Cap.2❜

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

- Ni-Ki se dirigía junto con JungWon a la sala del Consejo Estudiantil. Mientras caminaba aspiró discretamente el aire para captar la esencia del contrario. El olor de su amigo siempre le había parecido muy dulce y relajante; una mezcla de chocolate y fresa que sabía que lo hacía oler irresistible para muchos alfas, casi como una golosina.

JungWon era su mejor amigo, el único que sabía su verdadera condición de omega y que lo había mantenido en secreto por él, siempre apoyándolo. El chico un año menor que él lo había descubierto por accidente, cuando un día entró a la Sala del Consejo Estudiantil y el peli rubio se hallaba en el suelo con dolor.

Su celo le había llegado con adelanto y fue tan fuerte que liberó todo su verdadero aroma junto con otros síntomas que lo delataron como omega. Y fue JungWon quien se apresuró a ayudarlo, buscándole un supresor sin pedirle explicaciones y acompañándolo hasta que mejorara, acariciando su espalda.

Luego de tan hermoso gesto, Ni-Ki sintió que debía contárselo, y lo hizo. Le contó toda la historia y sus motivos, y JungWon nunca creyó que podía admirar tanto a alguien.

Para él, el mayor era el omega más valiente que había conocido, y él que más se preocupaba por los demás. Desde ese día fueron inseparables, y JungWon se dedicó a apoyar a su amigo desde su puesto como Vicepresidente del Consejo Estudiantil.

Aquel pequeño omega castaño con mejillas abultadas y ojos que desaparecían en dos medias lunas cuando sonreía, adorable, pero con un cuerpo bien formado, se había convertido en su principal apoyo en las tareas que llevaban a cabo para mejorar la situación de la escuela. Y Ni-Ki sentía que debía protegerlo más que a nada, aunque sabía que había alguien más que siempre velaba por su amigo.

Ya habían llegado a la sala del Consejo Estudiantil y JungWon abrió la puerta entrando por delante del mayor. Dentro de la sala se encontraban dos alfas, sentados en mesas contrarias sin decir una palabra, uno leyendo y el otro solo mirando a la nada.

El alfa que leía, quien era el Secretario del Consejo Estudiantil,  levantó la vista del libro cuando sintió la puerta abrirse. Le dedicó una genuina y hermosa sonrisa que mostraba sus encías al omega menor.

— Wonnie, al fin regresaron —le dijo sonriendo, su pelo brillante y negro cayendo suavemente sobre su ojos. — Quería que me acompañaras a la cafetería antes de que acabe el receso.

—Muy bi-bien SuNoo. — le respondió algo tímido y sonrojado, soltando leves feromonas que pusieron al alfa alerta pues no quería que nadie más las sintiera. — Vamos.

—Vamos. — lo tomó de la muñeca un tanto posesivo y se dirigieron a la salida.

—Presidente, volvemos enseguida. — le dijo rápidamente a Ni-Ki antes de salir por la
puerta.

El peli rubio solo se dedicó a sentarse en su escritorio mirando unos papeles superficialmente y ordenándolos. El otro alfa que quedaba, que hasta ahora no había pronunciado palabra, se levantó y se paró justo delante del escritorio de Ni-Ki.

—Presidente Nishimura, nos vemos otra vez, y está usted tan reluciente como siempre. –le dijo mirándolo desde arriba.

— Park SungHoon, tú igual estás bastante arreglado. — le contestó el otro — Pero dime a qué viniste hoy. Es la tercera vez en el mes que vienes por algo de tu Club de Música. ¿Qué pasa ahora?

—Presidente, como ya sabe, el Festival Escolar es pronto, y el Club de Música dará un mini-concierto sinfónico, además de colaborar con el Club de Teatro en la banda sonora de su obra. Usted sabe esto, ¿verdad? — dibujó una media sonrisa en su rostro.

—Claro que lo sé, ¿pero a dónde quieres llegar con esto?

—Es simple, nos hace falta un poco más de fondos para comprar algunos instrumentos. Necesitamos dos violines más, tres flautas y dinero para un pequeño arreglo que necesita el piano.

—Sabes muy bien que lo que me pides no es poco dinero. — Ni-Ki cruzó los dedos de ambas manos bajo su barbilla — Y, sin embargo, no he visto que el Club de Música se destaque en ninguna actividad escolar o cultural en todo el semestre, a pesar de la ayuda que les hemos brindado.

—Tiene razón en eso. Pero las cosas han cambiado. Al principio del semestre el club tenía apenas tres miembros, pero desde que me uní, he logrado que se unan más miembros, principalmente omegas, y pues ya tenemos la cantidad suficiente para hacer la banda sinfónica. Solo nos faltan esos instrumentos — rebatió el alfa sin borrar su sonrisa, algo altanera.

—Muy bien, Park. Les daré los fondos necesarios para esta ocasión solo porque es la actividad cultural más importante del curso.

El contrario mostró su satisfacción ante la respuesta.

—Pero, — volvió a hablar el peli rubio haciendo que su sonrisa se borrara — con una condición — SungHoon lo miró curioso. — El Club de Música debe tener una presentación exitosa y recaudar suficiente dinero del público para futuras actividades. De no lograrlo, los instrumentos comprados ahora, serán confiscados. ¿Crees que puedas lograrlo? — le retó con la mirada.

—Presidente, — SungHoon apoyó ambas manos en la mesa frente a él y se inclinó quedando más cerca de Ni-Ki — me encantan los retos, y le puedo decir con seguridad que la presentación de nuestro club será todo un éxito. — le dijo mirándolo a los ojos con convicción, y con una sonrisa algo coqueta que haría que cualquiera se pusiera nervioso.

—Muy bien. — sin embargo, Ni-Ki no se inmutaba — Mañana ven a recoger el dinero, ya que necesito presentar la propuesta ante los profesores.

—Gracias, Presidente Nishimura.— sonrió triunfal — Por cierto, ¿le habían dicho alguna vez que sus ojos café son hermosos? Sus labios también, son muy rosados y se ven esponjosos, lo hacen ver muy tierno — le coqueteó descaradamente.

Ni-Ki solo alzó una ceja ante el extraño comportamiento del alfa, preguntándose a qué se debía aquello.

—Pues si me lo habían dicho, pero nunca otro alfa. —le contestó tranquilo — ¿Acaso te gustan los alfas, Park?

—Bueno, no particularmente, pero usted más que alfa siempre me ha parecido tan tierno como un omega, pequeño y abrazable.

El comentario puso a Ni-Ki algo nervioso, aunque no lo mostró para nada. Se mantuvo tranquilo en su postura.

—No digas tonterías. Y si ya terminaste, puedes retirarte, tengo trabajo del Consejo que hacer y no tengo tiempo para juegos. — le dijo retomando los papeles que tenía en frente — Ya sabes, debes volver mañana al mediodía.

—Ok, aquí estaré. — SungHoon retiró sus manos de la mesa y se dirigió a la puerta — Hasta mañana, Presidente Nishimura. — dijo sonriéndole antes de cerrar la puerta e irse.

El mencionado se quedó mirando a la puerta con molestia luego de que se fuera. Cómo le molestaba ese tonto alfa. Se podía decir que lo odiaba. Park SungHoon, unos de los alfas más codiciados de la escuela. Estaba en segundo año igual que él, pero en diferentes clases.

Era alto, con un cabello azabache brillante y un tono de piel acanelado que le daba sensualidad. Algunos se referían a él como dios griego, pues su rostro estaba perfectamente perfilado, con ojos grandes y azules, labios finos que tomaban una forma cuadrada cuando sonreía, un tierno lunar adornaba su nariz. Y ni hablar de su cuerpo, perfectamente formado en los lugares correctos y más aún por todo el ejercicio que realizaba, los omegas soltaban feromonas de solo verlo.

No solo eso, también se había posicionado en algunas ocasiones como el número uno por delante de él en la tabla de notas. Muchos los reconocían como un alfa de una familia rica, y que era incluso un prodigio de la música.

Obviamente muchos y muchas omegas de la escuela morían por él y por tener su atención, en vano. Pero Ni-Ki no, de hecho, odiaba su actitud altanera y como podía ser tan molestosamente perfecto. Pero lo que más odiaba era su falta de tacto.

En la escuela todos sabían cómo SungHoon rechazaba cada confesión de amor que le hicieran, lo que terminaba rompiendo el corazón de muchos estudiantes, que incluso lloraban ante sus intentos fallidos. Y aún así muchas veces tenía el descaro de coquetear con él, sobre todas las personas, con él, el Presidente del Consejo Estudiantil y un alfa.

Bueno…lo último quizás no tanto, pero sí a los ojos de todo el mundo. Y esto era lo que más le molestaba al peli rubio; el cómo trataba fríamente con los sentimientos de los demás. Pero bueno, la verdad era que no estaba rompiendo ninguna regla, así que no podía regañarlo realmente. Aunque algunas veces lo había hecho solo ganándose una ademán despreocupado por parte del otro. Era insoportable.

Suspiró, ya habían pasado varias horas e incluso JungWon y SuNoo se habían marchado juntos desde hace rato. Se dedicó a llevar el informe de las actividades del día a la Sala de Profesores antes de irse a casa, estaba muy cansado. Solo quería llegar a su hogar y tomar un baño, cenar e ir a la cama luego de terminar sus tareas. Mañana sería otro día de trabajo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro