❪𝟲𝟯❫ ; 𝘄𝗼𝘂𝗻𝗱 𝗶𝗶.

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❪ARC THREE; DEMONS
*╔═══❖•ೋ°🔥°ೋ•❖═══╗*

CAPÍTULO SESENTA Y TRES:
HERIDA II.
❛sólo sufrimiento

┍━━━━╝✹╚━━━━┑
©Shanxlabyx
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FRÍO, HACE FRÍO... ¿POR QUÉ ESTÁ HACIENDO frío?sus cejas se fruncieron ligeramente ante aquella sensación extraña para ella, su cabeza daba vueltas y sentía sus párpados demasiado pesados en esos momentos, alcanzaba a sentir un brusco y constante movimiento, incluso sentía algo ligero apoyado en ella. Una punzada extraña recorrió su cuerpo haciéndola fruncir ahora ligeramente sus labios.

«—...Kacchan...!»

❛¿Quién es? ¿Quién está hablando?❜

Hace un esfuerzo por abrir nuevamente sus ojos pero sus párpados no querían ceder, sentía su cuerpo entumecido y por alguna razón no lo sentía igual de cálido que siempre. Era la primera vez que no sentía su cuerpo cálido y ahora tenía algo de frío, sentía el frío de la noche. Era una sensación extraña para ella, agregando de que nuevamente sintió aquel estremecimiento recorrer todo su cuerpo.

«—¡Kacchan debe evitar el combate y...!»

❛¿Kacchan...?❜

«—¡.. -tendido, Kacchan!?»

—Kacchan... —su voz sale de manera pesada de entre sus labios, apenas logrando levantar de forma leve sus parpados, su vista era borrosa y apenas lograba ver una movida imágen del cielo y los árboles, apenas tenía capacidad de abrir los ojos aunque no es como si lograra ver con claridad.

—¡Onee-chan! —Kōta la llamó de forma esperanzada cuando la escuchó hablar, Aizawa no tardó en mirar hacia la dirección de su estudiante; Hatsulin tenía su mirada totalmente perdida en algún punto y parecía que sus ojos apenas podían abrirse unos segundos, parecían de un color azul oscuro al no tener ningún brillo en él.

—Tranquila, Tsubomi, ya vamos a llegar a un lugar seguro. —dice hacia su estudiante al notar que parecía reaccionar, siendo algo realmente bueno sabiendo el golpe en su cabeza y que parecía continuar sangrando, aún si no fuera por la venda improvisada que hizo en la herida para detener la hemorragia—. Trata de mantener tus ojos abiertos tanto como puedas, ¿entendido? Pronto estarás a salvo.

La pelirroja continuaba mirando hacia la nada mientras sus ojos nuevamente buscaron cerrarse pero acatando las palabras de su sensei, ella volvía a abrir sus pestañas con pesadez cada que buscaban cerrarse, aunque se le hacía dificil. Por unos instantes ella cerró los ojos pero más que nada por el dolor punzante en su cabeza, comenzó a sentir calor nuevamente; tanto Shōta como Kōta sintieron que su cuerpo estaba subiendo de temperatura, el maestro tomó eso como una buena señal. Le preocupó más que ella tuviera una temperatura de una persona normal tomando en cuenta que ella siempre estaba caliente.

—Kacc-... Ka... —trató de hablar nuevamente la pelirroja mientras sus labios se entreabrían y dejaban salir ligeros jadeos, estaba sintiendo calor aunque uno muy ligero—. Ka... K-Kat... Katsuki... —finalmente pudo formular, nombrando a su compañero cuando aquel apodo suyo rondó por su cabeza por aquella voz que no lograba reconocer—. Bakugō-kun... ¿qué pasa... ¿Qué pasa con Bakugō-kun...?

Aizawa permaneció en completo silencio al escuchar la pregunta vaga y apenas audible de parte de su estudiante, miraba hacia enfrente distinguiendo la luz de aquel edificio en donde se encontraban los reprobados junto con Vlad, el maestro encargado de la clase B. Dudó un poco en responderle y decirle que era lo que sucedía respecto a su compañero sabiendo que a ella misma le llegó ese mensaje de parte de Mandalay con su telepatia, considerando como se encontraba, pero parecía que la había hecho reaccionar de alguna manera al escuchar aquel apodo con el cual sólo uno de sus estudiantes se refería a él.

—Bakugō va a estar bien. Él... —hizo una pausa cuando llegó justo a la puerta del edificio, notando como a lo largo del pasillo se veían quemaduras en el suelo y justo en la puerta en donde estaban el aula con sus estudiantes. Se tensó por aquello y frunció el ceño, caminó con más cautela y bajó con cuidado a Hatsulin en el suelo, dejándola sentada en contra una de las paredes en el suelo, Kōta se había bajado y ahora miraba a la pelirroja—. Quédense aquí.

—¿Eh...? ¿Qué sucede? —cuestiona Kōta mientras se acercaba a Hatsulin por inercia, quedándose a su lado aunque mirando confundido al héroe cuando se detuvo y ahora se veía molesto, a ojos de él.

No recibió respuesta ya que él salió corriendo inmediatamente hacia la dirección en donde habían zonas quemadas, que era prácticamente a unos pasos de ahí ya que los dejó casi a un lado de la puerta. El pequeño de cabello negro escuchó un leve estruendo venir de allí pero miró hacia donde estaba Hatsulin quien había comenzado a jadear y suspirar con pesadez, balanceando un poco su cabeza ante la pesadez que esta parecía generarle. Ella trataba de mantenerse consciente.

—Bakugō.. -kun... —murmuraba de manera constante la pelirroja mientras elevaba como podía una de sus manos hacia su cabeza con intención de evitar el dolor que tenía pero luego sintió un pequeño agarre en su mano. Como pudo, inclinó ligeramente su cabeza hacia Izumi Kōta al ser quien le tomó la mano.

Este la miraba de una manera indescifrable con un brillo que desconocía o que al menos, ella no lograba captar ahora, aunque notaba una expresión un tanto impotente. Trató de mantener sus párpados lo más abiertos posibles pero estos apenas estaban levantados, aunque lo suficiente para lograr distinguir la figura del pequeño de gorra roja, aunque se volvía un poco borroso y difuminado.

—¡Aizawa-sensei! —las pupilas de Hatsulin se movieron con pesadez hacia un costado justo en la dirección en donde escuchó un coro de voces.

—Y-ya vas... estar bien, ¿verdad? Estás en un lugar seguro... —Kōta le habla de manera un poco dudosa tomando en cuenta de los golpes que se oían, caminó un par de pasos hacia allí luego de soltar su mano, asomándose y viendo como el héroe que los llevó allí parecía aplastar algo.

Colocó una mirada un poco perturbada al ver eso, luego miró hacia Hatsulin quien parecía haberlo seguido con la mirada, apoyando su cabeza en la pared.

—Creo... —vuelve a decir aún con duda el niño.

—Eraser, ¿qué estabas haciendo? —en la escena, Vlad King le cuestionaba hacia su compañero una vez dejó de aplastar al impostor de un villano. Kōta seguía mirando un poco perturbado el charco de lodo debajo de uno de sus pies.

—Pensaba dar permiso para que pelearan a los estudiantes, pero acabé con Kōta-kun y Tsubomi. —responde mientras se encaminaba hacia la puerta en donde seguía el infante ahora mirándolos a todos.

—¿¡Hatsu-chan está con usted!? —suelta con una gran sonrisa de alivio la de piel rosácea al saber que su amiga se encontraba bien, el niño apretó y frunció sus cejas cuando el maestro de vestimenta oscura regresó de salir al pasillo con la pelirroja en brazos. Inmediatamente la sonrisa de Mina se esfumó.

—¿¡Q-qué rayos fue lo que le pasó!? —exclamó casi de inmediato Kirishima mientras se acercaba de manera apresurada hacia ella al igual que sus compañeros, Monoma, quien estaba presente, tenía una expresión algo atónita al ver el estado en el que estaba.

—¡Hatsu-chan! —llamó ahora Ashido con lágrimas en sus ojos mientras la agitaba ligeramente una vez su sensei buscó recostarla en el suelo con sumo cuidado, sosteniéndola principalmente de la cabeza—. ¡E-ella... ¿ella va estar bien!? ¿¡Por qué sangra tanto de la cabeza!?

—Maldición, ¿¡por qué tiene los ojos cerrados!? ¡Hatsulin! —decía igual de alterado Kaminari sintiendo como sus manos temblaban al verla así.

—H-hace rato la vimos perfectamente b-bien cuando se fue con Midoriya, ¿¡cómo e-es que ahora está así!? —chilla igual de asustado Mineta.

—Ella va a estar bien, traten de no alzar tanto la voz. —dice de manera seria su maestro mientras la dejaban a cargo de sus compañeros; Mina había apoyado su cabeza con sumo cuidado en su regazo mientras sus amigos la rodeaban—. Aunque no lo parezca, ella está consciente o al menos un poco. Reaccionó con el mensaje de Mandalay. Está así porque peleó contra un villano, pero va a estar bien. —trata de tranquilizar a sus estudiantes al verlos tan alterados.

—¿Peleó contra un villano? —cuestiona con cierta preocupación en su rostro el maestro de la clase B pero a su vez se veía algo molesto por la idea.

—Venía con Kōta-kun y Midoriya, él estaba en un estado peor que el de Tsubomi. —aclara provocando sólo más preocupación a sus compañeros; aunque principalmente Mina y Kaminari buscaban hacer reaccionar a su amiga hablándole y dandole pequeñas palmaditas a sus mejillas—. Lleva a Kōta-kun por mi. Iré al frente. Vlad, defiende este lugar. —dice luego de levantarse y correr a la puesta dispuesto a ir a defender a sus estudiantes.

—Espera, Eraser. —el aludido se detiene apenas escucha la voz de Vlad King—. No sabemos cuántos vendrán.

—Estarás bien solo. Mira a ese impostor. Así fueron los dos. —Hatsulin finalmente entreabre los ojos cuando comenzó a escuchar la voz de su sensei con más claridad, aunque aún así miraba hacia el techo viendo la cara borrosa tanto de Mina como de Kaminari en su campo de visión—. Creo que insisten con ellos para mantener distraídos a los profesionales. Así compensan los pocos que vinieron.

—Más razón para que vaya... —dice Kirishima con una expresión llena de impotencia y coraje, él estaba arrodillado a un lado de Hatsulin—. ¡Más podrían terminar como Tsubomi!

—Si. No nos vencerán en cantidad. —insiste Iida.

—¡No! —suelta de manera severa Aizawa—. Nos distraen porque van por los estudiantes. Bakugō es uno de ellos, pero podría haber otros.

—Bakugō... -kun.... —todos miran hacia la pelirroja cuando finalmente escucharon el tono ahogado de su voz, nuevamente reaccionando al escuchar su apellido; Mina colocó una expresión de alivio al ver que finalmente habló—. ¿Se quieren... llevar a Bakugō-kun? Bakugō-kun... No, no se lo pueden llevar. Él no... —trata de levantarse ganándose una exclamación preocupada de Mina ante ese movimiento.

—¡No, no te levantes! ¡No puedes ir así! ¡Quédate ahí! —dice con una voz nerviosa el chico del quirk eléctrico por verla de esa manera; trataron de sostenerla cuando alcanzó a sentarse con una fuerza que nadie sabía de donde salió en el estado en el que estaba.

—S-se lo van a llevar, se lo van a llevar... —comenzaba a decir cada vez de forma más audible aún haciendo el débil intento de levantarse, aguantando un gruñido cuando ahora Shōta la hizo acostarse nuevamente. La expresión de la pelirroja mostraba aflicción y cierto dolor—. S-se lo van a llevar... E-ellos se lo van a llevar... Él s-se va a llevar a Bakugō-kun... —su voz se escuchó temblorosa y casi parecía como si estuviera conteniendo llorar, pero lo que realmente contenía era el terror de pensar que las personas de Nakano sean quienes se lo lleven.

—No vamos a permitir eso. —dijo su maestro con seguridad mientras Hatsulin lo volteaba a mirar con una sombra de preocupación en sus ojos, estos mismos seguían en un tono oscuro. Se veía deplorable—. Por ahora, ganaremos manteniéndolos seguros. Nos vamos a encargar de todo. —le dice mientras se levantaba y finalmente irse de allí.

Las pupilas de Hatsulin temblaban en su lugar al ver a su maestro, su mirada seguía siendo una mezcla de aflicción y a su vez culpa y rabia por el estado en el que está; por un momento se encontró con la mirada de Kōta quien seguía sosteniendo entre sus manos el llavero, la pelirroja se fijaron en aquella pequeña figura de All Might y el sólo recordar quien había sido la persona que se lo dió, la desesperación comenzó a crecer más en ella, volviendo a hacer movimientos vagos aunque bruscos en levantarse, sin quitar la mirada de la puerta.

—¡Hatsulin, detente! —decía Denki con cierta dificultad mientras atrapaba su brazo derecho cuando este se zafó al intentar levantarse. Parecía que había sacado alguna fuerza escondida para moverse así aunque se notaba que aún así tenía pesadez al moverse.

—¡Hatsu-chan, no! —chilla entre lágrimas Mina haciendo el mismo gesto que Denki para colocarla quieta.

—¡Tsubomi, deje de moverse! —regaña Vlad King mientras se acercaba para también tratar de calmarla, no entendía como rayos podía moverse ahora siendo antes prácticamente un peso muerto.

—N-no, no, no... No voy... a-a permitir que se lo lleven, se lo van a llevar... ¡Se lo van a llevar! —todos muestran sorpresa y sienten un abrupto estremecimiento en todo su cuerpo al momento que escuchan como por primera vez alza la voz.

—¡Tsubomi-san! —suelta Iida también de forma preocupada y alarmada.

—Quema... quema, ¡quema! —comenzó a decir el del quirk electrico cuando sentía el repentino calor que comenzaba a emerger de su amiga quien seguía moviéndose.

—¡A-arde! —se queja inevitablemente Ashido al sentir la quemazón en su piel obligándose a aflojar su agarre para que después, de un movimiento brusco, tanto ella como Kaminari fueron empujados por Tsubomi finalmente zafándose y buscando levantarse, casi gateando hacia la puerta.

—¡Se lo van a llevar, se lo van a llevar! ¡Iyassu se lo va a llevar, Kaito se lo va a llevar! ¡Se lo van a llevar! —repetía de manera desesperada siendo la primera vez que todos la veían perder el control de esa manera.

—¡Tsubomi, ya detente! —la sostiene ahora Kirishima endureciendo sus brazos con su quirk para evitar quemarse a pesar de que sentía el calor de su cuerpo, soportándolo un poco más.

Oi, Takeru, abre la ventana para que entre aire o algo para que Hatsulin se calme. —habla Sero con nervios por toda la escena que estaba sucediendo, dudando en si usar incluso su quirk de tape para detener a su amiga.

Takeru, quien anteriormente había estado viendo todo en silencio, sólo asiente y luego se acerca hacia la ventana luego de un largo rato sólamente observando todo en silencio, aún escuchando las constantes exclamaciones de Tsubomi y las palabras de súplica de sus amigos en que se tranquilizara. El rubio se acercó a la ventana mientras las abría, sintiendo el choque de aire fresco.

Escucharon entonces el eco de un fuerte golpe que venía del pasillo, varios se alertaron por eso mientras Eijirō sólo se encargaba de sostener a la inquieta pelirroja que parecía perder la adrenalina de la desesperación que anteriormente tenía, moviéndose con menos fuerza, era claro que seguía estando herida y hasta cierto punto, grave. Él caminó para poder colocarla en el suelo nuevamente, cerca de la ventana en donde entraba aire frío.

—¿Qué fue eso? —cuestiona con ciertos nervios Monoma mientras veía a su maestro caminar rápidamente hacia la puerta, bueno, la grán abertura en donde antes estaba la puerta, metiendo rápidamente a Kōta al aula quien se sobresaltó por el sonido.

—Quédense aquí, iré a inspeccionar rápidamente. ¡No vayan a salir!

Todos miraron como Vlad King corría rápidamente hacia el pasillo para llegar a la puerta que había sido la responsable del ruido, parecía que Hatsulin se iba calmando poco a poco, o más bien, debilitándose en el ataque de desesperación mezclada de adrenalina que recibió. Poco a poco ella parecía perder fuerzas mientras la apoyaban con cuidado en el suelo, permitiéndole que tuviera algo de contacto con el frio de la noche y que al menos pueda enfriarse un poco.

—T-tranquila, Hatsu-chan, t-todo... —la voz de Mina se rompe ligeramente al sentirse asustada, toda aquella situación la estaba asustando demasiado y más ver a una de sus más grandes amigas... así. Tomó con una de sus manos la mano de Hatsulin quien estaba respirando agitado y parecía volver a desorientarse, presionando su otra mano en la zona herida de su cabeza—... t-todo... va a estar bien, ¿okey? Midoriya va a estar bien, Bakugō va a estar bien, tú vas a estar bien.

—Así es... todo va a estar bien, ¡así que no te preocupes! ¡Ahora es momento de que te cuidemos! —dice Kaminari mientras intentaba colocar una sonrisa en sus labios, pero esta misma era algo temblorosa—. Tu me has cuidado y protegido... ¡déjame hacer lo mismo por ti! ¡Dejanos hacer eso!

—¡Así es! —suelta Kirishima aún sosteniéndola aunque con menos fuerza.

❛Ellos...❜ era lo que pensó la pelirroja mientras trataba de mantener sus párpados lo suficientemente abiertos para evitar caer como peso muerto, cerró sus ojos con fuerza mientras apretaba ligeramente su mandibula, temiendo decirles la gravedad de lo que sucedía.

—U-us... ustedes... no entienden. —murmura con dificultad debido a los nervios que tenía en esos momentos—. Bakugō-kun... n-no puede... No puedo p-permitir... yo no...

—No te preocupes, Hatsulin, puedes estar tranqui... —iba diciendo Sero hasta que el sonido de un corto circuito comenzó a hacerse presente, todos miraron hacia el bombilla del salón que comenzó a soltar chispas mientras la luz comenzaba a bajar y a subir.

—¿E-eh? ¿Qué p-pasa? ¿La luz? —Mineta tembló nervioso mientras se aferraba a la pierna de Iida, queriendo refugiarse.

—¡Vlad-sensei! ¡Algo pasa con la luz! —Monoma se asomó por la puerta para poder avisar a su maestro a cargo quien se estaba regresando de manera apresurada.

—¡No se vayan a separar!

La luz continuaba subiendo y bajando en cuanto a intensidad y luminosidad, como si estuvieran en medio de un bajón de luz que subía y bajaba constantemente, todos no evitaron colocarse inquietos y nerviosos por le que sucedía sobretodo en la situación en la que todo se estaba llevando a cabo. Kōta temblaba nervioso sin saber a dónde mirar hasta sobresaltarse cuando ahora Kōda lo sostuvo de los hombros para tenerlo cerca y seguro. El héroe profesional llegó casi de inmediato a el gran agujero en la pared en dónde antes estaba la puerta, viéndose serio y algo agitado.

—Parece ser que es en todo el edificio donde sucede esta interferencia de la luz. No vayan a moverse y mantengánse jun... —y en medio de las palabras de Vlad King, luego de que todas las luces echarán nuevamente rayos y momentáneamente chispas, todo quedó a oscuras.

—¡No veo nada! ¿¡Qué pasa!?  —en medio de toda aquella manga oscura, comenzaron a escucharse las constantes quejas de todos los presentes por repentina oscuridad.

—¡Estar a oscuras no me da más tranquilidad! —exclamó Sero mientras retrocedía ligeramente.

—¿¡E-es el ataque de un villano!? ¡Esto n-no puede estar pasando! —lloriqueó Mineta asustado y alterado.

—¡Maldición! —gruñó impotente Kirishima mientras se levantaba de su lugar.

—¡No se alteren! ¡Mantengan la calma, clase A! —soltó el delegado de la clase nombrada tratando de tomar su papel.

—¿¡Se te olvidó que yo también estoy aquí, inculto!? —se quejó Monoma viendo de un lado a otro a tientas.

—¡Hagan silencio! ¡No griten! —alzó la voz Vlad de manera severa y fuerte, provocando un sobresalto a los adolescentes—. Cómo dijo Iida, ¡mantengan la calma! ¡No se alteren! Están conmigo, no voy a permitir que les pase nada, ¿entendido? Resolveremos el problema de la electricidad ¡Sólo quédense en dónde están!

Todos permanecieron en un silencio algo tenso por el regaño del héroe pero que a su vez estaba usando su papel como tal, al tratar de calmarlos.

—Electricidad... ¡Ya sé! —Kirishima toma la palabra—. ¡Kaminari! —nombra al rubio de orbes dorados quien miró ligeramente de reojo hacia la dirección en dónde escuchó la voz del pelirrojo.

—¡Oh, entiendo lo que dices! —asiente el del quirk eléctrico mientras alzaba una de sus manos, sacando rayos dorados, iluminando ligeramente su rostro. Sonrió se forma algo tensa, mirando hacia atrás cuando sintió como tomaban uno de sus hombros—. ¡Buena idea, Kirish...!

