O5: Ahora... debemos planear qué hacer.

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El miedo de no poder protegerse,

no poder quejarse,

aguantar este mundo destrozándose.

•••


—¿Hola?

Yoongi quedó en blanco al reconocer aquella voz, curvó su labio inferior hacia arriba en un llanto silencioso mientras que apretaba con fuerza su bate.

—S-soy yo... —dijo con la voz rota escuchando un sonido de sorpresa del otro. A lo segundos, la puerta se abrió con suma lentitud dejando ver un fierro —quizas de esas cosas de la enfermería— y luego ese conocido rostro.

—¿Yoongi? —Pudo ver como pequeñas lágrimas brotaban por aquellos ojos que se habían asomado por aquel pequeño espacio entre el marco y la madera.

—Estoy sano y soy yo —balbuceó y la puerta fue completamente abierta para luego sentir dos fuertes brazos rodear su cuerpo.

—Y-Yoongi, maldita sea estúpido, no sabía que podía haber pasado contigo, maldición, no sabía d-donde estabas... te busqué por todas partes carajo —sollozó su amigo contra su hombro y Yoongi soltó una pequeña risita sin gracia al mismo tiempo que repartía caricias en la espalda impropia.

—Ya Hoseok, deja de llorar —sonrió levemente, sus ojos vacíos y tristes, encontró a su mejor amigo pero... ¿Y Jimin? No lo malinterpreten, estaba feliz de verlo y saber que está bien, pero... simplemente no podía demostrarse feliz o al menos sonreír sin poder dejar de lado el incesante dolor en su pecho.

—Ven... Changkyun está conmigo —Yoongi expandió sus ojos e hizo a un lado a Hoseok cuando vio como el nombrado se acercaba con una pequeña sonrisa de labios cerrados.

—Estás vivo. —Fue lo que murmuró cuando lo abrazó y Yoongi asintió llorando contra la unión de su hombro y cuello. Aquella horrible presión seguía allí... quería que se fuera... no quería sentirse así— Ven, entra, tengo un poco de agua, dile a los demás que descansen un poco, luego armamos un plan para largarnos —explicó para jalarlo adentro.

Yoongi lo único que miraba era el suelo, aún con las gotas amargas a los costados de sus ojos y la tristeza pisándole las talones de forma burlona.

—¿Yoonie hyung me protegerá? —preguntó aquel niño risueño de mejillas abultadas y cabellos negros de solo 6 años.

—Sí, tu hermano mayor siempre te protegerá ¿si? —afirmó con determinación alzando su brazo y doblándolo y una pequeña sonrisa en sus finos labios heredados de su padre.

—¿En serio? —separó sus abultados labios con un brillo en sus ojos y Yoongi asintió frenéticamente con su cabecita.

—Es una promesa —mostró sus rosadas encías.

—¿Lo prometes? —Lo miró por debajo de sus largas pestañas.

—Lo prometo.

—¿Por la garrita? —extendió su pequeño y regordete dedo meñique y  Yoongi entrelazó el suyo con éste, así sellando su promesa.

—Es una promesa, Jiminnie.

Sin poder evitarlo dejó caer un par de lágrimas recordando esa hermosa sonrisa que tantas veces le dijo a su dueño que la oculte cuando quería decir lo contrario «Sonríe, sonríe porque es lo más hermoso que hay, así que hazlo».

Lo siento Jimin... de nuevo rompí nuestra promesa... lo siento tanto...

De pronto su andar se detuvo por el agarre de dos manos en sus hombros, levantó su mirada y varios ojos lo miraban, entre ellos chicas y chicos, no eran muchos pero le incómodo tantas miradas posadas en él, mordió su labio inferior y giró su vista a otra dirección.

Se permitió mirar detalladamente el salón, pequeñas vitrinas que guardaban huesos, cuerpos disecados o cosas bañadas en almidón eran sujeto de atracción. Mesas con un lavado y telescopio a un lado aguardaban por ser usados y dos grandes pizarrones decoradaban una de las paredes, a un lado había dos grandes ventanales cubiertos por cortinas de un color beige.

Suspiró y dió la vuelta, pero la preocupada mirada de Hoseok lo detuvo.

—¿Qué...? —preguntó débilmente esquivando su mirada para no hacer visibles sus lágrimas.

—Ven... no pienses que te hice entrar por nada —tomó de su mano para conducirlo más profundamente en aquel salón, esquivando las mesas fijas en el suelo hasta llegar a una—, fijate que hay detrás de esta mesa...

El aire lo abandonó por unos segundos cuando escuchó unos sollozos, amplió sus ojos y casi por reflejo avanzó un poco para encontrarse detrás del material el pequeño cuerpo de su hermanito hecho ovillo en el suelo con su rostro oculto entre sus brazos.

Su corazón dejó de pesar y ahora no lloraba por tristeza... lloraba por alivio, alivio de ver a su hermano allí frente a sus ojos sano y salvo.

No le importó que aún no lo haya visto, sin previo aviso se dejó caer de rodilla y dejó con cuidado el bate a un lado para envolver con fervor al chico.

Los sollozos cesaron y sintió tensarse al cuerpo bajo su agarre.

Unas delicadas manos pequeñas se posaron en sus mejillas y se encontró con los ojos cafés de su hermano, allí... mirándolo como si no fuera real. Jimin dejó caer un par de gotas saladas al confirmar que era su hyung.

El menor se lanzó a él para abrazarlo con más fuerza mientras restregaba su nariz por el cuello y hombro del peligris. Yoongi envolvió sus dedos en la cabellera rosada de su hermano, apretándolo más contra él, sintiéndose cálido y sin ese nudo en la garganta, verlo... verlo vivo, poder tener la oportunidad de abrazarlo.

—Le diste un susto de muerte a tu hermano Jimin —reprochó débilmente con una voz ronca mientras ahora acariciaba la cabellera de su hermanito—, hyung no te volverá a dejar ¿entiendes Jimin? —sorbió su nariz, esta junto con sus ojos y mejillas se encontraban rojas por todas las lágrimas que derramó.

—H-hyung... hyung —repetía y otra vez mientras se aferraba como un niño al cuerpo del mayor y seguía restregando su rostro por el cuello del otro.

Los murmuros de ambos hicieron sonreír a Hoseok y a Changkyun que observaban el reencuentro.

—¿U-ustedes... ustedes lo salvaron? —preguntó Yoongi a ese par sin soltar a Jimin aunque este tampoco se despegó ni un solo centímetro del cuello de su hyung.

—Sí, fue difícil porque estábamos siendo perseguidos por esas cosas... te juro que estuve aterrado cuando... —una sonrisa destrozada apareció en el rostro que antes emanaba optimismo en Hoseok y se abrazaba a sí mismo por los repentinos escalofríos que tuvo.

—Gracias... —Hoseok levantó su miraba cuando Yoongi lo miró con una dulce mirada y apenas elevaba la comisura de sus labios— ¿c-cómo escaparon?

—Bueno... —ahora fue el turno de Changkyun de explicar— estabamos en el salón... yo iba a pedir ir a buscarte pero entonces de una de las puertas entró uno de esas cosas y atacó a la profesora, todos se alteraron y veían como ‘eso’ la devoraba, entonces comenzaron a entrar más y Hoseok y yo salimos por la segunda puerta que quedaba más cerca y corrimos hacia el salón de Jimin... no sabía dónde estabas tú y bueno... luego nos encontramos con otras personas y terminamos aquí...

Los párpados de Yoongi recayeron al imaginarse lo que tuvieron que pasar sus amigos y su hermanito.

—Por Dios... no sé cómo agradecérselo... ahora los tengo a los tres y... sólo... gracias —su voz se terminó por quebrar para luego mirar el rostro medio oculto de Jimin en su pecho, acarició nuevamente sus suaves cabellos y lo apretujó en un abrazo nuevamente.

—Ahora... debemos planear qué hacer —Hoseok dijo ahora cambiando su mirada suave a una dura.

Y Yoongi separó su rostro de la cabellera del menor para mirar a sus amigos.

Ahora las cosas se complicarían aún más.


























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