━O19.

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—Los mellizos, ¿qué quiere decir con eso? —masculló Nirt en su oficina. Hoseok ya se estaba recuperando en su habitación y no ha dejado de pensar en lo que sucedió. Sus pies perforaban el suelo sin piedad y sus uñas desaparecieron, dejando piel rasgada a punto de sangrar. Solo se detuvo cuando la puerta fue abierta y Jaebum entró con una expresión que la alertó. Corrió hacia él y le arrebató el papel que traía en manos, leyendo el informe y quedando pasmada al caer en cuenta que estaban perdiendo gente.

—El equipo de exploración estaba en la capital, ¿se habrán encontrado con cazadores? —sugirió y la mujer pensó y pensó, sin encontrar una respuesta que la dejara conforme.

—Por ahora, vamos a cancelar las expediciones y hay que llamar a los mellizos, necesito hablar con ellos —ordenó sentándose con brusquedad sobre su silla. Jaebum desapareció, dejándola sola entre las cuatro paredes, con muchos pensamientos. Hace poco habían perdido comunicación con dos de sus agentes que estaban informándole los movimientos de los cazadores. Con lo que dijo Hoseok y este comunicado, le dejaba la lengua amarga y un sentimiento de incertidumbre que crecía en su interior. No podía relajarse y los estudiantes tenían que prepararse para lo que sea.

Dos toques en la puerta y esta se abrió, los mellizos aparecieron, Yugyeom era el único que mostraba emociones, al contrario de Jungkook que las ocultaba bien.

—Cierren la puerta.

—¿Sucedió algo? —preguntó Yugyeom cuando ya estuvieron encerrados. Jungkook se sentó, su mellizo seguía de pie. Nirt no sabía si lo que estaba por decir era una órden apresurada, había sacado sus propias conclusiones, ya que Hoseok se había desmayado luego de hablar y ahora, solo quedaban ella y sus teorías. Quería mejor prevenir cualquier situación que los pusiera en verdadero peligro, no dudaba de las habilidades de los chicos, ellos eran de los estudiantes con mejores puntuaciones… Sin embargo, el juego cambiaba totalmente fuera de una clase.

—Tengo una órden para ustedes. —Al terminar de decir eso, ambos adaptaron sus facciones a la situación. Jungkook fue el primero en percibir la gravedad del asunto desde antes de abrir la puerta de la oficina.

El denso silencio fue un total suspenso para ellos.

»—Desde ahora, no pueden salir del establecimiento.

Jungkook arrugó su frente.

—¿Puedo saber el motivo?

Nirt negó.

—Solo deben centrarse en Park Jimin. Ya no tendrán misiones al exterior.

A pesar de lo que implicaba sus órdenes, los hermanos entendieron sus palabras.

Las palabras de Hoseok se repitieron en su mente: "Los mellizos... Exterior… Sangre".

Jimin frunció su ceño, el ambiente el día de ayer en la cafetería fue rara y no había dejado de pensar en ello. Seokjin no parecía afectado, aunque sabía que él también lo sintió al escuchar sus pensamientos ese día. El resto –y con el resto se refería a los mellizos– estaban en alerta y aquí es cuando las dudas amenazaban a su sueño. ¿Alerta? ¿Alerta de qué? ¿Ya tuvieron este tipo de situaciones? Actuaban raro y luego, de Yoongi no pudo descifrar nada ya que no se encontraba en el lugar.

Seokjin tocó su hombro, exaltando al peli-azul que dio un salto. Sus ojos morados brillaron en compañía del contrario que reguló su caminata para estar a su par. Ambos iban a su clase y probablemente llegaban más temprano de lo prometido, el motivo se debía a que Jimin no había dormido ni cuatro horas cuando ya estaba despierto y haciendo su tarea de historia en su escritorio, la luz despertó al mayor que no pudo volver a cerrar los ojos. No se hablaron hasta el momento, no porque hubiera discutido ni nada por el estilo, ambos estaban en sus mundos y en compañía de sus propios pensamientos. Aunque no pudo evitar reír al recordar la forma en la que Seokjin se quedó mirando un punto fijo con la mente en blanco, así estuvo por media hora hasta que se levantó.

—¿Dónde tienes la mente, pequeño lapislázuli?

Jimin se volteó y no temió decirle la verdad desde su inocente curiosidad.

—En lo que sucedió ayer, ¿no sentiste el ambiente pesado? —Ante la pregunta, Seokjin parpadeó y se quedó así hasta que entendió a que se refería. De todos modos, el mayor no podía ponerse en la posición de mentirle cuando el peli-azul podía leer sus pensamientos.

—Bueno, nosotros tenemos los sentidos más desarrollados que el humano, así que podemos sentir… Umh… ¿Podemos sentir el peligro?

—¿Y estábamos en peligro en ese momento? —murmuró asustado, ajustando sus regordetes dedos sobre las correas y Seokjin rápidamente negó, se detuvo algo dudoso de la respuesta. Se quedó pensando.

—No sabría decirte una clara respuesta. Los guardianes estaban en alerta y los mutantes sensitivos entre los estudiantes se pusieron nerviosos, el sentimiento se transmitió dejando esa aura de incertidumbre. Usualmente suceden cosas así, donde las emociones contagian a los demás, ¿una reacción en cadena? —explicó torpemente sonriendo inseguro, mostrando sus colmillos, tan grandes que podían perforar la carne de su víctima. Era una auténtica serpiente.

—Oh… ¿Y sucedió algo así antes? —Kim ladeó la cabeza, recordando.

—Hubieron situaciones donde algunos cazadores estuvieron en los alrededores, no te preocupes, no llegan demasiado lejos, los encargados de la protección del establecimiento se encargan de ellos rápidamente —respondió y Jimin supo que decía la verdad, sus pensamientos revelaban algunos detalles… Y también se fueron optando una apariencia oscura y triste. Al parecer la palabra "cazadores" tuvo un impacto negativo en el mayor, quería preguntar y no sabía si era lo correcto.

El tema murió allí cuando entraron al salón, donde solo había una persona. Aquel chico de cabellos dorados dormía sobre su almohada, teniendo esa aura de somnolencia característica que no desapareció ni cuando abrió sus ojos, mostrando sus dorados orbes que se fijaron en ellos.

—Hola, ricitos de oro —saludó Seokjin cuando se sentaron en sus lugares de siempre. El chico les regaló una leve sonrisa antes de dejar caer su rostro en la almohada.

—Ho… Hola —respondió con la voz amortiguada por el objeto.

Jimin estaba curioso de ver tanto cansancio en una persona. No llegó a preguntarle nada porque creía que podría ser invasivo e irrespetuoso, además, Seokjin tampoco preguntó así que lo tomó como una señal.

—¿Hace cuánto esperas aquí…? —Trató de formar una conversación con el mutante en la fila de asientos continúa.

—Hace… No lo recuerdo. ¿Cuánto… Pasó? No lo recuerdo —murmuró repitiendo y diciendo algunas incoherencias de por medio.

Seokjin bostezo.

Jimin rio.

Abrió su boca para contestar, sin embargo sus ojos destellaron un segundo y la puerta se abrió, un pálido muchacho entró al salón con su capucha tapando su descolorido cabello y sus manos estando dentro de sus bolsillos, de esa forma tan poca llamativa se robó la total atención de Jimin. Seokjin rodó los ojos al ver como –en su imaginación– a Jimin le salían orejas y una cola perruna, que iba de un lado a otro con rapidez, parecía un cachorro que recibía a su dueño luego de un largo día. Rodó los ojos y se fijó en el albino que se sentó en la fila detrás de ellos con su usual desinterés. "Mírate… No haces nada y ya te ves cool", recibió un golpe en su brazo y con sus hombros le preguntó al peli-azul un: "¿Y eso por qué?".

Jimin le dio una mirada de obviedad.

—Te estás volviendo salvaje. —Ahora Jimin fue el que viró los ojos— Le das la mano y te toma del brazo —se dijo a sí mismo con dramatismo, ganándose una sonrisa divertida de su amigo.

No duraron mucho tiempo así, ya que podía sentir la potente mirada de Yoongi calar en su nuca. Con vergüenza, asomó su perfil para verificar si era creación de su mente o no, su rostro se degradó a un fuerte rubor que dejó sorprendido al albino. Su vergüenza intercaló mucho más al escuchar un "bonito" de parte del pálido mutante.

—Ugh, dejen de coquetearse telepáticamente por favor. Me da repelús —interrumpió Seokjin. Ahora Yoongi era el avergonzado.

—¡Seokjin hyung! —chilló Jimin que no sabía dónde ocultar su rostro.

—Te… Te prestaría mi almohada para que te… Te escondas… Pero la estoy utilizando —decidió participar Hoseok con un comentario que hizo carcajear a Seokjin.

