OO7; Fresas y sonrisas.

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- Shim JaeYoon no sentía que podía concentrarse adecuadamente en aquel momento. No cuando no tenía a más de tres omegas preguntándole sobre sus planes para está tarde y si acaso quería salir.

Claro el alfa no les prestaba nada de atención; necesitaba de ayuda, de mucha ayuda para poder conseguir el regalo perfecto para el omega de sus sueños.

Jake era considerado uno de los alfas más buscados por los omegas, siendo el tercero, pues SuNoo y SungHoon se llevaban más la atención de los ellos, y Jake no consideraba ese puesto como una competencia segura, así que lo hacía más a un lado. Por supuesto que su popularidad empezó desde que había ingresado a la universidad y simplemente se la pasaban correteándolo o suspirando cada que pasaba. Jake sentía que toda esa atención no era requerida para él, pues solo se trataba de un alfa más entre muchos.

Eso afectaba mucho hasta para conseguir amistades, los alfas no querían ni siquiera tomarle la palabra más de cinco minutos, y si quería hablar con alguien apenas y podía hacerlo. Si un omega se le acercaba, JaeYoon notaba el notorio coqueteo que esté presentaba y simplemente sabía que no podía ni siquiera tener una amistad con dicho omega, así que eran descartados definitivamente.

Poco después de unas semanas difíciles en las que había sido despreciado por alfas de su facultad y prácticamente un rechazado social, había conocido al omega que le había robado su corazón con solo una mirada y una tenue sonrisa.

Fue una de las casualidades más hermosas que le pudo haber pasado en toda su corta vida, había sido tan sencillo, Ni-Ki se había presentado ante sus ojos con una bandeja de comida y con una sonrisa pequeña pero tan linda que solo le hizo perderse por completo, pero claro esa sonrisa no era dirigida hacía él, pues le sonreía a una de sus amigas omegas que se encontraba a lo lejos para poder decirle que se sentase junto a ella en el almuerzo, pero para Jake ese había sido el momento más efímero y significativo de toda su vida, simplemente se había quedado embobado mirándolo hasta que por fin paso de él, no lo entendía.

Los omegas estaban con él casi todo el tiempo y no necesitaba hablarles, pero Ni-Ki, él parecía no notarlo y eso si que era aún más frustrante.

Los días pasaron después de aquel encuentro, y Jake se había decidido a observarlo cuidadosamente hasta que por fin se había decidido un día de tantos a hablarle. Por supuesto no fue posible, había sido arrastrado por alguien más, para sacarlo de escena antes de que cometiera una tontería.

Allí fue cuando conoció a Yang JungWon, quien le había preguntado sobre su interés por el omega, a lo que Jake le había respondido que tenía más que un interés por el omega y que quería pedirle una cita.

Allí fue cuando se entero del pequeño plan de JungWon, él cual era hacer que el omega los notará. Poco a poco demás alfas se fueron anexando a ellos como si se tratase de un club.

A JungWon no le pareció una mala idea nombrar su pequeña comunidad, pero claro los demás se negaron, aunque aún JungWon dice que deberían de tener un nombre.

—Disculpen, pero me tengo que ir —los omegas soltaron un chillido de tristeza al escuchar hablar al alfa—. Lo lamento, pero en verdad necesito hacer algo.

—No se preocupes, oppa —habló una omega de cabellos azabaches—. ¡Lo esperamos!

Los demás asintieron felices mientras que Jake les dedicaba una tenue sonrisa para por fin caminar tranquilo por el pasillo hasta lograr salir del edificio de su facultad. Necesitaba un respiro, tantas platicas a su alrededor no lo dejaban pensar correctamente en que podía ser el regalo perfecto que podría darle a Ni-Ki, sus manos fueron hacía sus bolsillos.

¿Qué debía darle al omega? Seguramente sus amigos ya le habrían dado de todo y él ni siquiera había pensado en un regalo para el omega, ¿qué podía hacer? ¿Un pastel? ¡No! ¿Darle barras de chocolate? Seguramente alguno de ellos ya lo hizo, ¿entonces..?

Soltó una maldición al aire. Ahora en serio se estaba enojando con él mismo.

Respiro profundamente, necesitaba relajarse, tenía que haber un regalo que aún pudiera darle a Riki. Miró a su alrededor, encontrándose con algunas parejas que había dispersas por todo el campus, y frunció el ceño levemente al ver como un omega le entregaba a una alfa unas fresas, pero eran fresas cubiertas con chocolate blanco y oscuro.

—Fresas... ¡Fresas! —exclamó feliz, al menos había sido de ayuda caminar un poco, luego le agradecería a ese chico por darle una idea inmediata, así que solo necesitaba ir con los de gastronomía o turismo, ellos tendrían lo necesario.

♡❜

El omega sentía que su cabeza explotaría en cualquier momento, pero simplemente no podía dejar de pensar en todo lo que había ocurrido. Faltaba menos de dos horas para que por fin se reuniera con todos esos alfas al final de clases y eso solo hacía que se sintiera mucho peor, ¿qué haría? ¿Qué pasaría? No quería que algo malo sucediera, ha escuchado mucho de las peleas entre alfas, y no es nada bonito de escuchar, no quería que nada malo sucediese, pero todo podía ser posible, y supone que ninguno de ellos está enterado de todo lo que ha pasado. Bueno, algunos han visto sus anteriores regalos, como lo era Jay y SungHoon, pero aún así no quería que pensaran mal o que posiblemente pensarán que él estaba jugando ¡no era así!

