𝐬𝐞𝐢𝐬

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Doble tragedia.

───

Lanzaba aquellos lanza cohetes, fraccionando al titán mandíbula, me perseguía desde que nos habíamos aventado hacia ellos. Había perdido de vista a Levi, incluso a mi escuadrón, estaba enfocada en aquel titán. Estábamos haciendo pedazos a esta ciudad, a esta pequeña plaza, invadimos el territorio ajeno, y debíamos ganar a toda costa, o al menos, empatar. Volaba en el aire con mi equipo de maniobras tridimensionales, me sentía poderosa y sin nadie que pudiese detenerme, lo supe cuando aquel titán mandíbula intento de atraparme en sus garras, y lo esquivé en el aire. Mis ojos vieron los suyos, y me coloqué atrás de él, lanzándole un lanza cohetes que lo fracciono, y lo hizo caer al suelo. Las balas deseaban alcanzarme, pero el titán carreta tampoco podría conmigo, aún así, no era tan ingenua para acercarme. Los cuerpos de mis soldados caían, llenándome de impotencia, pero el titán mandíbula aún no se había levantado. Me detuve en aquel tejado, no podía estar adentrándome a esta pelea. Observe grandemente al titán bestia, yacía parado, aún no atacaría, pero debía hacerlo en cualquier momento. No iba a ir a por él, ese era el trabajo de Levi, pero si vi aquel niño más allá.

Me quede tensa, había un niño parado en seco, observando este caos. Mi corazón se estremeció al verle, desde aquí se veía raspado y agotado. Verlo me recordó a mi, cuando perdí todo. Su mirada perdida me descongelaba por dentro, era como si me devolviera una humanidad que había perdido hace mucho. Debía continuar, debía pelear y olvidarle, pero no podía dejarlo ahí. Quizás me equivocaría, pero no podía dejarle ahí. Volé en el aire, impulsándome, acercándome a donde estaba. Le vi, y tan solo le atrapé en mis brazos. Supe que tenía miedo cuando grito, pero lo aferre a mi, con la única intención de salvarle, de alejarlo de aquí y dejarlo en un lugar más seguro. Él estaba intentando de soltarse de mi, pero hice lo posible para mantenerlo pegado a mi cuerpo, no quería que viese esto, yo no quería que sintiera como le invadían su hogar, no quería que se sintiera como yo me sentí, hace nueve años, cuando perdí todo. Vi aquella plaza, vacía y sin nadie, con escombros, pero se veía segura. Me deslicé hacia allá con rapidez, apretándolo aún a mi cuerpo, pero ante sus movimientos, cuando caí levantada en el suelo, él se cayó de una manera algo brusca, que me hizo sentir preocupada por su salud física, incluso mental. Le observe, detenidamente. Su pelo castaño claro corto, desgreñado, y grandes ojos color avellana claros inclinados hacia abajo con pestañas bastante largas, me miraba.

-¿Vas a matarme?-me pregunto, estaba detenido en seco, estaba aturdido.-Hazlo.-me pidió, dejándome sorprendida, dejándome inquieta.

-No quiero hacerte daño.-le aclaré, observando el horizonte, estaba desierto.-No quiero que te hieran.-le explique, viéndole mirarme.

-¿Me salvaste?-me preguntó, pareciendo estar confuso.-Pero si vinieron con Eren Jeager, su intención es acabarnos.-decía.

-No.-le respondí.-Ustedes creen que somos los enemigos, y no es así. Debiste ser criado por adultos ignorantes, y es por eso, que no entiendes muchas cosas.-me acerque a él, y me arrodille.-¿Qué hacías allá?-le pregunté, viendo su carita raspada.

-El capitán Braun me salvó, de lo que Eren pudo haberme hecho cuando se convirtió en titán debajo de la tarima.-me tensé ante el nombramiento de ese apellido, sin duda alguna, Reiner.-Debo ir a buscar ayuda, para él.-veía en su brazo un tipo de pañuelo que describía algo, como un recluta de Marley o soldado, no lo sé, pero si era así; era horrible, era un niño.

-¿Cómo te llamas?-le pregunté, curiosa.

-Falco.-me respondió, este niño estaba confiando en mi, sus músculos no se tensaron cuando le toque, era un niño inocente y puro.-¿Y tú?-me preguntó.

-Me llamó Kira.-le respondí, sintiendo leves retumbares.-Falco, voy a dejarte ir si me prometes que te mantendrás lejos del campo de batalla. Busca a tu familia, y llévalos a un sitio a salvo, es una tarea difícil, pero puedes lograrlo.-le decía, y él asentía.-No vas entender esto, pero no quiero pelear, quiero paz, pero cuando amas a alguien, no vas a dejar que pelee solo nunca.-me levante, mirando como él alzaba la mirada para verme.

