- JungWon podía considerarse alguien serio a plena vista, y la mayoría de los omegas lo miraban de aquella forma, era increíble verlo con un semblante tan tranquilo, pero ahora JungWon se sentía muy distinto, y por supuesto, los omegas lo notaron, sobre todo los que se encontraban en la facultad de gastronomía.

—¿Te encuentras bien? —pregunto SooBin al ver que aquel alfa no había parado de sonreír.

—¡Más que bien! Y —hizo una pequeña pausa—, necesito algo de ayuda.

SooBin parpadeó un par de veces, era extraño que pidiera ayuda, además ¿por qué la necesitaba? No lo entendía, dejo de lado sus pensamientos para mirar al alfa que parecía querer obtener una respuesta.

—¿Qué necesitas exactamente? —pregunto el beta, curioso.

—Necesito que me ayudes a preparar chocolate.

—¿¡Eh!? ¿C-chocolate? —eso no se lo esperaba.

¿JungWon pidiéndole ayuda para preparar chocolate? Lo creería si fuera acaso un omega que viniera a la facultad para pedir esa clase de ayuda, la anterior semana la facultad se había impregnado de tanto aroma a chocolate que inclusive SooBin ya le estaba tomando asco a ese dulce, pero no esperaba que un alfa como JungWon pidiera ayuda para algo como eso, simplemente era más que increíble escuchar aquella petición, y podía ver en su mirada que el alfa estaba hablando en serio, nada de dudas, nada de risas que puedan indicarle que se trataba de una simple broma, absolutamente ninguna señal de que fuera una mentira, definitivamente se sentía sorprendido.

—Supongo que es para ti ¿no? —pregunto SooBin esperando una afirmación de respuesta.

—No —eso ahora si lo había dejado más que sorprendido. Pregunto con la mirada, quería saber de quien se trataba—, ¿Conoces a Nishimura Riki?

—¿El omega del que tú y tus amigos están interesados? — JungWon asintió frenéticamente—. ¡Espera! ¿Piensas declararte tú?

—Sí, Ni-Ki no trae ningún regalo, es desesperante —menciono JungWon soltando un suspiro—, y me gustaría regalarle algo por mi cuenta, por eso necesito tu ayuda.

—Un chocolate para omega —mencionó SooBin. JungWon sonrió mientras daba un corto asentimiento—, ¿los demás lo harán también?

—Lamentablemente lo harán —respondió el alfa—, pero descuida, prometimos no pelear si es que acaso Ni-Ki escoge a uno de nosotros.

—Eso no es lo que me preocupa, ¿seguro que van a estar de acuerdo si el omega escoge a solo uno de ustedes? — JungWon asintió de nueva cuenta—. Bien, entonces, manos a la obra.

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Ciertamente las lecciones para preparar chocolate pueden ser solo un poco complicadas, eso lo acababa de descubrir JungWon. Los ingredientes que necesitaba debían de ser los adecuados, y él no sabía que demonios podía utilizar. SooBin le mostró algunos ingredientes que podía usar, desde aguas con olores de flores muy distintivos, hasta especias además de leche, y otros ingredientes que JungWon no consideraría tan adecuados a la hora de preparar chocolates, la repostería si que es más complicada de lo que se imagino.

Observo atento los ingredientes, no quería algo que fuera tan fuerte, pero quería que fuera significativo para el omega, algo que le indicará que había sido él quien le había entregado dicho regalo, y necesitaba que fuese especial, sumamente especial.

Miró de un lado a otro los distintos ingredientes en la mesa, JungWon disfrutaba de ciertos sabores matutinos, era lo que siempre hacía, pedir café con una pequeña pizca de canela en polvo hacía que la bebida perdiera el amargor que a veces detestaba que tuviera al olerlo, miro con detenimiento al café soluble y la canela en polvo. Podía tratarse de un riesgo en la cocina, lo podía reconocer, pero en un chocolate, tal vez no sea tan malo, de inmediato agarro ambos ingredientes y los coloco frente a SooBin.

—¿Estás seguro? Esto podría ser más como una bebida de chocolate.

—Muy seguro —menciono JungWon —, necesito chocolate amargo.

—Querrás decir semi-amargo, eso ayudará más con estos ingredientes, sobre todo porque quieres combinarlo con café.

—Entonces hagámoslo —menciono el alfa juntando sus manos para poder dar unos leves aplausos, estaba entusiasmado.

JungWon no era mucho de acercarse a la cocina, usualmente lo hacía solo para prepararse una sopa instantánea o para prepararse un poco de café por las mañanas, la mayoría del tiempo le gustaba ordenar comida o simplemente salir por unas cuantas frutas y hacerse ensaladas. Rara vez compraba hamburguesas, y se disponía a usar el micro hondas para poder hacer palomitas de maíz con caramelo, y ahora prácticamente estaba frente a la estufa, con un delantal amarrado en su cintura, las mangas de su camisa arremangadas hasta casi llegar a los codos, y con una olla pequeña con agua hirviendo con un tazón encima de esté mismo con el chocolate derritiéndose poco a poco, el olor amargo llego a sus fosas nasales.

—Deja que se derrita poco a poco, y muévelo de vez en cuando, no queremos que eso termine quemándose —mencionó SooBin —, ¿vas a moldearlo o prefieres hacerlo en una bebida?

—Una debida estaría bien, me gustaría darle algo que le de un poco de calor. — SooBin asintió.

—Entonces iré por algo de leche.

JungWon agrego la leche después de que SooBin se lo indicará y sin dejar de mover aquello agrego unos cuantos gramos de café instantáneo y un poco de canela en polvo, siguió con el movimiento mirando el color de la bebida, como un café con leche solo que esté tenía un poco más de espesor. SooBin agrego un poco más de leche y listo, estaba bien, los aromas juntos eran increíbles, cualquiera que estuviera cerca estaría más que encantado con ello.

—Está listo —menciono SooBin, el alfa sonrió contento con el resultado—. Ten.

El beta entrego al alfa un vaso que podía aguantar el calor de una bebida, y antes de que JungWon vaciara el contenido, decidió darle su toque personal al vaso, miro entre sus cosas, y logró encontrar un plumón de punta delgada, y entonces comenzó a escribir en el vaso para después colocar algunos pequeños dibujos y por fin estaba listo, vació la bebida chocolatada que había preparado y sonrió satisfecho, nada mejor que esté regalo, esperaba obtener algo de parte del omega.

—Te debo una, SooBin.

—Descuida, amigo. Ahora, ¡Ve por tu omega!

—¡Eso haré!

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Ni-Ki odia las horas libres, ¿era demasiado pedir que solo por ese día los profesores no se esmerasen en no asistir a clases? Soltó un largo suspiro, apenas habían pasado menos de una hora y por supuesto el profesor no se dignaría en aparecer, de eso estaba más que seguro, observo como todavía había algunos de sus compañeros por el salón de clases, hablando unos con otros compartiendo experiencias y más cosas.

El omega no era de hacer muchas amistades entre todos los que se encontraban a su alrededor, prefería mantenerse más distanciado de todos, era lo mejor, además de que las personas trataban de evitarlo, usualmente querían tacharlo de aburrido o de irrespetuoso, cosas que el omega no consideraba, y no le agradaba escucharlas. Recargo su mentón sobre sus brazos cruzados sobre su mesa de trabajo, mirando a los demás.

Un pequeño grito ahogado se escucho, el omega miro hacía la entrada del aula, y allí lo vio, esos ojos tan profundos que había visto en la mañana, se sintió pequeño al percatarse de que aquel alfa había conectado su mirada con la suya al instante, aparto la mirada, ese alfa traía algo en sus manos, lo noto, ¿acaso era un regalo? ¿A quién se lo daría? Había varios omegas en su aula de clases, y podía percatarse como se ponían algo tímidos al ver que el alfa tenía un regalo.

— Ni-Ki —la profunda voz del alfa hizo que se diera la vuelta encontrándolo más cerca de él, JungWon le dedico una pequeña sonrisa, y los pocos que estaban a su alrededor miraban atentos la escena—. Para ti, omega. — JungWon extendió el vaso hacía el omega.

Ni-Ki no podía creer lo que había escuchado, ¿le acaba de decir omega? Sintió sus mejillas arder al instante, su corazón no dejaba de latir como un loco, era demasiado para el pobre omega.

—Y-yo —intento hablar pero parecía que no iba a poder hacerlo, así que JungWon se adelanto.

—No me tienes que responder aún, te daré tiempo, ¿nos podemos ver después de clases? —eso en verdad lo dejo más sorprendido.

—S-sí, supongo. —trago grueso, maldición, ¿por qué quería verlo? ¡Esperen! ¿Acaso...?

—¡Excelente! —sonrió a más no poder el alfa, para por fin irse. Parecía muy feliz con la situación, y por supuesto que lo estaba, no había sido rechazado, ¿qué mejor que aquello?

Ni-Ki pudo respirar con normalidad cuando vio que el alfa se había ido, miro el vaso que estaba sobre su mesa de trabajo, y por fin el aroma llego a sus fosas nasales, chocolate.

Maldición. ¡Sí era una confesión!

Miró con más detalle el vaso y pudo percatarse de que tenía algo escrito mientras parecía ser rodeado por varios dibujos de corazones pequeños como una lluvia.

"Espero no sea una molestia para ti, me gustas desde hace tiempo, ¿quisieras ser mi omega?"

Eso era lo que decía aquel vaso, y simplemente Ni-Ki sintió sus mejillas calentarse, sabía que ahora parecía un tomate, totalmente sonrojado.