🎞↷⋯ Capítulo Cuatro...

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Esa misma tarde que vió a Jang Jun, Ji Beom yacía acostado en su cama junto a Joo Chan, abrazando al menor con su rostro enterrado en el cuello de este, aspirando su aroma, mientras que el menor tarareaba en un intento para hacerlo sentir mejor. Lo había llamado en un intento para calmarse, siendo bastante efectivo hasta ahora.

Mantenía sus ojos cerrados con fuerza, mientras dejaba llevarse por la melodiosa voz de Hong, e intentaba no sucumbir ante su alterado lobo, que sollozaba con todas sus fuerzas, lleno de angustia, tristeza y posiblemente enfadado con él por no haber hecho lo que decía.

Había visto a Jang Jun, y este se había acercado para hablar con unos chicos que estaban a su lado. Pero le bastó con escuchar la voz y el aroma a durazno que desprendía el menor para enloquecer. Su interior se sacudía, y su lobo le repetía las mismas palabras en un inicio, que eran que fuese tras Jang. Obviamente, Ji Beom se resistió y se fue a casa, pero cada vez que veía a Jang Jun, era más difícil de controlar sus emociones e impulsos por culpa de su lobo.

Y digamos que Lee no aportaba nada cuando se sentía triste. Eso hacía que su lobo aullase y llorase más, haciendo que Ji Beom también lo hiciese.

Joo Chan era de bastante ayuda si se trataba de buscar un poco de calma. Era sumamente tranquilizante el tono de voz de el menor, y más si cantaba. Ji Beom incluso una vez se quedó dormido por aspirar el olor a menta que emanaba Joo Chan, y con su voz igual.

—¿Ya te sientes mejor cariño?— pregunto en voz baja Hong, mientras que sus dedos estaban acariciando el cabello de Kim. Ji Beom se acurrucó más, y dió un leve asentimiento.

—Sí, pero aún duele...

—Él está triste, ¿verdad?— preguntó, y el omega de Ji Beom lloró de nuevo al sentir la tristeza de Jang Jun. Se preguntaba si el alfa también tenía una forma de calmar a su lobo.

—Venga, no pienses en él por ahora, ¿bien?— murmuró Joo Chan con su voz tranquila. Ji Beom agradeció que el omega tuviese un poco de compresión, ya que le dolía evitar a su predestinado. A él le dolía porque a Jang Jun también le lastimaba aquello.

Ji Beom se estaba engañando a sí mismo. Se estaba dañando cada vez más por culpa de su terquedad. Pero bueno, prefería miles de veces eso antes que dañar su orgullo. Prefería dañarse a sí mismo antes de admitir que estaba quizá un poco enamorado. Prefería morir antes que irse con su alma predestinada. Porque sin duda, Jang Jun merecía a alguien mejor que él; alguien lleno de inseguridades y con temor de seguir adelante por sus constantes miedos que la seguían atormentando.

Estaba perdido.

—¿Podemos hablar?— preguntó Jang Jun con un tono de voz alto detrás de Ji Beom, –esto debido al bullicio que había en los pasillos– la cual se sobresaltó al ver al alfa. —Por favor...— habló esta vez más bajito, con temor de ahuyentar al mayor . El corazón de Kim  latía frenético por los nervios y, bueno, el miedo igual. Su lobo aullaba contento y se encontraba inquieto por la presencia de Jang Jun, pero apretó los puños, y sin ninguna opción de escape, aceptó.

Jang Jun con delicadeza tomó la muñeca del más bajo, sintiendo como su ritmo cardíaco aumentaba. Estaba nervioso, por supuesto. Jamás había hablado directamente con Kim, y de hecho, ese mismo día no pensaba hablarle. Sus ánimos estaban por el suelo desde entonces. Pero armó un poco de valor y decidió hablar con Ji Beom sobre todo.

Se dirigieron a un pasillo poco desolado, en donde no habían varias personas, quizás unas tres o cuatro se encontraban allí. Jang Jun murmuró un perdón al momento de ver la cara de disconformidad que tenía Ji Beom, mientras miraba como la mano del alfa agarraba su muñeca. ¿Estaba apretando demasiado el agarre? Temió por un momento haberle hecho daño al omega, y al parecer Ji Beom percibió la preocupación que sentía Lee.

—Tranquilo, no me hiciste daño— dijo Ji Beom, y Jang Jun alzó sus cejas.

—¿Seguro?— preguntó con cautela.

—Sí, no te enrolles mucho— Jang Jun  esbozó una leve sonrisa. Estaba feliz feliz de poder finalmente hablar con Ji Beom. Siempre el omega salía corriendo, y Lee no sabía la razón. Pensaba que posiblemente sería él, pero no tenía sentido. Nunca en su vida le había hablado, y entonces, ¿porqué el mayor huiría de él si prácticamente ni se conocen?

—No quiero sonar irrespetuosa pero...— un carraspeo se hizo presente, sacando de sus pensamientos a Jang Jun. —Ya casi toca el timbre, y necesito irme para mi clase.

—¡E-Espera!— llamó Lee al mayor. —Y-Yo... No he podido hablar contigo aún.

—¿Y de qué quieres hablar? Dilo rápido, no tengo tiempo.

—Yo... ¿Te he hecho algo malo?

—Ehh, no.

—¿Hice algo que te disgustó? ¿O acaso dije algo que no te agradó? Tú...

¿Me odias?

Ji Beom parpadeó rápidamente, y miró al rostro del menor. Hablaba en serio. Kim tragó saliva, pensando en una posible respuesta para sacarlo de ese pequeño lío.

No, él jamás había odiado a Jang Jun. Es más, el chico le caía bien, era simpático, amable, divertido y mil adjetivos más que lo podrían definir como el chico soñado.

—No pienses otras cosas. Tú me caes bien Jang Jun. No tengo nada contra ti—  justificó Ji Beom, dudando en si tomar el hombro del más alto . Al final, no lo hizo. Ya bastante tenía con su lobo inquieto diciéndole que se acercase a abrazarlo y aspirar su dulce y fuerte aroma.

—Entonces, ¿por qué me evitas?

Oh...

—¿Qué?— preguntó Ji Beom muerto de nervios. Sus manos sudaban, y no sabía por qué se había vuelto así. Quizá era por lo intimidable que se veía Jang Jun siendo serio. No lo sabía. Siempre lo veía con una radiante sonrisa de oreja a oreja y con su típico hablado de bebé –que solamente adquiría con sus amigos más cercanos–. —Te estás equivocando, yo no-...

Calló sus propias palabras cuando percibió a Jang Jun acercarse a él. Retrocedió por reflejo, y Lee volvió a acercarse. Maldijo cuando su espalda chocó contra la pared y Jang Jun miró a Ji Beom fijamente.

—¿Tú no me estás evitando? ¿Entonces por qué cada vez que intento acercarme a ti soy rechazado? No me lo dices directamente, pero tus acciones dejan en claro que no me quieres cerca de ti y...

Oh, joder. Su corazón se estrujó al sentir la tristeza que empezaba a sentir Jang Jun. —¡N-No! Yo no... Es que-...ㅡ por más que buscase una excusa, no tenía sentido. No se veía a él mismo contándole a Jang Jun sobre su temor a las parejas predestinadas. Sería en cierta parte humillante. —L-Lo lamento, simplemente no sé por qué lo hago.

—Ah, ¿es realmente así? ¿O me estás ocultando algo?— el rostro de Lee se acercó más al suyo, y Kim percibió el perfume que traía el menor, y mezclado con su característico aroma, su mente dió vueltas, siendo incapaz de pensar algo correctamente. —Ji Beom...— murmuró en voz baja, mientras su rostro se acercaba más y más, al punto de que Lee podía oír el latido desenfrenado del corazón de Ji Beom. Su lobo seguía incitándolo a cerrar aún más el espacio entre ambos. Estaba incitándolo a que tomase los labios del omega entre los suyos. Estaba tan cerca...

Y lo siguiente que Jang Jun pudo escuchar, fue la campana de regreso a las aulas y escuchó como Ji Beom murmuraba un 'lo siento', para luego salir corriendo de regreso a su aula.

Después sintió como su lobo se alteraba por la ausencia de su predestinado, y pudo sentir como la tristeza lo inundaba de nuevo por un nuevo rechazo dirigido hacia él.

Estaba tan cerca y a la vez tan lejos...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro