⠀⠀𝟬𝟭. ❛ IN A CITY FULL OF LONELY PEOPLE ❜

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𝙴𝚇𝙿𝙴𝙳𝙸𝚃𝙴. ❜
𑁍ࠬ¸𓍢 ━━ ❪ 𝚃𝙷𝙴 𝙵𝙻𝙰𝚂𝙷 ❫ ˖ ୧ 。
˗ˏ𖥸ˎ˗⠀┊ ⠀巴里·艾伦⠀┊ ⠀⚡🏹
◟ ✦ 𝗜𝗡 𝗔 𝗖𝗜𝗧𝗬 𝗙𝗨𝗟𝗟 𝗢𝗙 𝗟𝗢𝗡𝗘𝗟𝗬 𝗣𝗘𝗢𝗣𝗟𝗘.

capítulo núm. 001!




SOUTH FEON ● ● ●
VECINDARIO                
CARUTHERS CITY          
FECHA: 7 DE ABRIL DE 2003          


LAS CORTINAS NEGRAS QUE CUBRÍAN EL CIELO NOCTURNO Y LAS FORMAS RETORCIDAS Y DEFORMADAS QUE CREABAN LAS ESTRELLAS CONTRA LA NEGRURA SE MOVÍAN EN ESPIRAL EN TODAS LAS DIRECCIONES. Las motas lechosas giraban y danzaban a lo largo del oscuro océano en varios patrones, tirando de las comisuras de sus labios de una manera que la hacía sonreír. Le costó apartar las preocupaciones que corrompían su mente, pero finalmente consiguió detener el ritmo constante que nadaba en su mente.

Estaba sola, y nada podría salir de los pozos del gran abismo y hacerle daño— o eso creía ella.

Las desgastadas suelas de sus converse rojas brillantes subieron los escalones de madera del porche mientras se acercaba a la puerta. Rebuscando en los bolsillos de su chaqueta vaquera durante una fracción de segundo, sacó la llave que le daría acceso al refugio que siempre llamaría hogar. Cuando levantó la mano para abrir la puerta, no pudo evitar darse cuenta de que ya estaba abierta. Frunciendo las cejas en señal de confusión, empujó la puerta lisa, de color burdeos mate, y entró en ella vacilante.

—¿Mamá? ¿Papá? —llamó.

La casa estaba envuelta en un silencio espeluznante que le provocó una ola de escalofríos. Al mirar al suelo, la joven se quedó helada de miedo al ver que una sustancia de color rojo intenso empapaba la tela bajo sus pies. Un rastro de la espesa sangre roja como el vino nadaba más allá de las escaleras alfombradas y hacia la derecha, donde la sala de estar conectaba directamente con el comedor.

Dejando caer la llave al suelo, sus ojos castaño chocolate se abrieron de par en par mientras una oleada de pánico se filtraba por sus venas. El aire que salía de sus labios se volvía áspero y desigual a medida que daba un paso hacia adelante. Sus manos empezaron a temblar a los lados y se llevó el puño a la boca, tratando de reprimir el grito que le subía por la garganta.

Fue entonces cuando lo oyó, el sonido de alguien que se acercaba. El suave susurro de sus pasos, como un susurro amenazador, resonaba más fuerte en la oscuridad a medida que se acercaban. El ruido no parecía venir de ninguna dirección. Era un sonido que la encapsulaba, atrapándola en un capullo de desesperación y temor.

Sin embargo, la curiosidad se apoderó de ella y se dirigió a la derecha, a regañadientes, hacia la sala de estar, con lágrimas que ya pinchaban en las esquinas de sus ojos.

Los cuadros de familia que antaño alineaban las paredes estaban destrozados y manchados de sangre, ensuciando el suelo en todos las direcciones. Los libros que antes descansaban en la librería de la izquierda estaban esparcidos por todas partes, junto con los restos de los cojines de los sofás.

Dando un paso más hacia adelante, vacilante, sintió que sus piernas se contraían; luchando contra el impulso de girar y correr hacia el porche delantero, dejando atrás la escena que tenía ante ella.

Al girarse, se encontró con el comedor donde la familia Lita había comido y disfrutado de cenas familiares llenas de risas y bromas. Ahora, todo lo que quedaba era una mesa de comedor rota con una mujer tumbada encima de las astillas de madera, con su blusa blanca empapada de un rojo más oscuro que cualquier tono que la chica hubiera visto antes. Las sillas estaban fragmentadas y dispersas mientras que el tocadiscos de la esquina derecha de la habitación hacía girar un vinilo de Patsy Cline. La canción que antes sonaba había terminado hace tiempo y ahora sólo se oía el débil sonido de la estática.

Recorriendo la zona con la mirada, su garganta se cerró amenazando con gritar en el momento en que vio un rayo amarillo y vibrante que encarnaba la figura de una persona de pie ante ella. Donde deberían estar los ojos de uno, descansaban dos orbes rojos brillantes de odio que se estrechaban hacia ella.

El sonido de la carne aplastándose contra la madera astillada hizo que la chica se estremeciera visiblemente, retrocediendo cuando la figura clavó la pata de una silla rota en el pecho de su padre, ya muerto.

Su mente estaba comenzando a fallar, como un motor que giraba una y otra vez, sin llegar a entrar en acción. No podía siquiera formular un pensamiento.

Sólo hicieron falta cuatro segundos para que todo hiciera click en su mente antes de que su puño cayera de su boca y dejara escapar un grito desgarrador.

Sólo hicieron falta tres segundos para que los Briar, que vivían en la casa de al lado, oyeran el grito y marcaran el 911.

Sólo hicieron falta dos segundos para que la figura amarilla la empujara al suelo y saliera corriendo por la puerta principal.

Sólo hizo falta un segundo para que todo su mundo cambiara.


HOSPITAL GENERAL
 ● ● ●
CARUTHERS CITY   
FECHA: 7 DE ENERO DE 2010             


—¿Qué tenemos?

—Fue alcanzada por un rayo hace una hora. Ha estado convulsionando repetidamente y no responde.

—Su ritmo cardíaco es bajo.

—Inicie las compresiones.

—Edleman, traiga un equipo de trauma. Rápido.

—Uno... dos... tres.

—Vuelva a intentarlo.

—Uno... dos... tres.

—Está entrando en parada.

¡inténtelo de nuevo!

—Uno... dos... tres.

—Está estable.


HAZ CLIC AQUÍ PARA VER EL EXPEDIENTE CLÍNICO
▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃


▃▃▃▃▃ LITA, PIPER.

SSN⠀███-██-████


○○○●●● cargando. . .

     ──── PACIENTE 𝗡.º⠀00822160582

    ──── NOMBRE⠀PIPER MAEVE LITA

    ──── FECHA DE NACIMIENTO⠀26    08   1989 

    ──── DIRECCIÓN⠀4956 ASHLEIGH AVE, CARUTHERS CITY, MISSOURI 63019

    ──── CONDICIÓN⠀ESTABLE/COMA

    ──── INGRESO⠀07/01/2010

    ──── ALTA HOSPITALARIA⠀INDETERMINADA


NORTH MAIN STREET
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CENTRAL CITY   
FECHA: 10 DE DICIEMBRE DE 𝟮𝟬𝟭𝟰   


Oh, joder. Oh, cómo la había cagado. Piper Lita lo había jodido todo olímpicamente.

Si algo había aprendido la pelirroja en los últimos cinco años, era a no dejar que el poder reaccionara a una situación antes que la mente. Piper era la mujer más rápida del mundo, pero eso no significaba que sus pensamientos siempre se generaran con la misma rapidez.

Sólo hicieron falta tres palabras para que persiguiera al hombre de amarillo. Para que fuera tras la única persona que odiaba más que a cualquier otro ser vivo.

—Ven y atrápame.

Ven y atrápame.

Esas tres palabras habían desatado una furia que estaba enterrada en lo más profundo de su ser; una furia que sólo aparecía cuando sus pensamientos viajaban al pasado. Sólo que esta vez, esa furia desatada la había hecho viajar a otro mundo, a otra Tierra.

Piper Lita permitió que la furia y el poder de su velocidad decidieran su destino y aquí estaba: sola. En medio de la calle. En medio de Dios sabe dónde.

Claro, la chica ya había viajado antes en el tiempo. Dadas sus capacidades y su increíble velocidad, ¿cómo iba a dejar pasar la oportunidad de viajar al pasado y al futuro? Según ella, sólo un tonto despreciaría esa oferta. Sin embargo, esta vez era diferente. Piper no había viajado hacia atrás o hacia adelante en el tiempo; había viajado a otro mundo donde Expedite no existía. Ni siquiera estaba segura de que Caruthers City existiera. Demonios, ¿acaso ella existía en este planeta?

Al mirar su traje púrpura, se fijó en los copos de nieve caídos que cubrían sus mangas de cuero y que se derretían al rozar el contorno de los largos rayos negros que adornaban sus antebrazos. Levantando la cabeza, sus ojos color chocolate se entrecerraron, y la pantalla transparente que estaba enmarcada por una elegante máscara con un tono más oscuro que el de su traje, enfocó dos figuras a más de quince kilómetros de distancia.

Inmediatamente, los ojos de Piper se abrieron de par en par y sintió que sus pies se impulsaban hacia adelante, lanzándose por varios caminos y avenidas antes de tomarse siquiera un segundo para pensar en lo que estaba haciendo. Al detenerse, se escabulló detrás de la pared de una fábrica y se apretó contra la fría pared de ladrillo mientras los dos desconocidos permanecían en silencio. La espalda de uno de ellos daba hacia ella; tenía el pelo castaño corto y llevaba un suéter azul marino con botones sobre una camisa azul y unos vaqueros grises. Poniendo los ojos en blanco ante la elección de su ropa en un clima de veinte grados, Piper volvió a centrarse en el segundo— el hombre de amarillo. El hombre tras el que había corrido muy rápido y, como resultado, fue enviada aquí. Dondequiera que estuviera.

—Fuiste . Tú estabas en mi casa aquella noche —el temblor en la voz del chico era evidente mientras hablaba—. ¡Mataste a mi madre! ¿Por qué?

Espera un maldito segundo. ¿Qué—

—Si quieres saberlo, tendrás que atraparme —gruñó el hombre.

Averiguar dónde estaba y cómo se suponía que iba a volver a casa podía esperar. Este encuentro era demasiado intrigante y homogéneo con su pasado como para ignorarlo. El velocista amarillo se alejó y Piper observó cómo el chico salía a toda velocidad tras él sin pensarlo dos veces.

Oh, Dios mío, él también es un velocista.

Sin perder más el tiempo, les persiguió, reduciendo su velocidad para poder seguirlos sin que ninguno de los dos se diera cuenta de su presencia. El rayo amarillo que iba delante de ella era rápido, pero no lo suficiente como para alcanzar al rojo, ni lo suficiente como para alcanzarla a ella si corriera a toda velocidad. Piper era más rápida que el hombre de amarillo; no había ningún velocista que fuera más rápido que ella. La única razón por la que no había atrapado a su hombre de amarillo en su Tierra era porque éste tenía la molesta costumbre de teletransportarse en medio de sus encuentros.

Al detenerse bruscamente, Piper se agachó detrás de un asiento gris mientras sus ojos, muy abiertos, recorrían el estadio de fútbol en el que habían entrado. Todas las luces se encendieron, casi cegándola, y rápidamente apartó la mirada. Al centrar su atención en el chico de pelo castaño que se encontraba en un extremo del campo, sus cejas se alzaron.

Espera un minuto... echa ese culito para atrás. Hola, guapo.

Haciendo caso omiso de la expresión enfurecida que llevaba, Piper no pudo evitar examinarlo rápidamente antes de echar un vistazo al extremo opuesto del campo; los dos velocistas se estaban enfrentando.

Abriéndose paso hacia el otro lado de la arena, la pelirroja se acercó sigilosamente. Entonces, de repente, en un borrón de amarillo y rojo, los dos corrieron hacia el otro, y Piper no pudo evitar una mueca de dolor cuando el hombre de amarillo le dio un codazo a este último en el momento en que chocó contra él, haciendo volar al chico de pelo castaño. Rodando por el suelo, soltó un gruñido de dolor y levantó la vista para encontrar al velocista de pie sobre él.

—No eres bastante rápido, Flash.

¿Flash? Probablemente ese sea su nombre de superhéroe. Cada metahumano tiene uno, básicamente. Espera... ¿los metahumanos también existen en esta Tierra? Retiro lo dicho— no jodas, Piper. Ambos son velocistas, por supuesto que aquí también hay metahumanos.

Piper se agachó más, escondiéndose de la vista mientras los dos se enzarzaban en un juego del gato y el ratón por todo el estadio. Finalmente, los velocistas volvieron al campo y Piper se encogió una vez más cuando el hombre de amarillo arrojó a este último, casi riéndose mientras caía al suelo. Tras propinarle una patada en el pecho, corrió hacia el otro lado de su cuerpo, permaneciendo en silencio hasta que el castaño levantó la cabeza del suelo y le miró con mucho desprecio, la sangre que goteaba por su nariz se deslizaba poco a poco hasta sus labios.

—¿Quién eres? —bramó.

—Tú sabes quién soy, Barry.

¿Barry? Aguanta, ¿por qué su nombre le hace más lindo?

Piper se palmeó la cara mentalmente mientras intentaba hacer a un lado sus pensamientos erráticos.

Acelerando desde el suelo, Barry trató de pegar al hombre, pero falló por unos pocos centímetros. El hombre de amarillo le propinó otro golpe en el pecho y corrió, dándole patadas en la espalda sin vacilar. Piper se estremeció inconscientemente por millonésima vez al oír el crujido de algo, probablemente la columna vertebral del muchacho. Siguió observando cómo el hombre le lanzaba más puñetazos antes de tirarlo al suelo.

—No sé quién eres —protestó Barry, luchando por levantarse.

El hombre de amarillo negó con la cabeza.

—Sí que lo sabes, Barry. Tú y yo llevamos en esto mucho tiempo, pero yo siempre voy un paso por delante.

El chico de pelo castaño se levantó y lanzó un puñetazo, pero el hombre consiguió esquivarlo. Corrió alrededor del estadio en un círculo antes de acercarse por detrás de Barry y hacerlo caer al suelo.

—Estás destinado a perder contra mí, Flash. Igual que tu madre estaba destinada a morir aquella noche.

Justo después, el velocista del traje amarillo se alejó a toda velocidad y Piper miró al chico que permanecía tendido en el suelo, respirando con dificultad.

Esta pelea era demasiado parecida a la que tuvieron ella y su hombre de amarillo hace dos años.

La pelea que había iniciado una guerra.


NORTH MAIN STREET
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CENTRAL CITY   
FECHA: 6 DE OCTUBRE DE 2015    


PRESENTE 
    


Central City siempre estaba en movimiento. Eso era algo que Piper Lita había aprendido diez meses atrás, cuando dejó de correr y se encontró a sí misma en una calle oscura. Desde la cima de la colina donde se asentaba el vecindario, Piper podía ver los coches, la gente, los autobuses y los trenes que recorrían la ciudad. Ahora, Piper estaba sentada en el asiento de la ventana de su apartamento, admirando la siempre creciente puesta de sol.

En la cantidad de tiempo que había estado atrapada en esta Tierra, se las había arreglado para conseguir un trabajo en el Streetwise Bay, un restaurante local, y conseguir un apartamento. En su tiempo libre, cuando no estaba con su compañera de piso y mejor amiga, Erin Osborn, con quien trabajaba, vigilaba al torpemente adorable Barry Allen y a su equipo en los Laboratorios S.T.A.R.. Pasaba cada segundo aprendiendo todo lo que podía sobre ellos y los metahumanos que habitaban la ciudad.

En el transcurso de los últimos meses, Piper sólo los había vigilado en secreto, sin interactuar con ellos. Claro, los había divisado y seguido ocasionalmente, más concretamente a Barry, pero nunca se atrevió a relacionarse directamente con ellos. Era más seguro mantener las distancias.

El hombre de amarillo, del que se enteró que se llamaba el Reverso de Flash, estaba ahora muerto. Al menos en esta Tierra. En la suya, por lo que ella sabía, seguía muy vivo. No lo había visto desde diciembre del año pasado, pero sabía que seguía ahí fuera. Podía sentirlo. Aunque el Reverso de Flash de este mundo estaba muerto y no había nada, incluso entonces, que le impidiera contactar con el Equipo Flash, se negaba a hacerlo.

Tal vez fuera por miedo o ansiedad, pero no lo haría. No a menos que fuera necesario. En cuyo caso, no veía cómo podría ser crucial para ella hablar con ellos. 

Poco sabía Piper Lita que iba a ayudar a salvar Central City, y que todo el mundo recordaría el nombre de Expedite para cuando ella se haya ido.


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