🐺18🐺

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—¡Yoongi, yoongi!—Un pelirrojo corría hacia el mencionado, con tanta desesperación que comenzó a preocuparse.

—¡Hoseok!, ¿Que pasa?, ¿Te vienen persiguiendo?—Preguntó rápidamente en cuanto llegó hasta el.

—Ja, ja, no, es solo que...—Tratando de tranquilizar su respiración.—Ten, te llego tu primera carta.—Muy sonriente se la entregó y este con una gran sonrisa de sorpresa la tomó.

—¿Para mí?

—Si, allí dice Yoongi, Y-O-O-N-G-I, ¿O acaso no te llamas así?

—Si, si, si soy yo, pero nunca creí que me llegaría una carta.—Sonriente dirigió su mirada hacia la carta y se llevó la gran sorpresa:

PARK JIMIN

Al leer ese nombre que estaba escrito sobre la superficie de la carta quería explotar de alegría pues ya habia pasado tiempo sin saber sobre el rubio y no esperaba una contestación tan inmediata; sigilosamente dejó al pelirrojo hablando solo y se fue hacia la carpa, para poder leerla sin interrupciones.

Se sento sobre el catre y retiro cuidadosamente el sobre, para después abrirla igualmente con delicadeza.


Querido Hyung:

Lo extraño muchísimo, extraño ir con usted al estanque lleno de pecesitos, también extraño dormir en su casa, pero lo que más extraño es estar con usted; Ese chico de pelo igual al mio, dijo que usted estaba en un tal ¿celo?,yo me preocupe muchísimo, quería ayudarlo, pero no me dejaron.

Se que usted no quiso alejarme de usted, tal vez fue su celo. Sea lo que sea, lo esperare, miraré por la ventana todos los días y todas las noches, esperando tener algún rastro de usted.

Realmente lo quiero mucho Hyung y realmente espero que usted nunca me haya querido alejar de usted...

Con amor, Jimin.

El corazón de Suga estaba más que exaltado, pues le encantó leer unas palabras del Rubio, no sólo le alegraron el día, sino que también la semana y el año; El también lo extrañaba mucho y le dolía saber que estaría esperando por el y que el no podría ir, pero como ya se lo había dicho en su primera carta, el volvería y lo llevaría al estanque de los peces, para así ambos pedir deseos. Por que el pudo hacerle caso a SeokJin en integrarse a una manada, pero nunca marcaría a un Omega, ni mucho menos formaría una familia para poder regresar, el regresaría cuando viera el momento oportuno.

___________________________

El Alfa Rubio se encontraba sentado a la orilla del lago, mientras esperaba al Moreno para entregarle una carta de Suga que le había llegado en la noche, también recibió una para el, donde Suga le rogaba que siguiera entregandole sus cartas a Jimin y el claro que no podía negarselo.

Se encontraba lanzando piedras al lago, todas llegaban al lago, incluso una que no había sido lanzada por el.

—Hola...—Habló el Moreno, indicando que ya había llegado.

—Hola...—Se levantó encarando al Cazador.—Veo que te sirvió el consejo...—Refiriéndose hacia la piedra que había llegado hasta el borde.

—Oh, si, muchas gracias por eso...

—No hay de que. Pero dime ¿Por qué ahora tu llegaste tarde?

—Perdón, es que Jiminie no me dejaba salir, quería que me quedará a jugar y yo no podía negarme...—Sonrió enternecido y entonces Jin se desánimo, toda la mañana había estado emocionado de volver a ver al Cazador, pero realmente le molestaba que Jimin fuera más bonito que el a los ojos del Moreno.

—Mmh, me imagino...—Sacó la carta y se la entregó.—Ten...—Namjoon sonrientemente la tomó y la guardó, pero en cuanto levantó la vista Jin se estaba marchando del lugar y el corrió para alcanzarlo y tomarlo delicadamente de la muñeca.—Espera...por favor quedate un poco más...

—¿Por qué quieres que me quede?

—Y-yo...quiero platicar...

—Mmh, de acuerdo...—Se sentó nuevamente a la orilla del lago, esta vez con Namjoon a su costado.

—Y...amh ya comiste alg-...—Fui interrumpido por un pequeño quejido de Jin.

—Auch...—Al momento de sentarse rozó la palma de su mano con alguna roca filosa, haciendo que se hiciera una cortada superficial.

—¿Estas bien?—Rápidamente quiso tomar su mano para revisar la herida, pero el Rubio la alejó rápidamente.

—Estoy bien, no te preocupes, se curará con el tiempo.—Namjoon no muy convencido se levantó para buscar algún tipo de planta que le pudiera ayudar al Rubio a cicatrizar la herida.—¡Hey!, ya te dije, estaré bien.

—Ajam...—Ignorandolo y siguiendo su búsqueda.—¡La encontré!—Regreso con el Rubio y consigo una pequeña planta, para después sentarse junto a él.—¿Podrías dármela?—Extendió su mano hacia el Rubio, pero este frunció su ceño.

—¿Disculpa? ¿Acaso crees que soy un perro para darte la patita—Se cruzó de brazos, pero sin lastimarse la mano.

—No, no quise decir eso, perdón, amh...¿Puedes mostrarmela?

—Mmh, de acuerdo...—Dejando su mano sobre la del Cazador, y entonces le puso aquella planta sobre su herida, para después sacar algo que parecía una venda de su mochila y envolver su mano con la planta dentro.

—Leí que esta planta cicatrizara tu herida en una hora, además de desinfectarla, lamentablemente no recuerdo el nombre, pero la demás información si la recuerdo je, je.

—Amh...gracias...—Mordiéndose el labio, pues ¿Cuanto tiempo había pasado desde que había agradecido algo?

—No hay de que, para mí es un placer curar con plantas.—Sonrió grandemente.—Una vez cure a mi Padre de una gran herida; el salió a cazar y regresó casi moribundo, creo que alguien de tu especie se lo hizo.—Sonrió al recordar aquello.—Pero era tan terco que no me hizo caso y por eso le paso eso, ja, ja.—Jin lo miró extrañado pues quien se reiria de que atacaran a tu propio padre.—¿Sabes lo que dijo en cuento llegó?, ¡Hijo, puede que haya devorado la mitad del brazo, pero aún así estoy feliz, me siento tan vivo!, ja, ja, realmente fue gracioso y un alivio, ya que pensé que se pondría a llorar y cosas por el estilo, pero en fin...

—¿Quién es tu padre?

—El Gran Cazador Kim...

—¡¿En serio?!—Preguntó sorprendido.

—Si, ¿Por que?

—Bueno, tu Padre le quebró la pata a mi Padre en ese encuentro, ja, ja.

—Wow, ¡¿En serio?!

—Si, ya no volvió a caminar bien, pero no importa ya que ese viejo tiene más vidas que un que gato, ja, ja.

—Ja, ja, que bien por tu padre.

—¿Que hay del tuyo?, me imagino que es un hombre muy orgulloso de sus heridas hecha por un Licantropodo y de su Hijo...

—Si, bueno...—Cabizbajo, para después mirar al otro lado del lago.—El murió... —Y entonces Jin borró su sonrisa.

—Y-yo lo siento...—Dijo cabizbajo.—¿Fue mi padre?—Lo miró, pero este seguía con su mirada hacia el lago.—Por qué si es así te daré el permiso de que cortes mi cabeza y la lleves como trofeo hacia tu casa, ya sabes, como honor a tu padre.—Comenzando a sentirse culpable.

–No, no, no, por supuesto que no, e-el no murió por eso y aunque fuera así nunca te haría eso.

—¿Y por qué no?

—Por qué eres mi Amigo...¿No?Sonriendole y entonces el Rubio asintió.

—Y ¿Entonces de que murió?

—Bueno, murió unos años después de que mi Madre muriera, ellos se querían mucho así que me imagino como se debía de sentir mi Padre.—Sonrío melancólicamente.—Lo único que le mantenía con vida era la Caza, y aquel encuentro con tu Padre le regresó aún más las ganas de vivir, pero a los Dos años el enfermó y murió...

—Y-yo...realmente lo siento...

—Si, yo también, los extraño mucho, pero bueno mi Abuelo fue el encargado de enseñarme todo lo que se...

—¿Solo vives con tu Abuelo?

—Si, el es mi única Familia, bueno y Jiminie y su Abuela; Jiminie ha sido como mi Hermano pequeño...

—Entiendo...—Asintiendo.

—Quería hacerte una pregunta...

—Adelante...

—Bueno, amh...¿Por qué miras tanto mis mejillas?

—Oh, yo lo siento es que...—Rascó nerviosamente su nuca.—¿Son algún tipo de maldición o brujería esos pocitos?

—¿Hablas de mis hoyuelos?

—Mmh, creo que si...—Asintió inseguro.

—Ja, ja, no son brujería ni maldición, solo son hereditarios, toda mi Familia los tiene y mi Desendencia también los tendrá.

—Wow...

—¿Quieres tocarlos?

—¡Si, si, si!, digo amh...¿Puedo.?—El de piel acaramelada sonrío enternecido y dejó que el Rubio tocará sus hoyuelos.

—Wow, son muy lindos...—Fasinado con aquellos pocitos.

—Je, je, gracias, pero yo quiero pedirte un favor...

—¿Si?

—¿Yo puedo tocar tus orejas?, nunca había visto unas en una persona.

—Ja, ja, claro solo cuidado con las cosquillas...

—Je, je, lo tendré...—Llevo su mano hasta ellas, para después tocarlas, eran igual de suaves que unas de Lobo, pero tenía que admitir que eran más lindas, estas se movían en cuanto Namjoon las tocaba y le causaba ternura; Entonces acarició toda la cabellera de Jin, dando masajes en ella y notando que era bastante sedosa.

—Mmh~...—El Rubio comenzó a dejarse llevar por los masajes que hacía el Cazador sobre el, tanto que recostó su cabeza sobre el hombro de este.

Namjoon no quiso interrumpir la comodidad del Rubio, así que lo dejó allí y siguo acariciandolo, y seguiria haciéndolo hasta que la tarde callera...

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