•°~°Capítulo 15°~°•

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Eran cerca de las nueve menos cuarto de la noche, Ben miraba con total discreción las muecas faciales del oji-rojo, que le hablaba de algo que no estaba seguro y si le interesaba. El joven era inoportuno y a pesar de que le había dicho que estaría ocupado -una clara excusa para no recibir visitas- Bennett se había presentado igual en su departamento con una sonrisa nerviosa, diciendo querer jugar un rato con la cachorra.

Tras un largo silencio, el pelimorado le miró, levantó una de sus ceja, presionando sus labios con intriga y ladeando la cabeza.

—Hey, Bonnie ¿puedo hacerte una pregunta?

—P-por supuesto, ¿qué cosa?

—¿Por qué estás usando aros?

—Sesión de fotos. —respondió tranquilo— Olvidé quitármelos pero creo que se ven bien.

—Hm creo que eso es extraño. Parecerás una chica.

—¿Quieres que me los quite?

—Si eres tan amable.

Bennett suspiró encogiendo los hombros y asintiendo con la cabeza antes de retirarlos con cuidado, sonriendo ante la mirada del contrario.

—Has estado callado desde hace rato también ¿no te estoy molestando? —Bennett se acercó al mayor.

—No, no me molestas. —suspiró Ben, encogiendo los hombros.

—¿No soy molesto?

—Eres increíblemente molesto, pero me estoy acostumbrando a tu compañía. —Ben rodó los ojos.

Para Ben, Bennett era molesto, era demasiado ruidoso y entrometido. En realidad nunca se había molestado en siquiera dirigirle la palabra u ocultar lo que pensaba de él, pero con el tiempo el trabajo se había encargado de mantener a Bennett como su compañero, y con ello, él también tuvo que aprender a convivir con este, así de paso notaba que no era tan malo como parecía.

—Es que... a veces pienso que no te agrado mucho —dijo el menor dirigiendo su mirada al techo— Digo, a no ser que seas así de cortante y poco amable para hablar con todo el mundo.

—Eso es cierto. Eres una de las pocas personas que me agradan, pero tampoco eres una excepción como para tratarte diferente ¿entiendes? Siéntete afortunado de que te considere un amigo, Bonnie.

—¿Por qué eres así? —Bennett se cruzó de brazos, haciendo una especie de mueca extraña similar a un puchero.

—¿Así cómo?

—Así de... distante, pienso que deberías un poco más amable...

—¿Qué si lo fuera? No cambiaría nada fingir amabilidad, porque amable en sí, no soy. —Ben rodó los ojos— Aquí quien debiera de cambiar esa actitud inmadura y metiche eres tú.

—¡Mmh! A mi me gusta ser como soy, pero tú ya pareces un señor. —Bennett dio un soplido, haciendo que parte de su flequillo vuele por encima de su frente.

—¿Cómo me dijiste? —Ben casi había fulminado al menor con la vista, frunciendo el ceño— Claro que no...

—Pero si me tratas como a un niño novato.

—Ha eres un niño novato, no veo por donde quede que estoy siendo despectivo.

—¡Eh!

El menor suspiró, pensando en que no importaba cuantas veces lo intentara, no podría cambiar a una persona y mucho menos a alguien a quien le gustaba su forma poco delicada de ser. Aunque... a pesar de quejarse, Bennett estaba acostumbrado a él de algún modo.

—Hey, Bonnie... —le llamó Ben, un tanto más calmado— ¿te apetece salir a algún lado?

—¿Sa-salir? ¿no crees que es algo tarde? —preguntó un tanto curioso el ojicarmín.

—No es tan tarde a menos que debas irte a dormir temprano un sábado.

«Hmm es extraño...»

—Vale, eso estaría bien, pero ¿qué harás con la pequeña?

—Ese perro está dormido, sólo quiero salir un momento...

—Bien, de acuerdo.

