O2.

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- Ni-Ki se para lentamente de su cama en la oscuridad, SungHoon duerme a un lado con la sabana blanca tapando su desnudez. Justo afuera de la ventana de su habitación está el faro de luz de la calle, que alumbra dentro y hace que pueda ver a través de su habitación. Viste únicamente un pequeño bóxer negro que le llega después de los glúteos y con un último vistazo al alfa aun dormido, se para frente a su espejo de cuerpo completo.

Algunas partes de su cuerpo sobresalen de la oscuridad gracias a los tatuajes que descansan en su piel. Le gustan todos, le hacen sentir bien, no se arrepentía de ninguno, de hecho, aún tenía más ideas en mente, así que estaba pensando seriamente en volver al estudio de su amigo BangChan para conseguir uno nuevo, solo debía estar seguro de que lugar sería el indicado.

Sus brazos son fuertes por el ejercicio que hace, pero nada exagerado. Las piernas también las tiene llenas de músculo, además de que, al ser omega, sus piernas han sido así desde siempre, solo que ahora se ven formadas por las clases de baile a las que asiste los martes. Su abdomen es plano y marcado, a un costado de este tiene un tigre con algunas flores, es uno de los mas recientes. Todo su cuerpo le costó bastante esfuerzo lograrlo. Con dietas estrictas y rutinas de ejercicios pesadas. Estaba orgulloso de haberlo logrado, claro que nada hubiese sido posible sin la ayuda de su hyung, YeoSang. Él fue parte importante de su proceso.

Su mano derecha pasea por su duro abdomen, donde sus músculos aún se sienten contraídos. Desde que EunSung dijo que estaba en espera de un bebé, él se preguntó que se sentiría tener uno. Sabía que, si llegaba a tener uno, su cuerpo de transformaría, tal vez llevando a la basura todo lo logrado con su cuerpo, aunque, sinceramente, no le importaría mucho si ese cachorro fuese de SungHoon. Solo que él no sabe si el alfa quería bebés, nunca han hablado del tema y cuando se va a dar, Hoon parece evitarlo astutamente.

Riki nunca fue de los omegas que soñó con encontrar a su alfa, ser mordido por este y darle cuantos bebés pudiese. Jamás. Hasta que conoció a Park SungHoon, el alfa que descansaba en su cama, y con quien minutos atrás, hubo compartido besos y caricias hasta acabar unidos en uno mismo, sudados y gimiendo por más.

─ ¿Kinnie? ─ la voz del alfa suena aun más dura entre sueños.

El omega da un respingo, alejándose suavemente del espejo. Se sienta en la cama, sonríe cuando ve los pies descubiertos del alfa. Le truena un dedo y SungHoon se queja bajito. Ni-Ki sabe que le duele y que odia que le hagan, pero al estar medio dormido era totalmente inofensivo.

─ ¿Por qué no estás dormido? ─ la cara de SungHoon se entierra en la almohada con olor a omega de Ni-Ki, lo aspira aún con los ojos cerrados.

─ Tenía hambre y Innie dijo que sobró de la cena. Ya sabe usar emojis, SeungMin le enseñó.

Ni-Ki se ríe suave y SungHoon le sonríe de lado, asintiendo. Se acerca un poco más hacía adelante, acariciando el cabello revuelto del más grande.

─ ¿Quieres que te suba algo, alfa? ─ sus nudillos viajan a las suaves mejillas de su pareja.

─ No te preocupes, omega. Ve tú, estoy bien.

Ni-Ki asiente a la respuesta del alfa, aún sabiendo que este tiene los ojos cerrados. Busca la camisa que tuvo puesta antes de que SungHoon se la arrebatara del cuerpo y se la pone, para estar lo más decente posible.

En la planta baja sus padres cenan, apenas han dado las 9 PM así que su padre se encuentra volviendo del trabajo, también nota que SeungMin se ha ido y JeongIn ve videos de algo en su teléfono, muy entretenido y come su postre bajo en azucares.

La nariz del omega menor se remueve, olfateando y frunciendo el ceño. A veces Riki odiaba el olfato subdesarrollado de su hermanito.

─ Huele.. huele a...─ su cabeza se dirige a donde Ni-Ki camina para tomar un plato y servirse la cena y reza mentalmente para que JeongIn no diga nada inapropiado que para el mismo sería totalmente apropiado ─ ¿Acabas de tener relaciones sexuales con SungHoon?

Pregunta serenamente, y su padre se atraganta con la sopa.

─ ¡Nishimura JeongIn! ─ su madre le regaña con el rostro rojo.

Ni-Ki siente sus mejillas arder y no es tan valiente como para voltear a donde sus padres están, así que se toma el tiempo para servirse la comida.

─ ¿Entonces?

─ Déjalo, JeongIn ahora su papá habla, incomodo por el tema ─ Ese es problema de Ni-Ki, no tiene por qué informar esas cosas.