-Gracias por salvarme.-me dijo entrecortado, para así, ver cómo empezaba a correr con rapidez, para así, colocarme encima de aquel tejado y protegiéndole.

Le vi yéndose, estaba de espalda. Corría con rapidez, pero sabía que no huiría. Ese niño me hizo sentir una extraña sensación, no quería que se fuese solo, pero él no era mi responsabilidad. Estaba dispuesta a volver a la pelea, hasta que escuche como una voz apagada me gritaba. Examine el lugar, estaba hecho un caos, pero le vi, y sentí alivio. Visualice aquella chica pelirroja con reflejos rubios abajo de este edificio, con rapidez, me deslicé hasta llegar al suelo. La examiné, la sangre sobresalía en su rostro, y ella estaba realmente jodida. Aster se agarró de mi, no dijimos ni una sola palabra. No había dejado de pensarle hace minutos atrás, ella se había desaparecido de la nada, pero verla aquí con vida, me llenaba de alivio. Era la primera vez que la protegía, que realmente se sostenía de mí para que la ayudase, ella se veía mal. Tan solo volví a levantarme en el aire, con la intención de ver aquel dirigible, estaba algo lejos, no había manera de llegar allí con rapidez, tampoco había manera de que abandonara la pelea aún. No dije nada, así que con su gancho, hice lo posible para que se aguantase, tuve la habilidad de que su gancho chocara con el dirigible, sería capaz de llegar allí, al menos con vida. Sus ojos me miraron con gratitud, quería decirme algo, pero no podía, y con dificultad, le dejé ir.

Sabía que tendría la fuerza para llegar hacia el dirigible, quizás debía irme con ella, pero no podía abandonar aún la misión, debía quedarme hasta el final, era mi deber como capitana. Aún así, abrí mis ojos grandemente cuando vi aquella ráfaga de rocas. Me quede aturdida, sabiendo que no habría manera de esquivarle. Gemí grandemente cuando una leve me alcanzó, aunque pude esquivar las otras, perdí el balance y caí en aquel tejado. Me quede gimiendo, y en silencio, si no me hubiese movido, me hubiera desprendido la piel, me hubiera explotado por dentro, como a ti Erwin. Mire mi abdomen, la roca se había fragmentado allí, me había golpeado. Mis manos temblaron y sentí miedo, pero no me dolía tanto. El titán bestia debía de estar lanzando sus rocas, Levi le mataría al instante si supiese que una de ellas me golpeó el abdomen. Sentí gratitud, pues había perdido su velocidad, y no estaba tan grande, se había fragmentado demás. Me levante, pero ahí sentí un leve dolor en mi abdomen, uno fuerte. Mordí mis labios, debía continuar. Me quede levantada y parada, sin moverme, acariciando mi abdomen. Pronto debía retirarme, ya había recibido un golpe, no aguantaría otro.

Continué acariciándome, tenía ventaja de estar en un área desierto, si no, ya hubiese sido una presa para los soldados, incluso titanes. Me eleve en el aire, impulsándome hacia el campo de batalla que debía aún estar sucediendo, pero me quede tensa en el aire ante visualizar aquella fuerte luz de color cálido, un amarillento. Mis ojos se opacaron, el titán colosal había hecho su entrada. Una explosión sucedió a lo lejos, si, Armin Arlert había llegado para hacer retumbar el puerto de marina, y no dejar que los buques llegaran con más soldados. Continué en el aire, viendo aquella pelea, aún estaban ahí. Había llegado en el jodido momento perfecto, mi objetivo era el titán mandíbula, pero ahí debía estar cuando vi como Levi Ackerman se lanzó en el aire, y rebano la nuca del titán bestia. Me acerqué con rapidez, aquel mono había caído en su territorio, como si no fuera nada. Visualice sus grises ojos alzarse en el cielo, como si sintiera mi presencia, visualice como él clavó las bombas para explotar a Zeke, sabía que ya debí retirarse, así que antes de que Levi desprendiera el cuerpo de Zeke en el humo, trascendí hacia él, sintiendo su mano rozar la mía cuando se elevó en el aire con Zeke Jeager.

-Vuelve.-me pidió, pero tan solo deje que se fuese, mirándole sus grises ojos, viendo su postura; joder, estaba totalmente enamorada de este hombre.

-Aún, no.-masculle elevándome en el aire, visualizando al titán carreta, había matado a varios de mis soldados con sus balas, ahora le tocaba pagar.-¡Jean, unirte a mi con los lanza cohetes, tomarla a desprevenida!-le indique en un grito a mi compañero, quien asintió.

-Sasha rematará a los soldados adentros, cuando uno caiga, nos lanzamos rápido. La alcanzó por al frente, y tú por atrás con los otros.-asentí ante su plan, preparando mis lanza cohetes.-Cuando la acabamos, desierta a tu mandado, y vuelve al dirigible. Nos encargaremos del titán mandíbula junto a Mikasa.-me quede en silencio ante eso, no podría irme aún, incluso aunque Levi se haya retirado.

-Una roca me golpeó.-le indique, viendo como me miró sorpresivo.-Me duele el abdomen, así que, me retiraré en cuanto hagamos esto. Si recibo otro golpe, creo que no la libro.-le confesé, y él me asintió.

-Te acompañaré hasta el dirigible, el titán mandíbula está dando vueltas, creo que está buscándote.-asentí ante eso, para así, escuchar un leve disparo, y un silencio de las ametralladoras; Sasha había dado en él objetivo.-Vengó a devolverte lo de la última vez.-insinuó Jean, elevándose en aquel tejado.

No tarde en seguirle, pero yo me eleve más en el cielo, mi intención era explotarle los soldados adentro de su cueva de metal, donde yacían disparando a mis soldados, pero el grito de Sasha me alarmó. Abrí mis ojos grandemente cuando le vi, el titán mandíbula intento de devorarme, pero le esquivé, aún así, había rato mi cable, haciéndome caer. Me tensé, me había dejado sin mecanismo, debía escapar. Los gritos perplejos de Sasha seguían retumbando en mis oídos, pero volviendo a retomar mi cable, intente de deslizarme hacia el otro tejado con la intención de escapar del titán mandíbula en medio de la explosión que los demás crearon contra el titán carreta. No me detuve, debía hacer este objetivo al menos, así que lance junto a los demás los lanza cohetes. Los gritos desgarradores de sus soldados apretaron mi conciencia, manteniéndome en el aire, y viendo como se quemaban. Iba dirigirme a Jean, justo cuando me llamo, pero aquel titán realmente venía a por mi. Le lance un lanza cohetes, pero le esquivo con rapidez, así que me deslicé bajo de él cuando se elevó en el aire para atraparme. Le estaba esquivando, pero era muy rápido. Me alce, brincando hacia el otro tejado, debía escapar de aquí, pero era tarde.

Me giré, viendo como me seguía el paso. Los soldados de mi escuadrón iban a defenderme, pero él los desgarró frente a mi, y sus sangres cayeron en mi rostro. Abrí mis ojos grandemente y grité impotente, lanzándole varios lanza cohetes, pero los esquivó, me estaba devolviendo el golpe que le había dado cuando todo esto empezó. Baje mi altitud, para así girarme y quedar arriba de él, pero más allá, visualice al titán de Eren, se acercaba hacia el titán mandíbula, venía a defenderme. Visualice a Jean, sabía que me estaba vigilando, pero él iría a por el titán carreta tirado en el suelo. Me negué, y le grité cuando vi a ese niño frente al titán, intentando de detener el golpe de Jean. Le grité, grité y grité, para que se detuviese y no matara a ese niño junto al titán carreta. Gire en el aire con la intención de prevenirle, pero había sido en vano, porque había bajado mi guardia. Grité desgarradamente cuando sentí el leve apretón de aquella grande mano, me quede sin aire, y no pude gritar. El titán mandíbula me había atrapado, los ojos de Jean me miraron en el aire cuando no lanzó aquel cohete al titán carreta, grito mi nombre tan fuerte, que pareció alertar a Eren. Mis ojos observaron a ese titán con mucha cercanía, sus ojos me miraban, me descifraban más allá. No podía moverme, y estaba segura que si me seguía apretando, fraccionaria mi mecanismo y me dejaría en desventaja. Estaba gimiendo, pero si me removía, me dolía más, y más me apretaría.

No pude moverme, y sentía como me fraccionaba por dentro, pero cuando escucho el retumbar de los pasos de Eren, quien gruñó en un grito tan desgarrador que toda la ciudad de Marley debió haberle escuchado y temido. Justo en aquel gruñido el titán mandíbula, me lanzó en el aire como si fuese una pelota, así se sintió. Los gritos nombrando mi nombre se escucharon lejos, no veía nada de lo rápido que iba. El viento me sostenía, me azotaba con fuerza. Mi corazón latía fuertemente, sentía sangre sobresalir de mis fosas nasales, estuvo apunto de explotarme por dentro. Mi cuerpo seguía rodando en el aire, así que de una manera alocada, eleve mi gancho manual del equipo de maniobras tridimensionales con la intención de atrapar algo. Se engancharon en algo, pero aún así, mi cuerpo golpeó fuertemente con una pared, y caía encima de algunas rocas que fragmentaron mi espalda. Gemí, y sentí un leve dolor, uno tan leve, que se empezó a volver fuerte, tanto que sentí como perdía la conciencia. Mi rostro se había golpeado, y mis labios parecieron desgarrarse, todo de mi se sintió raspado. Sentía el aire faltarme, no podía producirlo, estaba jodida, esas rocas me habían rasgado. No sabía cómo empezar a moverme, no sabía cómo debía salir de aquí.

Mi pecho subía y bajaba, mientras que sentía un leve dolor recorrer todos mis músculos. Si, recordaba este momento, recordaba esta visión. El cielo, lleno de esos oscuros y vibrantes colores que relajaban mis adoloridos músculos, pero en medio de este caos, no había forma de admirar la estrellada noche. Mis lágrimas empezaron a esparcirse por mis mejillas, y la sangre espesa salía de mi boca ante la raspadura de mis labios. Aún tirada, era capaz de admirar aquella noche, la cual no merecíamos, intentando de despejar mi mente del dolor físico que estaba sintiendo en este instante. Veía a través del cielo humo, y a lo lejos, podía escuchar gritos, incluso retumbares es de bombas. Estaba metida en aquel callejón, había caído de una manera brusca junto a estas rocas, las cuales casi me aplastaban por completo. No había forma de que me moviera, me sentía abatida en dolor, no sé como he logrado sobrevivir, no sé cómo es que aún estoy respirando. Mis manos temblaban, y mis piernas también, intentaba incorporarme, pero no podía. Visualice mis manos, estaban repletas de sangre, toque mi estómago y sentí mi uniforme rasgado, las rocas debieron haberme raspado, pero me dolía fuertemente el abdomen, y ahí entendí. Se sentía justo como aquel día en que soñé con este momento, y estaba segura que ahora era capaz de entender el fuerte dolor que sentía en mi abdomen, y el porque la sangre salía de manera espesa a través de mis piernas, sentía mi mundo caerse.

Mis lágrimas continuaron desprendiéndose, este era el mensaje de aquella visión, me había visualizado en el día en que perdería algo que inesperado, algo que nos traería luz, mi bebé. Mordí mis labios, me esforcé por levantarme, me costó, pero quede sentada y ahí, pude ver un bache de sangre sobresalir por mis piernas. Mis manos temblaban, y quería sollozar, el dolor mental que estaba sintiendo, era más fuerte que el físico. Con cuidado y de una manera costosa, me levante, estaba sintiéndome rota por dentro, no quería irme, no quería llegar a casa sabiendo que había perdido el fruto de mi amor con Levi Ackerman. Mis lágrimas caían en aquel rocoso suelo, mientras que la voz de Armin erizó mi cabello, todo estaba sucediendo a como lo soñé, y me era incapaz de realizarlo. Ante eso, me caí. No era capaz de caminar, no tenía fuerza en mis músculos, estaba hecha añicos. Me quede tirada en el suelo, mi espalda estaba junto a esa pared, y mis manos veían la sangre. Solloce, no sabía como reaccionar ante esto, pero me dolía y me sentía hueca, sabiendo que algo dentro de mi, se había detenida, y había sido los latidos de mi bebé cuando esas rocas nos apostaron, o quizás, cuando la mano del titán mandíbula nos atrapó de esa manera tan brusca. Mi vista visualizo como él había llegado, su corto y rubio cabello se reflejó ante la poca iluminación, al igual que sus azulados ojos abiertos como platos que me observaban.

-Kira.-se tiro al suelo, cayendo de rodillas a mi lado, mirándome confuso y con temor.-¿Qué te han hecho?-me pregunto, observando toda la sangre derramada en este vacío callejón, mientras que yo le miraba aturdida y con mis ojos produciendo lágrimas infinitas.

-Armin... -le llamaba entrecortadamente, incluso mi voz estaba ronca y adolorida.

-Vamos, intenta levantarte.-me pidió, intentando de que mis brazos rodearan su cuello, pero no las levante, estaba afligida al sentimiento de pérdida desconocido que me estaba acorralando.-Por favor, tenemos que irnos.-me decía, mientras que negaba, sollozando.

-No puedo volver... -le indicaba, con mis manos en mi abdomen, acariciando esa área.-Sabía que si venía sería arriesgado, no puedo volver a ese dirigible sabiendo que perdí al bebé... -dije, tosiendo y viendo como sangre se desprendía de mi garganta, viendo como Armin me miraba con sus ojos abiertos, viendo como se estremecía.

-¡Armin!-atrás suyo, la presencia de Jean se me esclareció, mientras que sentía que no era capaz de moverme.-Mierda. Maldita momia.-él se acercó, mientras que Armin aún procesaba lo que le había dicho.-Armin, muévela. Tenemos que irnos.-le indicaba Jean, pero los azulados ojos de Armin, se apagaron.

-Perdió al bebé.-le indicó, mientras que yo tan solo continuaba sangrando, y llorando cabizbaja, sintiéndome impotente y culpable.

-¿Qué?-Jean se quedó aturdido, como si también le estremeciera, no podía mentir, él yo esperar un bebé, era una ilusión que le daba esperanza a todos, y ahora, se las había desvanecido.-Levi va a matarnos.-expresó él, mirándome de la misma manera, aturdido.

-Levi va a matar a Eren.-arreglo Armin, acercándose a mi, y con suma fuerza, me alzo y sujeto en sus brazos, mientras que llorosa me negaba.

-Por favor, déjame aquí.-le pedí, resentida conmigo misma, mientras que Jean parecía cubrir la postura de Armin.

-Jamás te abandonaría.-expresó serio, y es que, Armin estaba dolido; él estaba ilusionado.-Aunque me cueste la vida.-añadió, mientras que mis lágrimas yacían derramándose, no tenía fuerzas ni para sostenerme de él.

-Mierda. Mierda.-Jean exclamaba furia, y veía como de un leve movimiento, golpeó la pared con sus nudillos.

Armin intentaba de que me aferrase a él, pero realmente no podía. Optaron por ambos sostenerme, mis brazos rodeaban sus cuellos y caminaban de manera sigilosa, pero con rapidez. Estábamos en territorio enemigos, y en desventaja conmigo en aquel estado. Mis piernas se arrastraban, era como si realmente todo mi mecanismo, dejara de funcionar por aquel extraño sentimiento de tristeza que me estaba recorriendo. Atravesamos otro callejón, aquel que mostró a personas muertas, la mayoría soldados. La sangre espesa estaba en las paredes, habían rocas tiradas por todos lados. Alce la mirada, viendo aquel gran dirigible. Mi corazón se apretó cuando Armin tiró su cable con su equipo de maniobras tridimensionales, junto a Jean. Mi cuerpo se elevó, aferrada al de Armin, sintiendo retumbares, pero ya no quería mirar lo que sucedía, ya no había manera de ayudar, había llegado a mi límite. Llegamos hasta las mallas, sosteniéndonos de ellas, pero yo no podía impulsarme hacia arriba. Las puertas del dirigible se abrieron, y Jean no tardó en sostener la mano de Sasha, quien me miró al igual que Connie, pero yo, mantuve mi cabeza baja ante la otra puerta estar abierta, mostrando a Levi Ackerman.

Más allá, mire hacia abajo, visualizando otros ganchos sostenerse de las mallas. Me quede ida, viéndoles. Habían llegado en par, junto a nosotros, hace mucho, los cuatro no nos reuníamos, pero vaya momento de reunión. Armin empezó a subir, pero antes de hacerlo, me impulsó para que mi mano sostuviese la de Levi. Temblé, pero la apreté, y él me ayudó a subir, para sostenerme junto a su cuerpo. Armin había subido, e intento de que Levi viese que estaba mal y no podía sostenerme conmigo misma. Mientras que mis piernas aún no tenían movilidad, así que fui a caerme, pero él llevo sus manos a mi espalda y me retuvo junto a él. Sus grises ojos me miraron, mientras que le veía nublado. El vapor del humo yacía en esta habitación del dirigible, de seguro por Zeke, pero no era lo que importaba, al menos no ahora. Sus ojos y los míos se miraban, no había manera de transmitirle lo que me había pasado, pero es como si él lo supiese, como si estuviera esperando que le dijese lo que sucedía. No podía respirar, y Levi intentaba moverme, para así darle espacio a Armin de ayudar a Mikasa junto a Eren, para subirles cuando subieran las mallas, pero mi cuerpo, se desprendió del de Levi. Con delicadeza, él me dejó en el suelo, mientras que mi mano estaba plasmada en mi abdomen, y mis ojos apagados le miraban.

-Kira.-Levi me llamaba con temor en sus palabras, estaba arrodillado frente a mi, mientras que más allá, pude ver a Aster tirada en el suelo, mirándonos, mientras que Armin estaba parado en la puerta del dirigible, cabizbajo.-¿Y toda esta sangre?-me miraba, preguntándose, mientras que yo, tosí, no podía respirar.

-Lo siento.-le dije entrecortadamente, con mis lágrimas desprendiéndose, sentía dolor.-Una de las rocas del titán bestia, me alcanzó y me golpeó fuertemente.-Levi se estremeció, sabía que quería mirar al hombre atrás suyo, pero se quedó a mi lado.-Luego el titán mandíbula me atrapó, y me lanzó, caí en un callejón rocoso, me golpeé por todos lados.-veía a Aster levantarse, estaba cabizbaja; ella sabía lo que sucedía, pero se quedó aún lado de Armin, y veía como estrechaban sus manos afuera del dirigible.-Lo perdí, Levi, perdóname.-mis ojos derramaban lágrimas, veía nublado a Levi, no podía ver su expresión, solo se que él con delicadeza, me dejó sentada en el suelo, y me dio la espalda.-Levi.-le llame, estrechando mi mano, sabiendo lo que sucedería, y es que, Eren ya había subido al dirigible junto a Mikasa.

-Te ves horrendo.-la gruesa voz de Levi se escuchó en un hilo de rabia frente a Eren, quien yacía arrodillado.-Escuché que te caíste en un agujero de muerda. Eren.-le dijo, llamándole, y mirándole.

-Capitán.-Eren le llamó, pero en un solo movimiento, la rodilla de Levi se plasmó en el rostro de Eren, empujándole hacia atrás, haciendo que se golpease con la pared del dirigible, le había pateado fuertemente, y yo tan solo, observe; no podía moverme, no podía detenerle.

-No.-Aster se colocó frente a Mikasa, quien fue sostenida por Armin, y la miró.-Perdió al bebé, sabes que esto es su culpa.-Mikasa dirigió su mirada hacia mi con sus abiertos ojos, y en un instante, callo arrodillada frente a mi, observándome aturdida.

-Ha pasado mucho tiempo, Eren.-Mikasa no me bloqueaba mi campo visual, sus manos me sostenían el rostro, pero yo no expresaba más tristeza de la que sentía.-Extrañaba darte una de mis patadas, pero no me conformo con solo una.-cerré mis ojos cuando visualice a Levi golpearle nuevamente, sintiendo como Mikasa se sobresaltó.-Estás bajo arresto, hablaremos después sobre eso.-abrí la mirada, visualizando a Eren intentando de mantenerse cuerdo, pero Levi estaba bajo enojo, y no había nada que le detuviese.

-No importa. Todo estaba escrito en la carta.-indicó Eren, provocando que Levi abriese sus ojos grandemente.

-¿No importa?-le preguntó, enojado, y mirándole mientras dos soldados le apuntaban a Eren.-Eren, acabas de destruir mi ilusión más grande. Ser padre. ¿Eso no importa?-le preguntaba, pero Eren aturdido, giró su mirado y me observo.-No te atrevas a mirarle.-me sobresalte, y es que, Levi había desprendido nuevamente una patada hacia Eren, e incluso, sostuvo su largo cabello, iba a golpearle con sus nudillos, hasta que Aster, le detuvo.

-Levi. Esta bien.-ella se dirigió a él, algo adolorida, y hizo que él se elevara hacia atrás, para dejar a Eren.-Se que estás dolido.-musitó ella.-Pero mírala.-le pidió, mientras que Mikasa estaba a mi lado, y yo, tan solo continuaba sangrado.-Basta.-él se levantó, aislándose de Eren, y yo sentí como Mikasa desprendía mis correas, me quitaba mis equipos de maniobras tridimensionales.

-Esa cara, he visto esa cara despreciable muchas veces en el subterráneo. Nunca pensé que tú... -mire a Eren ante el comentario de Levi, se que me miraba de reojo, pero no tenía el atrevimiento, Levi le hizo sentir culpable de algo que no sabía.-Al menos alégrate, todo salió como ustedes planearon, pero me costaron algo que anhelaba, así que, no creas que esto será fácil para ustedes. Me la deben, me la debes, Eren.-mascullo, aislándose de él, mientras que continué cabizbaja.

-Kira.-Mikasa me llamo, estaba frente a mi, cabizbaja.-Lo siento, debí protegerte más.-insinuó, mientras que sus rodillas pisaba el bache de sangre, bajo de mi.

-Oye, ¿cuanto tiempo vas a llevar eso puesto?-alce la mirada, observando a Levi dirigirse a esa rubia mujer, Yelena

-¿Pasa algo? A mi me agrada.-mascullo ella, quitándose la barba falsa, pero atrás en el dirigible, se mantenía un ritmo de ruido.

-Aún siguen haciendo ruido.-masculló Levi con enojo, viendo como Mikasa se levantaba, para darle espacio a él, de arrodillarse frente a mi.

-Está perdiendo sangre.-musitó Armin atrás de él, mirándome.-Tan pronto lleguemos, debemos socorrerla. Esta mal herida, debió fraccionarle alguna costillas.-comentaba, mirándome tristemente, lo siento Armin, se lo ilusionado que estabas con este bebé.

-Mírame.-tenía la cabeza, pero sentía como Levi pegó su cabeza a mi abdomen, incluso aunque tuviese sangre.-Maldita sea.-gruño, mientras que mis manos acariciaron su cabello, y mi mirada estaba plasmada en la triste mirada que expresaba Mikasa junto a Armin, incluso la misma Aster.-Si mueres aquí, voy a matarlo.-me dijo en un tono bajo, mientras que él seguía pegado a mi, aún no estaba cayendo en cuenta, no iba sufrir aquí.

-Perdóname, por favor, Levi.-le pedí en un tono bajo, con mi voz apagada, viendo como él alzaba su mirada, se veía como un diablo.

-No es tu culpa, no debí dejar que vinieras.-me respondió, alzándose, quedando de pie a mi lado.-Por favor, aguanta, te lo suplico.-me pidió, llevando sus labios a mi frente, mientras que aquella puerta de atrás del dirigible se abrió, mostrándolo con esos dos niños.

-¿Tú?-mi voz agrietada se dirigió a ese niño, a ese pequeño que había salvado, él yacía agarrado por Jean, quien sostenía a otra niña, pero Falco me miraba atemorizado.-¿Qué hace él aquí?-pregunte, intentando de moverme para aguantarlo, para protegerle, pero gemí, y no pude.

-No, no te muevas.-Armin se acercó, impidiendo que me moviese, mirándome con sus ojos azules.-Te vas a desangrar.-lleve su mano a mi abdomen, el cual brotaba sangre por las raspaduras de las rocas, pero claramente, la sangre espesa que sobresalía de mis piernas no era debido a eso.

-Gabi... Falco.-la voz gruesa de Zeke se dirigió a los niños, nombrándoles, ellos quienes le miraban aturdidos.-¿Qué están haciendo aquí?-les pregunto, inquietos, mientras que Armin intentaba levantarme, poniéndome de pie a su lado, de seguro me llevaría atrás, a socorrerme.

-¿Pregunta por nosotros? ¿Qué haces tú aquí?-la voz de Falco se dirigió a él, mientras que me aferré al cuerpo de Armin, y crucé con los verdosos azulados ojos de Eren, él me miraba apenado, mientras que de su boca, sobresalía la sangre que Levi le había provocado ante sus patadas.

-¡Así que sigues vivo! ¡Pero te han capturado!-la niña hablo, aquella golpeada.

-¿Quienes son estos mocosos?-Levi se acercó a Jean, quedando frente a los niños.

-Mataron a Lobov y se colaron con sus equipos de maniobras tridimensionales.-aclaro Jean, mirando detenidamente a Levi.-Además.-hizo una pausa, una que sabía que no era buena.-Ella le disparó a Sasha.-los brazos de Armin dejaron de socorrerme, sus músculos perdieron fuerza.-No creo que sobreviva.-mi corazón se estremeció, y me quede parada, sin ayuda de nadie, observando como todos se estremecieron mientras que visualice como Armin y Mikasa corrieron a la parte de atrás del dirigible.

-¿Qué?-pregunte confusa, escuchando la pasividad en la voz de Jean, o quizás, no había caído en cuenta de lo que sucedía.

-Kira, quédate quieta.-Aster agarro mi brazo con su poca fuerza, sabiendo que no podía mantenerme de pie, pero la empujé.

-¡Suéltame!-le pedí, agitada, caminando y arrastrándome por las paredes para pasar aquella puerta y visualizar el horror.

-Sasha, aguanta, por favor.-le pedía Armin, mientras que Mikasa, intentaba socorrerle, pero allí estaba, perdiendo su color y su brillo.

Me quede aturdida, y caí de rodillas al suelo, olvidando todo el dolor que invadía cada parte de mis músculos. Ella ya había dejado de respirar, ya se había marchado. Mis ojos humedecidos dejaban que las lágrimas cayeran encima de su pecho, el cual no subía y bajaba. Algo dentro de mi empezaba a dolerme. Me dolía el abdomen más fuerte, pero mi pecho subía y bajaba de manera agitada, viéndole allí. Su abdomen estaba cubierto de un vendaje blanco, pero la sangre sobresalía. Me era incapaz de escuchar los sollozos y gritos de Armin, uniéndose a los de Mikasa, porque yo, yo opaque con mi fuerte y estruendoso grito, aquel desgarrador sollozo que se elevó por todo el dirigible, dejando ver mi dolor y mi tristeza. Me negué, y quería arrancarme los cabellos, sabiendo que esto tendría un gran costo, pero jamás pensé que sería el costo de tener que ver a uno de mis compañeros morir. Gritaba, sentía rabia y me dolía todo mi cuerpo. Mi cuerpo cayó encima del de Sasha, me era incapaz de realizar que mi amiga moría, que la primera amiga que tuve luego de Mikasa, murió frente a nosotros. Me dolía mi alma, mi amiga Sasha, la más brillante de nosotras, la que siempre hacia el ambiente de felicidad, mi amiga patata.

Solloce, estaba recostada en su pecho. Se que ella estaba contenta, se que estaba ilusionada con mi bebé, y también se había ido. No dejábamos de hablar de eso, de cómo sería ella, de cómo sería Levi como padre, las había perdido a las dos, porque la esperanza de que fuese una niña era tan grande, que ya deseábamos otorgarle un nombre femenino. Había perdido a dos hoy, y me sentía devastada. Me aferré a su cuerpo y le abracé, no podía creer que ya no la escucharía, que jamás volvería a verle sonreír, o comer. Más que todo, sabía que jamás volvería a verle brillar junto a Connie y Jean, aún recordaba aquel día, cuando conocimos el mar. Ese trío de tres tirados en el mar, sonriendo y trayendo felicidad, el mundo podía caerse en mil pedazos, y ella seguía viva. El mundo me quitaba más y más la esperanza, me quitaba el aire y el deseo de continuar, me llenaba de odio, de rencor y remordimiento. Sollozaba, plasmando mi sangre encima de ella, de su cuerpo sin vida, pero algo estaba mal, ya yo no estaba respirando del todo bien, y cree terror en esta habitación cuando Armin giró mi cuerpo, y me miró con sus azulados ojos. Sus lágrimas cayeron en mi rostro, y él me arrastró del cuerpo de Sasha, inquieto y con sus manos temblorosas.

-Kira.-Armin me llamaba, mientras que veía el techo del dirigible, la tristeza me consumía, pero la muerte me quería alcanzar.-¡Kira no te vayas, quédate aquí!-me gritaba, y me removí, haciéndome ver el rostro de Mikasa, me gritaban, pero no me iba a ir, solo quería descansar.-¡Levi!-grito desgarradoramente, mientras que veía sus azulados ojitos.

Mis lágrimas se deslizaban por mis mejillas, quería que entendieran, que solo quería cerrar mis ojos e irme un rato. No me era capaz de creer que no importa lo que hice, el destino me alcanzó. Me fui en un lapso de luz blanca, aquella que opaco mis ojos. La observe, su pequeña mano sostenía la mía. Su cabello negro, lacio y largo. Sus ojos grises miraban al horizonte, era muy pequeña, muy hermosa. Era un campo de flores, y le adornaba un sombrero. Sonreí, era la niña que me estaba esperando, ella me estaba mostrando sus anhelos a través de mi alma, debido a que no importara que fuese una niña, la maldición también la recorría, era un reflejo de mi misma en otra alma inocente. Me mostró lo que hubiese sido nuestro futuro, ella me jalaba, me arrastraba con ella hacia ese campo de flores. Sabía que debía soltarle, pues los gritos estruendosos de Levi, me estaban llamando. Incluso, por primera vez en mi vida, escuchaba su voz rota y fragmentada en llanto. Esa era la niña que esperábamos en casa, era nuestra hija. Era Kai, porque era así como le habíamos puesto. Le sonreía a la niña, mientras que la luz con el campo de flores desapareció, y esclarecí mi vista viendo los grises ojos de Levi humedecidos, dejando que sus lágrimas cayeran encima de mi, y como su cuerpo estaba encima de mi. Tan solo me quede mirándole, y deje mi rostro caer aún lado, mirando a Sasha, quien yacía muerta, lo siento, pero aún no podía irme contigo, hasta siempre, mi niña patata.


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Próximo capítulo: Antes de llegar aquí.
Volviendo al pasado, Kira recuerda como eran sus días antes de la guerra junto a los chicos, y la primera vez que llegaron a Marley.

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