•°~°Capítulo 6°~°•

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Ben miraba detenidamente los movimientos que hacía Bennett con los dedos, tan certeros y de la misma forma de ver, le resultaban complicados. Bennett raspaba las cuerdas de su guitarra, entonando una melodía que no le desagradaba del todo; era increíble, una tonada suave, clara, sencilla. Una mezcla de sonidos frescos, lentos y largos que escapaban con facilidad de ese instrumento, como si conseguirlo fuese lo menos complicado del mundo.

Por lo general el peliceleste desde que recordaba, nunca se había dado el tiempo de conocer con exactitud como funcionaba ese instrumento a pesar de tenerlo presente en su mayoría de tiempo; le parecía curioso, pero nada más allá de eso, sin contar lo complicado que encontraba hacerlo sonar de manera adecuada. Talvez creía que por eso no le gustaba en realidad.

Sinceramente él prefería la batería, la flauta o alguno que otro instrumento que había aprendido con suerte a tocar en la escuela primaria. Mismos que eran sencillos y sin demasiado esfuerzo ni técnicas complicadaa que aprender. Algo que pudiera recordar.

—¿Escuchas eso? Es el sonido que obtienes con un sostenido ascendente. Ahm... entonces... después sólo... —Bennett trataba de explicar como funcionaba cada una de las cuerdas, a medida que improvisaba alguna canción, tratando de no ponerse nervioso.

Ambos se encontraban en el apartamento del moreno, quien había pasado a recoger algunas cosas. En ese mismo momento -como ambos vivían en el mismo edificio- Bennett se sintió emocionado, aprovechando para ir a su vivienda a por uno de sus instrumentos favorito con la esperanza de que podría usarlo luego, sus descansos, por lo general, tendían siempre a durar más de lo habitual, creía tener tiempo de pasar lo más que podía junto a su compañero. Y aunque le costó, también tuvo que hacer buena compañía para lograr que el peliceleste lo dejara pasar un rato a su departamento.

Entonces ya en la sala, una bonita, grande y fresca sala amplia, con ventanales bellos y colores blancos rozando a crema en todas partes, algo que Bennett no había pensado quedase tan bien al estilo del pelicían, y le encantaba. De esa manera, el sonido recorría todo el lugar, envolviendo el silencio de manera abundante, una melodía básica y pegadiza que buscaba ablandar esa mirada fija que el mayor seguía mostrando.

—¿Sabes algo? —Ben le detuvo, y Bennett parpadeó confundido bajando el instrumento para dejarlo de lado sobre el estuche de este mismo, en la zona restante del sofá— Disculpa, pero si te soy sincero... —el moreno colocó su brazo en el hombro del más bajo, rodando los ojos al soltar un suspiro— no me interesa esto, sabes que no me gusta la guitarra. Ni sé tocarla, no entiendo la mitad de lo que haces.

—Pero... —Bennett tomó la guitarra para acomodarla mejor en su estuche, y un tanto desanimado ante ese comentario, acabó por guardarla de mejor forma— puedes intentar aunque sea una vez. Verás que no es difícil, s-siento que en realidad podrías ser bueno si sólo intentas. —Extendió el instrumento con su estuche— Vamos, no pierdes nada con intentarlo, si no te gusta tomar clases en el estudio, puedes practicarlo tú solo... de alguna manera. Nadie sólo sabe tocar y ya, puedes practicar un poco antes.

Bennett en el fondo sabía que no obtendría nada, pero quería al menos que algo en común se reflejará en ambos, algo que no fuera sólo el trabajo. Pues tenía más que seguro que el sentimiento que le dedicaba a Ben no era algo de eso, y que... siquiera tenía una mínima oportunidad. Pero, era la primera vez que creía podría tener un motivo para acercarse sin parecer pegajoso, al menos hasta que exista otro modo menos invasivo de hablarle.

—Pierdo mi tiempo intentando. Esa vez en el estudio rompí más de una cuerda por tus caprichos. —Ben apartó el instrumento de su cercanía y metió su mano a su bolsillo—. Actúas como mi mánager, ya dije que no necesito complemento, con mi voz es suficiente.

Bennett iba a decir algo, pero se había detenido al escuchar una vibración, misma que con sólo observar la expresión del moreno, supo a quien se debía.

Ben siquiera se había molestado en hacer algún tipo gesto para avisar a Bennett que contestaría una llamada antes de simplemente hacerlo dejándolo con algo que decir y haciéndole desviar la vista, al oír como el moreno contestaba con ese típico tono suave que solía usar cuando hablaba con su novia, enseguida el pelimorado rodó los ojos y se cruzó de brazos, sin molestarse en enseñar sus gestos inquietos al oírlo hablar.

Para Bennett sentirte celoso de Margaret era algo que le pasaba seguido, no era realmente malo, pero tampoco bueno, y ya casi aprendía a disimularlo del todo bien, bueno, más o menos. Al fin y al cabo, nunca llegaba a sentirse distinto a sólo un capricho en donde ansiaba conseguir una mínima muestra de atención.

Pero aún así Ben observaba de reojo como el pelivioleta suspiraba con aparante desaliento, inflando los mofletes en un acto totalmente infantil a la vista del mayor. Él alzó una ceja mientras hablaba por teléfono en un tono de pronto que parecía demostrar ser importante.

Talvez muy importante, Bennett se sintió mucho más intrigado cuando el ojiverde apretó los labios.

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Mientras tanto, al terminar de grabar con una sonrisa, un gran cansancio se hacía notable en algunas de los actores, quienes no sólo habían tenido que regrabar algunas partes, sino que también se les avisó sobre un cambio de guión a último minuto y eso, ya les fastidio más que demasiado. Complacer las expectativas de Mike era complicado, y más cuando no habían tenido tiempo de familiarizarse con el guión y el ambiente.

—¿Cómo que cambiaran tanto el libreto? Joder, tendré que repasar un montón de líneas otra vez. —bufó Fabian, un pelirrojo alto, bastante relajado y con una sonrisa, mientras que con un brazo sobre los hombros de sus dos compañeras de trabajo rodaba los ojos, mostrando su fastidio— ¿acaso hay alguna razón en particular por la que decidió hacerlo? —alargó cada uno de los términos de cada palabra, conociendo a Mike como lo conocía él, algo traía entre manos.

—Posiblemente, son algunos cambios mínimos. —Mike suspiró entregando el libreto al contrario— Seguiremos grabando en cinco minutos.

—Por cierto, Mike... —. El nombrado se volteó llevando una mano hasta su barbilla y alzando una ceja.

—Te escucho.

—¿Podría mirar algo de los nuevos guiones? ¿O Talvez... ojear tantito los manuscritos? En realidad no tengo idea de en qué nos basamos. —preguntó, la curiosidad le estaba picando fuerte.

—Podrías, pero ahora no los traigo conmigo. Los había enviado a una ultima corrección antes de comenzar a preparar lo siguiente, aunque creo y los guiones originales están correjidos. Da las gracias que te aprecio, sólo se discreto cuando revises los papeles. —Mike alineó los demás libretos dando golpesitos en la mesa— Ve a ensayar tus líneas, luego de Tania entras tú.

—Uhuh vale. —Dijo el pelirrojo dando la vuelta para caminar hacia donde sería «el lugar de trabajo» de la nueva guionista. Ya recordaba el trayecto, cerca del edificio, en un sector de la planta muy reservada.

—Está bien, pero no me molestes a la chica. —aclaró Mike.

—Seguro.

Mientras tanto, en otro sitio se encontraba una joven de cabello claro y verdoso como la primavera, quien volvía a acomodar unas estéticas pero grandes gafas color caoba, sobre su nariz. Se oía un tecleo constante, mostraban la evidente concentración en su trabajo, pues no despegaba los ojos de en frente, prestando atención a cada palabra, y acabando por eliminar más de la mitad de cada línea para volver a reescribirlo reiteras veces.

—Hola Nik' —saludaba Fabián una vez entró y cerró la puerta a sus espaldas.

—Ah... hola, Fabián —. Con el mismo tono de voz, la chica un tanto reservada devolvió el gesto alzando su mano pálida, la cual descubrió de su suéter cuello de tortuga verde jade, mismo que le quedaba un par de tallas más grande. Ella echó un fugaz vistazo al conocido pelirrojo que acaba de entrar.

—¿Qué tal estás? Siempre te veo metida aquí, aunque no viene siendo tu fuerte.

—Bien. Sí, mi fuerte... siempre han sido las novelas y obras, pero... estoy bien en esto, también trabajo en un manuscrito aparte. —sonrió la chica, acomodando sus gafas luego de apartar la vista de la pantalla por unos segundos—. Ahm ¿puedo hacer algo por ti o es sólo... una visita?

—Una visita, pero a parte ahí una cosa a la que vine. —El pelirrojo acercó hasta el escritorio y apoyó sus dos manos en el mesa— Con todo el cambio de guión y que tomaremos una ruta diferente, me gustaría... ya sabes... ojear algunas cosas.

—Mmh ¿te refieres a los guiones de Bon y Bonnie? —observó como el pelirrojo asentía con la mirada, era algo gracioso el ver el gran interés de algunos con respecto a una de las parejas protagonistas—. Bueno, ya los revisé, puedes mirar.

