[Actividad |8]

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28 de Noviembre de 20...

Jimin observaba la puerta por donde se había ido su amado después de decirle “Hoy es un día importante” fue lo que dijo cuando el menor le suplicó que se quede con él.

Y otra vez.

Sintió un malestar, sólo pasaron un par de minutos desde que su Yoongi se fue y ya siente un gran vacío en su interior.

Algo lo aturde.

¿Lo peor?

No sabe qué es.

Y sin percatarse, lágrimas nacían en sus ojos y morían en su mandíbula.

Sentía una angustia terrible que perturbaba su cabeza, ¿por qué sigue allí?

Se hizo bolita en la entrada, abrazando sus piernas en busca de calor... en busca de amor.

—Mamá —llamó con la voz rota.

Necesitaba verla.

Se levantó del suelo y se dirigió a su cuarto, donde sacó una campera con capucha, era negra con unos estampados a uno de los costados, ropa simple. Se secó la humedad de sus mejillas.

Cuando llegó a la entrada, se quedó analizando por varios segundos el pomo de la puerta, meditando en si salir o no.

La luz contra la oscuridad.

Su mano comenzó a temblar cuando alzó su mano para abrir la puerta, paralizándose y tomó su brazo con la otra, sus pupilas vibrando ante el miedo.

Tomó una gran bocanada de aire.

Pero tenía que verla, la necesitaba.

Y la abrió, abrió la puerta.

Se encontró con una pared beige, giró su cuerpo ahora dando hacia un largo corredor donde al concluir había un ascensor.

Caminó y caminó.

Subió a la máquina y esperó a llegar a la salida, sus pies hacían un movimiento repetitivo, típico de la ansiedad.

Entonces llegó, lo supo cuando el ascensor hizo un movimiento brusco y las puertas se deslizaron.

Su mirada fijada en el suelo, totalmente atónito, no pudiendo levantarla o mirar a su alrededor.

La adrenalina recorriendo sus venas, todo tan rápido y su respiración se volvía errónea.

Sólo caminaba, sus ojos ardían y quería llorar.

Las calles estaban pobladas, Jimin pensaba que todo el mundo lo notaba, las personas lanzaban miradas de interrogación o hasta asco.

¿Qué estarán pensando de él?

¿Y si juzgan su forma de vestirse?

¿O cómo camina?

Sus pasos se hicieron torpes y quiso llorar, quería llegar.

Entonces ya se encontraba en su destino después de un tortuoso viaje.

Aquel lugar tan silencioso y la atarixia envolviendo el lugar.

—Hola, mamá —saludó con una triste mirada, hincado en el suelo y...

mirando aquella lápida.

—Hace mucho no vengo ¿no es así? —rió sin gracia, su labio inferior tembló y sentía las lágrimas asomarse por sus ojos— Yoongi... él, ¿por qué me siento así, mamá? —su voz sonaba destrozada.

No entendía nada.

Y comenzó a llorar, rompiéndose en aquel lugar donde las almas descansaban en paz.

Lloraba porque estaba totalmente perdido.

Lloraba porque no sabía donde estaba parado.

Lloraba porque no encontraba las respuestas a su pregunta.

¿Por qué se sentía así?

Un lugar al cual Jimin no quería ir.

—¿Por qué lloras?

Una voz un poco grave pero no tanto llegaron a los oídos de Jimin, causando que se voltee y se encuentre con un muchacho que sostenía un lirio en una de sus manos y vestía completamente de negro.

Se encontraba a un lado de una lápida.

—¿No es obvio? —contraatacó Jimin, su voz sonando débil como una flor.

—Sí, sé que estamos en un lugar así, pero... sé también que tu llanto es por otro motivo —la elocuencia con la cual se expresaba le daba tranquilidad al chico de hebras negras.

Silencio por parte del contrario, y el hombre incógnito volvió a hablar;

—¿Por qué traes ese aspecto? —interrogó con extrañez el chico de cabellos platas.

—No hay espejos en mi casa, no puedo fijarme en mi apariencia —contestó luego de unos segundos de silencio Jimin.

—¿Puedo preguntar el porqué de tu estado emocional actual? —el chico se hincó en el suelo y posó la flor que traía en mano frente a una lápida y luego se volteó a mirar al pelinegro.

—Sólo es... estrés —contestó nervioso Jimin, mordiéndose su labio inferior y desviando su mirada.

—¿En serio? —preguntó el extraño y Jimin asintió dudoso— Perdón por mi falta de respeto —el hombre rió y extendió su mano—, soy Kim Namjoon, un gusto —mostró unos hoyuelos al dejar a la vista su dentadura.

Luego de que Jimin haya aceptado el gesto, Namjoon se levantó y le regaló una sonrisa al joven chico de mechones azabaches.

El pájaro cantará su sonata cuando su momento de plenitud llegue.





















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Presten atención a los detalles, Nixis, son muy importantes 👀

El capítulo fue largo y lo siento, pero les he revelado un par de pistas que las ayudarán en la trama 😆

Nicxnita©

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