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[Este OS está creado meramente para entretener, algunos datos fueron modificados para poder llevar la trama a cabo, pido respeto tanto para los eventos mencionados como para los personajes]

27 de julio de 1948.
Londres, Reino Unido / 07:21 a.m.

Blanca, espesa y fría, así se describía la niebla que cubría la hermosa ciudad de Londres. Aquel frío, pero nuevo paraje le traía una nostalgia inconmensurable a Park JiMin.

Las razones que le traían Europa le daban gracia y tristeza, un sueño en conjunto hecho trizas con la partida de su mejor amigo. Hacía frío pero él estaba tan acostumbrado, a su espalda caminaba toda la comitiva de la CON (Comité Olímpico Coreano) liderado por su Hyung y persona que le sacó de aprietos Sohn Kee-Chung. Harían un recorrido por las calles de la ciudad británica antes de comenzar con sus obligaciones.

Observó el cielo mientras soltaba aire frío por la boca y sonrió esperando ser visto. Las calles estaban llenas de color pero él parecía ir en gris. Es que simplemente el recuerdo de dos pequeños jugando entre risas con el mar como testigo perenne de su inmenso cariño, lo embargaba cierto tiempo.

17 años atrás.
27 de abril de 1931
Isla Jeju, Corea / 05:23 p.m.

JiMin de tan sólo once años observaba con una sonrisa los cangrejos rojos ir y venir de entre las piedras. Se había escapado de casa para observar la playa, si bien no se metería estaba feliz de ver las olas romper en la orilla y la intensidad del sol brillando entre las salinas aguas.

Sólo llevaba diez minutos ahí por lo que le daba tiempo de jugar con la arena, ver a su mejor amigo y regresar a casa antes del anochecer sin que su madre se diera cuenta, él era muy inteligente o al menos eso creía.

¡Minnie! —volteó rápidamente, encontrándose con el dueño de aquella voz tan familiar, sonrió de inmediato.

Yoon. —susurró cuando el niño de tez pálida llegó hasta él para abrazarlo fuerte y caluroso, hacía una semana que no se veían y se extrañaban de sobremanera.

¿Llevas mucho esperando? —YoonGi se separó viendo los ojitos sonrientes de su dongsaen favorito.

Nop —JiMin contestó y le tendió la mano para que irse a sentar frente al mar, el otro pequeño se dejó guiar sin protestas—. Aún me queda tiempo para hablar un rato y tú Yoonie ¿Cuánto te vas a quedar?

YoonGi Hyung, mocoso irrespetuoso —YoonGi se quejó mientras se sentaban en la arena y JiMin soltó una sonora carcajada mientras se tapaba la boca con su pequeña mano—, soy mayor que tú, respétame.

Sólo son ocho meses, no eres tan grande —respondió con sorna el menor por meses—. Y no respondiste mi pregunta. —hizo un puchero que a los ojos de YoonGi, fue lo más hermoso del mundo.

No te esponjes estrellita. Tengo una hora, mamá cree que estoy jugando con el fastidioso vecino —hizo una mueca—. No sé por qué no me deja juntarme contigo.

Ni yo —el menor respondió igual de triste mientras observaba el océano, sintió su mano ser sostenida y se aferró a ese contacto. Lentamente se acercó a YoonGi y recostó su cabeza en el hombro del mencionado sintiendo de inmediato una caricias cosquilludas en su cabeza—. ¿Qué tiene de malo juntarme contigo?

No sé, pero nadie me puede separar de ti y por eso cuando seamos mayores de edad nos iremos a otro país, yo trabajaré constante y podré darnos una buena vida ¿Te parece? —YoonGi alentó al menor a verle y este sonrió de inmediato.

En ese momento comenzaron a planear tanto para el futuro. Cuántas casas tendrían, los países a lo que viajaría, las comidas que degustarían, podrían dormír en la misma casa y nadie les prohibiría estar juntos, saldrían de Corea para visitar el mundo, pero no sin antes conocer en monte Hallasan. JiMin bailó entre los rayos naranjas del sol y rió por lo bueno que sería su futuro sin su madre reprendiendole por juntarse con YoonGi.

Por su lado, el mayor sonrió y disfrutó de aquella alegría provocada por promesas fantasiosas. Porque al final del día eran eso, fantasías de dos niños jugando a ser mayores y el deseo de escapar de aquella jaula invisible que los asfixiaba.

27 de julio de 1948.
Londres, Reino Unido / 08:15 a.m.

Después de divagar entre sus pensamientos y recordar un pasado casi irreal, JiMin pudo observar la razón de por qué accedió a caminar a aquellas horas. Justo ahí, al lado del Palacio de Westminster se encontraba el majestuoso Big Bang, una joya en arquitectura y punto atractivo de la ciudad.

Sintió como alguien le tocaba el hombro y observó a su Noona, única atleta femenina del viaje, sonreírle con ojos acuosos y expresivos.

—Él hubiese estado encantado ¿No? —la chica de cabello castaño corto dijo mientas respiraba pesadamente, seguro intentado retener las lágrimas—. Nos queda a nosotros disfrutarlo.

—Sé que lo hubiera, este era su sueño, yo lo cumpliré por él —respondió mientras una pequeña sonrisa se formaba en su rostro, la chica pasó un brazo por sus hombros le apegó a él con miedo de que también desapareciera—. YoonJi tranquila ¿Sí? No me iré, te lo prometí.

—Lo siento.

Después de ello ninguno dijo nada, sólo el ruido de la ajetreada ciudad junto a las pláticas de sus compañeros les acompañaban. El llamado de su líder anunciando que continuarían con el recorrido les hizo avanzar entre platicas amenas, pues ese viaje sería recordado para toda su vida.

Todos iban tan concentrados que JiMin comenzó a tararear su canción favorita entre susurros, sintiendo un calor agradable en su corazón.

How glad the many millions~ —podía escuchar la melodía en su mente tan viva como el recuerdo de por qué la amaba— Of Annabelle's and Lilian's~

Would be, to capture me~
But you had such persistence~
You wore down my resistance~
I fell, and it was swell~
I'm your big and brave and handsome Romeo~
How I won you I shall never, never know~
It's not that i'm attractive~
But oh, my heart grew active~
When you came into view~

Mientras la melodía se repetía lograba sonreír. Al final se detuvieron en un restaurante tradicional para degustar un poco y así pasaron el resto del día, visitando antes de lo que se avecinaba para ellos.

8 años atrás.

13 de octubre de 1940.
Isla Jeju, Corea / 08:12 p.m.

JiMin sonreía mientras veía a sus amigos bailar –o intentándolo– al ritmo del swing. El mundo recientemente estaba entrando en caos, pero ellos eran jóvenes sin preocupaciones que disfrutaban sabiendo que en cualquier momento las cosas se irían por el caño.

Veinte años cumplía el joven de mejillas abultadas y piel tostada, también iba para dos años viviendo con su Hyung después de haber abandonado a sus familias. Se habían mudado a una cabaña cerca de la playa que pagaban trabajando para el dueño como pescadores, al principio YoonGi se negó pero él lo convenció de ser una buena idea y resultó serla.

Todas las personas importantes para él se encontraban allí. Kim SeokJin, aquél vecino revoltoso de YoonGi, quien lo consideraba exasperante, al final se convirtió en un gran amigo y alguien en quien apoyarse. Jung Hoseok, pescador vecino de ambos, un chico risueño y de personalidad radiante, se ofreció a ayudarlos desde el primer día y ahora eran grandes amigos. Choi Soobin, un adolescente de diecisiete años que se encariñó con JiMin después de salvarlo de una golpiza por parte de sus compañeros, un joven entusiasta y con grandes metas. Y Min YoonJi, la hermana menor de YoonGi quien los apoyó cuando se fueron de casa y aún lo hacía a escondidas de sus padres, ella era totalmente opuesta a su hermano mayor, siempre sonriendo, educada y cordial, tan dulce que JiMin solía sobre-protegerla.

¡Cállate Hoseok! —chilló SeokJin ya harto de los gritos del mencionado—. Díganle que se calle o lo voy a ahogar y en mi conciencia no va a pesar. lloriqueó fastidiado.

¿JiMin Hyung qué se siente ser mayor de edad? Soobin preguntó mientras intentaba quitarse a Hoseok que se había sentado en sus piernas.

No es nada grandioso realmente, creo que te trae más responsabilidades. —respondió encogiéndose de hombros.

YoonGi en ese momento se acercó a JiMin y le susurró un «bajemos a la playa, ya me tiene harto estos ruidosos» en el oído, JiMin rió bajito y asintió parándose del lugar donde estaba sentado.

¡Hey! ¿Adónde van? YoonJi casi grita al ver que su hermano y casi hermano se levantaban dispuestos a irse.

Venimos en un rato, si se van cierren bien. —YoonGi contestó y jaló a JiMin con él importandole poco las quejas que cada vez se escuchaban más lejos mientras ellos bajaban por las piedras para llegar a la orilla del mar. Tomados de la mano como cuando eran niños y con el corazón desbordante de alegría.

Afuera todo era un caos, Adolfo Hitler inició la Segunda Guerra Mundial volviendo Europa un caos, y aunque Corea no estaba protagónica mente involucrada, Japón sí estaba y ello traería grandes consecuencias a la península. Nuevamente el mundo se veía opacado por una tiniebla gris que no se sabía cuando se dispersaría.

¿En qué tanto piensas Minnie? —YoonGi trajo de regreso a la realidad al distraído JiMin.

En nada importante realmente —respondió bajando un poco el rostro, YoonGi carraspeó y supo que no le creyó—. De verdad.

Park JiMin te conozco, ¿Extrañas a tu familia? ¿Quieres volver a casa? —ante esas menciones JiMin levantó el rostro y negó efusivamente.

No, claro que no. Es sólo que ¿Hyung qué pasaría si se desata una guerra aquí? ¿Estaríamos en peligro? —preguntó realmente preocupado.

No sé, yo creo que con todo lo que está ocurriendo habrán cambios, más negativos que positivos pero nosotros no podemos parar eso. No te mortifiques, solo reza para que esto acabe y podamos iniciar nuestro viaje. —YoonGi contestó recostando su cabeza en el hombro de JiMin.

Pero es que —JiMin gimoteó inconforme—. Si Japón pierde ¿Cómo quedaremos?

Por favor ya no pienses en ello ¿Sí? —YoonGi pidió suplicante, no quería opacar el brillo del día con aquellos pensamientos tan negativos.

Perdón. —JiMin se disculpó y YoonGi se separó y movió un poco para quedar sentado frente a él. Por primera vez en mucho tiempo no le prestaban atención a la luminiscencia azul del mar ni al aire fresco que movía las hebras sueltas de sus oscuros cabellos.

Mejor hablemos de cosas bonitas —YoonGi observó la sonrisa de JiMin bañada en la luz platinada de la luna y afirmó que ciertamente, JiMin era su mejor decisión—. ¿Sabes? Hace unos días escuché una canción muy bonita y me recordó tanto a tí que quiero cantar —JiMin se sorprendió, nunca había escuchado cantar a YoonGi—. De antemano pido disculpas por desafinar, no soy Frank Sinatra.

YoonGi comenzó a tararear sólo la melodía un poco tímido debido a aquello, desearía tener una mejor voz pero digamos que Dios no lo bendijo con ese don. JiMin por su lado sonreía y movía la cabeza de un izquierda a derecha y viceversa.

¿Por qué dices que esa canción te recuerda a mí? —habló JiMin escuchando la melodía.

Sólo escucha la letra, descúbrelo por tí mismo. —YoonGi embozó una sonrisa de dientes blancos y respiró profundo para poder cantar en un buen inglés.

I've got a crush on you, sweetie pie~
All the day and nighttime, hear my sigh~
I never had the least notion~
That I could fall with so much emotion~

JiMin quedó embobado por un instante, si bien YoonGi no tenía perfectos afines, su voz era ronca y grave, le dio tanto escalofrío que por un segundo pensó que hacía mucho viento. Su cerebro hizo una especie de corto circuito en el momento que entendió un poco de la letra, SeokJin le había enseñado inglés básico y se preguntó por qué esa canción, era demasiado.

JiMin ¿Te ocurre algo? —YoonGi se preocupó cuando JiMin no dijo nada y su expresión seguía fría, sin mostrar sentimiento alguno. Tuvo miedo.

¿Por qué? Esa canción... Esa canción habla de enamoramiento, habla de eso no me niegues que Jin Hyung me enseñó inglés ¿Por qué? —JiMin se desesperó levantándose del lugar tan rápido y casi cae por perder el equilibrio. YoonGi igualmente se levantó asustado, no quería perder a JiMin, no debía y no podía pero tenía que decírselo de alguna manera.

JiMin cálmate por favor, no sabía que te pondrías así. —se lamentó.

Sólo dime que no es lo que creo por favor. —JiMin lloriqueó tapándose la boca, no podía, no podían, no debían, eso estaba mal, muy mal.

Minnie, mi Jiminie hermoso cálmate por favor, yo... Te lo diré pero no te vayas, sabes que no puedo si te vas. —YoonGi sabía, conocía de aquello por lo que estaba pasando JiMin, él también sintió esa confusión y ese miedo.

¿Por qué tenía que pasar esto? YoonGi eso no puede ser, tú no puedes... No, me niego, es malo, muy malo. —comenzó a llorar y YoonGi corrió hasta él para abrazarlo aunque luchara por soltarse.

Simplemente pasó, ¿Acaso creías que podía vivir toda una vida contigo si caer ante tus ojos sonrientes y aura brillante? Me tienes de una manera increíble y también me duele ¿Sabes? Yo intenté que no pasara, sé que Dios me castigará y todo esto es una aberración, pero ¿Qué más podría hacer? —ambos lloraban embargados de miedo y confusión, JiMin no lo aceptaba, no podían, no debían.

Hyung, ¿Por qué yo? Sabes que no podemos, es malo.

¿Por qué es malo? ¿Porque ellos lo dicen? ¿Qué nos impide ser felices?

Sabes que todo, nos van a odiar, seremos repudiados y humillados. Nos miraran con asco y posiblemente moriremos en sus manos ¿Acaso no lo entiendes?

¿Y por qué ellos tienen que señalarnos? ¿Por qué van a decidir por nosotros? ¿Por qué tienen que saberlo? —YoonGi se separó un poco y observó el sonrojado rostro de JiMin debido al llanto—. Pero sobre todo ¿Tú... Tú estás aceptando un "Nosotros"? Estás aceptando que podríamos ser, ¿Tú sientes algo por mí más allá de nuestra amistad?

Por Dios YoonGi, siempre ha habido un nosotros. —se quejó separándose.

JiMin sabes de lo que hablo. ¿Tú sientes lo mismo que yo?

No sé YoonGi, no sé que sientes ni que siento yo. Tú eres mi todo, eres mi consuelo, mi alegría, mi paño de lágrimas, mi fuerza diaria, mi mejor amigo y la persona que más estimo en este mundo. No sé qué es estar enamorado, mejor que nadie sabes que nunca he tenido novia o he sentido atracción por una chica. ¿Eso quiere decir que me gustan los chicos? No lo sé tampoco. Es demasiada información para muy poco tiempo.

Lo siento. —YoonGi se disculpó nuevamente sollozando más fuerte, aquello ciertamente dolía, lo menos que quería en este mundo era dañar a aquel ser de irradiante luz.

JiMin lo observó romperse ahí mismo y no pudo más, se acercó y lo abrazó pasando sus brazos por la cintura de este, inmediatamente aquellos brazos fornidos por el trabajo duro lo cubrieron protectoramente. Se sintió en paz como sólo YoonGi lograba hacerle sentir y entonces lloraron con más intensidad, entregándose al temor de todo, sin ser concientes del vínculo aún más grande que formaban.

29 de julio de 1948.
Londres, Reino Unido / 06:12 a.m.

Un cuerpo sudoroso se encontraba sobre él, podía sentir el calor exitante del momento, aquellos brazos le protegían y sostenían en el vaivén de emociones mezcladas. Podía observar los mechones de cabello negro pegados a su frente, el sudor perlado de su cuerpo y el balanceo sobre él, todo bajo la luz lúgubre de las velas.

Pronto todo se bañó de una intimidad sempiterna cuando sus ojos conectaron en medio del éxtasis abrumador, en ese entonces encontró la galaxia brillando ahí mismo, sobre él, haciéndole el amor.

Te amo. —y ese susurro mandó su cordura por la borda y lo arrojó por un acantilado sin fin, se sintió desfallecer y revivir en un solo instante.

Porque él quemaba y sanaba con un solo beso.

...

JiMin despertó totalmente alterado, más que un sueño aquello era el recuerdo vivo de su mejor momento, se tapó la cara con frustración y pegó un grito que se ahogó entre sus manos.

Se calmó y después de revisar que no tuviera que correr al baño por un accidente no deseado producto del sueño, se quitó las manos de la cara y observó la oscuridad de la habitación. Suspiró sabiendo que ya era hora de comenzar y se levantó de la cama para ir a hacer sus necesidades, también arreglarse para bajar y desayunar o al menos comer un poco antes del evento.

Así media hora después se encontraba en el lobby del hotel esperando a YoonJi que desayunaría con él. La vio llegar tan risueña como siempre, con aquel vestido largo color crema que le hacía parecer un fantasma debido a lo claro de todo. Sólo lo pensó, obviamente, no iba a decirlo en voz alta.

Detrás de ella venía Han Soo-Ann un chico bastante carismático el cual venía representando a el equipo de Boxeo. Los tres partieron al comedor y desayunaron en un ambiente bastante diferente al acostumbrado, todo era nuevo e hipnotizante, JiMin casi no desayunó por los nervios, aún no le tocaba competir a él pero ya sentía todo temblarle.

...

Al llegar al majestuoso Estadio de Wembley quedaron asombrados por la magnitud de espectadores que había, y no era para menos, este año se celebraba en grande, la Segunda Guerra Mundial había acabado y el miedo en Europa cesó, no más muertes, no más bombardeos, no más tiranos, o al menos por un tiempo.

Por dos semanas eso se encontraría en su punto máximo, un total de cincuenta y nueve países concursaban excluyendo a Alemania y Japón, lo cual tenía a todos más tranquilos. Cuatro mil ciento cuatro atletas se disputaban las medallas entre ciento treinta y seis eventos derivados de siete deportes, simplemente una fiesta deportiva. JiMin se sentía extasiado y los nervios lo hacían reír de repente.

—Calma Park, aún no es tu tiempo, no te estreses. —Kee-Chung le sonrió apretándole el hombro de manera amistosa para bajarle los nervios.

Caminaron a través de todo y JiMin soltó algunas lágrimas, ahí debía estar YoonGi.

...

Hyung, quiero intentarlo. —JiMin se veía emocionado, YoonGi bajó las pesas y le sonrió.

Pero estás chiquito y puedes lastimarte. —el mayor renegó divertido.

¡Mides lo mismo que yo! —JiMin trató de verse intimidante, trató—. Además yo también quiero competir, así puedo acompañarte cuando comiencen los Juegos Olímpicos.

No, la halterofilia es difícil y no quiero que te lastimes. —JiMin se acercó y comenzó a hacer pucheros mientras pestañeaba, YoonGi se maldijo por dejar que lo controlara con esas acciones—. ¡Ash! Está bien, pero si te díscolas un hombro no es culpa mía.

¡JiMin te vas partir si intentas eso! —el grito de Hoseok hizo reía a YoonGi y JiMin se propuso poder levantar las pesas para lanzarselas a los dos.

...

JiMin prestó atención al evento que estaba a minutos de comenzar, sentado en la zona respectiva para los concursantes sentía mucha adrenalina. Veían todo tipo de gente ir y venir, sus compañeros que iban a participar para el primer día ya estaban en el campo. Varios países hacían su debut como competidores entre ellos Corea, bueno sólo la República de Corea.

El reloj marcó las dos de la tarde y la ceremonia inició con la actuación de una banda del ejército británico, por media hora disfrutaron del espectáculo hasta que el Rey Jorge VI del Reino Unido y la princesa Isabel hicieron acto de presencia. A las tres de la tarde se inició el desfile tradicional donde los cincuenta y nueve países concursantes participaron. JiMin ya estaba un poco aburrido pero los ochenta y cinco mil espectadores no se sentían así, literalmente toda la vibra calurosa llegaba a él. Los juramentos fueron profesados por Don Finlay y finalmente la antorcha fue encendida por John Mark dando inicio al evento siendo Grecia el primer participante.

Al terminar el primer día, el cansancio y adrenalina reinaba el ambiente, todo el mundo festejaba tal evento como muestra de que por fin tenían un poco paz.

JiMin sólo quería llegar a su habitación y dormír un poco, todo el equipo se encontraba un poco desanimado por no haber ganado una medalla todavía pero era su primera vez, lo tomarían con calma.

YoonJi le tenía abrazado mientras caminaban hasta la camioneta que les transportaría nuevamente a el hotel donde cenarían y todos se irían a dormir para comenzar nuevamente con otro evento al día siguiente.

3 meses antes.
3 de abril de 1948.
Isla Jeju, República de Corea/ 01:08 a.m.

JiMin dormía plácidamente, aunque los últimos días habían sido realmente agotados mantenía la seguridad de que YoonGi estaba a su lado.

Pero YoonGi no se encontraba en ese momento durmiendo con él, al contrario estaba más despierto que nunca, se encontraba en la casa de SeokJin donde terminaban de planear lo que sería ejecutado esa noche.

Joder, están arriesgándose demasiado, tú YoonGi, ¿Cómo crees que va a reaccionar JiMin? Kee-Chung estaba molesto, no le parecía lo que iban a hacer.

Sé que es arriesgado, pero no nos quedaremos de brazos cruzados, las cosas saldrán bien. Pero sí no es así, sabes que hacer con JiMin y YoonJi. —dijo mirándole fijamente, Kee-Chung asintió y salió del lugar para preparar las lanchas donde huir, porque él sabía que eso iba a salir mal.

Después del fin de la Segunda Guerra Mundial y el suicidio de Hitler, la Unión Soviética y Estados Unidos tomaron el mando, los japoneses se rindieron y Corea quedó en disputa, lo que dio como resultado la separación en el paralelo 38 quedando el norte bajo el mando de la Unión Soviética con el nombre de República Democrática Popular de Corea bajo el mando de Kim Il-Sung y el sur quedó bajo el mando estadounidense con el nombre de República de Corea poniendo a Syngman Rhee como primer presidente. Los surcoreanos estaban totalmente en desacuerdo con aquello y por eso mismo Jeju se alzaría hasta hacerse notar e impedir un nuevo mandato impuesto por intrusos.

Y exactamente a las dos de la mañana se encendió una antorcha dando a entender el inicio de una gran revelación y lucha. Todo Jeju se alzó en contra de Rhee, YoonGi era parte de los líderes de dicha alzada. No pasó mucho tiempo para que el ejército de Rhee llegara a "controlar" la situación.

Desde ese punto todo perdió orden. Gritos, sangre, fuego y vidas se fueron consumiendo, la orden era clara "Ejecutar a todo lo que esté en contra". Lastimosamente los pueblerinos iban perdiendo en cantidades y los guardias se volvían más agresivos.

Kee-Chung Hyung —YoonGi corrió hasta el chico sosteniendolo de los hombros—. Llévatelos ahora, sácalos de la isla, dile al comité que dejo a JiMin en mi puesto. Sácalos y dile que les amo con todo mi corazón, que me esperen en nuestras próximas vidas. Cuídate y cuídalos por favor.

YoonGi no... Kee-Chung sollozó al ver como su amigo se despedía de aquella manera, ¿Cómo se supone que le diría a JiMin y a YoonJi que él se quedaba?

Váyanse. SeokJin, Hoseok corran, aún queda tiempo —ambos negaron y YoonGi desesperó—. ¡Joder! que corran.

No Hyung, nosotros nos quedamos —Hoseok contestó y SeokJin asintió—. Kee Hyung cuídese mucho y me cuida a los brincones.

YoonGi empezamos y terminamos esto juntos —SeokJin habló—. Chung vive bien y abraza mucho a mis niños, será difícil para ellos.

Kee-Chung lloró mientras abrazaba a cada uno y se despidió deseando suerte y agradeciéndoles por ser sus amigos. Después corrió, corrió como pudo esquivando todo hasta llegar a la cabaña de YoonGi, justo en la puerta se encontraba un JiMin muy asustado y una YoonJi llorando.

¿Qué está ocurriendo Hyung? —JiMin sorbió su nariz.

Debemos irnos ahora. —jaló a ambos, quienes sólo preguntaban por los demás.

Se dirigieron a un lugar donde casi nadie iba y encontraron una lancha lista para ser usada. JiMin se detuvo en ese momento.

Los chicos ¿Dónde están? —JiMin estaba entrando en colapso, una explosión sonó y el llanto de YoonJi aumentó.

Ellos están bien, ya partieron, yo me quedé para arreglar algo y dije que me los llevaría, pero de verdad no queda tiempo, sube por favor. Kee rogó al borde del colapso, se sentía como una mierda por no haber salvado a los demás.

JiMin asintió no muy convencido y se montó junto a YoonJi, la abrazó para calmar un poco sus nervios y Kee-Chung le siguió y comenzó a mover la lancha con el objetivo de huir rápido, de escapar de ese baño de sangre con el cual se teñía el lugar que una vez llamó hogar.

Ya YoonJi no lloraba pero los nervios seguían alterandola. Por otro lado Kee-Chung lloraba en silencio, intentando no alarmar a sus acompañantes pero supo que falló cuando JiMin se hizo notar.

¿Por qué llora Hyung? ¿Dónde están los chicos? —JiMin gimoteó desesperado, sabía que nadie había partido antes, su instinto se lo decía pero no quería aceptarlo, no lo haría.

Lo siento de verdad, intenté que vinieran conmigo pero ellos se negaron y debía sacarlos lo más pronto posible. De verdad lo intenté. —escuchó un constante "No" pero no venía de JiMin.

Da la vuelta, ¡Da la vuelta ahora te he dicho! YoonJi se alzó haciendo que la lancha se balanceara, JiMin tuvo que sostenerla—. Regresa, yo sé que ellos están bien, por favor.

Lo siento, es lo que más quisiera, pero no arriesgaré sus vidas así, cumpliré con lo que me pidió YoonGi. —sin dar marcha atrás a su palabra continuó. Los sollozos de YoonJi seguían y se volvían susurros de pena mientras que JiMin sólo la abrazaba viendo a un punto muerto, tan ido en si mismo que aterraba.

A eso de las cuatro y media de la madrugada llegaron a las costas de Gwangju donde los pueblerinos los recibieron entre preguntas preocupadas, al parecer varias personas también habían llegado antes tras huir del desastre. Ninguno habló, se sentían asfixiados y decaídos de gran manera.

No eran las ocho de la mañana cuando ya se encontraban camino a Seúl, de seguro el comité olímpico ya sabía de aquello.

...

JiMin observaba aquel diario informativo con su titular de portada. Arrugó las hojas entre sus manos y sollozó bajo.

"Terrible acontecimiento enmudece a la nación.

La isla Jeju se levantó en armas para protestar en contra de las "Elecciones separadas del 10 de mayo".

Alrededor de mil personas perdieron la vida en la primera noche, pero eso no bastó para callar a el pueblo, "No descansaremos" fueron las palabras dichas por algunos sobrevivientes.

"Rechazamos las elecciones separadas y el gobierno separado" suelen corear los pueblerinos.

Este suceso marcó nuestra historia. La Insurrección de Jeju jamás será olvidada, ni sus líderes contantes que murieron en manos del ejército.

Lee Hwa Jee
Ahn Hye Jin
Kim Heechul
Min YoonGi
Jung Hoseok
Kim SeokJin

Vuelen alto."

La nota cerraba con aquellos nombres que deseó, jamás ver allí. Ya había pasado un tiempo de aquello. Cuando llegaron a Seúl les recibieron entre lamentos y abrazos, después de dos días se hizo una reunión donde JiMin se comprometió a participar en los Juegos Olímpicos de Verano remplazando a YoonGi, aún con el corazón hecho trizas, se juró terminar aquello.

10 de agosto de 1948
Londres, Reino Unido / 02:54 p.m.

JiMin se encontraba tras bastidores, pronto el evento donde el participaría estaría iniciando. No faltaba mucho para iniciar aquello, su adrenalina se encontraba al mil y ni YoonJi podía calmarlo. Tenía miedo de defraudar, de no hacer un buen trabajo, de seguro YoonGi podría conseguir el oro pero él no estaba ni seguro de que no se desmayaría al salir.

—Pase lo que pase, estoy orgulloso de ti ¿Sí? Eres mucho y más, no te presiones. —Kee-Chung le calmó abrazándole.

De repente todo aumento, el calor, el miedo, la emoción y agitación. Fue llamando para ocupar el lugar asignado y dar inicio al evento.

Todo paso tan rápido, ya no estaba adentro, ahora sentía el gritar de las personas en su piel, quemándole. Estaban ahí, frente a él, unas pesas que brillaban y le alentaban, observó a su alrededor y todos le animaban. Y como si de un destello se tratase lo vio a él.

Min YoonGi le sonreía tan brillante que sintió ganas de llorar, sabía que era un juego de su mente pero lo aprovechó para tomar fuerza suficiente. El lejano «Damos inicio al evento de "Halterofilia"» le hizo volver a la realidad, comenzó a sudar en mayor cantidad. Años de práctica, contante esfuerzo y una promesa, eso era lo que él tenía para participar y lo haría sin mirar atrás.

Cada uno de los concursantes hizo su mejor esfuerzo. Cuando llegó su turno cerró los ojos y le pidió a Dios mucha fuerza. Se colocó en la posición correcta recordando aquellas palabras «recuerda doblar las rodillas sólo un poco y balancear tu peso colocando un pie delante y el otro atrás, puedes hacerte mucho daño de no balancear el peso bien». Y así lo hizo, como tantas veces YoonGi le repitió, sus manos tocaron metal y realizó todo lo aprendido, impulsó la pesa y balanceo las halteras, subió todo lo que pudo y sonrió al cielo escuchando el furor del estadio completo.

Dios déjame cumplir esto.

Sólo no quiero decepcionarlo.

Necesito esto.

Y soltó al no poder más, se había sentido una eternidad y los gritos efusivos de su equipo le dejaban saber que había hecho un buen trabajo. Dio dos pasos atrás y mientras sonreía, una voz ronca lleno sus oídos con aquellas letras que tanto amaba.

Could you coo, could you care~
For a lovely cottage that, do you wanna me~
Monday to pick up the forniture~
The world~

Lo hiciste bien, siempre lo haz hecho bien.

Y mientras los dos últimos concursantes tomaban su turno, él, Park JiMin sonreía entre lágrimas porque se sentía libre, lo había hecho bien para él y eso era lo único que le importaba.

Cuando los resultados fueron develados todos sintieron su piel picar y su corazón bombardear potente entre sus costillas. YoonJi estaba a punto de caer de la silla si seguía echándose para adelante por los nervios de saber en qué lugar quedaría JiMin.

Pronto los tres primeros lugares fueron anunciados, el grito ensordecedor llenó el espacio y JiMin casi se desmaya de la impresión.

Halterofilia
75 Kg.

Park JiMin | Corea del Sur
117,5 +
120,0 +
152,5 =
390,0 RO

Frank Spellman | Estados Unidos
105,0 +
122,5 +
155,0 =
382,5

Piter George | Estados Unidos
122,5 +
112,5 +
145,0 =
380,0

Él... Él estaba en primer lugar, la medalla de Oro era para Corea y sería llevada en su cuello. Lloró cuando YoonJi y Kee-Chung corrieron hasta él para abrazarlo. Todo fue felicitaciones y abrazos emotivos hasta que llegó el tiempo de colocarles las medallas a los ganadores.

Y ahí se sintió tan bien porque él, un chico pobre de un país en un crítico estado, un chico al cual le habían arrebatado el amor de su vida y tenía el corazón tan destruido, había ganado una medalla de oro y llevó honor a su país en su debut en las Olimpiadas.

Ese día fue sin duda el mejor de su vida.

30 de diciembre de 2005

DaeGu, Corea del Sur / 07:32 p.m.

—¡Wow! —exclamó él pequeño de díez años totalmente asombrado con la historia que le contaba su papá—. ¿Y qué pasó con JiMin Hyung?

—Bueno, él regresó a Corea junto a todos el quince de agosto, un día después de que todo acabara —explicó el hombre de cabello negro con muchas canas—. YoonJi y él se quedaron a vivir juntos en Seúl, sólo volvieron a Jeju cuatro años después de la masacre, tenían cosas que arreglar.

—¿Sí? ¿Cuáles? —el pequeño deseaba hacer más preguntas pero la puerta se abrió dejando ver a su madre junto a su mejor amiga y el hijo de ésta, el pequeño de ojos expresivos que le alegraba los días.

—¡Kookie!

—¡Tete!

Ambos niños corrieron a su encuentro abrazándose mucho.

—Feliz cumpleaños pequeño Taehyung. —la mamá de Kookie felicitó al niño, quien la ignoró, más que por descortés fue por estar concentrado en las aventuras que le contaba su pequeño amigo.

—Tae, JungKook, mis niños vayan a jugar en la sala que vamos en un rato con el pastel ¿Sí?

No necesitaron más para perderse de la vista de los adultos.

—Esos niños. —Jeon Wheein sonrió enternecida.

—¿Le estabas contando la historia de Park JiMin a Tae? —Park Yong Sun le preguntó a su esposo.

—Sí, le gustó bastante. —respondió tratando de decorar el pastel. Wheein le golpeó y le apartó para hacerlo ella.

—Park NamJoon, ¿Se la contaste bien o fantasiosa como la primera vez que me lo dijiste? —acusó, ella sabía que su esposo pintaba de mil colores esa historia.

—Se la conté bien, omitiendo algunas cosas obviamente.

—¿Y le dijiste que el Park JiMin de tu historia y el Park JiMin que le abrazaba en las noches y por quien tanto lloró al saber que ya no estaba, es el mismo?

—No, aún no —NamJoon soltó un suspiro al recordar como su pequeño lloró cuando su abuelo murió—. Lo haré en un rato.

Yong Sun asintió comprendiendo y tomó el pastel ya decorado para llevarlo a la sala, su esposo y mejor amiga le siguieron.

Cantaron cumpleaños y observaron al lindo Taehyung darle de comer al pequeño JungKook de seis años en la boca. NamJoon también contó que su padre, a quien amaba con toda su alma, le había adoptado en Jeju cuando él tenía siete años, junto a aquella mujer que llamaba mamá pero jamás vio algo más allá de una amistad con su papá.

Taehyung no entendió pero prefirió no preguntar más y concentrarse en los lindo ojos de JungKook, para él, ese pequeño era lo más hermoso del mundo y lo protegería porque él era su super Tae.

Aunque ninguno de los presentes sabía que en el alma de aquellos niños permanecía un amor gravado a fuego, jurado por dos amantes pasajeros que no tuvieron suficiente tiempo.

Quizás, quizás esta vez sí.

I've got a crush on you, my baby, for you~

5,704 palabras omitiendo aclaraciones y lo próximo explicado.
DrunkMafiaSquad

Para la creación de este OS hubieron modificaciones, la más notable es el puntaje y resultado de Corea, este país quedó en tercer lugar pero para hacer más amena y emotiva la participación lo modifiqué, espero que no hayan problemas.

Espero que disfruten este pequeño pedazo de mis tres días de estudios sobre la década de los cuarenta, una tan hermosa como dolorosa para muchas naciones.

❀ ' Ale Min✓ ˚.༄ ೃ
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