CAPÍTULO 29: GOODBYE, REBEKAH

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—— GOODBYE, REBEKAH ——

—Esa iba a ser mi frase, pero ahora que tengo esto, yo decido quien vive y quien muere.— Comentó Rebekah haciendo que Klaus y Astrid la mirasen, y vierán que ella estaba empuñando la estaca. —Voy a sacarle ese cuchillo.— Le advirtió a Klaus.

—Primero tendrás que matarme, y ahora que tienes los medios, ¿por qué no terminas lo que empezaste hace un siglo?— Quiso saber viendo que una vez más su vida dependía de la impulsividad que tuviera Rebekah y la decisión que tomase.

—No te quería muerto, Niklaus. Quería que huyeras.— Insistió de nuevo, aunque decirle la verdad era un caso perdido teniendo en cuenta de que él seguía pensando lo mismo.

—¡Mentirosa! Querías venganza.— Garantizó mostrando que él no iba a ceder ni a creer lo que su hermana le estuviera diciendo, porque él creía que había cumplido bien con su papel como hermano mayor.

—Tu me empujaste a traicionarte y ahora lo tragiversas para justificar mi asesinato, en vez de aceptar tu culpabilidad.— Alegó Rebekah sabiendo que aquello iba a terminar con alguno de los cuatro muerto. —Yo solo quise a tu amigo, podrías haberte alegrado por nosotros pero en lugar de eso, por tu paranoia, preferiste perdernos a los dos.— Alegó Rebekah cansada de callarse todas las cosas que quería decirle a su hermano, solamente por temor a terminar en un ataúd. —Tu te búscaste tu suerte, no hay nadie más a quien culpar, Nik, solo a ti.— Sentenció.

—¿Y donde está Marcel ahora?— Preguntó Klaus viendo qué el vampiro no había hecho acto de presencia en ningún momento. —Dices que te quería, y aún así te ha dejado aquí atrapada, conmigo.— La recordó mientras Rebekah hacia más fuerte su agarre sobre la estaca de roble blanco. —¿Tu contra mi?— Preguntó con burla. —No sería una lucha justa, tal vez con Marcel tendrías alguna oportunidad, pero me parece que ya ha encontrado a otra chica. Sin duda más joven y más guapa.— Añadió haciendo una referencia a Camille, pero aquello solo confirmaba que era mucho más rastrero de lo que quería aparentar.

—Te alegras del dolor ajeno ¿y aún te preguntas por te odia Rebekah?— Quiso saber Astrid sorprendida de que fuera tan mezquino, pero no debía de estar sorprendida cuando nunca había tenido compasión por nadie.

—Ese odio, fue la que la obligó ha hacer lo que hizo.— Afirmó Klaus mirando a Astrid. —Admite la verdad, admite que me querías muerto.— Insistió mirando a Rebekah esperando que ella dijera las dos palabras que estaba esperando.

—Quería que huyeras, eso es todo, a pesar se tus delirios.— Insistió la vampira viendo que nunca iba a creerla.

—Elijah está sufriendo, si quieres ayudarle es muy fácil. Todo lo que tienes que hacer es admitirlo.— Afirmó el híbrido haciendo que ambas le mirasen sorprendidas al ver que estaba loco ya que quería escuchar a su hermana decir que le odiaba para así salvar a su otro hermano.

—Estas loco.— Garantizó Rebekah incrédula por lo que acababa de escuchar.

—Sí, sí, soy un monstruo despiadado. Convocaste a Mikael para que acabará conmigo, admitelo.— Insistió viendo que aquello era un callejón sin salida en el que Klaus jamás iba a pensar que no hubiera otra posibilidad.

—No es cierto.— Insistió Rebekah.

—Sabes que es verdad, admitelo.— Dijo Klaus esperando que Rebekah lo dijera, era lo único que quería, pero ¿por qué?

—Te digo...— Empezó a decir Rebekah.

—Querías verme muerto, admitelo.— La interrumpió Klaus.

—Puede que sí.— Dijo finalmente cediendo a la petición del híbrido, haciendo que este se moviera rápidamente y la clavara la estaca en el abdomen. —Nik...— Murmuró Rebekah sorprendida por lo que él había hecho, al igual que Astrid la cual salió corriendo sabiendo que podía ser la siguiente en terminar muerta.

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—¿Estas bien?— Le pregunto Astrid a Rebekah al ver que esta había despertado.

—N-no estoy muerta.— Murmuró sorprendida al ver que estaba viva.

—No, estas muy viva.— Sonrió Astrid justamente cuando la vampira se marchaba en busca de Klaus.

—¿No encontraste mi corazón?— Preguntó poniéndose detrás de su hermano, esperando saber cual había sido el motivo por el que no la había clavado la estaca en el corazón.

—Es posible, o puede que nunca haya querido matarte, puede que solo quería que sintieras parte del miedo que sentí yo cuando vino nuestro padre.— Admitió Klaus sin saber que era lo que había intentando hacerla sentir a Rebekah, pero lo que sabía es que sus deseos de castigarla ya habían quedado más que saciados.

—Ni tu mismo lo sabes.— Alegó Rebekah.

—Lo que se, es que me acusas de ser malvado cuando fuiste tu la que conspiro para matar a los de tu propia sangre.—Puntualizó Klaus sin apartar la mirada del cuerpo de Elijah, el cual estaba en el suelo.

—Hiciste de nuestras vidas un infierno, nos atormentaste.— Le recordó Rebekah esperando que en algún momento fuera consciente de todo lo que les había hecho.

—Yo quería a mi familia, os quería a todos.— Admitió Klaus sabiendo que su forma de quererlos no era una buena forma, pero era la única que él sabía. —Se que puedo ser complicado, pero sabes que no siempre fui así. Fue Mikael el que me crebranto.— Añadió sabiendo que tiempo atrás él no se acercaba, ni de lejos, a la persona que era en aquellos momentos. Pero todo lo que su padre le hizo le llevó a convertirse en la persona que era en aquellos momentos.

—También me destruyó a mi, que no se te olvide.— Le recordó Rebekah esperando que su hermana fuera consciente de que no fue el único al que le afecto la actitud del patriarca de la familia Original. —Y ahora, siglos después, cada uno de nosotros está herido. Tu con tu odio y tu paranoia, yo con mi miedo a ser abandonada, Astrid con su miedo a perder a sus hermanos y el pobre Elijah se preocupa tanto por nosotros que se olvida de sí mismo.— Suspiró sabiendo que aunque quisieran cambiar era algo que no iban a poder, porque el miedo era algo que les llevaba acompañando desde hacía demasiado tiempo. —Somos las criaturas más fuertes del mundo dañadas de forma irreparable, vivimos sin esperanza pero nunca moriremos. Arrastraremos nuestra maldición por y para siempre.— Terminó de decir para después marcharse.

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—Seguimos atrapados, lo que sea que quieras hacerme hazlo ahora.— Le pidió Rebekah a Klaus al ver que este se estaba acercando a ella por la espalda.

—Nuestro padre nos destruyó, me pregunto si su padre también le destruyó a él.— Comentó Klaus haciendo una referencia a Marcel, al mismo tiempo que la verja se abría, haciéndoles ver que nada les impedía salir de allí. —La barrera ha caído.— Añadió.

—Se que me odias, pero lo hecho, hecho esta.— Suspiró Rebekah sabiendo que había sucesos que eran irrevertibles, ambos lo sabían demasiado bien.

—El pasado siempre sigue ahí, permanece con nosotros. Esa historia que nos contamos, para saber quiénes somos un padre violento, un hijo bastardo y la hermana que le traicionó.— Comentó Klaus poniéndose al lado de su hermana pequeña. —Aquí podría empezar una nueva historia, ¿tu que quieres, Rebekah?— Quiso saber mientras la miraba.

—Lo mismo que he querido desde que era una niña.— Respondió mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en su rostro. —Tener un hogar, tener una familia, una persona que me quiera.— Empezó a enumerar sabiendo que algunas cosas eran imposibles, pero nada la impedía no poder imaginarse un mundo paralelo donde sí podría tener todo ello. —Y quiero vivir.— Terminó de decir.

—Marchate.— La pidió Klaus haciendo que ella le mirase sorprendida. —Marchate lejos y no vuelvas.— Se limitó a decir. —Guardamos demasiado rencor como para permanecer juntos. De nuestra familia no queda nada más que retales sueltos.— Añadió sabiendo que no iba a poder retener a su hermana, ya era su momento de que viviera su vida lejos de todos ellos. —Nueva Orleans era mía, mi hijo crecerá aquí, en la ciudad que me arrebataste. Sin duda Elijah decidirá quedarse, pero tu, hermana, eres libre.— La indicó Klaus sabiendo que ver marchar a su hermana iba a ser algo difícil para él.

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—Me alegro de que hayas venido.— Sonrió Hayley abrazando a Astrid.

—Necesitaba un descanso de todo.— Admitió la Original mientras se sentaba en una silla, al lado de Hayley, frente a la hoguera.

—¿Estas bien?— Preguntó Hayley dándose cuenta de que la estaba pasando algo.

—Bienvenida.— Saludo Evie a Astrid.

—Gracias.— Sonrió la híbrida para luego quedarse a solas con la mujer lobo. —Bueno podría ser peor lo que ha sucedido.— Añadió mientras soltaba un suspiró.

—¿Pero...?— Inquirió Hayley sabiendo que Astrid tenía algún presentimiento, podía ver en su rostro que algo ocurría.

—Tengo un terrible presentimiento al que no puedo dejar de lado.— Suspiró mientras se cruzaba de brazos sabiendo que debía de hacer algo con respecto a lo que había pasado, lo que estaba pasando y lo que iba a pasar.

—¿Qué clase de presentimiento?— Quiso saber Hayley sabiendo que si era verdad, todos debían de estar preparados, en especial los hombres lobo, los cuales no podían dejar de lado a Astrid, y más cuando junto a Hayley y Taylor la consideraban la líder de la manada.

—Con respecto a Genevive, la brujita que casi provoca que Klaus mate a Rebekah, está planeando algo y voy a describir que es.— Respondió sabiendo que ella podía engañar a todos, pero no a ella, e iba a descubrir lo que planeaba e iba a detenerla, costara lo que costara. Pero también lo hacía por venganza, por lo que le había hecho a su hermano. —Rebekah, ¿que haces aquí?— Preguntó al ver aparecer a la vampira, ya que creía que se había marchado.

—He venido a despedirme.— Sonrió con algo de melancolía.

—¿Las chicas no deberíamos de apoyarnos?— La recordó Hayley al no entender por qué se iba a ir.

—Bueno, Nik y yo hemos llegado a un acuerdo de todo o nada sin vuelta atrás.— Explicó sabiendo que aquella era la mejor decisión que podía tomar, tal vez la más dolorosa pero también la única que la iba a permitir tener la vida que siempre había querido. —Dejó la ciudad y me permite vivir, es muy tentador.— Añadió sonriendo. —Además de que tendrás a Taylor y a Astrid.— La recordó a la mujer lobo, sabiendo que entre las tres podrían contra las rabietas puntuales de Klaus.

—Después de mil años con Klaus te mereces unas vacaciones.— Rió Astrid sabiendo que ella no hubiera aguantado tanto, y tal vez también era un motivo por el que se fue, una parte de ella estaba cansada de su tiranía y de su comportamiento contra ella y contra el resto.

—Oye, sobre Nik, es un monstruo, tu ya lo sabes, pero intenta no desafiarle.— La pidió a Astrid mientras su expresión se entristecia. —Lo que más quiere en este mundo es sentirse temido, y está demasiado herido para darse cuenta.— Añadió mientras soltaba un suspiró. —Pero creo que hay esperanza para él, en el bebé que llevas dentro.— Añadió señalando con la mirada la barriga de la híbrida. —Y hablando del bebé, nuestra familia no carece de enemigos, los heredará a todos. Por favor, ten cuidado.— La pidió a Astrid sabiendo que aunque era una Original, en aquellos momentos era tan vulnerable como un vampiro común y eso muchos podían usarlo en su propio beneficio.

—Ven a vernos siempre que quieras, sabes que se me da bastante bien guardar secretos a Klaus.— La pidió Astrid algo apenada por separarse de Rebekah, ya que para ella era una hermana, por supuesto tenía a Taylor, pero ella había crecido con ella y separarse la costaba. Nunca la habían gustado las despedidas, y ahí estaba, despidiendose de una de sus hermanas.

—Sino pudiera, no olvides contarla a esa niña historias de su alocada tía Bex, y hazla saber que a pesar de mi ausencia yo la quiero muchísimo.— La pidió mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, haciendo que Astrid asistiera sabiendo que su hija sabría todo de toda su familia, aquella niña merecía saber de todos aquellos que aunque no la conocerían la querrían.

—No tengas la menor duda de que sabrá de ti y del resto.— La prometió Astrid con una sonrisa, para después abrazar a Rabekah en señal de despedida.

★★★

Rebekah haciendo entradas épicas como todo buen Mikaelson.

Independientemente de lo mucho que me gusta este episodio, si es cierto que odio centrarme tanto en lo que viene a ser la serie. Por qué siento que la trama de Astrid no avanza y me frustra mucho.

Aún así me encanta la escena del final, básicamente por que adoro la escena del final. En especial por el comentario de "Las chicas tenemos que apoyarnos", realmente creo que es una frase que define muy bien a todos los personajes femeninos de la serie.

Con respecto a la reacción de Klaus, de verdad me impactó ver como le clavaba la estaca a su hermana, porque me hizo recordar cuando Alaric lo hace con Nik.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ♥️


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