Jasper y yo caminábamos por el bosque, el cielo estaba estrellado e iluminado por la luna y por las estrellas. Hacía demasiado frío, aunque Jasper no lo sintiera, yo literalmente me congelaba por más que tuviera tres prendas por encima. Nuestros pies colgaban de un acantilado, eran aproximadamente las tres de la mañana.

—¿Tienes demasiado frío? Si quieres regresamos a tu casa. —me pregunta este preocupado.

—No. Ya se me está quitando, tranquilo. —miento —. Quisiera saber más de ti, más de tu vida pasada.

Este suelto un suspiro para después mirarme con sus bellos y peculiares ojos dorados.

—Mi apellido verdadero es Whitlock. Cuando tenía casi 17 años, mentí acerca de mi edad, alegando que tenía 20, y me uní al Ejército confederado para servir en la Guerra Civil.

[...] Rápidamente ascendí de rango hasta convertirme en el más joven del ejército sureño y sin que se supiera mi verdadera edad. Me convertí en vampiro durante la evacuación de Galveston, Texas, en 1863, ​ por una vampiresa de nombre María, procedente de Monterrey. Cuando estaba a punto de volver de evacuar a las personas, me encontré con un grupo de mujeres: María, Netty y Lucy.

Fui convertido ya que María reconoció su gran rango en la milicia y necesitaba a alguien con grandes conocimientos y estrategias de combate contra otros aquelarres por la dominación de territorios. Ella quería un fuerte vampiro que pudiera pelear a su lado. Cuando María descubrió mi peculiar habilidad de controlar las emociones de quien me rodeaban, me encontró aún más valioso.

Una vez convertido, mi responsabilidad era entrenar a los jóvenes vampiros y matar a los que no fueran aptos para María. Después de casi un siglo haciendo este trabajo, un viejo vampiro colega llamado Peter me dijo que algunos vampiros todavía tenían potencial pero no le puse atención, cuando llamé a el siguiente entró una neófita cuyo nombre era Charlotte, Peter me gritó que corriera y salimos los dos corriendo, los hubiera alcanzado con facilidad, pero no lo hizo. Después de cinco años, Peter volvió y me dijo que nos fuéramos. Durante un tiempo, vagué con Peter y la compañera de éste, Charlotte, pero pronto me di cuenta de que estaba aún deprimido con tanto sacrificio humano. Esa es mi historia, por esa razón no tengo del todo el control sobre mí, por muy a pesar de que hayan pasado siglos.

Suelto un suspiro, Jasper estaba siendo sincero conmigo y yo a él no. Lo justo es que le diga mi origen.

—Jasper, quiero decirte algo. Algo que debí decirte desde que te dije que sabía sobre lo que tú y tu familia eran en realidad.

—Tienes toda mi atención. —tomo un gran bocado de aire antes de hablar.

—¿Conoces la mitología griega? —este asiente —. Todo eso es cierto, los dioses existen, los semidioses igual, las hidras, arpías, cerbero, todo es cierto. En mi caso, provengo del fruto de un amor prohibido entre una humana y el dios del inframundo.

—La hija de Hades.