•[▪]•

Las calles se veían poco transitadas, se escuchaban las llantas de los automóviles chocar contra los charcos de agua en el asfalto: había llovido un poco con anterioridad, y al detenerse a mirar a los alrededores Bennett no dejaba de ver el camino como si fuese un emocionado jovencito que a penas llegaba a la ciudad.

No hace mucho que Bennett alquilaba un departamento en la ciudad, pero conocía lo suficiente de esta como para decir que era un sector muy tranquilo, bonito y con bastantes áreas diurnas y nocturnas donde poder recrearse o dar un paseo.

—Me hubiera gustado que siguiera lloviendo un poco más. —suspiró el pelivioleta para si mismo, dedicando unas anhelantes miradas al cielo oscuro y a penas nublado.

Hacía frío, y aunque tratara de no demostrarlo, Bennett estaba un tanto congelado, soplando a ratos viendo el vaho desvanecerse para mezclarse con el aire húmedo y frotando su enrojecida nariz.

—Estoy de acuerdo... —respondió Ben, a sabiendas de que el contrario estaba un tanto ensimismado mirando a los lados una vez bajaron ambos del carro. Observó a su compañero, quien soplaba sobre sus dos manos haciendo fricción— Hey ¿te parece si entramos? Por lo que veo estas congelándote hah.

Comentó Ben señalando con su pulgar hacia un lado, donde había un bar café bastante llamativo y selecto. Planeaba que al menos, estar rodeado de un ambiente menos monótono más o menos al aire libre por la noche les sentaría mejor. No estuvo muy equivocado, pues Bennett le sonrió con bastante energía, mostrándose curiosamente más tímido de lo normal.

Pronto los dos estaban uno al lado del otro en una de las mesas optativas cerca del gran ventanal del local, platicando con calma; aunque ciertamente solía ser el menor quien buscase con desesperación algo de qué hablar, de sacarle charla, de intentar al menos que los dos pudiesen intercambiar palabras hasta que finalmente Ben se encontraba en un dilema en donde creía que no había caso en seguir el tema hasta que luego ya lo estaba siguiende, y le resultaba agradable.

—No sabía que también tomabas café, pensé que eras el típico sujeto que se la vive tomando té super dulce... —comentó Bennett con cierta intriga, rodeando con sus manos la taza de su café Americano. Daba uno que otro soplido al mismo a ratos, dedicando largas y tranquilas miradas al peliceleste.

—Y luego me tachas a mi de ser un prejuicioso estereotipado. —contestó Ben, inhalando a ratos es ligero aroma medio dulzón de la crema encima del café Irlandés que probaba cada par de momentos.

—Lo siento... es que... s-suelo verte bebiendo té y... t-tampoco sabía que exigías tanta azúcar para una bebida de ese tipo. —trataba de corregirse el menor, encogiéndose ligeramente en su sitio, aunque seguía mirando atento.

—¿Tienes algún problema con eso? —actuó en la defensiva el moreno de piel.

—¡Ah no, nada! Digo no, no tengo. —Bennett se aproximó a decir antes de que su garganta se secara por la aplastante mirada del peli-turquesa sobre su persona— Sólo... tenía curiosidad.

—Por lo general el café es lo único amargo que me gusta, pero ya que estoy teniendo un tiempo libre me doy esa clase de gusto. —informó el moreno, dando un ligero sorbo a su taza.

—Entonces ¿generalmente si te gustan las cosas dulces?

—Sí, me gustan bastante.

—¿Cuál es tu postre favorito? ¿Tienes uno? Yo no tengo... —cuestionaba Bennett sonriente e interesado, consiguiendo que el ojiverdoso diera un suspiro asintiendo.

—Trifle de chocolate. —respondió Ben mientras se encogía de hombros.

—Eso es... muy dulce.

—Lo es... y cielos ¿puedes dejar de verme tan fijo? —habló de pronto el mayor, haciendo que Bennett, quien estaba al parecer a punto de decirle algo, se detuviera dando un sobresalto en su sitio. Ben continuó—; te la has pasado con los ojos pegados en mi, sé que soy demasiado llamativo, pero es incómodo y no me gusta para nada.

Bennett se tensó apenado, jugueteando por unos momentos con la taza medio llena, mientras se encargaba de distraer la vista en otro sitio, acomodando de paso el cuello alto de su abrigo, bucando taparse lo más que podía, metiendo parte de su cabello en este.

—D-Discúlpame... es que... es... —balbuceó inquieto, tragando saliva— Es que... me gusta tu color de cabello. T-Te lo dije antes ¿no? Se ve... muy bien. —trató de excusarse, levantando la taza con ambas manos y llevándola hasta sus labios. La forma rápida en que la tomó, acabó por hacerlo quemarse.

Ben ladeó la cabeza un tanto confundida ante la repentina y nerviosa manera efusiva en que el menor empezó a mostrarse, lloriqueando por haberse quemado y luego tratando de sonreírle como si la escena anterior -a parte de su muy rara respuesta- fuese a desaparecer con una boba sonrisita después.

—Por supuesto que se ve bien. —soltó Ben con cierta confusión.

No quiso decir nada más a parte de eso, y se dedicó a asentir ante los intentos de Bennett por disuadir el tema e incluir otro tras otro. Se sentía como si en verdad fuesen dos buenos amigos charlando de cosas comunes en medio de la noche. Y en verdad funcionaba, podía sentir que se liberaba pudiendo mantenerse alejado de todo lo que el último tiempo estuvo agobiando a sus pensamientos.

Iba tomando sorbos de café a cada segundo mirando y no quitando la mirada del rostro de el pelimorado, que seguía hablándole sin parar, apartándose el pelo de la cara a ratos y buscando pedirle una opinión otros tantos.

—Bien, puedes seguir hablando de camino, pero ¿te parece si nos vamos?

—Sí, sí... está bien.

•[▪]•

«Hoy no está siendo mi día».

Era lo único que cobraba fuerza en los pensamientos de un agotado Bennett que acababa de tener una larga charla telefónica con su representante. William era un hombre bastante serio, rígido y estricto, el mismo que solía ponerlo en una pendiente de presión bastante inquietante debido a que no estaba acostumbrado a depender de una persona tratándose del área artística, aunque estaba muy familiarizado ya con lo un tanto injusta y ajetreada que era la vida en la industria musical, algo muy a parte del área del teatro y la actuación.

Ese día, como solía pasar un par de veces, toda su agenda sufrió un abrupto cambio de imprevisto que Bennett tuvo que sobrellevar lo mejor que podía. Estaba al tanto que su tiempo y la forma en que él hacía las cosas era muy diferente a como realmente debían de hacerse. Bennett era, sin duda, un joven demasiado rebelde para lo que era el trabajo, tratándose más que nada de lo que él pensaba estaba bien tanto para si mismo como para sus compañeros de banda.

Como carrera secundaria no acostumbraba a ponerle atención suficiente y era en ese momento en que su mánager, quien también figuraba como su jefe patrocinador, solía adoptar el papel más importante presionándole a un punto en que, ya sentía que haber dejado ser reconocido por un famoso representante convirtiese una de sus pasiones en tarea, en demasiada tarea que debía de perfeccionar y entregar a tiempo.

Recién al mediodía se encontraba Bennett tomando un pequeño descanso, pero la idea de tomar la responsabilidad yendo de aquí para allá con su guitarra mientras sus compañeros y él terminaban de acomodar y acordar el resto, era un tanto tedioso cuando todo el tiempo se le venía encima y él a penas y lo estaba notando.

Cuando acabó su jornada sintió que podría respirar mejor, más tranquilo, aunque con la presión de que lo que restaba del mes estaría más atareado de lo normal, y aunque disfrutaba enormemente de la composición y de lo que venía siendo la música en general, una parte suya se encontraba inquieta y ansiosa.

•~•~•~•~•~•~•~•~•

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro