CAPÍTULO 54: NEVER TRY TO FOOL A WITCH

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—— NEVER TRY TO FOOL A WITCH ——

Estoy ocupado, ¿que ocurre Taylor?— Quiso saber Klaus una vez que la cogió el teléfono a la menor de las hermanas

—Algo le ha pasado a Elijah, tenía que ayudarnos anoche y ha desaparecido.Explicó la híbrida preocupada por lo que le podía haber pasado al noble, porque era evidente de que algo le había pasado.

—Hay sangre por todas partes, de hombre lobo y de vampiro.Añadió Astrid de fondo esperando que Klaus dejara lo que estuviera haciendo para poder unirse a ellos en la búsqueda de Elijah.

—Hay un rastro, necesito que nos ayudes a seguirlo.Añadió Taylor sabiendo que con Klaus de su parte tendrían más probabilidad de éxito.

—Me gustaría ayudaros a buscar a mi hermano, pero tengo otros asuntos más urgentes.— Se limitó a decir el híbrido, haciendo que Astrid y Taylor se mirasen al no entender que podía haber más importante que encontrar a Elijah el cual, seguramente, podría estar siendo torturado o castigado en el mejor de los casos.

—¿Qué es más importante que tu propio hermano?Preguntó Astrid sin entender cómo es que, tras todo lo que había pasado, Klaus fuera incapaz de ver cuales eran las cosas que debían de ser primordiales, como sería el rescatar a Elijah de las manos de Esther.

—Mi vida.— Respondió Klaus con obviedad. —Davina controlaba a Mikael con un hechizo y se ha roto, ahora Mikael tiene el puñal de Tunde y se llevó la estaca y a Cami, voy a rescatarla y después voy a acabar con esto, o Mikael o yo acabaremos convertidos en cenizas, y si encontráis a mi hermano me vendría muy bien su ayuda.— Se limitó a decir para después finalizar la llamada, dando a entender que la presencia de Mikael en aquel lugar era mucho más peligrosa que cualquier otro problema, principalmente por los objetos que estaban en su poder y de lo capaz que era de usar ambos.

—¿Y qué hacemos ahora?— Preguntó Taylor sabiendo que debían de hacer algo con respecto a la presencia de Mikael y a la desaparición de Elijah.

—Tu busca a Elijah, nosotros ayudaremos a Klaus a detener a Mikael.— Intervino en ese momento Marcel, sabiendo que Astrid iría a ayudar a Klaus, y muy en el fondo el moreno no la quería dejar sola frente a todo ello, la había cogido cariño como para permitir que fuera sola a lo que podría ser una inminente muerte.

—¿Vais a dejarme sola?— Preguntó la híbrida asustada, ya que aunque Taylor pudiera mostrar que era valiente, pensar que tendría que hacer frente a hombres lobo y a brujos, en concreto a Esther y a Finn, no la hacía nada de gracia. Sobretodo porque ellos también eran capaces de matarla.

—Es Mikael, es mucho más peligroso que Esther. Y si tiene la estaca de roble blanco puede ir a por cualquiera, cualquier Original será su objetivo y siendo sinceros no quiero que me ataque por la espalda, ya lo hizo una vez.— Comentó la híbrida sabiendo que la amenaza de Mikael era mucho peor, porque él era capaz de hacer cualquier cosa con tal de cumplir su objetivo, y este era matar a Klaus y después al resto de sus hijos.

—Astrid tiene razón, Mikael es completamente impredecible.— Añadió Marcel apoyando el comentario de la híbrida.

—Y cuanta razón tiene.— Dijo en ese momento Mikael, haciendo que los tres se dieran la vuelta para verle. Haciendo que Astrid cerrará con fuerza sus puños mientras su expresión se endurecia.

—Taylor marchate.— Le ordenó a su hermana pequeña, sabiendo que ella no sería rival para el vampiro caza vampiros.

—¿Qué? No.— Negó Taylor mostrando que no iba a dejar a ninguno de los dos con aquel psicópata, principalmente a su hermana, porque si todo lo que había escuchado era cierto, Mikael haría cualquier cosa con tal de atraer la atención de Klaus, y era evidente de que su mejor baza era usar a Astrid.

—Marcel llévate a mi hermana de aquí.— Le ordenó al moreno, haciendo que este dudará por unos segundos, para después obedecer la orden de la híbrida y llevarse a la morena lejos de aquel enfrentamiento.

—Así que hermana...— Comentó Mikael sorprendido por lo que había escuchado.

—No vas a hacer nada en nombre de mi padre.— Le advirtió, recordando que la primera vez que se vieron las caras tras mil años, la intentó matar usando como escusa una venganza personal para Ragnar.

—Ragnar no es tu padre.— La recordó Mikael, sin comprender porque Astrid se seguía refiriendo a él de aquella forma.

—Un padre no es quien te concibe, es quien te cría. Y Ragnar es mi padre, y créeme cuando te digo que tiene cuentas contigo por intentar matarme.— Afirmó la chica, sabiendo que cuando volvieran a matar a Mikael, Ragnar se encargaría de saldar cuentas con él por todo lo que les había hecho después de convertirse en vampiros.

—Bueno, pues a la lista añadiré el detalle de que te he matado.— Afirmó el vampiro mostrando cuáles iban a ser sus intenciones, las cuales se confirmaron cuando dejó ver la estaca de roble blanco.

—No será tan fácil como la anterior vez.— Afirmó Astrid mientras se preparaba para enfrentarse a él.

—Yo creo que sí.— Sonrió Mikael justamente cuando la atacaba rápidamente, pero no para clavarla la estaca sino para clavarla el cuchillo de Tunde.

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Mystic Falls, 989 d.C

—Otra vez, Astrid. Con más fuerza.— Le dijo Ragnar a su hija mayor, mientras esta agarraba con fuerza un palo.

—Es imposible, pesa demasiado.— Se quejó Astrid mientras se apoyaba en él y se frotaba la cara para quitarse el sudor.

—Nunca digas que no puedes, eres mucho más fuerte y poderosa de lo que imaginas.— La recordó Ragnar sabiendo que debía de fortalecer a Astrid, debía de ser fuerte ya no solo físicamente, sino también mentalmente, porque una de las cosas que la chica no poseía era fe en misma. Cualquiera que la conociera bien, podía ver que Astrid aunque se exigía demasiado, siempre pensaba que no era buena, hecho que no era en absoluto así. —Otra vez.— La ordenó, haciendo que la chica agarrase con fuerza el palo, para después empezar a lanzar ataques a su padre, para finamente tirarle al suelo. —¿Lo ves?Sonrió orgulloso.

—¿Y esto de que me sirve? No esta bien visto que aprenda a usar un arma por mi situación como mujer.Alegó la niña sin comprender cual era el propósito que su padre tenía a la hora de querer enseñarla a usar aquella arma.

—Tu eres mi hija, una Novawood, y eres mi primogénita. Tu sabrás manejar una espada porque por tus venas corre la sangre de una guerrera, y al que no le guste puede venir y hablar conmigo. Y yo le explicare de lo que una mujer es capaz de hacer.— Sentenció Ragnar haciendo sonreír a su hija, ya que aunque nunca lo admitiera una de las cosas que Astrid quería hacer era vivir aventuras, tal y como los protagonistas de las historias que sus padres les habían contado a ella y a sus hermanos. —Mi madre también lo era, y no por ello la impidió manejar un arma. Nunca dejes que te vean débil, no lo eres, pequeña guerrera. Eres mucho más fuerte y poderosa de lo que cualquiera de ellos puede llegar a imaginar, pero el primer paso para serlo no consiste en saber manejar un arma o tener fuerza, sino en que creas en ti misma. Cree en ti, en tu poder y en lo que eres capaz de hacer, y créeme cuando te digo que en ese momento no habrá nadie sobre la faz de la tierra que sea capaz de detenerte.Añadió sabiendo perfectamente que su hija iba a llegar bastante lejos, y no sólo por su doble, aunque escondida, naturaleza. Sino porque se veía que Astrid llegaría a marcar la vida de cientos, tal vez de miles, de personas.

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Actualidad.

—Pagarás por hacerle daño.— Aseguró Klaus al ver como Mikael dejaba caer al suelo a Astrid, justamente después de haber sacado de su pecho el cuchillo de Tunde el cual estaba ensangrentado.

—Oh, que bonito. El chucho lloriquea por su perra.— Se burló Mikael mientras agarraba con fuerza la estaca de roble blanco. —Me aseguraré de acabar con ella delante de tus propios ojos justo antes de matarte.— Aseguró justamente cuando Klaus se abalanzaba sobre él, y ambos empezaban a pelearse.

—No soy tan débil como me recordabas.— Comentó Klaus al ver la expresión de Mikael de sorpresa, pero aún así aquello no fue suficiente, ya que el padre de los Originales consiguió su propósito, y le clavo la estaca en el corazón a su hijo bastardo.

—¡No!— Exclamó Astrid al ver como Mikael le clavaba la estaca a Klaus, haciendo que él cuerpo de este empezara a secarse.

—Vamos, Astrid, necesito que hagas algo.— Dijo Camille, mientras se acercaba a ella y la daba de su sangre sabiendo que eso la daría la fuerza necesaria para poder enfrentarse a Mikael.

—¿Por qué no ardes maldita sea?— Preguntó Mikael al ver que el cuerpo de Klaus no estaba ardiendo. —Sí estuviera muerto se quemaría.— Comentó sin comprender lo que estaba pasando. —¡Arde!— Gritó de nuevo mientras se daba cuenta de que había alguien más allí. —¿Es obra tuya pequeña bruja? Entonces devuélvele el poder a la estaca.— Le preguntó a Davina, justamente antes de atacar a Kol y de morder a la joven bruja.

—Sueltala.— Le ordenó Astrid al vampiro, haciendo que este obedeciera.

—¿Quieres enfrentarte a mi?— Preguntó Mikael con burla creyendo que Astrid no llegaría ni a ser un digno oponente.

—Sigo en ventaja, Mikael.— Afirmó la rubia justamente antes de extender su brazo y de cerrar el puño, provocando que una fuerza invisible empujará a Mikael contra una pared.

—No es posible.— Murmuró sorprendido al ver que Astrid no sólo era medio vampiro y medio mujer lobo, sino también medio bruja.

—Sí, sí que lo es.— Sonrió la chica mientras le volvía a atacar con el mismo hechizo, para poder alejarlo de Davina. —Me respetabas por mi poder, tal vez va siendo hora de que lo vuelvas a hacer, o de que te lleve de vuelta al mismo lugar del que saliste.— Sugirió mientras le hacia ponerse de rodillas mientras empezaba a romperle todos sus huesos.

—Te mataré Astrid, lo sabes.— La advirtió Mikael sabiendo que llegaría el momento en el que cumpliría con la misión que se impuso tiempo atrás.

—No lo creo así, ¿porque ahora no me atacas por la espalda como un cobarde?— Preguntó con burla, buscando provocar al vampiro.

—Ya basta, está noche ha sido un largo desfile de idiotas. Disfrutaré acabando con todos vosotros.— Afirmó Mikael mientras se ponía de pies con el objetivo de atacar a Astrid, ya que con fuerza de voluntad estaba luchando contra su hechizo.

—No estés tan seguro.— Afirmó Taylor mientras le golpeaba con una cadena, haciendo sonreír a su hermana de que estuviera ahí.

—Se acabo Mikael, somos demasiados.— Intervino en este momento Klaus mientras se ponía al lado de Astrid, mostrando que no les había derrotado a ninguno de ellos. —¿Vas a suplicar por tu miserable vida?— Preguntó con curiosidad al ver la expresión del que, tiempo atrás, fue como un padre para él.

—¿Crees que eres más fuerte con todos ellos? Demuestra lo débil que eres.— Afirmó el vampiro esperando poder provocar al su bastardo. —Ven a buscarme sin idiotas, mujeres o niños que libren tus batallas.— Le incitó pero Klaus sabía que aquella no sólo era su lucha era la de su familia y la de todos aquellos que eran sus aliados.

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—No he conseguido dar con él, por lo que vi más oportuno venir a ayudar.— Le explicó Taylor a su hermana.

—Menos mal, el cuchillo de Tunde no es algo agradable.— Murmuró mientras la dedicaba una sonrisa de agradecimiento a Cami, ya que gracias a ella había podido hacer frente a Mikael.

—Sacaste la estaca a tiempo, un minuto más y estaría muerto.— Le dijo Klaus a Taylor en señal de agradecimiento, ya que sin su ayuda en aquellos momentos estaría muerto.

—Es lo menos que podía hace por haber estado ayudando a la manada.— Respondió la morena mostrando que lo había hecho como moneda de pago, ya que su perspectiva sobre él no había cambiado mucho en los últimos meses.

—Le he buscado por la zona, no está.— Intervino en ese momento Marcel.

—Agradezco la ayuda.— Le dijo el híbrido agradecido de que también hubiera ido a ayudarle.

—Sí tu mueres yo muero, así de egoísta.— Respondió Marcel mientras sonreía, mostrando que aquello lo hacía por seguir él vivo, así como muchos otros vampiros.

—Sí mueres mucha gente morirá. Pero tenemos otro problema.— Afirmó Astrid sabiendo que debían de dar, de forma inmediata, con Elijah. —Elijah ha desaparecido.— Añadió esperando que ahora Klaus comprendiera que aquello era su principal objetivo y problema.

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—¿Davina trajo a Mikael?— Le preguntó Astrid a Marcel preocupada por lo que eso podía significar. —¿Sabe a caso lo que ha hecho? Es firmar una sentencia de muerte.— Afirmó preocupada por lo que la podría terminar pasando a la joven bruja.

—Lo se, pero parece ser que la ira la está consumiendo por completo.— Afirmó Marcel sin saber como iban a poder ayudar y proteger a la bruja.

—Mikael irá a por ella seguramente.— Murmuró la híbrida, conocía a la perfección a Mikael y sabía que él interpretaría aquello como una traición por haber colaborado en evitar la muerte de su hijo.

—Y Klaus.— Añadió Marcel sabiendo de lo que él, también, era capaz de hacer.

—No, él no la hará nada. Me encargaré de que no lo haga. Pero Mikael... es capaz de todo.— Admitió mientras se cruzaba de brazos preocupada por lo que podría terminar pasando, ya no solo con Mikael, sino con la presencia de Esther y su deseo de reunir a toda la familia en nuevos y mortales cuerpos.

—Ya lo he visto.— Admitió el moreno sabiendo que Mikael no había ni dudado a la hora de intentar matarla y de usarla como anzuelo. —¿Estas bien? El cuchillo de Tunde no debe de ser agradable.— Añadió viendo la mancha de sangre que tenía en mitad de la camiseta de color verde que llevaba.

—Mejor que tener un trozo de estaca del roble blanco, eso te lo aseguro. Pero la encontraremos, tienes mi palabra.— Afirmó Astrid sabiendo que su objetivo debía de ser encontrar, proteger y hacer entrar en razón a Davina, o las cosas podrían complicarse mucho más de lo que ya se habían complicado.

★★★

Después del maratón de la semana pasada, volvemos a la rutina de dos capítulos por semana. Aunque no os niego que vienen pisando fuerte.

Lo primero que quiero destacar es el flashback, realmente me encanta mostrar ese paralelismo entre Klaus y Astrid, ya que aunque ambos son bastardos, tuvieron una infancia completamente diferente y eso, como ya he dicho muchas veces es algo que me encanta puntualizar.

Por otra parte, y lo que vendría a ser las escenas del episodio.

Ojalá Mikael hubiera muerto, pero bueno era necesario para un bien mayor. Aún así he de decir que fue un poco idiota, ya que creía que Klaus volvería a ser tan ingenuo como veces anteriores.

Y he de decir que me encantó la escena de todos apoyando al híbrido, fue increíble. Y por mucho que Mikael le llame cobarde creo que es inteligente, a fin de cuentas no es el más fuerte el que gana sino es el más inteligente.

Con respecto al resto del capítulo, si es cierto que me hubiera encantado hacer una pelea entre Astrid y Mikael, pero... no era su momento a decir verdad, aunque me encanto hacer la escena de la magia. Ya sabéis cuando disfruto empoderando a mis protagonistas.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ♥️


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