Tre ꦿꯧָ

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

El tiempo que transcurrió para mí en el hogar de Taehyung era totalmente un martirio. Rogué cientos de veces, e incluso trate de darle indirectas a Taehyung para que fuésemos a pasar el rato en su habitación como siempre lo hacíamos. Pero Taehyung a veces era tan.... Que no captaba nada. ¡Ahora mismo me sentía enserio incómodo!, Estar en la sala, con su padre una mesa delante de mi, mirándome como si estuviera inspeccionandome de alguna manera, me hacía sentir intimidado.  Sus ojos gatunos se sentían recorrer cada parte de mi sin siquiera tocarme. Taehyung estaba tan hallado en sus comentarios, que no percibía el ambiente tan incómodo en el que estaba. Tenía mis manos recargadas sobre mis rodillas, sentía exacto como ellas temblaban, y a la misma causa, mis manos lo hacían.

El reloj marcaba las ocho de la noche. Era perfecto. ¡Mi plan de huída!.

— ¿Te quedarás a dormir, Minie? — De pronto pregunto Taehyung. Inevitablemente una pequeña mueca se apoderó de mi rostro, y de inmediato la quite.

— ... Creo que no -— Respondí con timidez. -— No quiero ser una molestia ahora que está tu papá en casa, deberían pasar tiempo juntos, como padre e hijo y ponerse al tanto de sus vidas privadas y ... Eso — Dije temeroso. Ambas miradas estaban encima mío. ¿Debería sentirme más nervioso?, Claro que sí.

— No será un problema, además sirve para que conozcan a mi padre y el a ti, así el sabrá que tú eres un buen amigo.. ¿No crees?.. ¿Te quedas? — Sus palabras traían consigo una magia celestial tan linda y pura que me hacía caer a sus pies. Si no fuese por qué somos mejores amigos, ya lo habría besado más de una vez.

Murmuré en mi lugar, y tarare un poco la respuesta que daria. Y por un momento olvide la existencia de su padre ahí mismo. — .... está bien Tae .... — Respondí al final. Elevando un poco mi voz para que fuese escuchada. Ahí mismo encare a su padre. Dios, temblé. -— P-pero... -— Taehyung rodó los ojos cuando me escucho decir aquello. -— No le haz pedido permiso a tu padre... -— Al mencionarlo, su mirar se intensificó más en mi. Y mis tartamudeos me delataron. -— E-el, no creo que tu padre esté contento por meter a un extraño a su hogar y--

-— Descuida -— Me interrumpió el magnate hombre. -— No me molesta en lo absoluto, mi hijo a dicho maravillas sobre ti, además, eres su mejor amigo, ¿no es así? -— Ese anunciado. Nuevamente calo en mi interior. Sentía como si me estuviese retando a negarle que eso era.. el mejor amigo de su hijo.

Con temor asentí un par de veces. ¡Juraría que le ví negar con molestias cuando accedí a su dictado!.

-— Entonces... No hay ni abra ningún problema -—. Menciono como último. Taehyung sonrió y salto de felicidad un par de veces en su asiento. Yo ahora quería pudrírme como una manzana para que me desecharán y pudiese salir de este lugar que me pone un tanto... Nervioso.

— Señor Min -— Todos escuchamos una suena voz, proviniente de una de las mujeres de servicio, no solía ver seguido a estás mujeres por aquí, pero supongo que con la llegada del dueño estarían más a su favor. -—  La cena está lista — Comunico. El señor Min asintió susurrando algo que no escuché y me causo algo de molestia. -— ¿Quieren ir cenar ya? -— Preguntó. Tal parecía que el ir a cenar le dió un poco de molestia. No sabría exactamente qué visualice.

— ahora vamos papá— respondió Taehyung, sujetándome de pronto de mis muñecas. Costumbre de el. — Vamos Minie.. --— Tiro de ellas, haciéndome levantar a la fuerza y con dolor. Mi entrecejo fruncido por el repentino dolor que dió en mis muñecas. Seguí tras Taehyung, tratando que dejase de tomarme así.

Pero el señor Min se adelantó. Su brazo sujeto con fuerza el de su hijo, Taehyung observo a su padre con curiosidad. -— ¿Que pasa? -— Pregunto al mirarle serio.

-— No vez que estás lastimando a tu amigo, ¿Eh? -— Taehyung frunció su ceño, y miro hacía mi. Mis ojos miraban su mano encima de la mía. Ahí mismo se percató y soltó mi mano. -— Uh, lo siento minie -— se disculpó, permitiendo avanzar.

Llegamos al comedor, el señor Min nos seguía el paso, me senté en uno de los costados de la mesa, al igual que Taehyung. Mientras que su padre se sentó en la punto de la mesa, supongo que ahí era donde correspondía su lugar como dueño del hogar.

— Es.. es un gusto conocerlo al fin — Dije tratando de romper el silencio que se había formado. No le había hablado, o casi ni le dirigí la palabra durante mi estancia aquí. Supongo que era momento de hacerlo y romper está tensión que me sofocaba.

— Gracias, lo mismo digo, es bueno conocer al fin a un amigo de mi hijo. Y que mejor que a su mejor amigo, el más especial de todos... — Sonrió. Mal hecho , mal hecho, ¡No debí haber dicho nada!, Siento que este hombre se me insinúa y... ¡No lo siento mal!. Me agrada. ¡Está mal que me agrade!.

Y esa jodida sonrisa hizo que babeara por el. Es tan.... Linda.

— Debo mencionarte papá -— Hablo Taehyung, captando nuestra atención. -— que casi siempre suelo hacer pijamadas con JiMin, como antes no estabas ni tu ni mi madre, no le veía problema al traerlo, pero ahora que estás tú aquí, ¿Puedo seguir con las pijamadas?, ¿O te molesta?. —  "por favor que le moleste" cruce mis dedos bajo la mesa.

— Me parece bien, no quiero que crean que solo por mi llegada se les arruinarían sus planes, tranquilos -— Menciono con serenidad.  Yo estaba a tan solo segundos de morir.

— .. ¿No le es estresante  Señor Min? — Me anime a decir. — Me refiero a que ..... Ahora que usted llegó aquí, para pasar tiempo con su hijo, y este yo, interrumpiendo o siendo alguna molestia para su tiempo en familia y-

-— Para nada... -— Interrumpió. -— Sería muy bueno convivir con mi hijo y su amigo. Así sabría un poco más sobre los intereses de mi hijo, y la confianza se brindaría más...
Quería que el señor Min se rehusara totalmente a que algún entrometido estuviera en su plan familiar. Pero el simplemente no me daba la oportunidad.

La mujer de servicio llego, trayendo con ella los platos con los alimentos que ingeririamos.
Tallarines .... Delicioso. Mis ojitos brillaron, los tallarines son... Cómo decirlo, la especialidad de esta mujer, y los amo. La cena iba transcurriendo con normalidad, si no fuesen por mis ojos curiosos. Comía como un pequeño mis tallarines, sin saber que manche de mis mejillas y el señor Min me miraba con afán....  Mis mejillas se calentaron, pare de comer, dejando colgando algunos de los tallarines de mi boca.

-— « aquí » -— Susurro el señor Min, y señaló su propia mejilla. Yo solo pude sentirme nervioso. Termine por comer lo que salía de mi boca y tome una servilleta para limpiar mi desastre.

Era tan torpe.  Ni si quiera limpiar bien mi rostro podía. El señor Min sonrió , mis oídos sintieron como si hubiesen escuchado el sonido más hermoso de una nota musical. Y sin querer también le sonreí.

Se acercó a mi. Y me sentí nervioso, tomo su propia servilleta y limpio mis mejillas. Estaba rojo hasta la orejas. Trate de sonreír pero...

— Oh.. se me a caído un poco de comida en la camisa —  Había hablado Taehyung, por un momento sentí pánico , pensaba que había visto a su padre y a mi hacer esto... que prácticamente no le veo lo malo pero, nunca se sabe. — iré a cambiarla — aviso. Levanto de su lugar de la mesa y partió a su habitación.

Ahora sentía pánico por dejarme a solas junto a su padre.

— Cuéntame JiMin -— Me llama. -— ¿Que edad tienes?.. o ¿Tienes alguna novia?.. — Pregunto. Y creo que estaba siendo muy obvio con esa clase de preguntas.

— ah.. pues, tengo dieciocho... -— comuniqué. Juraría que lo ví sonreír.

-— ¿Dieciocho?, ¿Eres mayor que Taehyung y asisten a las mismas clases?... -— Cuestionó.

-— Compartimos unas clases de la preparatoria, el resto de ellas ya concuerdan con nuestras edades...  -— Explique, y pareció entenderlo rápido.— Y de novias.. -— Me amerite a seguir. -— Bueno, para ser sincero las chicas no son lo mío, señor Min ...

— ¿Andas con mi hijo o algo así? — Esa pregunta me hizo escupir. La saliva se atoro en mi garganta, casi moría por aquel seguro mal chiste.

— ¡No!, No.. el y yo somos mejores amigos.. solo eso .. — dije escandaloso. Los nervios estaban a punta de pie. ¿Por qué no lo deje hacerse ideas?...

— Es bueno saberlo — Dice. ¿P-porque?.

Después de esa charla,  todo quedó entre un silencio. Uno quizás incómodo para mí, pero para el no. No sabía que mas hacer, ya había terminado mis fideos y....
Mi mano estaba encima de la mesa, no lo había visto que la tenía ahí encima pero... La mano del señor Min rozo la mia.

Me quiero morir.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro