𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 4.      
𝐎𝐉𝐎𝐒 𝐃𝐎𝐑𝐀𝐃𝐎𝐒

—¡Wau preciosa! ¡Que ojeras te cargas! —me dice burlón el gemelo Jack, apenas me ve bajarme de mi auto.

—Jack, se más respetuoso. A las mujeres no le gustan que les digan esas cosas. — lo regaña Eric llegando donde nosotros.

—Pero mamá dice que también hay que ser sinceros con las mujeres. —Jack se encoge de hombros.

—Pero tampoco hay que ser tan directos, Jack. —le dice su gemelo.

—Está bien, Eric. Sé que tengo unas ojeras de la madre, y aparte, ya me acostumbré a que me digan eso. Mis amigos me decían eso y eran tan directos como lo es Jack.

—¡Ja! —le grita Jack a Eric. Los dos comenzaron a discutir mientras caminábamos hacia la escuela por estar entretenida riéndome por lo que se decían el uno al otro choqué con una chica.

Me agacho a recoger su libro que sin querer le tiré.

—Discúlpame. Estaba distraída. —le digo extendiéndole su libro. Alzo la mirada y veo a una chica que vi en clase de Biología. —¿No eres Isabella Swan? ¿La chica nueva que llegó ayer junto conmigo?

—Así es. —me contesta un tanto tímida.

—No seas tímida. Soy Diana Clifford. —extiendo mi mano y ella la acepta.

—¡Hola Bella! — Jack y Eric le extiende sus manos a la tímida. Ella las acepta un tanto sonrojada.

—Hola... — susurra esta un tanto -demasiado- avergonzada.

Su timidez me irritaba un poco.

—¡Adiós, Bella! —se despiden los hermanos Vladimoff antes de que cada uno me cogiera de los brazos y me arrastraran a otro lado. Al notar que estábamos un poco lejos de Bella estos me sueltan.

—¿Por qué hicieron eso?

—Para poder decirte que Jasper Hale no te quita la mirada de encima. —dice Eric señalando con su cabeza a Jasper, quien estaba al otro lado del parqueadero junto con su familia. Y claro, no disimulaba su mirada.

—Y tampoco disimula. —digo soltando una ligera carcajada.

—Al parecer, le llamaste la atención a uno de los Cullen. —Jack forma una sonrisa pícara.

—No es para tanto chico, tal vez estaba viendo algo justamente detrás de mí. —le digo tratando de romper mi burbuja de ilusión.

—Sí, claro. —sueltan estos al unísono.

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Llego la hora de clases de español, esta era la única clase que no me he presentado no estaba ni nerviosa pero tampoco estaba calmada. Lastimosamente en esta clase no me tocaba con los hermanos Vladimoff y mucho menos con Bella.

Toque tres veces la puerta del aula y el profesor me abre con una enorme sonrisa. Tengo la mala costumbre de llegar tarde a las clases, genial, ahora todos tenían su mirada sobre mí.

—Adelante señorita Clifford —el profesor Banner se hace un lado dejándome pasar, así lo hago —. Me gustaría que se pudiera presentar ante la clase, por favor.

Asiento un tanto cansada de las presentaciones, miro a todos presentes y mi mirada se detiene justamente en Jasper Hale quien me miraba con toda la atención del mundo aun teniendo presente que había notado que me miraba.

—Está bien. Mi nombre es Diana Clifford y soy latinoamericana. Ahora, ¿cuál será mi puesto, profesor Banner? — le pregunto, este comienza a ver detalladamente toda el aula en busca de un lugar vacío. Nada más se encontraban dos lugares vacíos: uno que era al lado de un chico que estaba resfriado y el otro, que era al lado del famoso Jasper Hale —. Puedes escoger si al lado del señor Phillips o al lado del señor Hale.

Prefiero mil veces estar incomoda que estar resfriada por una semana y estar tomándome el jengibre con agua panela y limón que hace mi madre. Camino decidida hacia el fondo de la clase, donde se encontraba el asiento de Jasper, quien ahora mantenía su mirada baja y su cuerpo denso.

Dejo mi mochila a un lado para después sentarme a un lado de este, el profesor Banner comenzó la clase. Este copió unas cosas en la pizarra para después comenzar a explicar, mala suerte la mía. La dislexia no me permitía entender bien lo que este había copiado, las letras cada vez se movían más. Tenía que concentrarme bien para poder tratar que las letras no se me moviesen y me permitieran entender lo que decía la pizarra.

Suelto un bufido para después susurrar en bajo un "Maldita dislexia", podría hasta haber jurado que nadie me había escuchado, pero veo que me equivocado después de escuchar la pregunta del rubio.

—¿Sufres de dislexia? —volteo mi cabeza para poder verlo, sus ojos color dorados chocaron con los míos.

—Sí, lastimosamente sí. Algo genético.

—Si quieres puedes tomar mis apuntes y me lo puedes entregar después. —dice pasándome su cuaderno.

—Gracias, pero, ¿no te retrasarías tú también? —le pregunto un tanto preocupada.

—No se preocupe por eso señorita. —me dice, juraría que iba a sonreír, pero era tan invisible su sonrisa que tenías que ver detalladamente para saber que era una.

El resto transcurrió de lo más normal, de vez en cuando intercambiaba palabras con Jasper. Este era bastante agradable, pero, algo me extrañaba. Su aura no era normal, no parecía que fuese humano, pero tampoco de un monstruo.

¿Entonces, qué eres Jasper Hale?