— ¿SuNoo? — El Alfa vio a su Omega en el marco de la puerta, mientras sostenía a un Ni-Ki de seis años.

— Hola, Won, queriamos vistarte — Se acerco un poco y el pequeño Ni-Ki le sonrió.

— Hola papá — Dejo aun lado su juguete y le abrazo. JungWon estiro sus brazos y lo recibió.

— Hola campeón — Froto el cabello negro de su hijo — ¿Cómo se encuentran? ¿Todo bien?

— Sí — Hablo el más pequeño — Pero me hiceron una prueba fea donde me sacaron sangre y-y ¡Me dolio! Mi bracito duele — Chillo adolorido.

— ¿La prueba? — Su ceño se fruncio y miro a SuNoo, quien asintio.

— La prueba de ya sabes. Ki bebé, ¿Puedes ir un momento con HeeSeung Hyung? Esta haya afuera, a la mejor y te encuentres con Jay — El niño sonrio y asintio efusivamente.

— Sí sí — Se retiro saltando no antes de agarrar su dinosaurio nuevo para presumirle a su amigo de doce años.

Ya que el niño desaparecio, JungWon volvió a preguntar.

— ¿Y qué? ¿Es Alfita? — Su corazón palpito con emoción esperando la cierta respuesta de su esposo.

Sabía que no era un resultado seguro. Esto era obligatorio en Corea, ya que había lugares especiales o mejor dicho escuelas para Omegas y Alfas. No estaban seperados, si no, comunmente los edificios si lo estaban, pero la escuela era la misma. Para evitar un 'accidente' entre ambos o peleas.

El Omega sonrio debilmente y se sento en el regazo de su marido — Won-ah, prometeme que sea la que sea la respuesta... Lo seguiras amando tal y como es. Lo seguiras tratando de la misma manera, él tiene muchos sueños, así que solo prometeme eso... — Dijo dulcemente mientras recargaba su cabeza en el pecho del Alfa y hacía circulos con sus dedos.

El azabache no dudo ni lo pensó. Amaba a su pequeño y fuera la que fuera la respuesta, lo iba a amar.

— Lo prometo, amo demasiado a Ki... Sunnie~

— B-bueno... Y-yo tampoco sé c-cual e-es ¿por que no abrimos el sobre los dos? — Saco un pequeño sobre de su bolsillo izquierdo, el cual tenia el nombre de una de las clinicas más confiables de Corea, que daban resultados con una probabilidad de 92% y solo ha tenido 5 fallos en toda su carrera.

Inhalo y rompio un parte del sobre.

— Ni-Ki es...

♡❜

Jay estaba sentado en la sala principal de la empresa donde los idols se reunian para hacer sus vlive grupales, etc. Veía su celular con el ceño fruncido y es que al parecer el pequeño Alfa había recibido la noticia de una materia reprobada.  Solto su celular enojado y gruño.

Jay era un adolescente de doce años, una complexión delgada, ojos negros y cabello negro. Su cabello caía por su frente por haber corrido hace unos minutos desde su escuela hasta el lugar. Su ceño estaba levemente fruncido y en el momento no quería hablar con nadie. Estaba muy enojado.

Solto un suspiro agotado y se movio para acostarse en el sillón de cuero azul. Su cabeza la apoyo en un respaldo de este y sus pies los dejo caer en el otro. Solo quería dormir... ¿Dormir? ¿Qué era ese olor tan dulce?

Abrio sus ojos exageradamente mientras daba un leve brinco.

— ¿Desde cuando estas aquí? — Pregunto exaltado viendo una pequeña figura a su lado, de la cual no dudo quien era al sentir el olor tan dulce que desprendía.

— Desde que empezo a gritar “Maldita materia, maldito profesor” Hyung ¡uhhh! Dijo malas palabras — Solto el pelinegro sorprendido.

— ¡C-callate m-mocoso! — Le tapo la boca — Tu no puedes decir eso, ni tampoco le puedes decir a papá — Lo ultimo lo hizo sentir un temblor. Si el mocoso se atrevía a decirle a su padre SungHoon, estaba muerto.

— No dire nada — Sonrio.

— ¿No? ¿Nada de nada? — Pregunto un poco confundido. Sin embargo no sabía lo que escondía la pequeña mente maestra frente a él.

— No... No dire nada si juega conmigo Hyungie~

El Alfa gruño un poco enojado y enfadado. Al final no sirvio de nada. El pequeño solo hablaba de su colección de dinosaurios y sus carritos. Jay tuvo que evitar también, las miradas de burla de algunos trabajadores y otras de ternura.

— Diablos Ni-Ki ¿Podemos terminar?

— ¡Oh! — Tapo su boquita — Dijo otra grosería.

Y Jay esta vez grito de frustración.