CAPÍTULO 66: THE BIG DAY OF THE WEREWOLVES

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—— THE BIG DAY OF THE WEREWOLVES ——

—¿Qué crees que estás haciendo?— Preguntó Klaus al ver como Astrid preparaba una bolsa con ropa.

—Elijah ha dicho que están de camino, así que voy a por ellos y a por mi hija.— Respondió Astrid con obviedad mostrando que estaba completamente segura de ir a por su hija, ella podría hacer frente a Finn si llegaba a ser necesario.

—Pero...— Empezó a decir Klaus sabiendo que no debía de ir a buscarles, porque ellos volvían a Nueva Orleans.

—No me digas que no es seguro.— Le advirtió mostrando lo muy enfadada que estaba. —Te diré lo que no es seguro, volar una casa para que tu otro hermano la encuentre.— Le recordó haciéndole ver que ahora estaban en el principio, ya que no sabían en que cuerpo se estaba escondiendo Finn.

—Nos encargaremos de Finn.— La intento tranquilizar el híbrido.

—¿Y luego que? Cada vez que le mates acabará saltando a otro cuerpo.— Le recordó sabiendo que debían de hacer algo respecto aquel, pequeño, detalle. Pero también debía de hacer algo para proteger a su hija.

—Ya hemos intentado huir y escondernos, y eso no funciona.— La recordo Klaus sabiendo que el objetivo de Astrid era llevarse a Hope y esconderla en algún lugar remoto, tal y como ella se había escondido por tanto tiempo.

—¿Y cuál es tu brillante idea?— Inquirió la Original mientras le miraba con una expresión de furia, donde podía verse lo muy enfadada que estaba por todo lo que estaba ocurriendo.

—Ahora mismo tengo entre manos un plan que nos reforzaría mucho, pero tienes que calmarte y centrarte.— Intento tranquilizarla Klaus, sabiendo que lo que menos le convenia a él y a toda la comunidad sobrenatural de la ciudad es que ella entrará en cólera.

—No me digas lo que debo de hacer, tengo todo el derecho...— Empezó a decir Astrid justamente cuando fue interrumpida por el híbrido.

—Hoy es la boda de Hayley, y debes de estar ahí. Un acto que sellara la lealtad de todos los lobos que responden ante Finn.— Empezó a decir Klaus sabiendo que aquel acto no solo les beneficiaria, sino que todos los demás lobos que estaban en su contra, dejarían de estarlo. Además de que aceptarían a Astrid, a Taylor y a Hayley como sus nuevas alfas, tal y como otros hombres lobo ya habían hecho. —Serás la reina de un ejército.— La recordó mientras la quitaba la bolsa de las manos para dejarla sobre la cama. —Y las reinas no huyen.— Añadió esperando que fuera consciente que la mejor forma para hacer frente al mayor de los Mikaelson, y a cualquier posible enemigo, era enfrentandolo de cara.

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—A ver, primero la mala noticia. Voy a tener que perderme la boda, Kol tiene un asunto de vida o muerte y me ha pedido ayuda.— Explicó Rebekah haciendo que Astrid y Hayley la mirasen preocupadas.

—¿Puedemos hacer algo, Rebekah?— Preguntó Astrid preocupada por lo que podría terminar pasando, sobretodo porque no quería que Kol muriera por segunda vez y menos de aquella forma.

—Es un asunto de brujería, y por lo visto ese es mi terreno. Además de que Hayley necesita ayuda con la boda, y hablando de eso.— Aclaró mientras mostraba un vestido y se le daba a Hayley, la cual le miró sorprendida por aquel gesto por parte de la bruja. —Es blanco, a estas alturas no engañas a nadie. Pero no puedes casarte con vaqueros y botas militares.— Aclaró con obviedad.

—Rebekah, gracias. Es precioso.— Murmuró Hayley sorprendía de que Rebekah la hubiera dejado uno de sus vestidos.

—Soy la única mujer con una colección de vestidos de novia con cinco siglos distintos. Aunque nunca me hayan llevado al altar.— Afirmó Rebekah sonriendo orgullosa, aunque podía verse que añoraba tener su día especial.

—Bueno, nunca es tarde. Por lo que se, Marcel sigue soltero.— Sugirió Astrid sonriendo, haciendo que Rebekah sonriera ante su comentario. Aunque no eran hermanas de sangre, ambas siempre se habían entendido como si lo fueran, tal vez era por el hecho de que Rebekah veía en Astrid a esa hermana mayor que siempre había querido.

—¿Le has dicho ya que eres tu?— Preguntó Hayley sabiendo que Rebekah debía de decirle la verdad a Marcel, tarde o temprano se acabaría sabiendo.

—Creo que de momento es mejor esperar, solo complicaría las cosas y no estoy muy segura de cuanto tiempo va a durar esto.— Suspiró Rebekah sin saber cuánto tiempo estaría encerrada en aquel cuerpo. —Hayley, quería decir que aunque te cases con Jackson Kenner, de los Kenner borrachos de la ciénaga, siempre serás una de nosotros, una Mikaelson.— Afirmó la bruja haciendo sonreír a Hayley por aquel cumplido.

—Eso sería un cumplido precioso sino me uniera a tantos lunáticos homicidas.— Admitió la híbrida haciendo reír a las dos Originales, mientras Astrid sacaba de un cajón un libro con una encuadernación de cuero.

—Rebekah, llévate esto, tal vez os sirva.— La dijo mientras la daba el libro a Rebekah, la cual reconoció el dibujo de la cubierta, el cual era la cornamenta de un ciervo, junto al relieve de un árbol.

—El grimorio de Carina, la última vez...— Empezó a decir mientras cogía el libro algo insegura.

—Se lo que pasó la última vez que se le deje a alguien, pero esta vez no hay hechizos que nos hagan inmortales, pero tal vez Kol vea en sus páginas algo que le pueda ayudar.— Explicó Astrid sabiendo que Kol sabía muchísimo más de magia que lo que podía saber ella o su hermano, además de que debían de buscar una solución en cualquier parte. Y el libro traía esa posibilidad.

—Gracias, As.— Sonrió Rebekah justamente antes de marcharse.

—¿No es algo peligroso? Tu madre fue una bruja poderosa.— Comentó Hayley desconfiando de que dejara un libro tan poderoso como aquel podía ser.

—Y confío plenamente en Kol, además de que le usará mucho más que yo.— Admitió Astrid mientras suspiraba, mostrando que a ella la magia ya no la importaba tanto como tiempo atrás lo hizo.

—Gracias por estar a mi lado.— Sonrió Hayley justamente antes de abrazarla en señal de agradecimiento.

—Bueno, creo que es lo mínimo que puedo hacer. Esto lo haces por mi hija.— Comentó la Original sin saber como iba a poder compensar a Hayley, ya que aquello lo hacía por Hope y por los lobos, y eso la hacía ser una alfa. Por qué era capaz de hacer cualquier cosa por los demás, incluso anteponer su felicidad.

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—Astrid, creo que hay alguien que quiere saludarte.— Comentó Klaus haciendo que la rubia se levantará de su cama y caminase detrás de él, hasta el patio interior, donde Astrid vio a sus hermanos, a Elijah, a Cami y a Hope.

—¿Les has traído aquí? Finn puede estar en cualquier parte.— Alegó preocupada mientras se acercaba a su hermana, la cual tenía en brazos a Hope.

—He tomado precauciones, no habrá invitados no deseados en la ceremonia. Y después de la boda tu manada será la primera línea de defensa.— Explicó Klaus sabiendo que al ser Astrid y Taylor parte de la manada, todo lo demás sucedería sólo, era todo cuestión de tiempo de que las cosas fueran tal y como había previsto

—Y como siempre, todo se resume a una guerra sin sentido.— Suspiró Taylor cansada de aquellas peleas familiares que no la involucraban ni a ella ni a Leonidas, pero ambos actuaban por que sí afectaban a su hermana y a su sobrina, y era únicamente por ellas por lo que ambos decidían intervenir.

—Ahora, por favor, ¿podéis explicarme como Finn pudo obtener tanto poder y nuestra ubicación de forma tan rápida?— Quiso saber Leonidas sabiendo que todo había sido demasiado rápido, incluso con tanto poder, por lo que no podía haberlo hecho solo o eso era lo que él pensaba.

—Canalizaba a Esther y a Mikael.— Explicó Klaus con obviedad.

—Aún con esa clase de poder le hubiera llevado más tiempo.— Respondió con seguridad el vampiro, haciéndoles ver que su teoría era que Finn había recibió ayuda, la pregunta era ¿de quién?

—¿Suguieres que fue ayudado?— Preguntó su hermana sorprendida por lo que estaba insinuando, aunque de alguna forma tenía mucho, tal vez demasiado, sentido.

—Es lo más lógico.— Respondió con obviedad.

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—Vaya, hacer trenzas es lo tuyo.— Comentó Hayley una vez que Astrid la terminó de hacer el pequeño recogido, para después empezar a poner los adornos

—A Eliana la encantaban.— Aclaró la Original, explicando porque se la daban también, además de que era como una costumbre llevar siempre alguna clase de trenza.

—Nunca tuve hermanas mayores que me hicieran esas cosas, ni amigas, ni una madre.— Admitió Hayley dándose cuenta de que el día de su boda no iba a tener a nadie de su familia a su lado, solo a dos antepasadas y eran Astrid y Taylor.

—Bueno, ahora me tienes a mi.— La recordó mientras seguía poniendo el recogido con cuidado para no destrozar lo que había hecho previamente.

—Se que no estás de acuerdo con que haga esto, sobretodo por Hope. Pero os debo la vida, a las dos. Creo que esto es lo mínimo que puedo hacer, por ambas.— Admitió la híbrida mientras se daba la vuelta para mirar a la rubia.

—No sabría que decirte, Hayley. La decisión que has tomado... cambiará todo, eso bien lo sabes. Pero debes de hacerlo por ti, es tu vida.— La recordó sabiendo que dar un paso así cambiaba todo, y ella lo sabía mejor que nadie. Casarse cambio su vida, la de sus hermanos y la del resto de Mikaelson, porque sino lo hubiera hecho tal vez en aquellos momentos los vampiros no existirían, preguntarse ¿que hubiera pasado sí...? La hacía replantearse muchas cosas, pero también tenía claro que el pasado no se podía cambiar ni alterar por mucho que lo quisiera, aquella era su vida y debía de aceptarla.

—Deberías de ir a prepararte.— La recordó Hayley viendo que Astrid se había encargado de ayudarla a prepararla, mientras que la Original seguía con ropa normal.

—¿Te puedes quedar con Hope?— La pregunto sabiendo que alguien debía de estar vigilandola, principalmente ahora que Finn andaba por algún lugar de la ciudad maquinando su próximo ataque.

—Por supuesto.— Sonrió la novia, haciendo que Astrid la dedicará una sonrisa para después salir de la habitación y dirigirse a la suya, donde se encontró a Leonidas tumbado en su cama.

—¿Estas bien?— Preguntó confundida al verle sobre su cama, mientras abría el armario para buscar un vestido.

—Sí, solo que... me tiene preocupado lo que ha hecho Finn. Puede volver en cualquier momento y se deshizo de Elijah y de mi en segundos.— Explicó, esperando que su hermana comprendiera a lo que se estaba enfrentando.

—Vaya, ahora tu eres el que se preocupa de más.— Observó sorprendida por la actitud que su hermano estaba teniendo. —Leo todo estará bien, te lo prometo.— Le tranquilizó mientras se daba la vuelta para mirarle.

—¿Cómo estás tan segura de ello?— Preguntó mientras se levantaba de la cama, quedándose sentado en ella para mirar a su hermana con una expresión de confusión.

—Por que Finn solo tuvo que hacer frente a dos de nosotros, no a todos juntos y a todos los vampiros, hombres lobo y brujos que están de nuestra parte.— Respondió Astrid mostrando que de alguna forma sí tenían una comunidad sobrenatural, los vampiros estaban de su lado gracias a su alianza con Marcel, los lobos lo estaban porque era parte de la nueva manada mejorada de Jackson y de Hayley, los cuales habían prometido luchar por su hija, y con respeto a las brujas, puede que no tuvieran de su parte a todos los aquelarre pero sí a Davina, una chica de la Cosecha y una de las brujas más poderosas que todos habían conocido.

—¿Qué brujos están de nuestra parte aparte de ti?— Preguntó Leonidas confundido, ya que no sabía todo lo que había pasando.

—Davina, Kol y Rebekah.— Explicó mientras hacía un gesto restándole importancia, para a continuación acercarse a su hermano. —Pero tu no estás así por eso, ¿que te pasa?— Preguntó mientras le miraba fijamente, intentando descifrar que era lo que le pasaba a su hermano. —Es por Hayley...— Murmuró al darse cuenta de lo que estaba pasando.

—No, no es por ella.— Mintió rápidamente Leonidas haciendo reír a su hermana, mientras le miraba con obviedad a la par que encarnaba una ceja.

—Te recuerdo que me estás intentando engañar a mi, a tu hermana mayor que sabe perfectamente lo que te pasa solo con verte.— Le recordó mientras se cruzaba de brazos y le miraba con una expresión en la que evidenciaba que no la podía engañar.

—No es nada, de verdad. Son cosas que pasan, así de simple. Romeo y Julieta son la excepción no la regla.— Afirmó Leonidas haciendo que su hermana se acercara a él le abrazara. —¿Y este abrazo?— Preguntó sorprendido y desencajado por el acto de su hermana.

—Ambos le necesitamos.— Garantizó Astrid con seguridad en sus palabras.

—¿Volviste a ver al ciervo?— Preguntó Leonidas con curiosidad, ya que sabía lo que significaba algo como aquello.

—No, no ha vuelto.— Mintió Astrid sabiendo que no podía decirle la verdad a su hermano, Leonidas siempre había creído ciegamente en el ciervo blanco, no podía decir en aquel instante que aquella criatura en la que siempre había creído se trataba de la maldición de un antepasado, en concreto de la hermana de Silas.

—Lo siento.— Comentó el moreno creyendo que aquello también era importante para Astrid, pero para ella dejó de serlo en el momento en el que supo quien estaba tras el ciervo blanco.

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Astrid se miró en el espejo mientras terminaba de hacerse una trenza, la cual recorría parte de su cabeza, dejando la otra parte de su melena rubia suelta. Aunque aquel día era bastante especial y la hacia muchísima ilusión, sobretodo por estar de nuevo con su hija, no podía evitar pensar en lo que Adelaide la había revelado. Saber que todo y lo único en lo que había creído era mentira, la hacía preguntarse ¿cuantas mentiras más había el su vida? ¿Cuántos secretos ocultaban sus antepasados?

A pesar del tiempo que había pasado desde que Silas entró en escena, todavía la costaba asimilar que compartiera, de alguna forma, la misma clase de sangre que él. Que su hija lo hiciera. Pero tal vez lo que más la atormentaba era saber de lo que su linaje era capaz de hacer, su madre la maldijo para que cumpliera una promesa, promesa que hubiera cumplido sin necesidad de ella; pero el resto de brujos que la habían precedido, en concreto aquellos que tuvieron contacto directo con Silas y Adelaide, no habían tenido el menor reparo en maldecirla por toda una eternidad, convirtiéndose en algo casi peor que un vampiro. Y el saber aquello, solo la hacía preguntarse ¿que la podría estar sucediendo a su hermana en el otro lado? Ella esperaba que estuviera bien, y tenía la cerct3xs de que así era, Carina no dejaría que la pasara algo. Pero, ¿y si ella o Leonidas se unían a aquella escalofriante y lúgubre reunión familiar? ¿Ellos también serían castigados? ¿Serían maldecidos por toda la sangre que habían derramado creyendo que serían imparables a cualquier amenaza y enemigo que tuviera la osadía de plantarles cara?

—Sino fuera por qué te estoy viendo, podría denunciarte por acoso.— Comentó Astrid mientras se daba la vuelta y miraba a Klaus con una sonrisa, el cual la devolvió la sonrisa mientras agachaba la cabeza sabiendo que la gran mayoría de las veces ella sabía cuando la estaba mirando.

—Aunque no lo creas es la mejor opción.— Empezó a decir Klaus haciendo una alusión a que hubiera tomado la decisión de que Hope hubiera regresado con ellos.

—¿Eso crees?— Inquirió Astrid mientras le miraba con una expresión de pocos amigos. —Finn quiere acabar con ella, al igual que Esther.— Le recordó creyendo que no estaba siendo consciente del peligro al que todos estaban haciendo frente. —Sí está cerca de nosotros por mucho que queramos protegerla no podremos, siempre habrá algo que la ponga en peligro, y ambos sabemos que lo primero que la pone en peligro somos todos nosotros. Toda la crueldad a la que somos capaces de llegar.— Añadió mostrando que su verdadero temor era que su hija llegara a conocer aquel lado oscuro que de alguna forma querían evitar que viera, conociera y desarrollará, por que a fin de cuentas Hope era hija de sus padres, y todos sabían que era muy probable que no sólo hubiera heredado sus virtudes sino también todo aquello de lo que se avergonzaban. —Yo no quiero que sea como nosotros, que vea la clase de monstruos que somos.— Sentenció sabiendo que jamás se perdonaría aquello, por que entonces, de alguna manera, habría fallado como madre en su deber de protegerla de todo lo que la pudiera hacer daño. Y para su desdicha, los primeros que podían hacerla daño eran ellos.

—Y te prometo que jamás será como nosotros, nuestra hija será mejor, y nosotros seremos mejores. Haremos lo posible para que este no solo sea su hogar, sino para que crezca feliz, lejos de quienes hemos sido en el pasado.— La aseguro Klaus mientras se acercaba a ella y la agarraba de los hombros, mostrando la seguridad con la que hablaba. Con aquella misma seguridad que cuando hacia una amenaza de muerte.

—¿De verdad crees que está familia puede alejarse de la traición y el derramamiento de sangre? Hemos tenido diez siglos para aprender a evitarlo y mira como hemos terminado.— Puntualizó sabiendo que aquello era muy improbable, todos ellos eran criaturas con costumbres, y una de ellas no sólo era demostrar que eran más fuertes y poderosos, sino también el actuar sin tener en cuenta las consecuencias que sus actos podrían acarrearlos.

—Puede que sea una ardua tarea, pero todos queremos lo mejor para ella. Y tras la boda de Hayley y de Jackson, es posible que exista una frágil paz. Los lobos te respetan, también lo harán con Hope, es una de ellos, y los nuestros protegen a quienes son de su manada por y para siempre.— Insistió el híbrido sabiendo que los hombres lobo eran su única opción, sabía que con Jackson al mando y este con su lealtad hacia Astrid, nadie haría daño a Hope, porque después de aquella noche los hombres lobo estarían en igualdad con los vampiros, y puesto que Astrid también era la creadora de la nueva comunidad, tal vez finalmente podía existir una alianza entre ambas facciones, la única que podía suponer un problema eran las brujas, pero en cuanto Finn estuviera fuera de juego todo sería como coser y cantar.

★★★

No os podéis hacer una idea de las ganas que tenía de que llegara este capítulo.

Aunque si os soy sincera, el parón de Enchanted se ha debido a la escena del final. Como tiende a pasarme, nunca las tengo a tiempo, pero bueno creo que la espera ha merecido la pena porque una parte de mi no quería presentaros otra cosa que no fuera PERFECTA.

Otra cosa a aclarar, es que me siento muy orgullosa del gif. Principalmente por qué es uno de los que más me gustan de esta historia, es tan... no . Pero cada vez que los veo pienso que mi decisión de usar a Blake fue más que correcta.

Centrándome ya en el capítulo, bueno en verdad no hay nada que puntualizar como tal, aunque creo que sin duda os ha encantado la escena con Hayley. Siempre quise hacer una escena así y de alguna forma siento que encaja con la personalidad de ambas.

Por otro lado esta la escena de la vuelta de Hope, sin duda es algo que ame. Que Klaus tuviera aquel detalle en la serie con Hayley, y a fin de cuentas todo era por ella así que...

Con respecto a las escenas con Klaus... Bueno es que le amo, todes le amamos y adoro la evolución que tiene. Aunque en mi humilde opinión siento que en el fic presento como esa otra cara que siempre quise ver, la cara que intentaban presentar de alguna forma con Caroline, con Cami y con Hope, pero que al final por temor o por cualquier historia no llegaron a explotar como merecía.

Dicho esto, solo me queda una cosa que decir.

EL PRÓXIMO CAPÍTULO TENDREMOS LA ESCENA DE LA BODA DE NIK Y ASTRID.

¿Alguien más está emocionado o solo soy yo?

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ♥️

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