CAPÍTULO 26: THE TRUTH

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—— THE TRUTH ——

Serena se sentó en la sala de espera, mientras jugaba con el termo que tenía entre sus manos. Scott estaba sentado a su lado dormido, llevaban allí demasiado tiempo y la espera se les estaba haciendo eterna, pero esperar era lo único que les quedaba, porque ninguno de los dos podía hacer nada.

—¡Mamá!— Rápidamente Serena se puso de pies y miró a su madre, haciendo que Scott imitara su gesto.

—Esta bien.— Les tranquilizó, haciendo que los mellizos respirasen aliviados. —Pero creo que ha llegado el momento de que le contéis la verdad.— Les indicó haciendo que ambos se mirasen.

—Yo empiezo.— Dijo Scott dirigiéndose a la habitación en la que estaba su padre.

—¿Desde cuando pierdes así el control?— Preguntó Melissa mientras se sentaba al lado de Serena, la cual empezó a jugar con el termo.

—No le perdía, sabía manejarlo. Pero... desde que salí están pasando cosas extrañas, ya no con lo que sucede en Beacon, sino respecto a que desde que salí tengo pesadillas que no recuerdo y veo a una mujer que luego no está.— Explicó sabiendo que la estaba pasando algo, ¿el qué? Aún lo desconocía, pero se alegraba de saber que ella no era el Nogitsune, sino eso sería un gran problema.

—¿Has hablado con Moira?— Preguntó Melissa sabiendo que lo que la estaba pasando debía de hablarlo con su hermana.

—Si se entera su única solución será que vuelva con el clan, y ahora creo que no es el mejor momento para volver. Este ya no es un problema de hombres lobo, es más serio.— Murmuró Serena, dándo a entender su negativa de volver.

—¿Querrías volver?— Preguntó Melissa conociendo la respuesta que la iba a dar Serena, era evidente que no quería volver, la pregunta era ¿porqué?

—¿Siendo sinceros? No. Allí todos esperan que llegue el momento en el que mate a Jordan, esperan cosas y promesas que no puedo ni quiero darles...— Explicó la mestiza sabiendo que no podía renegar del deber que tenía, pero era un deber con el que había nacido, un deber que la obligaban a tener sólo por ser capaz de pararlo.

—Deberías de explicarla esto a Moira, estoy segura de que lo entenderá.— Aseguró su madre, con la esperanza de que la entendieran.

—El problema, mamá, es que no quiero decepcionar a nadie. Allí esperan que solucione problemas, que les enfrente y que actúe de la forma que se espera por ser la hermana de Moira y la hija de Jordan, con liderazgo y fuerza. Pero yo no quiero que nadie dependa de mi, aquí... solo soy la hermana del Alfa verdadero.— Explicó mientras las dos observaban como Scott aparecía, haciendo que la mestiza se pusiera de pies y supiera que había llegado de contar la verdad. No la importaba hacerlo, pero teniendo en cuenta la reacción de Melissa al enterarse..., ni imaginar quería al pensar en la de Rafael.

—¿Tu también?— Ante la pregunta de su padre Serena suspiró y cerró la puerta para acercarse al sillón.

—Lo soy de nacimiento. Mi padre biológico es un hombre serpiente y mi madre era humana. No murió por una sobredosis, la mataron para luego intentar matarme a mi.— Explicó Serena sin mirar a Rafael a la cara, el cual la miró sabiendo que aquello era más difícil para ella que para Scott.

—¿Cómo es que nunca nos dimos cuenta?— Preguntó confundido. Si ella era algo sobrenatural se suponía que lo sería desde siempre, como Scott le acababa de explicar.

—El collar bloqueo ese lado. La noche en la que Scott fue mordido yo perdí el collar y mostré mi verdadera naturaleza. Soy mestiza, medio sobrenatural medio humana, una anomalía que no tiene el control.— Explicó Serena mientras rodaba los ojos, creyendo que eso no era así porque ella sí tenía el control, o por lo menos sí le tenía hasta hacía unos días.

—¿Control sobre qué?— Preguntó Rafael confundido, ya que creía que Serena funcionaria igual que Scott.

—En teoría sobre la sangre y la carne, en especial la humana.— Murmuró mirándole.

—¿Qué?— Inquirió Rafael sin creerse lo que acababa de escuchar.

—Sí, para sobrevivir necesito sangre, no hago distinción aunque mi naturaleza prefiere la humana.— Explicó la chica, hablando del tema como si fuera la cosa más normal del mundo y para ella lo era, estaba acostumbraba a ello.

—¿Has...?— Rafael miró a su hija, haciendo que Serena comprendiera lo que quería preguntarla, lo que hizo que la chica volviera a agachar la cabeza.

—Sí, y sonará como un psicópata pero no hay remordimientos, porque lo hacía sin control. Se que esto es difícil de asimilar, pero he luchado mucho para aprender a tener el control, Scott y el resto siempre han intentando ayudarme y ya no le pierdo...— Empezó a explicar Serena sabiendo que de momento su padre solo necesitaba saber lo básico, pero omitiendo algunos detalles para no preocuparle.

—¿Moira es como tu?— Preguntó Rafael sabiendo que la hermana biológica de su hija tendría mucha relación con lo que Serena era.

—No es mestiza, pero sí. Me fui con ella a aprender a controlarlo. La noche que descubrí que era adoptada, me escape de casa y una criatura de mi misma especie me secuestro e intento matarme, no he recordado aquello hasta hace unas semanas, y ahí fui consciente de que a los de mi especie no les gustan los mestizos. Y..., siendo sinceros haría lo imposible para quitarme esta capacidad. Yo no la quería y por culpa de ella tenía los infartos...— Aclaró la mestiza mientras jugaba con el termo que seguía entre sus manos, por experiencia sabía que cuando le tenía no debía de perderle, menos aún en un hospital.

—Aunque es cierto que me aterroriza lo que estoy escuchando y que suena algo surrealista. Scott y tu sois mis hijos, y da igual si sois humanos o no, os voy a querer igual.— Alegó Rafael haciendo que Serena le mirase sorprendida por sus palabras. —¿Qué pasa? ¿Te sorprende mi reacción?— Preguntó el agente sorprendido por la reacción de su hija.

—Mamá no nos habló por semanas, la costó asimilarlo, pero... ella nos vio convertidos cuando Matt nos secuestro, así que...— Alegó sabiendo que si la hubieran explicado bien todo no hubiera reaccionado de la forma que lo hizo, pero las circunstancias no les permitieron decirla la verdad de la forma que ellos hubieran querido.

—Bueno habéis tenido la confianza para decirme la verdad, y no creo que haya sido fácil para vosotros.— Alegó Rafael sabiendo que lidiar por aquello ellos solos no debía de ser fácil, si ya era complicado para él asimilarlo, ni imaginar quería como habría sido para ellos.

—¿Fácil? Creo que eso dejó de existir hace mucho, como la normalidad. Ahora se resume a cosas sobrenaturales y a seguir con vida.— Alegó Serena riéndose.

—Podre ayudaros ahora que lo se.— Comentó Rafael, haciendo que Serena cambiará su expresión radicalmente.

—Lo agradecemos pero..., no queremos que salgas más herido. Centrate en recuperarte y listo, de lo demás nos encargaremos Scott y yo, como hemos hecho siempre.— Insistió la chica, sabiendo que debía de quitarle aquella idea de la cabeza o terminaría peor de lo que había terminado en aquella ocasión.

✶⊶⊷⊶⊷❍❍⊶⊷⊶⊷✶

Serena se frotó la sangre que tenía entre sus manos sin saber como había llegado hasta ahí, lo último que recordaba era que se había tumbado para dormir un poco y al despertarse estaba llena de sangre. No recordaba si había salido o no de su habitación o si había perdido el control, nunca antes le había perdido de aquella manera, y ya no sabía que hacer, y tampoco quería alarmar a nadie. Volver a perder el control suponía que todo el esfuerzo que había puesto en tenerlo había servido para nada, pero lo que más las frustraba no era eso, era que todas aquellas criaturas que afirmaban que no tenía control tuvieran razón y eso era algo que ella no estaba dispuesta a admitir. Ella tenía el control, que le empezará a perder ahora se debía a algo externo, a algo relacionado con aquella marca que era diferente a los demás.

Tras conseguir quitarse toda la sangre de sus manos, Serena salió fuera de su habitación y miró su teléfono, viendo que Kenna la había hablado y preguntando que había sucedido, pero en aquel momento no quería hablar con nadie sobre lo sucedido la noche anterior, sino que quería saber que estaba pasando. Sabían que el enemigo no eran los Oni, sino el Nogitsune, pero la pregunta era ¿a quién estaba poseyendo?

—¿Por una vez puedes dejar de actuar como un maldito psicópata? Cualquier día te lanzó un cuchillo.— Alegó Serena recordando que en su mano llevaba el cuchillo que uso para matar a dos de las creaciones de Jordan.

—Estaba la puerta abierta.— Se defendió Derek haciendo que Serena le mirase confundida.

—No, cerré la puerta.— Garantizó la chica recordando que se había despertado llena de sangre, por lo que tal vez sí la podía haber dejado abierta, pero no tenía sentido, ¿se iba de caza y entraba por la puerta como si nada?

—No pareces segura.— Comentó Derek sabiendo que algo la estaba pasando a Serena.

—No lo se.— Murmuró mientras observaba que su reflejo en el cuchillo cambiaba por el de la misma mujer de pelo cobrizo y ojos azules que había visto varias veces.

—¿Qué pasa?— Preguntó Derek acercándose a Serena.

—Nada.— Respondió la mestiza con seguridad mientras guardaba el cuchillo. —¿Has descubierto algo sobre la marca?— Preguntó Serena mientras se giraba y se apoyaba en la encimera a la par que se cruzaba de brazos.

—No, nadie sabe que puede significar o por qué es diferente. Pero pasaste la prueba, no eres el Nogitsune.— Alegó Derek sabiendo que lo que la preocupaba a la mestiza era que fuera o no el Nogitsune, y era lógico que lo hiciera, pero pasó la prueba, no había motivo para preocuparse.

—Pero es diferente.... ¿Y si se debe a mi doble naturaleza? Soy medio humana, tal vez los Oni detectaron eso, sabían que todos éramos sobrenaturales así que..., tal vez...— Sugirió sin saber a qué podía deberse, pero sabía que algo en su interior era diferente, y que ese diferente era el responsable de que estuvieran perdiendo el control.

—No tendría sentido, tienes un lado sobrenatural y lo eres como todos. No creo que se daba a tu naturaleza de mestiza. Tal vez a que seas inmortal pero lo dudo.— Insistió Derek sin saber a que se debían las dudas de la chica.

—Moira me dijo que no tiene nada que ver. Así que... tocará esperar o descubrir quién ha mandado los Oni.— Sugirió sabiendo que Moira iba a poder ayudarles.

—¿Sigues enfadada?— Preguntó Derek mirándola con seriedad, ya que sabía que no podían seguir comportándose como si fueran críos.

—No, pero un poco molesta. Pero no importa, nos ayudaste a Scott y a mi.— Respondió Serena mientras su expresión cambiaba al mismo tiempo que cambiaban de tema.

—Era evidente de que erais los siguientes, además de que ninguno sabía lo que podía terminar sucediendo. ¿Qué le habéis dicho a Rafael?— Inquirió Derek queriendo saber que había pasado, ya que sabía que lo sucedido les había afectado a los mellizos, era evidente, era su padre.

—La verdad, le hemos dicho la verdad con respecto a lo que Scott y yo somos, pero solo le hemos dicho eso. No todo lo demás, lo que menos queremos es que meta las narices en un mundo donde un arma no le puede salvar la vida.— Explicó Serena sabiendo que decirle parte de la verdad a su padre les había quitado un peso de encima.

—¿Crees que ha sido una buena idea?— Preguntó Derek sabiendo que cuántas más personas supieran lo que ellos eran, más peligros les acecharian.

—Bueno tarde o temprano íbamos a tener que decírselo, pero solo le hemos explicado lo que somos, no todo lo que ha pasado. Sino... creo que al que le da un infarto es a él.— Comentó Serena sabiendo que había información que de momento su padre no debía de saber.

—Ah, entonces ya no tengo que ir con cuidado por si nos ve, ¿no?— Sugirió el hombre lobo, creyendo que Serena le habría dicho a su padre la verdad.

—Ya..., sobre eso. Mejor que no se entere así, tiene un arma.— Alegó la chica, sin saber todavía como le iba a decir a su padre quien era en realidad su novio, el sabía algo pero no todo, y tampoco veía conveniente decirle toda la verdad en aquel momento.

—Y yo garras y dientes.— Se defendió Derek ante el comentario de la adolescente.

—¿Enserio quieres que te vuelva a perseguir la policía? No sabía yo que tenias complejo de Al Capone.— Comentó Serena en señal de burla, mientras mostraba una sonrisa, gesto que desencajó al hombre lobo, ya que en cuestión de minutos parecía que había cambiado de actitud y no había motivo para hacerlo, sino fuera porque Scott le había advertido sobre los descontroles de la mestiza.

★★★

Serena y la sangre.

Van tan de la mano, como yo y los fanfics de Teen Wolf, o los dramas.

Bueno, este es uno de mis capítulos favoritos aunque no lo creáis.

Primero, por la escena entre Serena y sus padres, y sí confirmó que Serena no quiere volver, pero entenderéis porque, no es solo por los motivos que da.

Con respecto a Serena y Rafael..., bueno siempre quise ver una escena de Scott contándole la verdad, pero como no tuvo lugar la haré yo. Pero creerme, la conversación no ha quedado ahí, Rafael aún tiene que darse cuenta de la existencia de Derek. Jejejej.

Segundo punto, ¿como no iba a hacer algo Derena?

Aunque es escena bastante... trivial, es una escena donde hay muchas cosas importantes.

La imagen de la mujer, los descontroles que Scott y Derek saben y que no van a quedarse ahí, y las pesadillas, todo está conectado.

Y para terminar añado, que nadie sabrá lo de la inmortalidad, es decir Serena a pesar de que confía en los demás, prefiere no decir nada para protegerlos.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ❤️


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