—Ya veo... —Dijo el pelirrojo ojeando un poco— ¿Y esto de aquí? ¿Es del manuscrito original, puedo leer un poco?

—Ah, sí. Pero todavía debo adaptar algunas cosas que me encargó Mike.

—Mike parece tenerle mucho cariño a esos dos, tanto como para contactarse con el editor orginal.

—Sí, él les tiene mucho aprecio a los dos. —mencionó la chica— y los apoya hagan lo que hagan.

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Bennett trataba de hacer lo posible por reprimir esa emocionada sonrisa en su rostro, buscando no mostrarse como si sintiera demasiado interés, pero era increíblemente genial. Nunca se había dado el tiempo de pensar en ello. Creyó que talvez era algo malo cuando Ben lo miró luego de hablar con su pareja, pero no. Es más, se mostraba confundido pero no en contra.

—Bueno... ¿qué opinas? Margaret piensa que tienes una muy buena habilidad con la guitarra y que un cruce únicamente contigo en especial sería genial. —aclaró otra vez el moreno esperando respuesta— A ella le agrada tú estilo y está pensando en hablarlo con nuestro representante antes de contactar con el tuyo.

—M-Me... a mi... me... —Bennett quería articular alguna palabra que no demostrase la emoción que estaba teniendo, tomando en cuanta, que a Ben no parecía emocionarlo mucho— Digo, que sería... mmh, suena...

—¿Qué?

—Digo... —tosió un poco desviando la mirada— No estaría mal. Me parece una buena idea. Suena genial, sí. Lo es. —volvió a decir esta vez, asegurándose de no mostrar interés.

—Bien, supongo.

A Bennett la idea le había sonado interesante, no le gustaba eso de hacer unión con otros en el ámbito musical, pero... si era con Ben, no le importaba, era su oportunidad para igualmente demostrar que tenían cosas en común y que juntos podrían llevarse bien. Aunque le confundía que la idea haya sido de Margaret, no entendía a que se refería con agrado de estilo, porque si no estaba equivocado, el rock y el género musical pesado no eran un estilo que fuera a conjugar con el ritmo que compartían Ben y su novia como cantantes.

Pero tampoco se atrevería a rechazar la oportunidad de juntarse en cuestiones de trabajo, con él, como guitarrista. No sonaba mal para ninguna de las dos partes, teniendo en cuanta que eran artistas en crecimiento con buen reconocimiento.

—Cambiando el tema —habló Ben después del silencio que se formó entre los dos, dejando celular a un lado sobre el sillón— Philips me ha estado diciendo que hubo un par de cambios a ultimo minuto y que siendo así nosotros tendríamos el día libre. Mike nos hará llegar información más tarde.

—Vaya, está bien... supongo.

—Y ya que estamos libres ¿te parece si...?

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Mientras en la pequeña sala de redacción, cierto pelirrojo se había tomado el lujo de leer cada uno de los guiones de sus compañeros y conocer la dramática de sus escenas. Sin duda las que más le habían llamado la atención fueron las del moreno y el pelimorado, estas solían ser bastantes, con ciertos guiños teatrales y expresivos debido a que sus diálogos no eran tan importantes cuando la comunicaciones expresiva se ganaba el estelar en cada escena.

Ellos eran una historia independiente fuera del giro principal de la serie, le impresionaba lo... buenas y caóticas que eran sus escenas mucho más adelante. Al menos eso pensaba el pelirrojo que tenia los papeles en mano.

—¡Uh, qué intenso! —voceó el alto pelirrojo, dejando los papeles sobre la mesa a un lado— Cielos, a veces pareciera que a Mike le gustan en serio demasiado estos temas de drama juvenil.

—Bueno... sí. —la chica se encogió de hombros— Sólo... hay que hablarlo con los dos, si uno de los dos no está de acuerdo en algo, debo cambiar el guión, para que estén a gusto. —la peli-verde parecía pensativa, llevando su mano tapado por la manga del suéter hasta sus labios— Me acuerdo... que costó para que Ben aceptara trabajar de esa manera juntos.

—Pues a Bennett parece gustarle mucho, a él nunca le ha molestado un sólo papel que haya hecho. —comentó el pelirrojo con una risita— Yo creo que con él no habría problema en absoluto, se le nota a leguas que está que babea por su compañero, es un tipo adorable.

—Mmh, sí. Lo difícil es Ben, él tarda más. —la peliverde llevó una mano hasta su rostro para acomodar sus gafas. Pensando en algún tipo de forma para lograr amainar las reacciones del peliceleste; Mike también le pagaba extras por ayudarle a que los actores acepten cualquier condición y estén felices con su papel, era una suerte tener contacto con algunos— Mmm...

—Es el primer papel abiertamente homosexual de mi compañero, y lo ha hecho muy bien. Un buen actor es capaz de acoplarse a cualquier papel, eso demuestra su potencial...

—Cierto... —ella sonrió— pues, ustedes son buenos amigos, podrás... intentar hablarle al menos y adelantarle ciertas cosas antes de que llegue a un acuerdo.

—Lo intentaré... —Asintió el mayor, suspirando antes de dirigirse a la puerta— En fin, mi descanso va a terminar en un par de minutos. Me iré, hasta luego.

—Claro, buena suerte.

•[▪]•

Bennett no podía estar más molesto e incómodo estando en medio. Oía al peliceleste charlar a un lado de su novia mientras él presenciaba todo de brazos cruzados, viéndoles tomarse de la mano y dedicarse extrañas miradas. Si iban a darse mimos no le hubieran pedido que se quede en el apartamento luego de aclarar algunos puntos para finalmente decidir que la idea sería bastante buena y que los gerentes la apoyaban.

Pero ni modo, tenía que quedarse para saber a dónde iría todo el asunto y si iban a ponerse de acuerdo en ello. Aún si entre tanto veía a Ben detenerse a coquetear con la chica.

—Ehm, hey... —Bennett decidió hablar, prefirió eso a seguir escuchando las risas suaves de la mujer, los comentarios extraños del oji-jade, veía las manos de ambos juntas, y podía notar incluso que el peliceleste se alivianaba al compartir con su novia.

Todo eso alteraba a Bennett de algún modo, por más que tratara de no demostrarlo, porque no sabía como sentirse al respecto; era una mezcla de calidez al verlo sonreír, y verlos felices a pesar de todo, pero también... una parte suya le indicaba que su fijación era sólo platónica y así iba a ser, pues no tendría alguna esperanza con alguien con quien a penas compartía algún interés y que encima estaba en una duradera relación.

—¡Oh sí, discúlpanos! —Margaret se llevó una mano a los labios, mirando en dirección al pelimorado, mostrándose sonriente y tomando una mejor postura en el sofá.

—No... no importa. —Bennett desviaba la mirada a un lado. La televisión de la sala estaba encendida, a un volumen moderadamente bajo pero perceptible, aunque en todo el momento en que estuvo mirándola, siquiera podía prestarle atención.

—Iré por algo de comer ¿van a querer algo? —Ben suspiró palmeando sus piernas antes de haberse levantado del sofá. Observó una negación de parte de la oji-ambar, y de la misma forma, el peli-violáceo negó con la cabeza. Asintió, dirigiéndose hacia la cocina de concepto abierto, aunque estaba un poco alejada de la sala.

—Bennett... —. En ese mismo momento Margaret llamó la atención del contrario en un pequeño susurro, quien igualmente la miró extrañado por aquel llamado sutil y al ver como ella mantenía una mirada algo baja. Ella hizo un gesto, indicándole que se acercase a sentarse a su lado— ¿Puedo hablar contigo? Necesito... hablar con alguien, no aguanto esto.

—¿Por qué, qué pasa? Bien, puedes hablar conmigo... s-si quieres, Margaret ¿estás bien? —Bennett sintió de pronto, que todas las emociones revoltosas que sintió, se disipaban y reemplazaban por intriga.

—Lo estoy, pero en realidad, no creo poder seguir con esto. Bennett, somos amigos ¿cierto? —la pelimiel suspiró acercándose al contrario, tomando su mano. El contrario se mostro un tanto inquieto ante el gesto, pero asintió.

—P-Por supuesto, Margaret. —Bennett tenía una gran curiosidad, y quería saber de qué se trataba lo tan importante que tenga que decir como para haber esperado la distracción del contrario para acercarse, enseñando inquietud y culpa, él podía leer esas emociones con sólo ver sus gestos, era lo bueno de haber estudiado actuación— Puedes confiar en mi... ¿qué es lo que sucede?

El pelimorado empezaba a notar a donde iba la conversación, y no sabía si le gustaba o le hacía sentir mal por el simple hecho de no sentir pena por eso, y de predecir lo que ella diría. De algún modo, su pecho saltaba y su respiración se hacía pesada. Lograba oír los murmullos del moreno en la cocina removiendo cajas y bolsas, seguramente buscando algún snack, mientras de paso sentía el ruido de un vaso y demás. Entonces regresó su atención a la chica, quien de la misma forma, parecía estar atenta a lo que hacía su novio, agachando las cejas y apretando su mano en el proceso.

—Yo... —ella se quedó mirando al suelo, suspirando— no sé como fue que pasó. Yo quiero mucho a Ben, mucho, en serio... lo adoro. Hemos estado juntos mucho tiempo, pero...

—¿P-Pero?

—Hay alguien más...

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