01

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

▪Leer en negro▪














Había pasado ya una semana desde que JiMin había adoptado a un pequeñito gatito blanco de grandes ojos azules brillantes, por lo general, el pequeñito dormía cada  vez que podía, comía y cagaba como si no hubiera un mañana. Pero, aún así JiMin lo adoraba. Dormía con él su cama y disfrutaba de sus ronroneos y maullidos. 

Pero, había algo original en este gato. Bueno, dirán que es un locura, pero este gato puede transformarse en humano cada vez que quiere. Pero, solo por unas semanas. Casualmente, el día que volví a ser gato JiMin se lo llevó a casa al verlo tan solo caminando por ahí. Le compró un collar y le puso dio el nombre que el el viejo le había dicho; YoonGi. ¿Por qué? Bueno, extrañamente había una lista en internet sobre nombres de gatos. Puso los aspectos físico de este y salió el nombre para un gato blanco, gordito, peludo y con grandes ojos azules. Sí, un nombre humano también puede ser para gato.

Lo que a JiMin, le llamaba tanta atención eran los ojos del gato. Había buscado por internet algunas cosas sobre los gatos y como criarlos. Aterrizó en imágenes de los ojos de estos y se dio cuenta que YoonGi no tenía tales ojos. De hecho, parecían ojos humanos, comunes y corrientes. Solo que estos eran azules.

Había algo que JiMin no sabía desde que adoptó al pequeño. Bueno, en realidad no era un gato como tal, de hecho era un chico atrapado en el cuerpo de un gato. Sí, es algo extraño, pero puede suceder. 

Tres semanas atrás antes de que se convirtiera en gato, el joven Min YoonGi salía de beber como siempre hacía todos los viernes desde que terminaba su medio tiempo recogiendo mesas. Además en una habitación alquilado, dormía más en la calle que en la incómoda cama que le ofrecían en aquella cas. Esa misma noche, borracho caminaba de regreso a su habitación alquilada cuando un gato blanco de ojos azules apareció en su camino. Le tenía un asco y desagrado a los gatos desde que era muy pequeño, siempre que veía uno o lo ahuyentaba haciendo muecas o incluso podría patearlos, pero de tan solo pensar en qué podría tocarlos, le daba más asco aún. El pequeño gato maulló frente a él y se sentó a unos centímetros de sus pies a su bloqueando el paso, mientras movía su cola.

—¡Quítate mi camino, inmundo animal! — le gritó borracho, mientras señalaba hacia otro lado que al gato.

Este volvió a maullar, haciendo que YoonGi se llevara las manos a la cadera.

—¿Qué estás sordo? ¡Vete! —volvió a decirle. —Me das asco. Repugnancia. 

Era medianoche y la calle estaba solitaria, solo se podían escuchar los insultos de un borracho gritando a un gato.

—¿Qué me miras? —el gato ladeó su cabeza y volvió a maullar. —¿Crees que te acariciaré? —rió borracho. —Los gatos me dan asco y tu eres un gato. Tus grandes ojos no me seducirá para acariciarte, ya te lo dije. —lo señaló.

El gato ignoró lo que el humano le decía y caminó hacia su pies acariciando su cabeza con las piernas de este. YoonGi, hizo una mueca de asco al verlo tan cerca de sí y lo apartó con el pie, creyó que este se alejaría, pero no fue así. El pequeño gato blanco clavó sus garras en el pierna de YoonGi y luego dirigió su boca a este mordiendo, provocando que YoonGi gritara.

—¡Sueltame, inmundo animal! ¡AYUDA! ¡Maldito gato! —corrió con dificultad con el gato en la pierna, mientras la agitaba para que este lo soltara, pero no lo hizo.

YoonGi, hizo un gran escándalo esa noche haciendo despertar a varias personas de un edificio, de las cuales dos lo mandaron a callar y otra le lanzó un balde de agua fría.

—¡Deja al gato, borracho! —dijo una mujer desde el cuarto piso de un edificio cuando lanzó el agua desde su balcón mojando por completo a YoonGi al gato. 

Este se alejó de la pierna de YoonGi y salió corriendo, sumergiéndose en un callejón dejando solo a este y mojado. Maldijo en voz baja al ver toda su ropa empapada y soltó un suspiro, la borrachera se le había pasado. 

—Maldito gato asqueroso… —dijo, mientras caminaba enojado. —Terminé todo mojado por su culpa. —hizo una mueca y se pasó una mano por el rostro quitando algunas gotas de agua de el.

En su campo de vista apareció un anciano algo alto con una sonrisa grande y los ojos bien abiertos. YoonGi, retrocedió algunos centímetros al ver el aspecto de pordiosero que traía este. En su mente ya se estaba despidiendo de su billetera y teléfono.

—Hola, YoonGi. —dijo el anciano, llevándose las manos atrás de la espalda. —¿Cómo estás?

El chico de cabello rubio arrugó el ceño al escuchar que el anciano sabía su nombre. Se alejó unos centímetros más mirándolo de pies a cabeza.

—No me tengas miedo, no te haré nada. Claro, si me respondes la pregunta que haré con respeto. —YoonGi, se llevó las manos a la cadera y soltó una carcajada. —¿Por qué el odio hacia los gatos? 

—¿Qué clase de pregunta es esa? —dijo YoonGi. —¿Por qué el odio? ¿No los ve? ¡Son asquerosos! Ver como se bañan con su lengua, comen ratas y son ingratos.

—¿Ratas? ¿En serio? No son todos los gatos, solo algunos. Pero, eso no va al caso. ¿Por qué los tratas tan mal? Estuvo increíble que te mojaran. —empezó a reír, mientras señalaba a YoonGi, quien tenía mala cara.

—No le veo lo gracioso, es asqueroso. —dijo YoonGi.

Al lado del hombre llegaron varios gatos maullando, de todos los tamaños y colores. Ojos verdes, azules y cafés. Gordos, flacos, altos y pequeños. Todos maullaban al mismo tiempo. Se alejó un poco más al ver tantos gatos que sintió como la piel se le erizaba por completo. 

—Dime, YoonGi. ¿Te gustaría saber qué se siente ser un gato? —arrugó el ceño con la pregunta que le hizo. 

Los gatos empezaron a acercarse hacia YoonGi, haciendo que este se alejara algo asustado. ¿Qué tipo era este? ¿El amo de los gatos?

Desvió la mirada del anciano de cabello blanco largo y barba, observando como los gatos se acercaban a él con rapidez, que no pudo ver al anciano correr hacia él, cuando levantó la mirada, lo encontró a un paso de su cuerpo. Antes de que pudiera decir algo o huir, el hombre le pegó en la frente con dos dedos haciendo que se tambaleara hacia atrás. Este cayó en medio de la acera golpeándose la cabeza sintiendo como un fuerte dolor de cabeza se apoderaba de este. Sus ojos se cerraron por completo escuchando los maullidos de varios gatos a su alrededor.

—¿Despertó ya? Sí, se está moviendo. —escuchó la voz de una mujer.

YoonGi, se movió incómodo en el lugar que estaba. Su espalda dolía y cabeza también. Estiró sus brazos. Abrió los ojos poco a poco, sintiendo doler de nuevo su cabeza.

—Ay, que mierda con mi cabeza. ¿Por qué duele tanto? —se quedó mudo a ver dos patas blancas en su campo de vista. —Pero, qué mierda… —se sentó sintiendo un dolor horrible en su trasero y pegó un salto quedando de pie. Bajó la mirada encontrándose con otras dos patas blancas, pero estas eran traseras.

—¡AH! ¿QUÉ MIERDA ES ESO? —gritó, para luego salir corriendo como loco por el lugar sin mirar adelante. Pero, cuando quiso mirar su rostro de estrelló contra una pared. —Ay… ¿Qué está pasando? —se quejó, llegando ahora lo que es su pata delantera a su cabeza para tocarla. 

—Está loco… —escuchó murmullos venir de todos lados.

Miró a todos lados y se dio cuenta su varios pares de ojos gatunos lo observaba. Su corazón se aceleró al verlos acercarse y también al notarlos de su misma altura.

—¡No se acerquen! —dijo este. —¡No! Fuera. —extendió a nuevo las patas frente a su rostro y volvió a gritar.  —¡Patas!

—Se ve que es primerizo en esto. —volvió a escuchar la voz de aquella mujer. Luego un gato negro de ojos verdes apareció frente a él. —¡Hey! Levántate, deja el escándalo. Ruidoso. —¿Le estaba hablando un gato?

—¿Estás hablando? 

—¿Qué no escuchas? —volvió a hablar. 

—Debo estar loco y esto debe ser una maldita pesadilla… —murmuró y una bolita rodó por el suelo. —Ay, una bola… —salió corriendo tras de ella, pero se quedó quieto. —Que mierda, me está pasando.

—Bueno, amigo mío. Bienvenido al mundo de los gatos. —le dijo, adelantándose frente a él y con la cabeza empujando un pedazo de vidrio roto frente a él.

YoonGi, volvió a gritar al ver el reflejo de un gato blanco, peludo, pequeño y con grandes ojos azules. 

—¡¿QUÉ CLASE DE PESADILLA ES ESTA?! —gritó alterado al verse otra vez. —Soy un… ga…gato…















~Smap~

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro