1 | adhara

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CAPÍTULO 1

▬▬( ❝ ADHARA ❞ )▬▬











La bruja de ojos grises entró a la sala, inmediatamente Kingsley dejó de hacer lo que hacía y sus ojo se posaron en ella mientras ella entraba por completo.

"Por favor Adhara, entra. Tenemos mucho de que hablar," instruyó el ministro de magia Kingsley apuntando a la silla frente al escritorio.

Adhara obedeció y tomó asiento rápidamente.

"Ya debes de haberte enterado de lo que sucedió esta mañana en las afueras de Leeds," dijo él levantando la mirada y asintió. "Un mago de la comunidad asesinó a toda una villa. Se reportan al menos cincuenta vidas pérdidas"

"Sigo sin entender el motivo del porque estoy aquí," señala ella negando ligeramente con la cabeza.

Kingsley asintió con la cabeza antes de extender hacía ella un folder de color beige.

"El mago de quien te hablo es Samuel Voss. Debes de recordarlo, tu fuiste quien propuso esta iniciativa para darle una oportunidad a los que sirvieron al lado deo señor tenebroso," espetó él y ella levantó la mirada.

"Por favor dime que no me estás culpando por las acciones de Samuel Voss," espetó ella fríamente dejando el folder.

"Desgraciadamente no es el único caso Adhara, a unos condados de distancia se reportan incendios masivos. Han habido muchas incidencias con estos mortifagos."

"¿Y yo que tengo que ver con esto?."

El ministro se inclinó hacía ella en su escritorio, sus manos se mantuvieron juntas en todo momento.

" Tu fuiste la que implementó ese programa para aquellos que deseaban reformarse."

"¿Y ahora me culpan por ello no es asi?." pregunta ella sin poder creerlo.

"Algunos piensan que si hubieras dejado que los llevarán a Azkaban entonces todas esas personas estarían vivas," señala él y ella asiente. "Adhara tu sabes lo que la gente de este lugar piensa de ti."

"Han pasado siete años!" exclamó ella molesta.

" Y aún asi nadie en este lugar confía en ti. No puedes culparlos, fuiste cercana al señor oscuro y después tomaste tu lugar en la guerra," espetó él con calma. "La comunidad no lo olvida."

"Bueno muchos de la comunidad mágica se ocultaron como cobardes esa noche. Fue gracias a mi que Harry salió vivo de muchas," remarcó ella con amargura. "Y en mi tiempo en el poder jamás mate a inocentes Kignsley! Ustedes sólo quieren a alguien a quien señalar y acusar. ¿Por qué no a mi? Soy el chivo expiatorio perfecto."

Adhara se pone de pie de un golpe dispuesta a abandonar la sala.

"Adhara!," llamó el hombre a sus espaldas. Ella se detuvo. "Quizás debas tomarte un tiempo."

"¿Me están despidiendo?," pregunta incrédula dándose la vuelta. Kignsley la miró con pena.

"El Wizengamot esta pidiendo tu renuncia. Yo te estoy dando la oportunidad de irte por tu cuenta," espetó él y ella ríe con burla.

"Que generoso," se burló antes de abandonar la sala.

Después de la guerra Adhara había entrado a trabajar en el ministerio en el departamento de seguridad mágica, había dado siete años de su vida para esa gente y para salvar a los muggles en Inglaterra, ahora se debía ir por la puerta trasera, no había algo más humillante que eso.
Sabía que no era bienvenida en el ministerio, desgraciadamente después de siete años las asperesas entre ella y el mundo mágico seguían tan frescas como en el pasado. Decir que nadie confiaba en ella era una cosa, cuando entraba a una habitación la conversación terminaba, todos la miraban como si llevara en las manos una bomba que en cualquier momento estallaria ante la menor mínima provocación y Adhara había soportado mucho en los últimos años sólo para convencerlos de que había cambiado, pero nadie creía en su redención.

[...]

En la noble casa de los Black, Adhara se servía otra copa de vino que se mantuvo reservado por muchos años en el sótano. El fuego seguía ardiendo, la lluvia caía y golpeaba sus ventanas, la joven Black estaba realmente furiosa, en el pasado hubiera permitido que su coraje saliera de la peor forma posible, en su presente debía controlarlo si no deseaba lastimar a nadie.

"¿Vas a mirarme desde ahí toda la tarde?," pregunta ella dando un sorbo a su copa.

Con pasos nerviosos Harry entró a la sala cerrando las puertas dobles detrás suyo.

"Supe lo que pasó."

"Oh Harry no soy estúpida. Lo vi venir hace tiempo," señala ella tomando la botella para vaciar un poco más. "Se por otras fuentes que el Wizengamot quería mi renuncia hace tiempo, solo estaban esperando el momento apropiado y ya lo tienen."

Harry pasó saliva nervioso y asintió con la cabeza, sus manos sudorosas se frotaron contra su pantalón antea de acercarse.

" Se ha dictado sentencia a todos los mortifagos esta tarde."

"Ah déjame adivinar. ¿Todos son culpables?," pregunta ella con una falsa sonrisa y un fingido entusiasmo.

Harry negó con la cabeza.

"Algunos han tomado buen camino. Realmente parecen arrepentidos de lo que sucedió," espetó él inclinándose frente a ella. "Pero nadie les cree. No creen que sea posible que hayan cambiado para bien."

Adhara levantó la mirada.

"Adhara están enviando a la mayoría a Azkaban por su traición."

"¿Y que pasa con aquellos que realmente lo lamentan Harry? ¿También iran a Azkaban?" pregunta ella entornando sus ojos en él.

Harry se quedó en silencio un momento antes de tomar sus manos.

"Quiero que sepas que lo lamento," murmuró él miradola a los ojos, Adhara bajo sus ojos a sus manos unidas para ver que el mago había aprisionado sus manos en cuerdas magicas que los aurores usaban para evitar que los magos tenebrosos huyeran usando magia.

" Harry..." llamó ella con un hilo de voz cuando el joven se alejó de ella.

"Pueden pasar!" exclamó él.

Un grupo de magos irrumpió en la casa, Adhara miró a su alrededor viendo como un mago y una bruja se acercaban a ella inmovilizandola para evitar que huyera.

"¿Que mierda?", preguntó ella al ver como el mago abría un pequeño maletin en el suelo.

" El ministerio toma en cuenta las actividades de los últimos siete años en el comportamiento de mortifagos reformados. Y para evitar que vayan a Azkaban se implementó un sistema de rastreo," señala Harry viendo el mago colocar aquel brazalete en su tobillo.

" Ah seguramente esto fue idea de Hermione. Buen toque, igual que los muggles, "se burló ella viendo como la bruja apuntaba con la varita al pequeño aparato.

" Estos aparatos son nuevos pero permitirá saber que hechizos relizas en tiempo real, tu ubicación, " dijo el mago cerrando el pequeño maletin.

" ¿Arresto domiciliario? Debes estar bromeando Harry!," exclamó ella poniéndose de pie para ir hasta el mago.

" Es esto o Azkaban Adhara, tu eliges, "espetó el mago con dureza." No serás la única que pasara por esto. Tus tíos y muchos magos también. "

Adhara negó con la cabeza.

" Mi tía salvó tu vida. Draco te protegió, " le recordó amargamente. "Puedieron haberte delatado."

"Es una medida para asegurar que no vuelva a suceder Adhara. Por favor entiéndelo."

Adhara lo miró en silencio. Había cosas que la joven bruja nunca perdonaría y esta sería una de ellas.

[...]

En la casa de los Black con el paso de los días las cosas estaban cada vez más tensas, las peleas eran algo de cada día y es que el confinamiento había sacado lo peor de Adhara cuando ni siquiera sus "amigos" estaban de su lado.

"Si no te gusta ya sabes donde esta la puerta Ronald," señala la bruja de cabello rubio platinado con frialdad cuando el pelirrojo murmuraba a Hermione que la comida en casa de su madre era mejor que la que se preparaba en esta casa.

"Adhara," regañó Harry a la cabeza de la mesa.

"Ah claro había olvidado los privilegios del rey Weasley," se burló ella. "Si tanto les disgusta, ¿Por qué seguir aquí?."

Los tres se miraron.

"Cualquiera diría que tendrían cosas más importantes que servir de niñeros," señaló ella empujando la silla para salir.

"Tu te lo buscaste Adhara. No puedes culparnos por tus malas decisiones en el pasado," espetó Hermione desde su asiento. "No es nuestra culpa."

"A diferencia de algunos yo si tomo la responsabilidad de mis actos Hermione," señaló ella. "Pero esperaba más de mis amigos para evitar que todo llegara a esto."

El trio se quedo en silencio, compartieron miradas, fue Ron quien habló primero.

"No somos amigos. Jamás lo fuimos," espetó Ron mirando a la bruja al otro lado de la mesa.

Adhara dio un paso hacía atrás, la joven desvío su mirada a Harry con quien era más cercana. Ella esperaba que él dijera algo, Adhara siempre esperaba mucho de Harry y como siempre el mago de lentes callaba una vez más.

Ella asiente con la cabeza ligeramente antes de salir de la cocina, iba a mentir si decía que las palabras de Ron no habían tocado algo sensible. Nunca se había llevado bien con el pelirrojo, pero creía que había hecho algún progreso con Hermione y que la relación con Harry estaba bien. No imaginó que todo lo que estaba bien solo estaba en su cabeza.

Adhara comenzó a subir las escaleras, Kreacher había asomado su cabeza por un borde y ella al verlo le hizo una seña con la cabeza para que la siguiera a su habitación, el viejo elfo la siguió al instante.

Kreacher cerró la puerta y como todos los días ponía en la habitación un hechizo silenciador para evitar que escucharan su conversación.

"Kreacher necesito tu ayuda."

"Kreacher esta para servirle ama," espetó el elfo haciendo una reverencia. "¿Qué puede hacer Kreacher?"

Adhara sonríe antes de acercarse al baúl en su habitación donde mantenía muchas hiervas en frascos y algunas pociones. La bruja tomó un frasco transparente con un líquido morado.

" Necesito que en la cena vacíes esto en la comida y se los des, " dijo ella dándole el frasco. "Y quizás agregar un poco más de hojas de valeriana, o y algo para disfrazar el olor."

Kreacher miró el frasco y asintió guardandolo en el interior de su viejo trapo.

"Me iré por la noche. Justo después de verlos caer," señaló ella.

El viejo elfo sonríe hacía ella. Nunca habia habido un sirviente más leal.

[...]

Cuando la hora de la cena llegó todos estaban sorprendidos de ver a Adhara bajar con una sonrisa, como si los eventos de la comida no hubieran sucedido jamás.
Nunca había habido una cena más incomoda que aquella donde todos comían en silencio, Adhara miró el periódico en el aire.

"Es una pena, las acciones están cayendo. Es una suerte que nunca invertí en esas cosas," señala ella dando un trago a su copa. "Mi tio Lucius debe estar furioso."

El trio la miró como si no creyeran lo que veían, Adhara estaba en un estado de paz y buen humor del cual había carecido las últimas semanas desde su encierro.

"¿Qué es lo que te ocurre?," pregunta Harry confundido ante su actitud amable.

" Harry lo he pensado," espeta ella con una pequeña sonrisa, el periódico se dobla en el aire para quedar perfectamente alineado en la mesa. "Tenias razón, mi mal humor se debe a este encierro y admito que yo soy la única responsable."

Aquello hizo que Ron se tragantara con su agua mientrad Hermione golpeaba su espalda.

"Quiero terminar con estas absurdas peleas."

Harry asintió con media sonrisa antes de mirar a Hermione quien lo miró sin poder creer lo que escuchaba.

"Bueno Hermione si quieres seguir peleando conmigo solo tienes que decirlo," comenta ella con una sonrisa divertida.

Los platos de sopa estaban casi vacíos, menos el de Adhara. Alguien en la mesa bostezo.

Los ojos de Hermione miraron el plato lleno frente a Adhara y cuando sus ojos encontraron los suyos se abrieron rápidamente aunque intentó controlar la situación lo mejor que pudo.

"No has probado la sopa," señala Hermione, al parecer ella había sido la única que lo notó.

"Kreacher sabe que no me gusta la crema de avas," contesta restandole importancia. Hermione esta por decir algo más pero el gran bostezo de Ron la interrumpe.

Lo miró con desaprobación antes de volverse a Adhara, pero es Harry quien bosteza esta vez y al final es ella quien termina la cadena.

"Vaya, chicos se ven realmente cansados. Quizás deberían tomar una siesta," sugirió Adhara con una fingida dulzura.

Harry estaba por preguntar que es lo que había hecho pero su cabeza comenzaba a dar vueltas y entonces sus cuerpos se sintieron pesados y sus rostros quedaron sumergidos en los platos donde al fondo quedaban restos de aquella crema.

Adhara llevó la copa a sus labios y le dio un sorbo más con una sonrisa de satisfacción.

Kreacher apareció por su izquierda y entregó su varita la cual le había sido retirada aquel fatídico día. Adhara alzó la comisura de sus labios y se marchó de la cocina dejando atrás a aquellos a los que alguna vez se atrevió a llamar amigos.

[...]


Kreacher había liberado a Adhara de su brazalete con su magia, habían cosas que ni siquiera los magos podían detener y los elfos eran una de esas cosas. La joven bruja entró a aquel pub de mala muerte en el callejón Knocturn, el viejo Kreacher se había marchado con los otros elfos del bar.

La bruja miró al duene frente a ella.

" ¿Tienes lo que te pedí?," pregunta ella y el duende deja en la mesa un protector de tarjetas cuyo interior estaba llena de ellas.

"Logré vaciar todo lo que había en tu bóveda. No solo tenías la fortuna de los Black sino también gran parte de la fortuna de los Malfoy que le perteneció a tu madre," le recordó él. "Y todo esta en esas tarjetas muggles."

"¿No notaran que todo fue vaciado?," pregunta ella mirando las tarjetas en el tarjetero antes de guardarlo en su gabardina.

"Tu idea de poner un hechizo multiplicador fue bastante ingenioso. No notaran que falta nada y cuando lo hagan espero que ya estés lejos del país," señala el duende con una tétrica sonrisa.

Adhara asintió con una sonrisa antes de tomar su bolso y sacar de ella una caja de tercipelo de esta para ponerla en el centro de la mesa.

" Lo que acordamos," espetó ella viendo como el duende abría los ojos. "La tiara de piedras lunares y cristales del agua. Como lo prometí."

El duende alzó la mirada de la preciosa tiara y entonces Adelaide cerró la caja con su mano haciéndolo sobresaltar.

"Espero esto sea suficiente para contar con su silencio. Debe recordar que si me descubren entonces usted caera conmigo," espetó ella con un tono severo y el duende asintió.

"Tiene mi palabra."

Adhara abandonó Inglaterra aquella noche, Kreacher había sido obligado a ir a casa de los Malfoy sin oportunidad de discutir con su ama. Kreacher tenía órdenes precisas y ciertamente lo único que el elfo deseaba era echar a la calle a aquellos traidores, Adhara le dio la oportunidad de hacerlo y también de tirar sus cosas junto a ellos cerrando la casa Black para ellos.

La última de los Black no quería creer que las palabras de la gente eran verdaderas, pero quizás si lo eran. Todos tenían un papel a desempeñar al llegar a este mundo, quizas el suyo era ser la villana de la historia.

¿Quién era Adhara para negarse a lo que el destino y las estrellas habían escrito para ella?

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