en alma.

De haberse enamorado hasta la médula.

De haber omitido las señales de engaño.

De haber sido un ciego.

De aferrarse a un amor roto.

De haber amado a un traidor.

Soltó un último sollozo quebrado y se levantó secando sus lágrimas con rudeza, sintió su bolsillo derecho vibrar y recordó que había dejado a YoonGi sin la mínima explicación.

Sacó su celular y se dio cuenta que tenía mensajes y llamadas perdidas desde hace una hora, se sorprendió de haber perdido la noción de tal manera.

Marcó el número de su amigo y al primer tono respondió alterado preguntándole dónde estaba.

—Es un traidor y yo un estúpido, pero quiero cambiar lo último, me cansé. Voy para allá. —fue lo único que dijo antes de colgar y dar media vuelta para volver al lugar por donde iba.

Sabía que iba doler verlo pero debía iniciar por superarlo.

Porque JiMin era un traidor y no se merecía sus lágrimas.

Dicen que el tiempo lo cura todo y era cierto, eso lo pudo comprobar JungKook.

Las estaciones cambiaron y con ellas, el corazón y la mentalidad de JungKook. Este había aprendido tantas cosas durante ese tiempo, sanando los dolores que le había provocado su primer amor. Porque ahora lo recordaba sin rencores y como un simple tropiezo en su vida.

Después de aquella noche, cuando volvió al hogar de su verdugo y le observó presumir a precioso novio, lloró menos en las noches y comenzó a odiarlo menos.

Había decidido no envenenar más su corazón de lo que ya estaba. Poco a poco fue arrancándose aquella rosa que JiMin le había sembrado en corazón, a la cual le crecieron espinas con el tiempo y envenenaron su alma, usando de escudo su bonita fachada.

Y el crédito no era solo suyo, su mejor amigo y su novio habían estado allí, siempre con él, secando las gotas que derramaba su corazón agonizante.

JungKook sonrió mientras recordó esa época gris e ingresó al café donde se encontraría con YoonGi para planear una sorpresa para el cumpleaños de SeokJin.

Al estar dentro de la estancia observó todo con una sonrisa y avanzó hasta llegar a una mesa vacía, se sentó y dejó su cartera de un lado para observar en el menú que pedir. Al instante llegó un mesero para ofrecerle un vaso de agua mientras pensaba que pedir y el agradeció con una sonrisa brillante.

De repente sintió una mano en su hombro y volteó sonriente pensado que era YoonGi, pero al identificar a la persona que le miraba con una sonrisa divertida, solo pudo sentir un refulgente odio.

Quizás le faltaba más tiempo para olvidarse de sus pensamientos homicidas contra su ex.

—¡Wow! JungKook, hace tiempo que no nos vemos. —JiMin se sentó en confianza sin ser invitado, ignorando totalmente la mirada hostil que le dedicaba el menor.

—¿Qué mierda quieres Park? —JiMin solo soltó una risa divertida.

—No te pongas agresivo, sólo quería saber cómo estabas, siempre tan dramático. —Perfecto, ahora JungKook quería arrancarle los ojos.

—Estoy perfectamente, ya te puedes largar por donde viniste. —el menor estuvo a punto de levantarse pero un escándalo que se dirigía hacia su mesa le hizo detenerse.

En menos de lo que pensó, estaba una chica frente a ellos llorando dramáticamente, con la cara roja de cólera y los ojos hinchados.

—¡JiMin eres un maldito! Así que este era el "asunto importante" —señaló a JungKook y este puso su mirada más confundida—. Me has estado engañando desde hace dos meses ¡¿Cómo me puedes hacer esto?!

—LaRa cálmate, no seas tan dramática. No estoy haciendo nada malo, él es mi amigo y ya. —JiMin respondió con toda la calma del mundo y JungKook se cansó.

—Eres la mayor mierda que hay en este mundo —el menor tomó el vaso de agua que estaba en la mesa y le aventó el contenido a JiMin en la cara, haciendo que todos lo que estaban presenciando la escena quedaran anonadados—. Mentiroso y traidor de mierda. No soy tu amigo y jamás lo sería de nuevo, puedes meterte tu preocupación por donde mejor te parezca. No soy el mismo idiota que te lloró medio año después de que le engañaras. Me traicionaste y sé que nunca te arrepentiste ni lo harás porque aquí estás, intentando joderme la vida.

» Y veo que no has cambiado absolutamente, sigues engañando a la gente y jugando con ellas como si fueran juguetes —se alzó del asiento y sacó dinero para dejar propina a pesar de no haber perdido nada—. Y tú cariño, no pierdas tiempo con este ser. Park JiMin solo tiene un sinónimo y es traidor. Escapa de allí.

Y sin más comenzó a caminar encontrándose a YoonGi en medio del lugar mientras aguantaba la risa, llegó rápidamente a él y lo jaló del brazo para sacarlo del lugar.

Una vez afuera su amigo rompió en carcajadas y él también rió por lo que había hecho.

—¡Joder! Eso fue maravilloso, me hubiera encantado grabarlo. —YoonGi seguía con sus risas y JungKook solo pudo rodar los ojos.

Siguió caminando con su amigo guindado en su brazo y sonrió porque había liberado todo lo que llevaba por dentro, sí le hacía falta gritarle sus verdades en la cara a JiMin y salir victorioso en el proceso.

Ya no era el mismo y lo agradecía. Había llorado bastante pero ya no, ya no habían amores espinosos en su vida.

Porque era una simple historia de su pasado y había quedado grabado en letras llenas de sentimientos.

Y mientras pasaban cerca de una tienda escuchó el último tema de una cantante que acababa de debutar y sonrió al saber que esa canción la había escrito él, YoonGi también sonrió y tarareó sabiendo que esas palabras ya no estaban presentes en el corazón de su amigo, ahora era una historia que todos conocían pero a la misma vez no.

You betrayed me
And I know that you'll never feel sorry
For the way I hurt, yeah
You'd talk to her
When we were together
Loved you at your worst
But that didn't matter

But you're still a traitor.

Fin.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro