Narrado en tercera persona

La ciudad de Seúl se había vuelto en los últimos años tierra de las más grandes mafias del País, tras una crisis económica y después de la muerte del presidente electo en manos de sus opositores.

La anarquía en la calles era evidente se habían perdido los derechos de igual forma el vicepresidente asumió el cargo, pero poco podía hacer contras los desalmados criminales dueños de la metrópolis coreana.

La organización Madnnes Wordl dirigida por Kim SeokJin controlaba gran parte de la ciudad.

LUX era una nueva organización cibernetica que había hackeado la información privada de los empresarios más exitosos de Corea y dirigida por alguien que se hacia llamar el "Tío" .

Y finalmente D-Town perteneciente al despiadado V, el más demente y solitario de todos.

A horas de la mañana un adolescente pálido con el cabello rojizo y de rostro redondo caminaba de forma cansada hacia la torre de departamentos donde el único atractivo era la hiedra enredada por toda la fachada del edificio.

Tenía tan solo una mochila algo vieja, llevaba también sus libros en mano y su rostro triste era evidente.

—¡Hey niño!— Le grito una mujer morena y de cabello negro ondulado.

Pero su llamado fue ignorado.

—¡Hey te estoy hablando!—Volvió a gritar aún más fuerte logrando esta vez la atención del adolescente.

—Disculpe—Respondió con una reverencia y se quito los audífonos.

—¿Te mudas aquí? —Preguntó con desagrado causando confusión en el pálido.

—Ummm.. sí— Afirmó algo tímido, pero la mujer volvió a preguntar.

—¿Sabes que este lugar no es para un riquillo como tú?.... —El menor asintió con inseguridad.

—¿Escapaste de casa? — Ahora la mirada era aún más intimidante, sin embargo, había acertado.

Min Yoongi como se llamaba aquel adolescente no sabía si responderle ya que no era su deber hacerlo, pero Seúl era peligroso y tu único deber habilitado era respetar a los dueños de las calles es decir a los delincuentes.

—Algo así...

—Si quieres seguir con vida deberás actuar como un fantasma—El rostro de Yoongi ya era de temor.

Su dinero se le había agotado alojandose por más de unos meses en un hotel demasiado caro.

—¿Que número de habitación?— Preguntó demandante.

Con algo de duda él no quería responder, ya que tenia la mirada intimidante felina de aquella mujer.

—Es la habitación 1411— Habló rápido sin darle fuerza a su respuesta.

—Vaya creo que no permanecerásas más de dos días vivo— Habló ahora con burla.

—No entiendo—Respondió Yoongi con duda y miedo.

—Tu vecino... es el diablo—Lo último le susurro en el oído del pálido.

Min Yoongi se alejo de ella muy asustado y su corazón agitado, pero siguió su camino algo temerario.

Ignoro la risa ronca y de burla de la mujer, ahora ya había ingresado al edifico, el hall era pequeño de un piso tapizado con una fea tabla de madera asumiendo que aquel sitio olía a polvo y a moho preguntándose si ¿Podría vivir en ese lugar?

Ahora se encontraba a punto de ingresar al elevador.

—¡Bienvenido! ¿Eres nuevo aquí?— Habló un pelirrojo muy sonriente con una nariz demasiada perfilada.

—Sí —Fue lo único que respondió Yoongi ya con intenciones de encerrarse en su nueva habitación.

—¡Fantástico! —Chilló captando la atención de Yoongi.

—Sabes que aquí en la torre somos muy unidos que te parece si te invito a mi habitación como bienvenida—Sugirió muy animado aquel pelirrojo mientas el pálido queria alejarse de ese chico.

El de cabello rojizo solo lo miró sin saber que responder ya no se podía confiar en las personas y más si te sonríen de esa forma.

Pero él era muy confiado.

—¿Cual es el número de tu habitación? —Preguntó sin muchas ganas y ambos ingresaron al elevador.

—El 1030 lo encontrarás fácil es la que está cerca a la escultura de buda— Respondió feliz el chico mientras marcaba el piso 10.

—Ahh... Yo voy al 14—Dijo rápido.

Los segundos ahí eran un silencio incómodo, pero al cabo de los dos minutos ya para llegar al piso 10 habló nuevamente el pelirrojo.

—¡Soy Jung Hoseok un gusto!— Le extendio la mano.

—Min Yoo.. ¡Jeon Jungkook!— Habló rápido correspondiendo a su saludo algo nervioso por la mentira dicha y porque ese nombre era el causante de todos sus problemas.

—Es a las ocho y es obligatorio—Finalizó con voz firme saliendo en dirección de su nueva habitación.

A este punto Min Yoongi sabia que en ese lugar las personas no eran comunes así que debería parecer un fantasma tal como dijo esa mujer aunque fallo ya que dijo el nombre de su ex cuñado.

Con las pocas cosas que tenía logró llegar al piso otorgado con algo de dificultad abrió la puerta y vio la habitación efectivamente venia amoblada con una cama poco elegante, una silla oxidada, una pequeña mesa con un único fluorescente que alumbraba a duras penas ya que parecía a punto de quemarse, pero el ventanal tenía una vista un tanto agradable.

—Vaya este lugar si es acogedor— Dijo irónicamente mientras dejaba sus libros en la mesa.

—¿Que haré solo aquí?—Pregunto a la nada ya sabiendo que no obtendría una respuesta.

Ordenando un poco su cama alguien llamó a su celular y casi tropezando fue hacia el esperando buenas noticias sobre la décima beca que solicitó a la escuela de música.

—¿Min Yoongi? — Se escuchó por parte de la otra persona.

—Si soy yo—Respondió confirmando su nombre.

—Llamamos de la escuela de música para informarle que no accedió a la beca, pero si aun desea matricularse tendrá un costo de cuatro millones de wones— A este punto Yoongi ya no quería seguir escuchando y colgó la llamada.

—¿De donde sacaré cuatro millones de wones?—Era un hábito para él hablar solo.

Decidió que tendría una siesta mañana buscaría algún trabajo pero al llegar a su cama se llevó con la sorpresa de que algunos resortes se salían de control.

—¡Mierda!—Gritó ya que su espalda había sido dañada por uno.

Verificó si no era grave, pero al parecer había mucha sangre salió para buscar algún botiquín de primeros auxilios en el pasillo.

—¿Que te pasó?—Preguntó un hombre de piel trigueña algo preocupado al borde de su puerta.

—Cortesía de la casa—Dijo irónico sin tratar de averiguar de quien era la voz.

Se revisaba aún la herida y llevaba sus manos evitando que la sangre siguiera saliendo cuando escucho otra esa voz ahora más demandante.

—Déjame ayudarte—Habló acercandose despacio al chico y lo tomó del brazo.

Min Yoongi quedó cautivado con la precencia de su vecino del quien le habían advertido.

Un chico alto con el cabello negro azabache, piel dorada impecable, labios perfectos, piernas largas y una mandíbula cuadrada que encendía el deseo de cualquiera.

El mayor lo hizo ingresar a su habitación y Min Yoongi solo se dejaba llevar sin protestar.

—Quítate el suéter—Indicó, pero Yoongi le miró confundido.

—Vamos no sé si es profunda ¿O pretendes morir desangrando aquí?— Preguntó cansado de la situación.

El joven herido obedeció con algo de pena se quito el suéter ya que usaba ropa holgada por su evidente delgadez.

—Vaya te vendría bien una buena cena— Dijo mientras con un algodón bañado en antiséptico limpiaba su piel.

—Sí, creo que si— Respondió aguantando el dolor punzante en la herida.

El mayor siguió curando para después poner un protector así no se infectara.

—Listo... al parecer no es tan profunda podrás vivir— Su voz era amigable así el pálido no se sintiera incómodo.

—¡Gracias!— Yoongi hizo una reverencia sin evitar ver cada detalle de aquel hombre misterioso.

—Soy Kim Taehyung—Ahora se hizo presente la sonrisa geométrica en su rostro.

—Min Yoongi— Respondió con una media sonrisa y un sonrojo.

Olvidando que le revelaba su verdadero nombre probablemente a un criminal, pero se dio cuenta de lo que hizo e invento una excusa.

—Debo volver aún me falta desempacar—Mintió para salir lo más rápido de ahí.



Paso horas en su habitación donde está vez había cambiando de lugar sus sábanas y poniéndolas en el piso para él todo el sitio era tan raro recordaba la vida con su familia, las comidas, los juegos con su hermana mayor de cómo ella lo animaba a seguir sus sueños que derrepente sintio su cara ser mojada por sus lágrimas.

—Basta no llores— Se decía a sí mismo limpiamdo con las sábanas su rostro y donde poco a poco se quedó dormido por el cansancio que le trajo la mudanza.

—Fuiste tu el culpable—Gritaba una mujer con furia hacia Yoongi.

—Tu maldita verdad la llevo a tomar esa decisión—Volvía a decir ahora con lágrimas en los ojos.

—¡Eres un maldito marica cobarde!— Ahora ella lo atacaba mientras él solo se quedaba en shock sin hacer nada.

—¡Ojalá te mueras y te pudras en el infierno por marica!—Esas palabras le dolió mucho y más si eran de su madre.

Despertó alterado y muy sudado abrazando a su almohada el piso estaba frío ya que sus sábanas eran delgadas.

—¿Cuanto más soportare esto? —Volvió a hablar solo.

Miró la hora y eran ya las siete de la noche había dormido toda la tarde otra vez olvidando el almuerzo como siempre pero a los segundos llamaron su atención unos gemidos muy exagerados por parte de una mujer causándole asco.

Efectivamente los sonidos provenían de la habitación vecina ya que identificó los gemidos roncos y graves de Kim Taehyung.

Se quizo colocar sus audífonos ya que ahora la cama rechinaba, pero nuevamente la voz llena de placer de su vecino le llamo aún más la atención y con algo de pena llevo su mano a su miembro que poco a poco se ponía erecto.

—¡Ah.... ah!—Min Yoongi usaba su mano para darse placer esta subía y bajada logrando masturbarse de la manera más satisfactoria posible y todo gracias a la voz excitante de Kim Taehyung.

Imaginaba a ese hombre formido y de piel dorada junto a él besando su cuello y acariciando su piel mientras esos pensamientos se condensaban en la mente de Yoongi, el sudor caía por su frente logrando que su fleco mojado tapara un poco su vista ya casi al terminar se dejó a caer en el piso con la culpa a mil acurrucandose hasta hacerse un ovillo en el suelo y usando su sabadas como escudo.

—¡Maldito marica!—Gritó con odio hacia el mismo después de darse cuenta que se había excitado por los gemido de un hombre mayor y desconocido.



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