Chapter O7 | Era los únicos ojos que veían más allá de la neblina.

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La noticia se corrió hasta los pueblos vecinos: todos estaban intrigados sobre la inesperada desaparición de Park Jimin. Nunca se habían dado casos como ese en Gyeong y sus habitantes estaban igual de sorprendidos que los extranjeros. Yoongi esperaba que todo saliera bien, que el "misterio" se resolviera y todo en ese lugar volviera a la normalidad. Deseaba que algo de todo lo que le dijo a la policía pudiera ser de ayuda, aunque creía que le dio una mala impresión a los oficiales luego de repetir como tres veces lo que Jimin le afirmó la última vez que se vieron antes de esfumarse: "confirme lo que dijo, por favor", fue lo que le dijo el oficial Lee. Min a ese punto, notó que se había metido más de lo necesario en el asunto.

Sin embargo…

Allí estaba con su mirada posada en el perfil del muchacho de cabellos castaños, quien no paraba de observar el cielo con sus enigmáticos ojos que desaparecían en la sombra de su rostro. Yoongi se preguntaba qué era lo que pasaba por su cabeza al tener la vista fundida entre las grises nubes: ¿qué era tan interesante allí arriba? Cambió la dirección de su paisaje al amplio cielo y como creyó, no había ninguna maravilla. Tal vez sus perspectivas eran diferentes, tal vez él no podía apreciar las siluetas deformes a lo alto o la pintura de diferentes matices de un azul apagado; o probablemente solo no quería dar demasiadas vueltas a una aburrida pintura, no queriendo darle un significado complejo a algo que él creía insignificante.

—¿Alguna vez te has puesto a pensar en todos los pequeños detalles que ignoramos? —De repente la fría voz de Jimin quebró el tranquilo ambiente. Lo observó por el rabillo del ojo, notando que el castaño le hablaba al aire, sin detenerse ni siquiera a echarle un vistazo y eso lo incitó a volver a inspeccionar el cielo. No entendió la pregunta y quedó en silencio, pensando en respuestas que no lo dejaban satisfecho o mejor dicho, no alcanzaban la altura de la duda.

—No lo hice —murmuró con su mente en un limbo.

Sentado en una banca, tenía muchas oportunidades para embarcarse a un mar de pensamientos en aquella solitaria plaza, pero su mente estaba tan blanca como la palidez de la nieve en ese instante. Jimin pareció aceptar su respuesta con su silencio. Realmente había tantas cosas alrededor de Park que no lograba distinguir con claridad, con solo estar de pie a un lado del largo asiento le generaba varias preguntas.

Suspiró. Hacía frío y esperaba a que su madre saliera del almacén con sus compras para volver a casa y tirarse a la cama a dormir luego del pesado encuentro con el oficial Lee. Al dormir nada lo molestaba, ni sus dilemas, ni sus preocupaciones o la culpabilidad, tampoco el rostro desolado de Park Jimin.

Pensó en su padre y la repentina llamada que tuvo que atender cuando salieron de la comisaría. Gracias a ese pensamiento, llegó la imagen de la señora Park en la recepción del mismo lugar, con su expresión preocupada y una foto de su único hijo en sus manos. Pudo ver tanto sufrimiento con un mirada de reojo y una sola oración: "¿hay nuevas noticias sobre mi niño?". Sabía que no podría entender del todo el inmenso dolor por el que estaría pasando la mujer al no saber nada, absolutamente nada sobre su hijo. Además de que la madre debía aguantar los comentarios de desesperanza de las personas y tenía que mantenerse firme con la única motivación de que llegaran las palabras: "Encontramos a su hijo. Está a salvo".

Y él esperaba lo mismo.

Salió de su trance cuando Jimin se sentó a su lado, ahora bajando su mirada hacia el frente con una lentitud que lo dejó escéptico. Tenía que admitir que Park tenía una belleza singular pero, su belleza sería más potente si no se viera tan apagada como ahora.

—¿Los oficiales te han dado algún indicio sobre mí? —Jimin fue directo y Yoongi no lo culpó. Tomó aire y negó.

—Nada que no supiera. —Tiró su cabeza hacia atrás a la vez que cerraba sus ojos, estaba exhausto por lo abrumador que era todo. Ignoró cuando sintió movimiento a su costado— Probablemente pronto haya nueva información y- —Abrió sus ojos con la misma pereza con la que hablaba gracias a su posición. Cerró su boca abruptamente cuando se encontró con los penetrantes ojos de Jimin; estaban a unos centímetros alejados pero fue suficiente para que el aire se estancara en su pecho gracias a la cercanía. No reaccionó los primeros segundos por haber sido tomado de imprevisto, mas, después se calmó y entrecerró sus párpados— ¿Qué crees que haces, Park?

—Observo.

—¿Y observas exactamente qué?

—A ti.

Yoongi quiso responderle con burla y se detuvo, no tenían una relación estrecha para bromear. No lo conocía, dudaba de cuál sería su reacción ante una broma: antes podría haber tenido indicios, ahora con el nuevo Park Jimin, dudaba de muchas cosas. Demasiadas para su gusto. Antes no tenía tantas inseguridades como en este momento, temía que esto fuera a largo plazo… Entonces comenzó a plantearse la idea del "después". ¿Qué pasaría después de descubrir la forma de volver todo a la normalidad? ¿Jimin recuperaría la memoria y luego… Desaparecería de su vida? ¿Se volverían más cercanos? ¿Mantendrían la misma distancia de antes? ¿Obtendría algún reconocimiento? Eso último no le gustaba, preferiría seguir con sus días tranquilos sin tanto alboroto. Quería el mismo ambiente silencioso del invierno.

"Pero fue tu culpa", se repitió en su cabeza.

Se quedó callado bajo la insistente mirada gélida de Jimin. ¿Qué estaría pasando por su cabeza?

—¿Terminó la inspección? —preguntó cuando la incomodidad de ser analizado apareció entre su intento se mostrarse imperturbable. Sus labios se aplastaron al no recibir respuesta y tampoco tenía la posibilidad de moverse o chocaría sus frentes al cortar la brecha que los separaba por centímetros.

—Quiero recordarte —pronunció y causó que varias preguntas se dispararan en la mente del pálido que se congeló al sentir una potente electricidad que recorrió todo su cuerpo. Recién notó que las iris de Park estaban dilatadas y esto se volvía más visible por la claridad de sus ojos.

—De todas formas, si me fueras a recordar, no sería de mucha ayuda —dijo suspirando cuando Jimin se alejó y tal como en el pasado, volvió su vista al cielo.

No hubo respuesta.

Yoongi no pensó mucho en ello y se encogió debajo de su abrigo, tratando de esconder su roja nariz, esperando a que su madre llegue.

Se preguntó si su coartada convenció al agente Lee, le era difícil creer que sí. "Sería tonto si me descartaran tan fácil", pensó con pesadez. No tenía energías ni para asistir a clases o acercarse al club o a su mejor amigo Sangyoon. Esperaba no haber causado muchos alborotos a su reemplazo, tampoco quería preocupar a Sangyoon o a sus padres; sobre todo a ellos, no quería darles problemas con su presencia en casa. Trataba de recompensarlo haciendo tareas domésticas y dejar todo reluciente para aprovechar lo que resta del tiempo para dormir.

Miró de reojo a Jimin. Seguía en la misma posición.

Su presencia tampoco lo fortalecía demasiado, es por eso que dormía tanto últimamente. De solo pensar en todo lo que estaba sucediendo, hacía que se sintiera pequeño en el océano de sus dilemas y debates.

¿Y si hubiera sido él en lugar de Jimin?

Observó a su madre acercarse con las bolsas de compras y corrió a socorrerla.

No, ni siquiera debería pensar en esa posibilidad.

Al día siguiente el rostro de Park Jimin se dispersó a los pueblos vecinos. Por lo que tenía entendido, hubieron personas que se presentaron a la comisaría para testificar acerca de los hechos. Y ahora con la recompensa que dieron a cambio de información vital, los testigos aumentaron junto a los rumores y teorías acerca del paradero actual del joven.

Como los testigos crecieron, la información incrementó. Con ello, luego de dos días, la policía pudo comprobar su coartada cuando testigos afirmaron haberlo saludado y visto irse a su casa a la hora señalada por Yoongi en su declaración. Aún la policía no había revelado mucho sobre las nuevas pistas que salieron a la luz sobre el caso.

—¿Estás bien? —preguntó luego de lavarse la cara y ver a Jimin mirar por la ventana con esos aires de ausencia.

—Sí —afirmó—. Es raro ver mi rostro en todas partes cuando estoy aquí. Eso es todo. —Elevó sus hombros con su expresión igual de inmutable que normalmente llevaba. Yoongi se sintió mal por ello y bajó la vista. No supo qué decir, así que cambió de tema.

—Hoy veré si consigo más información —murmuró buscando su ropa en la cajonera para luego irse al baño a cambiarse. Usualmente lo haría en su habitación, y que Jimin estuviera allí, lo ponía demasiado nervioso. Se colocó unos pantalones negros junto a una camisa blanca y un suéter a cuadros de colores cremas y cafés. Al salir ya con su vestimenta, vio al callado chico acostado en su cama recién tendida y suspiró. No le dijo nada: "lo ordenaré de nuevo luego", prometió echándose un ojo delante del espejo. No se quedó mucho tiempo allí porque temía quedar como un meticuloso, no lo era, no era muchas cosas pero estaba pensando en lo que creería el chico con el que cruzaba pocas palabras. Este ni siquiera había despegado su rostro de la almohada y…

—¡Hey! ¡No huelas la almohada! —Se avergonzó. Esa cosa debía apestar a él.

Jimin negó aún hundido en la esponjosa almohada. Yoongi sobó su frente luego de notar que se alteró por aquel detalle. ¿Qué más da? Si no estaba escuchando quejas, debería dejarlo. ¿Jimin tendría mucho sueño? Las noches anteriores le ofreció su cama y él se quedaría en el sofá. En cuanto a sus padres, les diría la excusa: "es que me quedé estudiando hasta tarde". Y a pesar de sus esfuerzos, Park siempre se mostró persistente en su postura de negación. No sabía si estaba siendo modesto o había otras razones detrás. Lo dejó ser y abandonó sus insistencias luego de un tiempo.

Yoongi se sentó en el borde de la cama donde descansaba el cuerpo del castaño, quien no mostraba signos de estar durmiendo.

—¿Dormirás?

—No.

—¿Entonces qué haces?

—Pensar.

Yoongi soltó un simple "umh", no queriendo entrometerse mucho hasta llegar a abrumar al otro con preguntas: sabía exactamente cómo se sentía ser interrogado.

Exhaló y se dispuso a acomodar sus botas de cuero. No le prestó mucha atención a las divagaciones de su compañero y se dirigió al comedor donde aguardaban unos panqueques junto a una taza de café recién preparada. Sus padres le dieron los buenos días y él devolvió el gesto sin mucho ánimo. Agradecía que sus padres no actúen diferente con él, por ahora,  porque no duraría mucho antes que decidan tener una charla con él; no es como si lo odiara, a veces debería recibir consejos y diferentes opiniones, mas… No sabría qué decirles al respecto por la misma razón de que, ni él mismo tenía ordenado sus pensamientos y emociones. Estaba angustiado por tener un revuelto en su interior, era un desastre.

—¿Con quién hablabas, cariño? —preguntó su madre y movió su cabeza confundido—. Es que escuché gritos, ¿todo bien?

Oh. Era eso.

—Se metió un pájaro al cuarto —respondió prácticamente al mismo tiempo que le daba un sorbido al líquido humeante, así, quemándose la lengua al instante.

—Ten cuidado —regañó su padre al verlo sacar la lengua adolorida.

Escuchó la risa de su madre y fue un alivio a la atmósfera, porque compartieron risas en la mesa.

Una mosca se posó en la ventana que daba camino a la escena familiar.

—Corazón, ¿hoy tampoco irás al colegio? —preguntó su madre y Yoongi dejó a medio viaje su cucharada de miel que echaría a sus panqueques. ¿Iría? Se sentía realmente incómodo allí y de pensar en sus profesores regañándolo por estar absorto en sus pensamientos y las consultas de sus compañeros, todo eso comenzó a estresarlo a tal punto de sentir un potente dolor de cabeza.

—No… —murmuró y su madre apretó sus labios, dándole una mirada de preocupación a su esposo, esto no pasó por alto por Yoongi. El hombre dejó a un lado el diario y antes de que hablara, Min lo interrumpió—. Iré mañana, mañana tendré energías. —Les regaló una pequeña sonrisa para disipar cualquier duda aunque en su interior tenía más dudas que nadie. Su gesto se borró lentamente cuando vio a Jimin entrar al comedor, quien caminó con esa gracia silenciosa que lo caracterizaba, pasando detrás de sus padres que parecían alegres por sus palabras e ignorantes a la presencia del castaño que, los inspeccionaba con detalle. De cerca, muy de cerca. Apretó su mandíbula cuando este acercó su dedo a la mejilla de su madre y se levantó de inmediato. Asustó a sus padres y detuvo a Jimin que ladeó la cabeza por su reacción.

»—¡Bien! Creo que fue suficiente por hoy. Mañana iré a la escuela —afirmó riendo con exageración. Jimin entrecerró sus ojos. Sus padres estaban estupefactos por su comportamiento, contrario a lo que pensaba, no reclamaron nada. Yoongi se sentó de nuevo y cuando los adultos se distrayeron, fue cuando le lanzó una expresión de advertencia al castaño que no se mostraba en lo absoluto cohibido. Volvió a verse obligado a disimular cuando su madre le prestó atención de nuevo.

Min comenzaba a darse cuenta por las cosas que tendría que pasar de ahora en más al ser el único que podría ver a alguien que todos creían perdido.

Era los únicos ojos que veían más allá de la neblina.



























©mysverse

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