—¡¿Por qué esto me tiene que pasar a mí!? —exclamó por fin a los cuatro vientos, al menos no había tantas personas, pero si lo miraron extraño, pero ya no es como si le fuera a interesar que pensasen que estaba loco.

Por fin recostó todo su cuerpo en el césped, ya no quería saber nada, los regalos estaban a un lado suyo junto a su mochila, pero la verdad ya no quería saber nada, brownies, trufas, barras de chocolate, rosas y café... solo falta que le de una indigestión de azúcar.

Soltó un resoplido y miró hacía el cielo, las nubes apenas y se movían. Era un hermoso día, lleno de confesiones de alfas con los que ni siquiera habla mucho o que solo mira, y no lo comprende.

¿Qué les había pasado para que hicieran tales confesiones? Tal vez no había pasado nada y después cuando se reúna con ellos, le dirán que se trataba de una simple broma y entonces él se encargaría de devolverles todos esos estúpidos regalos falsos. No le gustaría que jueguen de ese modo, y esperaba que por lo menos ellos no fueran así de crueles como él pensaba.

Cerró sus ojos por unos momentos, disfrutando de la sombra que los arboles proporcionaban a aquel lugar y disfrutando de los pocos rayos de luz solar que alcanzaban a rozar su piel. Maldición, ha sido el día de los enamorados más largos de toda su maldita vida.

—¡Hola, Ni-Ki!

Ni-Ki apretó sus parpados.

¿Es en serio? Bueno, no tenía que molestarse, pero no pensó que alguien vendría a interrumpir su momento de relajación, además de que aquella voz grave no la conocía mucho, así que abrió sus ojos y mostró su sorpresa al encontrarse con el rostro de Shim Jake a una distancia prudente, pero a la vez cerca, estaba sonriéndole.

—¿S-sí? —maldijo en su interior por aquello, no quería que su voz se entrecortará de ese modo, debía de tranquilizarse, aunque tener la mirada tan concentrada de un alfa como él encima suyo, no era una buena forma para mantenerse concentrado y calmado, no lo era.

—Perdona si te interrumpí, pero quería darte algo —habló Jake, aunque no lo parecía el alfa se estaba muriendo de los nervios, al principio se había decidido a no acercarse y salir corriendo como todo un cobarde, pero ya había conseguido su regalo, fresas cubiertas de chocolate, y él mismo había tenido que hacerlas, y no quería solo sentarse en un lugar a comerlas mientras se arrepiente por no acercarse al omega, así que había tomado demasiado valor para estar ahora con Riki.

El omega miro con toda su atención como el alfa dejaba a su vista una caja que contenía varias fresas grandes que se encontraban cubiertas por chocolate blanco y negro. Se veían deliciosas, aunque también noto algo, había muchos detalles en la caja, pues tenía escrito el nombre del omega y el del alfa juntos hecho de chocolate, las mejillas del omega se sintieron calentar al instante que vio aquello, y es que definitivamente no lo esperaba.

Ni-Ki se incorporó para por fin estar sentado y tomar la caja en sus manos, abriéndola y observando lo que había dentro. Las fresas parecían estar marmoleadas, se veían muy bien, le había gustado aquello, pero simplemente era difícil de creer. Jake era otro de los alfas atractivos de la universidad, y eso solo hacía que Ni-Ki tuviera muchas sospechas, ¿acaso esos alfas se habían puesto de acuerdo para darle regalos?

— Ni-Ki —el omega miró a Jake, quien se había sentado a su lado y le dedicaba una dulce sonrisa—, me gustas —mencionó el alfa, logrando que Ni-Ki sintiera que el calor en sus mejillas aumentará—. Y me encantaría, en verdad me encantaría que — Jake acercó su mano hacía una de las de Riki para poder juntarlas y entrelazar sus dedos—, fueras mi omega.

El omega tragó grueso para quitar el nudo que se quería formar en su garganta. Jake ni siquiera había dejado de mirarlo cuando le dijo eso, y no le estaba preguntando absolutamente nada, simplemente quería que ambos fueran pareja y eso solo hacía que Ni-Ki sintiera estragos en su cuerpo.

Había sentido lo mismo con todas las confesiones ¿qué demonios estaba pasando? No sabía si era por el modo en que cada alfa se lo había pedido, no sabía si acaso eran los nervios que estaba sintiendo, pero cada una de esas confesiones solo había hecho que se sintiera igual de cálido y nervioso a tal punto de no saber que responderles.

—Esperare tu respuesta, bonito —dijo Jake para después soltar su mano e incorporarse para por fin estar parado, de nueva cuenta le sonrió mirándolo a los ojos—. Te veo después de clases, ¿bien?

Nishimura solo se limito a dar un pequeño asentimiento, haciendo que el alfa diera otro de respuesta y por fin se diera media vuelta para desaparecer de su vista.

Genial, otra confesión... otro alfa.

Riki soltó un largo suspiró ¿Qué demonios va a hacer ahora?

Ustedes qué dicen,
¿Con quién se va a quedar
Riki? Los leo.

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