—No estás ayudando —respondió Jimin a punto de explotar de lo abochornado que estaba, sin atreverse a observar a Yoongi que en su caso, tapaba parte de su cara con la manga de su campera y bajaba su capucha para crear una sombra que ocultara el rubor en sus mejillas.

—Alguien está avergonzado~ —cantó una voz de más, todos –excepto Yoongi– se giraron sorprendidos por la espontánea aparición de los mellizos, quienes estaban sentados en la última hilera de sillas del mismo sector. Yugyeom sonrió divertido por las reacciones, porque estaban tan absortos en su charla de quién avergonzaba más al otro que ni se percataron de la llegada de ellos que hasta tuvieron tiempo de dibujarle una carita en la mejilla a un –ya– dormido Hoseok.

—Casi se me sale el corazón —exageró Seokjin llevando su mano a su pecho. Jimin estuvo de acuerdo.

Todos voltearon a ver a las nuevas presencias que estaban en la puerta, con los ojos entrecerrados. Eran Namjoon y Taehyung, el primero hizo una batalla de miradas con Seokjin y el segundo con Yoongi.

—Se siente como un ambiente tenso, ¿no creen? —atribuyó Yugyeom y Jungkook negó con la cabeza, dejando atrás un suspiro.

—¿Qué pasó, morenito? ¿Acaso sigues resentido por tu derrota? —provocó Seokjin y Jimin chocó su mano contra su frente. A veces su hyung era terrible.

Yoongi ignoró totalmente a Taehyung que se indignó por su desinterés y Hoseok… Bueno él, él estaba durmiendo, definitivamente dormir era un arte.

—¿Quieres pelear, víbora? —Chocaron sus frentes, gruñendo como perros rabiosos.

—¿Quién va a pelear con quién? —No tuvieron tiempo de reaccionar cuando fueron jalados de la oreja por Naeun que les sonreía de una manera terrorífica.

Jimin rio, teniendo sus ojos azules y él único en notarlo fue Yoongi, que todo este tiempo lo observó con timidez.

Jaebum miró a sus estudiantes aplicando sus conocimientos, llaves, patadas y técnicas de combate. Había mucho que pulir y podía apreciar el pequeño avance. Algunos ya se podían destacar en el área de combate cuerpo a cuerpo y a otros aún les faltaba práctica o motivación. Fijó sus ojos en los expedientes y recordó lo que le dijo a Nirt. "Clase defectuosa". Las clases en Hillsborough se dividían según su clasificación… Aunque había una clase especial entre ellas, que su verdadero significado era oculto de todos los estudiantes para que no se presentara una inevitable marginación por el resto de las clases.

La clase defectuosa –como él lo llamaba–, eran un grupo de mutantes que presentaban una situación un tanto complicada que se debía trabajar. Jaebum fijó sus ojos en los Jeon. Los mellizos, ellos se aíslan y tienen una fuerte dependencia por el otro, siendo incapaces o casi imposible separarlos. No podían trabajar en equipo con otros mutantes que no fueran ellos y eso… Podría ser bueno y a la vez muy, muy malo para ellos.

Kim Namjoon, alguien con poco temperamento y eso dificultaba su capacidad de razonar debidamente en las peleas.

Kim Taehyung, orgulloso por excelencia y ciego a sus errores.

Kim Seokjin, el que menos problemas presentaba, aunque eso no lo exoneraba de pertenecer a la clase. Hasta hace relativamente poco tiempo, lo único que había en su cabeza era cumplir misiones y no se veía, o mejor dicho, no quería formar parte de nada que tuviera que ver con formar lazos sentimentales con sus compañeros. Eso era entendible, sin embargo también era una desventaja vivir en el pasado.

Jung Hoseok, le tiene odio a su propio poder.

Park Jimin… Un caso especial, ya que no presentaba realmente un problema. Aún seguía sin comprender por qué Nirt decidió dejarlo en esa clase. Sí, no era muy fuerte y sus puntos en el área física no eran altos, pero eso no era impedimento para estar en alguna otra clase. ¿Entonces qué hacía allí? Se preguntaba aquello mientras veía al tema de sus pensamientos intercambiando sonrisas divertidas con Seokjin. Era un chico dulce, tenía buen comportamiento, algo tímido y amable. "¿Qué rayos pensabas Nirt?".

Y por último, Min Yoongi… Que gracias a él se fundó aquella clase.

[•••]

Unos labios rojos se ensancharon cuando vio los avances de sus experimentos, quien ya despertaron por fin, listos para aprender a ser máquinas de exterminación.

—Falta poco…





































©mysverse

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