CAPÍTULO 28: I KNOW WHAT YOU DID

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—— I KNOW WHAT YOU DID ——

—Que empiece el juicio a Rebekah Mikaelson.— Anunció Klaus mientras se sentaba encima de una de las tumbas.

—Ahí tienes un alarde de ego.— Puntualizó Rebekah sin creerse que Klaus fuera a fingir un juicio cuando no iba a servir de nada, estaba demasiado convencido de que ella lo había hecho por odio, y no todo giraba en torno al odio.

—Tu di tu verdad.— Le indicó Elijah a su hermana esperando que de alguna forma pudieran convencer a Klaus, aunque eso parece ser algo complicado.

—No va a servir de nada.— Garantizó Astrid sin creer que pudiera servir de algo, cuando Klaus se proponía matar a alguien lo conseguía siempre, y la única forma de detenerlo esta vez era usando el cuchillo de Papa Tunde contra él o incluso la estaca de roble blanco, pero nadie quería llegar hasta algo tan extremista.

—Yo me encargaré de que se comporte.— La tranquilizó Elijah a Rebekah, sabiendo que Klaus podía ser capaz de muchas cosas, incluso de atacarles en un momento en el que bajarán la guardia, por eso había que estar en alerta de forma constante.

—Acusada de traicionar a tu propia sangre, ¿como te declaras?— Prosiguió Klaus haciendo que los tres le mirasen, viendo que era algo ridículo lo que estaba haciendo.

—Declaró que te calles y me escuches.— Sentenció Rebekah con firmeza, haciendo sonreír a Astrid con su comentario, porque aquello se estaba haciendo tedioso.

—Invocaste a nuestro padre, le trajiste a nuestro hogar.— La recordó Klaus mostrando cuál era el tema por la que la estaba acusando, y deseando hacerla pagar. —¿Qué defensa posible hay contra eso?— Preguntó creyendo que él tenía razón, y no había explicación posible a lo que había sucedido.

—Sabía que él era el único a quien temias en este mundo, y quería que huyeras.— Respondió Rebekah siendo sincera, ya que era cierto y en aquellos momentos, Klaus estaba actuando como Mikael, haciendo que su hermana tuviera miedo de él al ser consciente de que podía decidir si matarla o dejarla con vida.

—Por que me odiabas.— Garantizó Klaus creyendo que era el que tenía razón, y que todo lo que Rebekah le estaba diciendo eran mentiras y excusas que se estaba inventando para no morir.

—Por que eras odioso, me negaste la libertad de amar.— Sentenció la chica con frustración.

—¿Esa es tu defensa?— Preguntó Klaus burlándose de que aquellos eran los motivos que tenía su hermana para haber invocado a Mikael. —Llamaste a Mikael, el destructor, el cazavampiros, por qué te impedi perseguir a tus aburridos pretendientes.— Añadió con un poco de diversión, pero en el fondo estaba dolido por las acciones de su hermana pequeña.

—Fuiste cruel, autoritario y manipulador conmigo.— Sentenció Rebekah con frustración, cansada del continuo comportamiento que su hermano tenía.

—Intentaba protegerte, de los imbéciles y de las sanguijuelas.— Se defendió Klaus sin darse cuenta de que él estaba comportándose como un imbécil y como una sanguijuela. —Y eso por no hablar de tu falta de criterio.— Añadió con burla, debido a las malas elecciones amorosas que su hermana había tenido a lo largo de su vida.

—Y ese a quien querías tanto que llamabas amigo, ¿por qué me prohibiste amar a Marcel?— Quiso saber Rebekah haciendo que la expresión de Klaus cambiará al escuchar el nombre del que alguna vez considero como a un hijo.

—No menciones su nombre.— La advirtió viendo que también estaba dolido por la traición de él.

—¿Qué te ha pasado? ¿Me pregunto que ha sido de aquel muchacho que me hacía reír y me daba regalos?— Preguntó Rebekah mirando a su hermano mayor decepcionada. —Adorabas el arte y la música, yo anhelaba ser como tu. ¿Cómo has podido caer tan bajo?— Quiso saber haciendo que Klaus la mirase sorprendido al ver la revelación que ésta había hecho.

—Dices que desprecias a Rebekah, por haberte traicionado, sin embargo nadie se ha puesto de tu parte como ella, ni si quiera Elijah o yo.— Intervino Astrid esperando que Klaus fuera consciente de todo lo que su hermana pequeña había llegado a hacer por él, actos que ni tan siquiera Elijah, Astrid o cualquiera de la familia Original habían llegado a hacer.

—Puede que lo hayas olvidado, pero un día padre te pilló tallado piezas de ajedrez con su cuchillo de cazar, te estuvo azotando sin piedad durante tanto rato que llegué a temer por tu vida, y cuando intenté hacer algo no puede. Aún así, Rebekah entró y desafío a nuestro padre, todo para protegerte.— Le recordó Elijah a Klaus esperando que recordara aquel momento en el que su hermana dio la cara por él, únicamente para protegerle y evitar que le siguieran haciendo daño.

—Tal y como lo pintas parece que sea una hermanita fiel, pero me traicionó por su pasión por Marcel.— Sentenció Klaus viendo que nada de lo que le dijeran o le recordarán le iba a hacer cambiar de opinión, porque aunque ella había estado de su parte cientos de veces, una traición le era más que suficiente para olvidarse de todo lo que ella había hecho por él, exactamente igual a lo que pasó con Astrid. —Puede que lo hicieras por eso, por amor, quizá podría calmar mi ira si Rebekah admitiera que fue víctima de su estupidez, que su gran amor, Marcel, la utilizo para echar a esta familia y quedarse mi ciudad.— Sugirió viendo que una parte de él no quería hacer daño a su hermana, sino que esperaba a que ella dijera que todo había sido idea de Marcel, para que solo él cargará con toda la culpa, pero para su desgracia las cosas no eran así.

—Marcel no influyó sobre mi.— Se limitó a decir Rebekah sabiendo que ella también era culpable y responsable de lo que hacía casi un siglo atrás hicieron.

—Aunque le defiendes, aun no puedes evitar preguntarte si tendré razón.— Garantizó Klaus sabiendo que lo que tenía que hacer era sembrar la flor de la duda en Rebekah para que ella decidiera salvarse a sí misma y así poder dejar de lado a Marcel.

—Nos queríamos de verdad, como tú llegaste a querer en un tiempo a Astrid, y el no aceptarlo fue lo que te llevó a la ruina.— Sentenció Rebekah enfadada de que Klaus no diera consciente de algo que incluso él había vivido un amor así.

—¿Y entonces por qué no te buscó cuando dejamos Nueva Orleans?— Quiso saber Klaus, haciendo que Rebekah se quedará en silencio sabiendo que ahí, su hermano, tenía razón. Él nunca les buscó ni se preocupo en saber si estaban o no con vida. —Ah, sí, es verdad. Se quedó aquí, con todo lo que era mio.— Alegó dando a entender que a Marcel lo único que le interesaba era el poder, solamente eso.

—Pretendes que reniegue de Marcel, ¿a cambio de obtener tu perdón? Pues olvidalo, Marcel no tuvo la culpa.— Sentenció la vampira enfadada por las insinuaciones de Klaus. —Yo llamé a Mikael.— Sentenció sorprendiendo a todos por el hecho de que ella se estuviera culpando de todo lo que habían hecho ella y Marcel.

—Rebekah, debes de...— Empezó a decir Astrid sabiendo que a ninguno les convenía hacer enfadar a Klaus.

—Fui yo quien le trajo a Nueva Orleans por tu crueldad despiadada.— Prosiguió la menor de los hermanos Mikaelson, ignorando la advertencia de Astrid. —Buscaba el amor y la felicidad, y me negabas la libertad de obtenerlos.— Añadió mirando a su hermano mayor con desprecio. —Sí, odiaba y también temía a nuestro padre, pero tu aún eras peor que él.— Garantizó sorprendiendo a todos con su sinceridad. —Mi hermano bastardo, me intimidada y me amenazaba como haces ahora.— Le informó esperando que Klaus fuera consciente de que su comportamiento cruel no había cambiado en absoluto. —Quería librarme de ti, y si pudiera lo haría otra vez.— Sentenció finalmente sorprendiendo a Klaus con la última frase.

—Hermana, déjanos.— Le pidió Elijah a Rebekah sabiendo que aquella última frase había terminado por enfadar a Klaus definitivamente.

—No quiero.— Negó la vampira queriendo permanecer ahí.

—He dicho que nos dejes, por favor.— Insistió Elijah esperando que ella fuera consciente del error que había cometido.

—Como no la escuchas, tendrás que tratar con nosotros.— Sentenció Astrid al ver que Klaus había intentando salir detrás de Rebekah, pero evidentemente Elijah y ella se habían puesto de por medio, cortandole el paso. Pero rápidamente Klaus le fue a atacar y Elijah se hizo con la estaca junto al cuchillo de Papa Tunde.

—¿Cual elegirás?— Le pregunto al noble con curiosidad. —Sostienes las dos armas, el cuchillo de Tunde me abatiria, y la estaca me mataría para siempre.— Le informó, queriendo saber de lo que Elijah podía llegar a ser capaz de hacer.

—A diferencia de ti, hermano, no me gusta el fraticidio.— Le informó Elijah con obviedad. —La tengo para evitar que la tengas tu.— Comentó mientras alzaba un poco la estaca. —Y esto es nuestro seguro de vida.— Añadió alzando el cuchillo de Tunde.

—¿Por qué os empeñais en defenderla?— Preguntó sin comprender porque estaban tan empeñados en querer ayudarla. —Rebekah te traicionó a ti también, trayendo a Mikael aquí.— Añadió mirando a Elijah y queriendo que le diera una explicación.

—Por que es nuestra hermana, y me gusta recordarla tal y como era antes de convertirnos en lo que somos.— Explicó el noble dando a entender que una parte de él prefería recordar a todos los que quería de la misma forma que eran cuando todavía eran humanos, sin conocer la crueldad que el futuro les deparaba. —Una niña inocente, siempre riendo y llena de vida.— Se limitó a decir.

—Mis recuerdos sirven para hacer su traición más dolorosa.— Sentenció el híbrido con firmeza.

—¿No eres capaz de aceptar una mínima parte de culpa?— Preguntó Astrid sorprendida de que él fuera incapaz de pensar que fuera, indirectamente, responsable de la decisión que Rebekah había tomado.

—Niklaus, fue tu crueldad lo que la condujo hacer lo que hizo.— Añadió Elijah con obviedad.

—¿No lo ves, Elijah? No quería que me marchara, quería que muriera.— Sentenció Klaus cegado por la paranoia que Genevive le había provocado.

—No es cierto.— Sentenció Astrid defendiendo a Rebekah.

—Siempre me odio, y vosotros lo sabéis.— Insistió.

—¿No tienes ni idea, verdad?— Preguntó Astrid dándose cuenta de que Klaus no sabía algo que Rebekah había llegado a hacer por él. —No tienes ni idea de lo que estuvo apunto de hacer por ti.— Garantizó al ver la expresión de confusión que él tenía en su rostro.

—Cuando nuestra hermana ve algo que considera una injusticia, se vuelve obstinada, impulsiva y, a veces, bastante peligrosa, eso no es más que evidente que la noche que intento matar a nuestro padre.— Reveló Elijah haciendo que Klaus le mirase confundida e incrédulo.

—¿Qué es esto?— Preguntó confundido al no creer lo que estaban diciendo. —¿Algún tipo de farsa con intención de ganaros mi compasión?— Preguntó sin creerse lo que ellos estaban sugiriendo.

—Solo es la verdad.— Garantizó Astrid.

—Estuve ahí.— Prosiguió Elijah. —Lo hubiera hecho, para protegerte, sino la hubiese detenido.— Añadió mientras agachaba un poco su cabeza arrepentido de haberlo impedido. —Cuántas veces he deseado volver a aquel momento y acabar yo mismo la tarea.— Se lamentó.

—¿Y ahora para que me cuentas esto?— Preguntó el híbrido sin comprender cual era el objetivo que ambos tenían.

—Niklaus, a veces nuestra hermana actúa sin pensar, es muy influenciable, se enamora con facilidad, pero te quiere. Tu trato mezquino le ha roto el corazón.— Le informó el noble esperando que fuera consciente de sus actos. —Sí, respondió convocando a nuestro padre; sí, cometió un error. Pero no estoy seguro de poder culparla.— Admitió sabiendo que todos eran responsables de que Klaus fuera como era, todos le habían permitido actuar de forma violenta y no hacer nada contra ello.

—Yo sí.— Garantizó el híbrido con firmeza.

—No me obligues.— Le advirtió Elijah mostrando que no quería hacer daño a ninguno de sus hermanos.

—Sí queréis enfrentaros a mi, deja ese patético cuchillo, por qué algún día cuando me le saques te odiare tanto como a ella. Así que si quieres proteger a Rebekah, necesitarás usar la estaca de roble blanco.— Les advirtió viendo que como siguieran, ninguno podría escapar de la cólera y los deseos de venganza de Klaus.

—Estoy harto de escuchar tonterías.— Sentenció Elijah enfadado por todo lo que Klaus estaba diciendo.

—No finjas que no se te ha pasado por la cabeza, y tu tampoco lo hagas, Astrid.— Sabiendo que si ambos ya maquinaron su muerte una vez, tenía la certeza de que ambos habían llegado a pensar en usar la estaca en su contra. —Cuando me miras, ves todo lo que detestas de ti mismo. Te ocultas bajo tus trajes elegantes y tus pañuelos.— Alegó mirando a Elijah. —Tu, tras tu máscara de hombre educado y elocuente, sabes que eres tan abominable como yo, o peor.— Prosiguió esperando poder provocar a Elijah de alguna forma. —Adelante, Elijah, adelante. Clavame esa estaca.— Insistió queriendo ver si él iba a ser capaz de hacerlo.

—No soy tan cobarde como para tener que matarte, pero si tengo que hacerte sufrir para proteger a Rebekah, eso no dudare en hacerlo.— Sentenció Elijah justamente cuando lanzaba, a uno de los pasillos del cementerio la estaca, alejándola de Klaus y viendo que ni él ni Astrid iban a usarla contra él.

—¿Lo ves?— Preguntó Klaus divertido. —Sabía que no lo harías, aún os aferrais a la esperanza de poder remidirme. Por qué si el bastardo puede ser salvado, hay esperanza para vosotros.— Aseguró justamente cuando le clavaba el cuchillo de Papa Tunde en el pecho, haciendo que Elijah soltara un grito de dolor y de queja, mientras Astrid se preparaba para atacarle o defenderse. —Ni se te ocurra o serás la siguiente.— La advirtió ignorando que el estado en el que estaba, pero para Astrid su principal objetivo era mantener con vida a su hijo, era más importante que todo los demás. —Ahora sabrás lo que se siente.— Le dieron Klaus a su hermano mayor mientras le dejaba en el suelo y le miraba divertido.

★★★

Me encantan las peleas familiares.

Aunque siendo sinceros lo que más me gusta del capítulo es saber que Rebekah intentó proteger a Klaus de Mikael. Eso demuestra lo mucho que lo quería y el gran daño que su hermano la hizo.

Aún así tengo que insistir en que Rebekah es una reina. Osea me encanta la forma en la que actúa aún sabiendo que su hermano es capaz de matarla. Yo soy la primera que lo pensaba y también la que tenía la esperanza de que no lo hiciera.

También creo que es importante señalar la figura de Elijah y de Astrid, como siempre, intentando evitar que Klaus haga algo de lo que se arrepentirá. Como es el caso de la amenaza hacia Astrid, todos sabemos que es algo rencorosa.

Y por último, me gustaría señalar el comportamiento de Nik. Aún que no justificó su comportamiento entiendo que se sentía traicionado por dos de las personas que más quería, por supuesto podía haber obrado de distinta manera, pero a fin de cuentas es Klaus de quien estamos hablando.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ♥️


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