De la nada todo el cuerpo de Denki emitió una luz electrificada como si hubiera sido electrocutado a pesar de que él no haya mostrado realmente una mueca de dolor, si no más bien de desconcierto por eso, iluminando el lugar mientras todos se cubrían ligeramente el rostro para evitar que fueran electrocutados también. Miraron nerviosos y confundidos al ver las chispas que emitía el cuerpo de Denki logrando distinguirlo por el leve resplandor de los rayos de electricidad, de la nada volvió la luz luego de un leve subidón hasta que volvió por completo, aún con cierta irregularidad. El rostro de Kaminari se pudo ver luego de lo sucedido teniendo aquella tonta sonrisa junto con la expresión que lo caracterizaba cuando usaba en sobre exceso de su quirk, aún paralizado.

—¿Qué rayos...? ¿¡Por qué hiciste c-corto circuito ahora!? —chilló en reproche y a su vez alteración el enano presente mientras observaba como el del quirk eléctrico daba un pequeño paso a cualquier lado para mover sus pulgares de adelante hacia atrás.

—T-tal vez porque... está nervioso. —Hanta colocó una sonrisa un tanto nerviosa a su vez que se acercaba hacia su amigo, viendo cómo soltaba aún pequeños rayos. Miró con cierta curiosidad los momentáneos rayos que salían de su hombro.

—Todos seguimos agotados por el entrenamiento, será por eso. —se acerca Takeru con sus manos en los bolsillos, observando atento la expresión tonta de Denki, moviendo aún sus pulgares.

—¿Todos están bien...? Sólo fue un corto circuito. —dice Vlad mientras caminaba al centro del aura, inspeccionando a sus estudiantes quienes asintieron.

—¿Dónde está Onee-chan?

Todos miraron hacia la dirección de Kōta cuando escucharon el cuestionamiento de su parte, tenía una expresión sorprendida y a su vez shockeada hacia la dirección en dónde estaba Hatsulin, si, estaba. La tensión se presentó en todos cuando miraron hacia donde estaba Mina al quedarse al lado con su amiga de cabello rojo y ojos azules, la de cabello rosáceo miró alarmada hacia su lado en dónde se supone que estaba su amiga sentada contra la pared. Ahora el lugar estaba vacío, eso sólo hizo que una presión horrible se presentara en el pecho de todos.

—¿D-dónde está Onee-chan? ¿¡Por qué ella ya n-no está!? —comenzó a chillar alterado Kōta dando varios pasos hacia enfrente, lágrimas comenzando a aparecer en sus ojos. Kōda lo sostuvo nuevamente con nervios al verlo entrar en pánico—. ¿¡D-dónde...!? ¿¡Dónde está!? —pide ya entre lágrimas.

—E-ella... ¡ella estaba aquí! ¡Justo aquí! —los nervios comenzaron a consumir Mina, levantándose desorientada y temblorosa, mirando fijamente hacia el lugar en dónde estaba antes Hatsulin, sólo habiendo un pequeño rastro de sangre que ella anteriormente derramó.

—¿Aprovechó cuando se fue la luz? ¡Pero si parecía que ya no podía levantarse! —Sero miró nervioso a sus compañeros mientras retrocedía mirando la ventana abierta que se veía del mismo modo en el que lo dejaron.

—No es posible. Si hubiera sido que aprovechó el bajón de luz, no hubiera llegado muy lejos. —Sekijirō se acercó a paso rápido hacia la ventana abierta para ver algún indicio de que la estudiante de su compañero haya salido, miró el suelo con pequeñas gotas de sangre por la herida en la cabeza que poseía, luego miró el borde de la ventana y fuera de esta—. Y como dicen, no podía levantarse, el golpe en su cabeza no era algo leve...

—¿S-se refiere a que...? —balbucea entre temblores Minoru mientras Vlad miró hacia los estudiantes para procurar que no se haya desaparecido nadie más. A excepción de la Tsubomi, todos estaban ahí.

Vlad apoyó sus manos en el borde de la ventana con una mirada llena de impotencia en sus ojos, sintiendo el cuerpo tenso y como sus puños temblaban; todos comenzaron a mirarse entre si aún más asustados y preocupados por lo que había sucedido en sólo unos instantes, Kaminari seguía moviéndose ligeramente en su lugar mientras movía sus pulgares aún en medio del extraño corto circuito que tuvo. Kōta temblaba en su lugar con una mirada consternada y aún perturbada en sus ojos, apretando con más fuerza la figura del llavero de All Might que le pertenecía a la chica que había acabado de desaparecer en sus narices. 

—Si en una de las circunstancias más complicadas en donde ella realmente haya aprovechado el bajón de luz y fue a ayudar a su compañero, cualquiera que la vea la detendrá, sobre todo si es Eraser. —comienza a hablar el hombre del quirk de Manipulación de Sangre con un tono grave y a su vez algo tenso, sintiendo una enorme impotencia encima de él—. Sin embargo, tomando en cuenta la realidad de su estado y la situación que está sucediendo ahora...

Kōta temblaba en su lugar aún sin dejar de mirar el lugar en donde estaba la pelirroja que lo protegió junto con el pecoso que ahora había ido a ayudar a sus compañeros, las lágrimas seguían acumulando en sus ojos para comenzar a desbordarse por la angustia y el miedo que sentía su pequeño cuerpo por algo que sólo lo asustaba más y más. Y no era el único, todos estaban verdaderamente asustados.

—El apagón de luz fue provocado, lo que significa que... —Vlad aprieta sus labios por la rabia que sentía por haber permitido aquello a pesar de que haya estado allí, mira a sus estudiantes con una mirada molesta y a su vez impotente—; Tsubomi Hatsulin era uno de los objetivos de los villanos, y acaban de llevársela.

«TODO SE VEÍA TAN... DESOLADO, TAN SILENCIOSO que incluso parecía escucharse un eco al fondo, totalmente solo y silencioso, totalmente oscuro, parecía incluso algún tipo de vacío en donde no había absolutamente nada, en ningún rincón. Aunque no estaba completamente desolado, en medio de todo había una figura de cabellera rojiza que permanecía con sus ojos cerrados, aunque luego de unos segundos, ella abrió sus párpados, dejando ver unos grandes y atentos orbes azulados que se veían un poco desconcertados.

Ella tenía una expresión expectante, pestañeando varias veces. Miró de un lado a otro mientras apenas se movía en su lugar, viendo el lugar oscuro y vacío, pareciendo ser ella lo único distinguible allí. Se miró las manos de manera atenta, observando la cicatriz que había en su palma y a su vez las mangas oscuras que cubrían hasta sus muñecas, sobresaliendo una singular muñequera de cuero, giró su mano para ver la hebilla de metal que reflejó un momento su rostro.

—¿Dónde... estoy? —Tsubomi Hatsulin habló con un tono confundido y curioso, mirándose a si misma. Alzó su mano derecha en donde se suponía que estaba la herida de su cabeza, pero no había nada, no había dolor, no había heridas; estaba bien—. ¿Qué pasó...? ¿Yo no me había reventado la cabeza?

Sus labios hacen un ligero mohín lleno de confusión mientras veía su alrededor, era completamente vacío, completamente oscuro; rascó un poco su mejilla para volver a verse, tenía la misma ropa que cargaba en el campamento. Comenzó a enumerar todo lo que había sucedido mientras miraba hacia algún punto, observando que parecían haber pequeñas particulas blancas y brillantes en el aire que apenas se distinguían por su color; habían entrenado desde muy temprano, comieron estofado de cena, habló con las chicas, esperaron la Prueba de valor, empezó y todos comenzaron a entrar al bosque... 

—¿Qué había sido lo otro?... ¿Por qué me había reventado la... ¿ah? —ladea su cabeza confundida al sentir ahora sus pensamientos muy confusos, volviendo a mirar hacia su alrededor—. ¿Por qué había dicho que me reventé la cabeza...? Estaba en el... ¿dónde estaba antes?

Definitivamente estaba demasiado confundida, tenía los recuerdos de lo que había sucedido antes de aparecer en ese lugar y ahora... simplemente no era capaz de recordarlos de nuevo; había sido algo bastante momentáneo, o eso cree ella. Ya no recordaba donde estaba antes, miró hacia su alrededor con curiosidad. Debía averiguar en donde se encontraba ahora antes de pensar en donde estaba, o al menos, recordar donde estaba y cómo llegó allí.

Giró en su lugar unos momentos con una mirada confundida, todo se veía exactamente igual por lo que no tenía un lugar al cual ir con exactitud. Se quedó parada en su lugar por unos minutos y sólo comenzó a caminar, mirando a su alrededor y tratando de ver algo distinto o distintivo que pudiera darle alguna pista de donde se supone que se encontraba, y conforme hacía eso, también trataba de recordar como llegó allí en primer lugar.

❛Esto es tan vacío y silencioso...❜ pensó la de cabellera pelirroja mientras caminaba, mirando de un lado a otro y girando a la par que avanzaba, caminando en momentos de espalda y a su vez de lado, aunque no dejaba de girar. Todo se veía exactamente igual, oscuro y silencioso; sus cejas se fruncieron ligeramente tanto por la confusión como por la cierta incomodidad que le provocaba estar allí, sintiéndose inquieta.

—No hay absolutamente nad... —se queja luego de forma muy imperceptible cuando terminó chocando con algo, haciéndola retroceder un poco y sobar un poco su mejilla, sintió que chocó con algo duro—. Me equivoqué... ugh... 

Alza su mirada expectante para poder saber con que fue la cosa con la que se chocó, se quedó muda cuando observó que se trataba de alguien, subió la mirada poco a poco para poder descubrir quien era hasta que sus ojos se encontraron con un rostro con dos fijos ojos rojizos junto con unos alborotados y picudos cabellos rubios; continuó observando expectante a la persona que estaba enfrente de ella.

—¿Bakugō... -kun? —su voz sale en un murmuro confundido al observar a la persona que tenía enfrente, mirándola en completo silencio. No hacía nada más que estar ahí parado observándola, con una mirada seria y ceñuda, como siempre, aunque había algo diferente, algo que la inquietaba y le daba mal sabor de boca.

El chico permanecía allí parado mientras la miraba fijamente y en silencio, la pelirroja por primera vez se sintió intimidada por él, más que nada por la mirada que tenía, una mirada que siempre la intimidaba; una de recelo, a pesar de que tenía una cara inexpresiva, como si no expresara nada, pero esa mirada sólo la ha visto en una persona, no, en dos personas. Se sintió intimidada porque era la mirada de su abuela e Iyassu con la que siempre la miraban, recelo y casi desagrado, como si ella fuera algo insignificante. Frunció un poco el ceño por verlo así.

Katsuki frunció un poco más el ceño mientras alzaba su labio superior, dejando ver sus dientes y ligeramente su encia, mostrando una mirada de desagrado un poco más concentrada. No dijo nada, sólo giró su rostro hacia otro lado, girándose completamente para darle la espalda y comenzar a caminar hacia una dirección contraria de donde ella estaba. Hatsulin sólo pudo mirar su espalda mientras se alejaba aún un poco atónita por su mirada, sintiendo que era la primera vez que la veía de esa manera, de alguna forma le afectó y le apretujó de forma incomoda el corazón.

—Bakugō-kun, ¿a dónde vas? ¡Oye! —lo llama para tratar de llamar su atención pero él seguía caminando y alejándose de ella, dió un par de pasos hacia adelante mientras estiraba su mano en un amago de agarrar su camisa negra y detenerlo, pero no lo alcanzó—. ¡Bakugō-kun, no... te...! no te vayas... —murmuró de forma confundida y algo inquieta, bajando su mano.

De un momento a otro dejó de distinguirlo entre aquel lugar, sintiendo nuevamente aquella horrible soledad azotarla; apretó su mano contra su pecho, haciéndola puño, la misma mano con la que quiso alcanzarlo. Agachó la mirada algo confundida por todo eso, sentía una presión en su pecho otra vez pero de forma más amarga, sintiendo aquel sentimiento de miedo a quedarse sola, de que se alejen de ella. 

Frunció un poco su ceño por la amargura que sentía en su garganta cuando se alejó, no sabía donde estaba, en aquella oscuridad que comenzaba ya a abrumarle la mente junto con el constante sentimiento de estar sola, de que se alejen de ella. La presión en su pecho se hizo más fuerte, como si algo agarrara su corazón y lo apretara con gran fuerza.

No le gustaba.

—A mi tampoco me gusta.

Alzó la mirada algo sorprendida cuando escuchó nuevamente otra voz, siendo la primera que escuchó en ese lugar; una voz añiñada y dulce, la voz de una niña. Giró hacia atrás para poder saber de quien se trataba teniendo que agachar la mirada para poder distinguir la figura de la persona que le habló. Se quedó casi estática al ver una niña de por lo menos ocho años que la miraba fijamente, con una expresión apagada. Pero lo que más la sorprendía era su apariencia.

Era ella, se trataba de ella misma a sus ochos años; su cabello rojizo estaba corto a la altura de sus hombros, un tanto más rizado de lo normal; miró su vestimenta y de alguna forma la reconoció, tenían la misma gama de colores, blanco y negro, aunque la niña vestía era una camiseta suelta blanca con unos leggins negros. Su rostro se veía limpió y pulcro, sin ninguna cicatriz, sobre todo sus brazos descubiertos, no tenía ninguna marca.

—Tú eres... —balbuceó Hatsulin atonita mientras su pequeña versión continuaba mirándola con una mirada apagada para su sorpresa, apagada en decepción y a su vez algo de tristeza—. Tú... eres... yo... antes de... —no puede formular las palabras por completo ante el shock que sentía, se quedó paralizada mientras una de sus manos se alzaba a la cicatriz de su rostro.

—Tú no eres buena. —habla nuevamente la pequeña pelirroja con un tono de voz apagado y a su vez directo; Hatsulin alza sus cejas un poco confundida por sus palabras.

—¿Qué...? —cuestiona devuelta la mayor, bajando lentamente su mano.

—Yo quiero ser una heroína —dijo la pequeña Hatsulin mientras agachaba la mirada, mostrándose afligida y a su vez algo impotente—. Quiero ser la más fuerte, la más rápida, quiero ser una gran heroína, ¡como el tío Enji! ¡Como All Might! —aprieta sus pequeños puños con fuerza, mostrándose molesta y afligida. La chica de la cicatriz la miraba atónita—. ¡Yo quiero ser como All Might! Yo quiero... yo no quiero ser como tú.

La adolescente sintió nuevamente un pinchazo ir directamente a su pecho, a su corazón, justo como momentos atrás en donde la imágen de Bakugō Katsuki se alejaba de ella, dejándola sola, junto con esta versión suya de ocho años, observando una gran rabia y tristeza venir de ella, casi como si fuera a hacer un berrinche, pero sus palabras se oían con tanto sentimiento, con tanta sinceridad que era como si un adulto fuera quien le dijera esas palabras, esas palabras llenas de sinceridad.

Una sinceridad que parecía apuñalarle una y otra vez el corazón.

—Yo no quiero ser como tú... Tú... tú eres... —la pequeña pelirroja comenzó a relajar su voz que se había elevado, bajando sus puños que anteriormente había alzado—. Tú no eres buena persona, tú eres inestable, puedes lastimar a cualquiera sin sentir remordimiento al momento... Tú sólo sufres, yo no quiero eso... —la chiquilla alza la mirada, temblando un poco—, tú no eres lo que yo quiero ser... 

Hatsulin comenzó a sentir como aquel desolado lugar comenzaba a rodearla, como aquella oscuridad comenzaba a consumirla sin poder mover ni un sólo musculo, con su mirada aún totalmente atónita y shockeada en la dirección de su versión más pequeña que la miraba de una forma muy penetrante que parecía verle el alma. Se podía notar la gran diferencia entre sus miradas; la de la pequeña era llena de vida y brillo, mientras que de la más grande estaba opaca y sin ningún resplandor, notándose la forma de mirar tan distinta.

Una llena de inocencia, una llena de remordimiento.

—¿Tú no sientes culpa? —cuestiona nuevamente la menor mientras la aspirante a heroína seguía quieta mientras sentía que una bruma oscura quería consumirla, hasta detenerse abruptamente.

—¿Q-qué...? —nuevamente esa fue su respuesta, aún en shock por toda esa escena.

—Por todo. —susurra la infante sin dejar de mirarla de forma esquiva—. Por Nakano, por la secundaria Nabū, por lo que le hiciste a esos chicos, por lo que le hiciste a ese hombre.

—Ellos... ellos... —balbucea con su mirada perdida en algun punto, sus pupilas trataban de optar un tono blanquecino aún con su expresión shockeado—, ellos... lo merecían, ellos lo merecían. Ellos merecían eso, ellos eran malos... —su tono se vuelve un poco más bajo, dejando caer un poco sus párpados casi con una mirada cansada, vacía.

—¿Hacerle lo que le hicistes te hace mejor? —vuelve a decir la pequeña, haciendo un puchero. Parecía querer llorar—. Ellos eran malos, pero tú no debes ser mala... Yo no quiero ser mala... —agacha la mirada, temerosa para alzarla nuevamente.

La pequeña la continuó mirando con un poco de aflicción, agachando la mirada hacia un lado y volviendo a mirar al suelo, viendo sus pequeños pies en donde una manta oscura se paseaba entre ellos. Volvió a alzar su mirada viendo momentáneamente las piernas de la adolescente en donde se aferraba aquella oscuridad, inclusive a sus muñecas, tratando de cubrirla. Su mirada de inocencia se llenó de tristeza y remordimiento, bajando la mirada.

—¿Y qué hay de lo que está sucediendo ahora...? —susurra la pequeña provocando que la más grande la mirara—. ¿Nuestros amigos merecen vivir lo mismo? ¿Merecen vivir el mismo sufrimiento? ¿Bakugō-kun merece vivir eso?

—Bakugō... —murmura la pelirroja al escuchar sus palabras, pareciendo captar lo que decía, la oscuridad seguía tratando de consumirla lentamente—. Nuestros amigos... Bakugō-kun... —pareció recuperar el aliento al comenzar a recordar todo como en una película; el campamento, el ataque de los villanos, el regreso de Iyassu, el enfrentamiento contra Muscular, el mensaje de Mandalay de que se llevarían a Bakugō Katsuki.

—Yo no quiero ser alguien como tú. —los ojos de la adolescente se van abriendo aún con sus ojos oscurecidos y sus pupilas blancas, observando la expresión llena de necesidad y determinación en su pequeña yo—. ¡Yo quiero ser un héroe

Sus párpados comenzaron a revolotear, luchando para poder abrirse. Con mucho esfuerzo logró hacerlo, siendo momentáneamente cegada por la luz. Sentía su cuerpo totalmente entumecido, su cabeza estaba cosquilleando y algo trataba de molestarle a sus ojos, pestañeando ligeramente para quitar esa molesta sensación. Sentía su cuerpo tendido de lado encima de un suelo que parecía ser de madera, sus orbes volvieron a cerrarse por el agotamiento que sentía, aún procesando aquel extraño sueño (o al menos eso creía que era) luego de que un ligero resplandor dió contra sus parpados.

Su vista era borrosa y difuminaba, veía varias machas en el campo de visión de sus ojos. Su rostro se veía demacrado mientras parte de su cabello lo cubría, aún teniendo aquella descuidada venda alrededor de su cabeza junto con sangre apenas seca; estaba tendida en el suelo de lo que parecía ser un bar, y no estaba sola. 

—¡Ya despertó! ¡ya despertó! —canturreó una chillona voz llena de emoción, una que no distinguía de donde venía.

—Vaya, pensé que estaba muerta. —habló ahora una voz masculina con un timbre bajo y grave, una que ha escuchado en otro lado.

—Quizás está cerca del desenlace, realmente es una sorpresa que siga viva. —escuchó ahora otra voz con un deje relajado y casi divertido.

Hatsulin continuaba buscando como reincorporarse, apoyando ligeramente una de sus manos contra el suelo para hacerse un pequeño soporte, uno tembloroso. Comenzó a distinguir poco a poco su alrededor, alzando a duras penas la mirada desde su lugar hacia la persona que estaba enfrente suyo a unos metros, mirándola atónito; ella lo miró a duras penas con sus ojos entrecerrados, teniendo uno de sus párpados más caído que el otro, comenzando a distinguir poco a poco su rostro. La cara del chico era una mezcla de shock y de rabia, tanto por su estado como verla a ella ahí, en ese lugar.

Ella sólo podía mirarlo en silencio, aunque no se sentía capaz de hablar. Él sólo podía observarla sin palabras que decir, más que una sola que salió de manera inconsciente;

—¿Pirómana...?

Con este capítulo, ¡acabamos con el arco del campamento!
¿Qué tal les parecieron estos capítulos? 👀
La verdad estaba demasiado emocionada por escribir este arco en específico y es más que claro por las constantes actualizaciones que han habido👻
s traumas para nuestra querida Hatsu, y esto apenas comienza😈
¿Qué piensan de lo que dijo la pequeña Hatsu? ¿Qué es lo que se imaginan con lo que dijo? Curiosa la reacción de la Hatsu actual, ¿no?🙊

→S H A N X L A B Y X←

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