El menor de la familia Nishimura se encoge de hombros, volviendo a reproducir su video.

Ni-Ki está a punto de tomar un bocado cuando un sonido viene de la garganta de su padre, este le mira con una ceja alzada y entiende el mensaje. Niega con la cabeza rápidamente, dándole a entender que no ha pasado nada ahí arriba.

Para sus padres, ambos debían llegar vírgenes hasta el día que reciban la marca y sean anudado por primera vez. Justo como lo hizo con su madre, pero de eso han pasado como unos 20 años, y Riki cree que sus padres deben entender que los tiempos han cambiado junto a la mentalidad de los jóvenes como él, SungHoon e incluso sus demás amigos.

Con los ojos entrecerrados, sospechando su padre termina de cenar. El confía en sus hijos. Su madre le guiña el ojo a Ni-Ki, él se sonroja y prefiere mirar su plato de comida. Después de unos cuantos minutos, los mayores dejan la cocina, diciendo que subirán a descansar.

─ Mi terapeuta dice que no hay nada de malo si los viernes no me duermo a la misma hora de siempre.─ JeongIn comenta una vez sus papás han desaparecido de su vista.─ Los viernes son días de fin de semana y puedo disfrutarla porque mañana no hay clases.

─ Perfecto, innie.─ Ni-Ki come despreocupadamente sus fideos, tomándolos con sus palillos rojos.

─ Mmm ¿Riki?

─ ¿Necesitas algo?

JeongIn asiente, bloqueando su teléfono celular y poniéndolo en posición vertical frente a él.

─ Quería hablar esto contigo, porque si lo hago con nuestra mamá se pone rara y hace que casi llore.

─ Puedes decirme lo que sea.

─ Yo quería saber como es que te diste cuenta que SungHoon era tu alfa.

Riki para de comer, dejando sus palillos sobre en bowl ahora casi vacío. Muerde su labio inferior, pensando, tratando de recordar que había sentido.

Necesidad. Mucha necesidad de tenerlo siempre cerca. Necesidad de oír su voz. Necesidad de sentir el tacto y la calidez de sus manos sobre su fría piel.

Una fuerte necesidad de tenerle amarrado a su lado.

─ Creo que... me gustaba tenerlo conmigo siempre. A pesar de vernos hace cinco segundos, yo ya lo extrañaba. Además de que algo dentro de mi me rogaba que fuese corriendo a donde el estuviese y-

─ Creo que SeungMin es mi alfa.─ confiesa como si fuese lo más sencillo.

─ Wow, JeongIn. Eso es- no, espera ¿qué haces?

Ni-Ki detiene a su hermano menor, que está llamando por teléfono.

─ Le hablo a SeungMin. Le dije que a pena supiese si era mi alfa o no, le avisaría. Ahora ya lo sé, así que debo decirle.

─ ¡No, no! No se supone que sea así, deberías decirle en persona.

─ Pero quedamos en que-

─ No, Jeong. En persona es más... formal.

─ ¿Formal? Me gusta lo formal, y, por cierto, me llamo JeongIn.

─ ¿Qué es más formal? ─ SungHoon entra a la cocina, vestido con la ropa que llego, el cabello revuelo y el rastro de sueño pintado en su bello rostro.

─ JeongIn se dio cuenta que SeungMin es su alfa y quiere decirle por llamada.

─ Felicidades, JeongIn.

─ Gracias, SungHoon. Pero no es mi cumpleaños y tampoco saqué una buena calificación.

El alfa rueda los ojos.

─ Dile que necesitas hablar con él, y que venga mañana para que lo hagan.

JeongIn asiente, escribe el mensaje y después de un suspiro, sin decir nada se va.

─ ¿Te vas? ─ Ni-Ki quiere saber cuando el alfa jala de una silla, poniéndola cerca de la suya y se sienta, abrazándole por la cintura.

─ No a menos que no quieras. Seguro me extrañaras a los cinco segundos de que me vaya.─ se burla de las palabras del omega antes dichas.

─ Eres un chismoso.─ le suelta un codazo en el estomago de su compañero y su risa se corta.

─ Ese si dolió.─ se queja, sobando la zona golpeada.

─ Que bueno, y si no te vas en un segundo te doy otro. Alfa feo.

SungHoon vuelve a reírse por el drama de su omega.

Muerde su mejilla gordita, escuchando como el menor se quejaba en un chillido que fue cortado por un casto beso en sus rosados labios.

Ni-Ki se deja caer sobre SungHoon, acurrucándose contra él, apretujándose mutuamente.

─ No te vayas. Quédate.─ el omega dice con dificultad, porque su mejilla esta siendo aplastada contra el hombro de SungHoon, haciendo que su voz suene pequeñita.

─ Todo le tiempo que quieras, bebé.─ termina besando los suaves y negros cabellos de Riki.

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