— Chaewon, ella falleció.

Anunció el mayor haciendo que JeongGuk prácticamente dejara de respirar; la mirada sobre él duró unos segundos hasta que volteó su vista a la tienda.

— Entra, te vas a resfriar. — HoSeok asintió.

Ambos entraron; Jae al verlo entrar así fue rápidamente por unas toallas que siempre estaban en caso de que esto ocurriera.

— ¿Cómo lo sabes? — Preguntó JeongGuk.

Jae entendió que era una conversación un poco privada y se marchó hacía la cocina para seguir limpiando.

— Era su amigo. — JeongGuk analizó por unos segundos su respuesta, se le escapó una sonrisa que desapareció al instante.

— ¿Eras tú quien la iba a ver casi todos los días? — HoSeok asintió. — Me habló de ti.

— ¿De verdad?

— Un día me dijo; "conocí a alguien que estaba dando vueltas por el hospital, me recordó un poco a mí". En ese momento pensé; ¿quién habrá sido la persona que la hizo pensar eso? — HoSeok sonrió.

— Ella me cae muy bien.

— Cada vez que venía hablaba de ti; pensaba que le gustabas para serte honesto — Comentó. —. La última vez que la vi me dijo; "Ya no tienes que preocuparte por mí, estoy enamorada de alguien y no quiero ser más una carga para mi alrededor."

— Siempre se trata de desligar. — JeongGuk asintió.

— Por cierto; ella me dejó algo para cierta persona que según ella iba a venir a verla. Supongo que se trataba de ti. — Los ojos de HoSeok se abrieron un poco más dejando ver su asombro.

Ese mismo día; ambos leyeron la carta que le había dejado.

"¡Pasó tiempo! Hey, hey, siento lo que ocurrió entre nosotros. ¡Vaya despedida! Siento no ser del tipo de persona que le gusta abrazar a alguien y decirle que lo extrañará, ese tipo de cosas. ¿Cuándo mueres puedes extrañar al que está vivo? Yo creo que sí, mejor dicho; eso espero. Quiero pensar que en estos momentos te estoy extrañando.

Hace un tiempo me enteré que conoces a JeongGuk, fue mera casualidad. Los había visto hablar juntos; en ese momento supe que tenían una relación.

Hubo un tiempo en el que JeongGuk se sintió muy culpable con respecto a mi enfermedad; él no tuvo la culpa.

Nunca supe expresar bien mis sentimientos, tampoco es que sea la mejor en ello pero quería escribir esta carta para despedirme.

No me odies por ser cobarde y tener miedo a enfrentarme a la vida; porque ustedes son la vida que voy a dejar atrás. Tenía mucho miedo a morir, supongo que si estas leyendo esto; ya no estoy aquí.

Algún día espero volverlos a ver; no me arrepiento de nada y me encantaría volver a vivir esta vida para poder conocerlos nuevamente.

Me debo de ir, me están llamado para la cirugía; ¡deseame suerte!".