— ¿Pasó algo entre HoSeok y tú? — La curiosidad mataba a Jae, no podía negarlo.

Luego de un largo viaje en silencio y un día de no haberlos visto, volvieron al trabajo como si fuera de lo más normal con la leve diferencia que HoSeok no se acercaba a Jae si JeongGuk estaba cerca y mucho menos si JeongGuk estaba solo.

— ¿Algo? — Volvió a preguntar mirando al mayor que estaba del otro lado del negocio. — No lo sé, parece que de la nada no le estoy cayendo bien. — Comentó mientras tocaba su nuca levemente.

— Creo que deberías de disculparte. — El menor levantó la vista rápidamente enojado.

— ¿Por qué me debo de disculpar? ¿Qué hice?

— No lo sé pero HoSeok no suele enojarse por cualquier razón. Bueno, si no te disculpas, deberías de intentar hablar con él. — Agregó el mayor.

La vista de ambos fue a él que estaba atendiendo a una mujer que les parecía muy familiar. En ese momento a JeongGuk se le escapó un "Mamá" de sus labios.

— Por aquí. — HoSeok la guió hasta una de las mesas vacías que estaban cerca de la ventana.

La mujer sonrió de forma muy linda, sentándose en dicho lugar.

— ¿Qué desea pedir? — La mujer mantenía su sonrisa.

— Quisiera un café y... — Dejó de hablar, ya que no estaba muy segura de que pedir. — ¿Me pedirías el postre por mí?

— Con gusto. — HoSeok sonrió al gesto de la mujer.

Volvió a la barra, dejando el pedido de la mujer y como no estaba muy seguro de que pedir de postre, decidió por la especialidad de Jae, una torta de chocolate con relleno de crema. Algo que nunca fallará.

— Tome.

Volvió para entregarle la comida. Ella sonrió muy feliz a ver el postre. Luego miró al joven y señaló la silla delante de ella.

— Me gustaría hablar contigo, muchacho. — HoSeok se detuvo a mirar su rostro que le parecía algo familiar pero decidió ignorar eso. Hizo caso y se sentó por delante de ella.

JeongGuk estaba mirando todo esto desde un costado, no sabía para nada que planeaba su madre y intentó detenerla pero Jae negó con la cabeza, y lo sostuvo del brazo para que no vaya.

— ¿Hablar conmigo? — Lentamente fue recordando el rostro de esa mujer hasta que notó que era la madre de JeongGuk, algo que no podía creer que había olvidado tan fácilmente.

— Me gustaría saber que clase de relación tienes con mi hijo. — Sonrió. HoSeok comenzó a pensar que el parecido entre madre y hijo era muy grande.

— Compañeros de trabajo o quizás enemigos de la vida, quien sabe. — Comentó y se rió.

— ¿Enemigos? — Hizo una cara triste, HoSeok sonrió.

— No tan así, simplemente creo que no nos llevamos del todo bien. — Ella sonrió.

— Eres un alfa. — Comentó ella y HoSeok asintió.

Ella bajó un poco la vista.

— JeongGuk no la pasó bien anteriormente con alfas pero confiare en ti. — HoSeok se levantó de donde estaba y hizo una leve reverencia.

— En otro momento podríamos hablar más con respecto a eso pero en este momento estoy trabajando, lo siento. — Ella sonrió y HoSeok se alejó de ella.

JeongGuk simplemente se quedó mirando unos segundos hasta que suspiró.