𝟎𝟑

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ᴀʀᴄᴏ ᴜɴᴏ ——— ❛Licencia provisional.❜
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Omnisciente.
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La alarma de cada estudiante perteneciente a la clase 1A sonaba cada mañana como una nueva rutina. Algunos no podían negarlo—, extrañaban sus hogares y también a sus familiares—, pero buscaban acoplarse de la mejor manera a esta nueva alianza y manera estratégica de protegerse del exterior que los acechaba. Se desconocía donde yacía la Liga de villanos, aunque su líder se encontrara en una cárcel de alta seguridad, sus secuaces y seguidores aún merodeaban por ahí buscando recobrar el daño recibido. Se había vuelto prioridad para la academia mantener a salvo a cada uno de sus estudiantes y prestigiosos futuros héroes que quizás les salvarían de una generación de villanos más podrida que las anteriores. Era por eso que el examen de la licencia provisional era importante—, de ahí podrían hacer trabajos de héroes con otros héroes, siguiendo las respectivas normas y reglas que conlleva esta—. Pero muchos eran los que iban, incluso otras academias se preparaban para el dichoso día.

—Ah, estoy nerviosa.—presentaba su compañera Jiro, Todoroki mantenía una postura segura y firme, después de entrenar sus ataques especiales días anteriores, podía sentirse preparado.

Aunque se debatía—, habrían más academias y jóvenes con dones superiores a los suyos—, sabía que en esta ocasión debería actuar de forma egoísta si quería asegurar su pase a la licencia provisional. Era muy importante para ellos, porque debutaban como héroes en pequeñas tareas con profesionales. Todos estaban en una línea con sus maletines enumerados, seguía siendo raro, parecía que se forzaban por avanzar y olvidar lo que les había abrumado desde el campamento de verano, pero no había más opción que seguir, incluso aunque él no quisiera hacerlo. Cómo profesor, Aizawa estabilizaba a sus alumnos o a quienes se encontraban inseguros por la cantidad de personas que había por ahí. Sin embargo, Shoto con eso no era muy bueno. Él solo se aseguraba de qué nadie comprendiera cómo se sentía y que no infligieran con su visión, lo único que quería hacer era poder pasar el examen de la licencia provisional y demostrar que estaba capacitado para ser un héroe, a pesar de que no pudo salvarla.

—Si pasan el examen y consiguen su licencia, ya no serán unos novatos. Serán héroes semi profesionales, esfuércense.—adjuntó Aizawa, mirando a la clase 1A que se animaba.

—Si, ya no seré un tonto novato.—opinó Kaminari, apretando su nudillo en ánimo conjunto a Kirishima quien sonreía aún lado suyo.

—¡Hagamos lo que siempre hacemos... uno, dos... digan...

—¡Plus ultra!—Shoto no tardó en divisar la presencia de otros alumnos y de un chico bastante alto que se unió al canto de ánimo que habían recreado sus compañeros en medio del lugar.

—Creo que no deberías entrometerte en los grupos de los demás, Inasa.—comentó otro joven algo cabizbajo, el uniforme que posaban era diferente y un sombrero reluciente los adornaba.

—¡Lo siento, estoy extremadamente arrepentido!—golpeando su cabeza contra el suelo y haciendo una referencia de pena, Shoto no tardó en sentir irritación a la presencia de dichas personas.—¡Solo quería decirlo, Plus Ultra! ¡Es que me gusta la secundaria UA!—añadió con emoción.

Era la institución de élite—, la escuela rival de la UA, la academia Shiketsu—. Inasa Yoarishi era el alumno que brotaba sangre por su frente ante el golpe que él mismo se había realizado contra la brea, los compañeros de la clase 1A sentía curiosidad por dicha presencia y entusiasmo, pues les había dejado algo desconcertados, al menos a la mayoría. Pues los demás, quienes portaban actitudes frías y distantes no les tomaron el pelo, entre ellos Katsuki, quien miraba como Izuku sentía presión e intimidación ante una academia rival y élite con la que competirían en pleno estadio. Era evidente que la UA sería un foco de luz, pues desde el comienzo de año había estado llamando la atención y presentándose en el ojo público por el combate contra villanos—, como también lo que se veía como una conspiración por parte de Hikari Tamira—. Muchos evadían el tema y no oían los programas de chismes, suponiendo que era un tema confidencial que no podía hablarse, más aún cuando su hija estaba en el hospital.

El sonido de la máquina se presentaba de nuevo—, la piel de Kai lucía pálida y por encima tenía la bata azul de hospital—. De fondo no se oía nada, las cortinas estaban abiertas y alumbraban la habitación. ¿Cuántos días más debían pasar? Semana tras semana y aún no había noticias suyas, Kai seguía en la misma posición que la trajeron luego de la redada al escondite, era como si su vida se hubiera tenido, o quizás ella misma se negaba a despertar al cruel mundo del que quería escapar. En los vestidores de aquel estadio, Shoto se colocaba su uniforme de héroe de manera lenta. Subía sus botas y miraba alrededor como sus compañeros también se preparaban, ¿acaso alguien quería hablar sobre eso? Shoto entendía y comprendía que sus compañeros no eran como él, que él tampoco era como ellos—, pero si había alguien que quería hablar sobre eso, era sin duda alguna Izuku—. La culpa de ese día también lo estremecía por no haber hecho algo a tiempo, pero ya no había vuelta atrás y estaban aquí, avanzando con sus vidas.

—Todoroki.—llamo el chico pecoso que se acercó de forma tímida a su compañero, Shoto estaba sentado en un banco y mantuvo la cabeza baja.—Se te acercaron muchas chicas, ¿fue algo molesto?—le preguntó curioso, pues Shoto era un chico atractivo y fue centro de atención cuando entró al estadio.

—Un poco.—admitió, los demás hacían caso omiso, como si no quisieran sobrepasar una fibra frágil de su compañero.—Quizás es porque entre todas las personas, creí en la posibilidad de verla por ahí.—Izuku abrió los ojos, omitió el suspiro que saldría de su boca cuando Shoto se levantó.—Pero eso no importa.—señaló fríamente.

—Todoroki... —musitó Izuku con pena cuando le vio dar la espalda, había mucho que hubiera querido decir a su amigo, pero era difícil en una situación como esa en la que todos estaban envueltos.

—¿Qué no importa dices?—la tensión y el calor abrumó a los demás cuando Katsuki también sentado en un banco contrajo sus nudillos hasta apretarlos fuertemente.

—Chicos, no creo que este sea el momento adecuado, ¡como delegado entiendo que tengan muchas cosas de que pensar! Pero por más cruel que suene, deberíamos enfocarnos en esto y olvidar lo demás por un momento.—adjuntó Tenya en medio de la tensión que hizo a Shoto mirar de reojo a Katsuki.

—Ella no es un momento que deberíamos olvidar, es una persona, es mi amiga.—las palabras frías y serias de Katsuki hicieron una presión en Shoto, porque sabía la intención que tenía de provocarlos.—Y ganaré esta licencia para demostrar que la próxima vez no fallaré, la salvaré.—articuló entre dientes con la misma impotencia que compartía con Shoto, quien solo tenso su mandíbula.

—¿Te parece un trofeo?—se cuestionó Shoto, los pasos de Katsuki se detuvieron ante eso.—Desde que llegaste a la academia, buscaste desesperadamente su atención, no podías con el hecho de que se haya fijado en mi. Por eso en el campamento de verano hiciste todo lo posible para retenerla contigo, pude haberla salvado, tu me quitaste la oportunidad y terminaste perdiendo igual.—indagó, haciendo que Katsuki marcará sus venas por el enojo.

—¡Maldito mitad y...

—¡Chicos!—Katsuki detuvo su andar hacia Shoto, tan solo se quedó a paso lento mirando como Izuku tenía su ceño fruncido, desilusionado de ambos.—Parece ser que ni siquiera se tomaron el tiempo de conocerla bien.—afirmó, cabizbajo.—Lo menos que quisiera ella es que ambos se pusieran en esta situación y si le importara de verdad, lo habrían evitado.—añadió, mirándolos a ambos con enojo.

—Midoriya tiene razón, ¿qué caso tiene pelear en este momento?—se cuestionó Tenya, mirándolos a ambos, pero Shoto y Katsuki no se despegaban la mirada del uno al otro.—Todoroki, sé que te sientes impotente...

—No vine aquí a hablar como me siento, vine a pasar este examen. No hay nada más de lo que quiera pensar ahora.—atestiguó de manera brusca y fría, como si volviera a sus principios en la academia, donde alejaba a todos de él.

—Déjalo, Deku.—pronunció Katsuki con frialdad en su voz cuando noto como Izuku tuvo intenciones de seguir a su compañero.—Ya dejo clara su postura.—insistió, de forma bravucona.

Camino por los pasillos con una actitud irracional, se veía frío y molesto, parecía que todo a su alrededor le molestara, pero lo disimuló bastante bien cuando llegó al centro del comunicado. No se sentía intimidado por las demás academias, tampoco por quienes podrían portar un don superior al suyo. Shoto había entrenado desde que era un infante para este momento—, estaba preparado—. Era bueno estratégicamente y su fuerza podía ser letal si se dedicaba a eso, pues practicando sus movimientos especiales, hasta sus profesores admitían que su fuerza había aumentando lo suficiente como para en un futuro dar asenso a uno de los mejores alumnos en sobresalir de la academia UA, donde su padre también había estado en su adolescencia. Por más que intentara romper ese ciclo, seguía los pasos de su padre, era eso lo más que quería evitar, porque Shoto quería seguir su mismo camino y no permitir que alguien le diga como debe ser, o qué clase de héroe debería ser.

La comisión pública de héroe dio su presentación, no de la mejor manera, porque les faltaba personal y el presentador en medio de la orientación no ocultaba su cansancio. El contenido de ese examen se deduciría en puntos y en que todos competirían los unos con los otros, no era de esperarse que la comisión prepararía campos de batallas para procesar dichas peleas. Todos se pondrían dianas en sus cuerpos, podían tenerla donde fuera y les acompañarían seis pelotas que harían las dianas iluminar si las tocaban. Si se encendían las tres, estaban fuera y pasarían de ronda si vencían a otros dos. Todos se miraban entre sí, preparándose para ser astutos—, era peor que el examen de admisión—, no serían robots y eso era lo que empezaba alarmar a los demás. Un temblor relució, las compuertas se abrieron y los alumnos se percataron del campo de batalla en donde estaban, era otro nivel, la adrenalina en un instante se apoderó de todos ellos.

—¡Eraser, tu bragueta está abierta!—comento Fukukado, profesora de la academia Shiketsu que acompañaba a Shouta en los bancos del estadio donde veían todo perfectamente.—No puedo creer que trajeras veinte, es extraño que no hayas expulsado a nadie, ¿te gusta tu clase de este año?—le cuestionó de forma curiosa.

—Eran veintiuno, una de mis alumnas sufrió varias lesiones en el incidente del campamento de verano y está fuera.—hizo denotar en medio de su irritante actitud.—Pero la verdad no me gusta mi clase de este año.—admitió, haciendo reír a la compañera que tenía de lado.

—¡No te avergüences, que tonto!—bromeaba ella, lanzando luego un pequeño piropo que fue denegado.—¿De verdad son ciertos los rumores que mantenías una relación con Hikari? No recuerdo haberlos visto muy unidos en la academia. En fin, ¿cómo está su hija?—preguntaba de manera repentina, haciendo a Eraserhead intolerable.

—No puedo hablar sobre la salud de mi alumna, es algo confidencial. Pero en este momento están transfiriéndola a la enfermería de la academia UA.—comentaba él, cruzado de brazos.—Es una alumna con destrezas muy buenas que hubiera querido ver aquí, su ausencia ha afectado a los demás compañeros.—detallaba de manera serena.

—Que tragedia, ¿no lo crees? Su familia está maldita.—adjuntaba Fukukado sin pelos en la lengua.—Huérfana y con un hermano en el lado oscuro, ¿crees tener la capacidad de mantenerla cuerda?—la pregunta le inquietó, Eraserhead no disimuló el peso en sus hombros por eso.

—Cállate.—pidió, harto de oírla y queriendo enfocarse en el examen de la licencia, donde podría ver a sus alumnos.

—En fin, todo esto es muy extraño. Estoy segura que tú lo sabes muy bien, el examen es distinto cada año, pero sabes que hay algo que se ha convertido en una tradición en este evento. Cómo todas las escuelas del país compiten para pasar este examen, la única que perdió la ventaja de que nadie conozca sus dones de antemano, la mejor escuela cuyo festival se transmite y muestra no solo sus dones, sus estilos y debilidades es tu escuela.—afirmó ella, de manera burlona.

—¡Chicos, no se separen, actuemos en grupo!—pidió Izuku a todos los de su clase, que le oyeron de manera atenta ante su llamad.

—Si claro, no es una excursión.—denegó Katsuki con su atípica actitud, aislándose del grupo de manera imprevista para poder utilizar su don a su manera y sin sentirse presionado.

—Yo también me iré solo.—afirmó Shoto de manera fría, dándole la espalda a sus compañeros.—Es difícil usar mi poder en un grupo tan grande.—detalló, avanzando entre el campo.

—Si te gusta esta clase, debiste haberle dicho a tus estudiantes lo que siempre pasa al principio del examen. La derrota total de la UA.—continuó comentando Fukukado a Eraserhead, quien evadía la conversación y veía.

—¿La derrota de la UA? No hubo razón para no decirles, pero eso no cambia lo que deben hacer, tienen que superarlo todo.—decidió responder él, dejando en duda la capacidad de su clase.

El examen empezó y la mayoría de las academias fueron contra la clase 1A—, se prepararon e idealizaron un plan de forma estratégica para combatir contra los demás quienes le subestimaban—. Un combate empezó, pelotas saltarinas y naranjales intentaban de llegar a las dianas para empezar las eliminaciones. Con eso, Shoto avanzaba en la lejanía para pensar de una forma única como contraatacar a los enemigos que de seguro también vendrían por él. Pues no era alguien de por sí ordinario, era el hijo del actual era número uno, el que había ascendido de manera inesperada en el mundo de héroes y con quien Shoto debería familiarizarse más, pues desde la mañana recibió mensajes de su padre que le animaban a pasar el examen; uno los cuales dejó en visto y sin ganas de responder. Deteniéndose en medio del campo de batalla, en la lejanía se veía la tierra y el polvo levantarse, como también el suelo tambalear de una manera continua que llamó su atención.

—¿Temblores?—se preguntó, mirando alrededor.—¿Acaso? No. Debe ser un don.—confirmó, buscando de dónde venía la onda de temblor.—Todos los demás aspirantes se mueven en grupos de diez o más. Podría atacar primero, pero sería malo si tuvieran dones que anulen el mío. Lo mejor sería que los equipos se peleen entre sí y se eliminaran unos al otro.—pensó, escondido.

—Haber, estamos avanzando a los cincuenta y tres, ya que varios vencieron a más de dos, hay doscientos treinta reprobados. Queda menos de la mitad, ¡terminen!—anunció el presentado, alentando a Shoto para que se moviera.

No tengo tiempo que perder.—pensó, corriendo para así sentir la brusca brisa de una pelota naranjal que se acercó a él, la cual deshizo con fuego.

—Nada mal, como esperaba del segundo lugar del festival de la UA. Todoroki, ¿verdad? Es increíble que decidieras estar solo, debes tener confianza.—hablo un joven con atuendo rojizo, alrededor habían más disfrazados y evitando sus rostros.

—Pero aunque sea estudiante de la UA, tendrá problemas por estar solo.—adjuntaba uno más obeso, Shoto sentía las miradas encima suyo y empezaba a cuestionarse su decisión.

—Es uno contra diez, ¿qué vas hacer?—le cuestionó una chica baja, mirándolo y buscando intimidarlo, pero sin duda sería algo en vano.

—Gracias, ya no tendré que buscarlos.—afirmó él de manera arrogante y hostil, un toque de actitud que había guardado desde que se acopló a su clase, pero en esta ocasión, era diferente.

Shoto había aprendido mucho, era por eso que no le intimidaba estar solo. Aunque se cuestionó la decisión tenía la facilidad de acabar con este grupo de estudiantes que vinieron en busca suya, tenía dones peculiares que podía usar a su favor de una manera estratégica para acabar con ellos en segundo. Oía comentarios, le atacan de forma psicóloga, pero el fuego y el hielo se propagarían contra cada uno de ellos. Pudo dejarlos fuera de combate en tan solo minutos, se confió demasiado, pero fue la única manera en la que podía pensar sin sentirse desviado. Si pensaba en ella o en sus ojos cristalinos, reprobaría. Y él no podía permitirse reprobar, porque era pro Kailani que estaba ahí. Con pelotas naranjas en sus manos, se percató que no podía usar la activación de ambos dones a la vez sin que uno le interfiriera con otro. Aún así, logró aprobar y ser de los primeros en su clase en adentrarse al salón de ganadores. Dónde se encontró con varios de otras academias, incluyendo a Inasa.

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Capítulo 4: Culpa.

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