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ᴀʀᴄᴏ ᴅᴏs ——— ❛Debes entrenar.❜
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Omnisciente.
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Kai sostenía su mochila mientras caminaba por la acera de camino a la alianza. Delante de ella Izuku iba con lentitud, intentando de sostener y entender la amigable conversación que llevaba con Ochaco. Ambos se veían sonrientes—, incluso con las mejillas sonrojadas—. La albina los miraba de manera detenida, una semejanza le pareció venir de forma inesperada y melancólicamente pensó en cómo solía ser cuando ella y Shoto caminaban juntos en las tardes. Recordó las conversaciones y la manera tan detallada en la que el bicolor le gustaba expresarse, no solía hacerlo de una manera frecuente, pero Shoto busca entenderse con palabras cortas y reservadas. Sin duda era algo que a Kai le atraía. No se sintió sola en el camino hasta que miró de reojo como Shoto igual caminaba detrás de los demás quienes venían todos en una fila, hablando. Tenya le hablaba a Shoto, quien le ponía toda su atención.

Había una parte del día en donde Kai por alguna razón centraba sus pensamientos en él—, le parecía extraño la sensación de que ahora parecían desconocidos con simples recuerdos en común—. Dejo de mirarlo antes de que Shoto girara su mirada hasta donde estaba ella, pero solo la vio de espalda, sin percatarse que lo estuvo observando por cierto rato. Sin embargo, la mirada que atrapó a la albina fue la del pecoso de Izuku. Ella no tardó en avergonzarse, mirando a varios puntos para evitar un sonrojo. Él no tardó en sonreír, pero a su vez cierta preocupación lo emboscó. Se daba cuenta que había una fina línea de orgullo sosteniendo a sus compañeros por igual, tanto Kai como Shoto preferirían extrañarse el uno al otro que conversar sobre lo que había sucedido en los últimos meses. Con todo eso, era difícil para Kai como incluso para Shoto, el ideal de que ambos eran personas sumamente diferentes y que odiaban alguna parte de eso era la fuente que los alejaba aún más.

—Ya deja de mirarme así.—pidió Kai con cierta hostilidad, Ochaco decidió mirar para descubrir porque Izuku miraba tanto a Kai.

—¿Cómo te miro?—le preguntó Izuku, disminuyendo su paso y haciendo que Kai estuviese entre medio de él y Ochaco, quien oía.

—Ya sabes, con esa cara de querer entrometerte donde no debes.—respondió la albina, Izuku no evitó sonreír aún más; lo que ella decía era cierto.

—¿Sucede algo?—curiosamente Ochaco se introdujo en la conversación, viendo como Kai abrió los ojos gravemente; no quería que nadie oyera.

—Nada, no pasa nada, de verdad.—repitió Kai con cierta prisa, intentando de denegar para así parar en seco frente a la alianza.

—¡All Might!—con emoción Izuku y algunos estudiantes nombraron al profesor que yacía presente en la entrada, mirándolos.

—Jóvenes estudiantes, ¿ya salieron de sus clases?—preguntó el delgado hombre, todos se detuvieron frente a él para mirarlo y asentir.—Joven Bakugo, ¿ya empezó su entrenamiento? Digo, el castigo ya terminó.—se dirigió hacia el joven rubio, quien frunció el ceño.

—Obviamente.—respondió, Katsuki pasó por un lado de él con la cabeza en alto, pero evadiendo su mirada para así entrar a la alianza.

—Bien, realmente esperaba poder... ¡verla a usted joven Nakamura!—el humo destello cuando el cuerpo de All Might recibió musculatura, una que no duró mucho.

—¿A mí?—pregunto Kai, mirando como sus compañeros decidían adentrarse mirando curiosos a su profesor y compañera.

—Todoroki, ¿tú también ya has empezado a entrenar?—All Might detuvo al chico que iba pasando con la mirada en otro punto, quedando exactamente aun lado de Kai, quien lo miró de reojo.

—Si.—respondió Shoto con esa sutilidad en su voz, mirando así como de reojo pudo conectar su mirada fija con Kai, quien lo evadió en cuanto entró a la alianza, dejándola sola con All Might.

—¿Para que quería verme?—pregunto sin ningún tipo de actitud, tenía cierta curiosidad ante la presencia del ex símbolo de la paz.

—No había podido tener el tiempo, he estado recuperándome, pero habían ciertas cosas que quería hablar con usted.—indicó.

—La profesora Midnight dejó algunas tareas, puedo terminarlas en cuanto terminemos.—esclareció Kai, por lo que All Might asintió.

—Sígueme, daremos un paseo.—pidió él con suma pasta, no era lento, solo que parecía sentirse adolorido de alguna forma.

Kai se quedó desconcertada por un momento—, ¿un paseo?—No tenía claro de a dónde podían ir, pero confío en el adulto al que creció viendo en la televisión y caminaron hasta un vehículo estacionado afuera de la academia. Sin duda verlo en ese aspecto por alguna razón la hacía sentir mal, no culpable como antes, pero el hecho de que su infancia se basara en el héroe presente rescatando a otros hacía como si su etapa pasara y una nueva empezara. Se quedó mirando la ventana, no había salido desde que despertó y las calles se sentían diferentes, más aún cuando en un paré se vio grandemente en una pantalla la imagen de sus padres, enmarcados como héroes. Quedó tensa, tanto que no supo cómo relajar la expresión fruncida de su ceño. Después de todo, ¿su madre fue una villana considerada héroe y su padre un héroe considerado villano?

La lógica no podía esclarecerse, sentía muchas dudas de lo que veía y la compresión en su pecho no podía irse. No entendía la sociedad y tampoco las leyes que formaban a los héroes, estaba atada a una suma tristeza que la cegaba de las maneras más rápidas. El adulto la miraba, observaba como ella iba en silencio. Kai siempre fue una estudiante distante, que hablaba cuando debía y compartía con quienes sentía que quería. Sin duda vio el vínculo de ella con el actual portador del One for All, Izuku crecer a medida que el semestre fue pasando. Aunque fuera una estudiante así, sabía que Kai era inteligente y se esforzaba cuando debía, por eso estaba preocupado de este nuevo inicio escolar y como le afectó la pérdida de sus padres en el proceso académico. Llevaba ya algunas semanas desde que volvió a clases, pero aún así él sentía que ella no avanzaba.

—Llegamos, es aquí.—articuló Toshinori, avisando a Kai cuando el auto se detuvo y ella quedó desconcertada.—Creí que debías venir aquí.—anunció cuando Kai se bajó del auto.

—Ya veo.—musitó ella al ver donde estaban, cerró la puerta con delicadeza y dejó su mochila en el interior del auto que tenía un chofer.

—Podemos irnos si no te sientes preparada, joven.—indicó All Might, mirándola para buscar algún tipo de aprobación de la alumna.

—Algún día tenía que venir.—respondió Kai con letanía, había algo en su rostro que no sabía cómo expresar; miedo, inseguridad, no lo sabía.

Se quedó en silencio, como si no pudiera procesar las palabras al ver que estaban en un cementerio. Sus piernas empezaron a sentir un calentón que subió hasta su garganta, Kai siguió tensa a su profesor como si no supiera por quienes estaba aquí—, pero asimilarlo era más difícil que entenderlo y eso le dolía—. Él iba guiándola, con muchos pensamientos en la cabeza. No sabía si era correcto o no, solo sintió que su corazón lo quiso guiar hasta ahí, que aunque pedir un pase para ella no fue fácil, logró poder sacarla y llevarla a la realidad cuando se detuvo en la lápida familiar que enmarcaba la de su padre y madre. Retrocedió y permitió que Kai mirara, habían flores relucientes e incluso cartas, varias figuras coleccionables y pines dedicados a ellos. Kai no supo cómo sentirse o asimilar todos esos sentimientos que vinieron como emboscada. No podía sacarlo, solo bajo la cabeza y frunció el ceño.

Tantas imágenes, tantos recuerdos sacudiéndola con esa emboscada de sentimientos fue algo que pudo procesar su profesor—, fue poco tiempo, el de perder a su padre y luego a su madre—, pero el caos que había en su mente era por lo que pasó, porque precisamente lo recordó. Apretó sus labios, porque sintió la noche tensa aquella vez y como su madre respiraba agitada, buscando inmovilizarla. Kai se sobresaltó cuando simplemente vio con claridad en su mente la imagen de su mano levantándose para soltar un golpe mortal que sin duda la inmovilizó hasta tener que abrazarse a sí misma. Sintió la culpa invadirla y un sentimiento de impotencia hacer que sus labios temblaran para sollozar de forma baja, ¿por qué hizo eso? Se arrepentía, no había forma de salvarse de eso que sentía o pensaba de sí misma, porque nadie podía ver lo que ella ahora veía.

—¿Por qué él me hizo hacer eso? Yo no le hice nada.—expreso Kai en un sollozo.—¿Por qué vengarse de ella utilizándome a mí y a mi hermano?—añadió a su pregunta, fastidiada.

—Hay personas malas en el mundo, joven. Viven del dolor y gozan de la debilidad que otros puedan tener, por eso personas como nosotros existimos.—respondió All Might, mirándola.

—¿Y por qué Endeavor mato a mi padre? Él era una buena persona.—sollozo, denegando rápidamente.—Usted dijo que me ayudaría.—articuló con enojo, haciendo que All Might abriera sus ojos y de manera apenada mirada al suelo.

—Tu padre fue envenenado con algún don, de alguna manera buscaban que ese don detonara contra otros y muriera al instante, no había forma de salvarlo. Era cuestión de tiempo.—esclareció.

—Tarde tantos años asimilando que mi padre era un villano, hasta que me rendí y luego cuando supe que no era cierto, debía asimilar que mi madre siempre fue lo que jamás creí que sería.—musitó Kai, mirando la lápida de su madre.—¿Y aún así como puedo perdonarla? ¡Si se fue, se ha ido!—exclamó con rabia, brotando más lágrimas.

—Hay muchas cosas que no podemos entender, pero es por el hecho de que no están en nuestras manos.—irrumpía All Might, viendo a Kai girarse para denegar y mirarlo furiosa.

—¿Qué no podemos entender? ¿Y por qué los buenos deben sufrir tanto?—cuestionó Kai.—¿Por qué Izuku nació sin un don y fue acosado por personas que querían salvar a otras? ¡Dime! ¿Que lógica tiene eso? ¿Merecemos ser héroes o solo queremos serlos para complacer a la sociedad? ¿Acaso los villanos tampoco tuvieron oportunidad?—cuestiono, en un llanto eufórico lleno de impotencia.

—Por eso nacen personas como tú, personas como yo.—asumió All Might, inclinándose para estar de su estatura.—Para enseñarles a otros lo que es correcto y darles la oportunidad de superarse, somos el reflejo de esas personas.—expreso, dejando a Kai en silencio y aun así, insatisfecha.

—Debería ser ese mi punto de partida, uno sin caprichos y egoísmo.—musitó, girándose para mirar la lápida de sus padres y entender la magnitud del dolor que les causaba su ausencia.

—Deberás entrenar para el examen de la licencia provisional, tienes que hacerlo.—aconsejaba All Might.—La comisión de héroes espera el momento correcto para asignarte un tutor, hasta ahora no hay candidatos pero muchos esperan conocerte con ansias y guiarte en este nuevo camino.—decía.

—¿Entre ellos quienes?—le preguntó Kai con curiosidad, girándose para ver a su profesor mirarla de manera detenida.

—El ahora héroe número dos, Hawks.—el nombramiento de dicho héroe hizo que Kai por un momento quisiera emocionarse.

Mientras volvían a la alianza con un silencio frío, Kai pensaba en las probabilidades de conocer al héroe número dos y compartir con él todo lo que pudieran. Hawks era aclamado por el público—, más las chicas quienes derretían ante su peculiar carisma y belleza—. Era joven, bastante, pero aún así cualifico desde siempre y se mantuvo en una buena racha, estaba bajo el ojo de la comisión de héroes y su historia con ellos provenía desde su infancia. Quizás por eso cuando supo lo que sucedía con la albina, fue de los primeros en ofrecerse para tutelar en su camino. Se notaba que Kai había llorado, estaba exhausta y quería llegar, porque haber ido a ver las lápidas de sus padres pudo haber sido un avance que necesito desde el primer momento en que se sintió estancada al despertar y ver a sus compañeros adelante, podía ser un avance o también una tortura.

—Le agradezco que haya aceptado acompañarme, joven Nakamura.—agradeció All Might, ella se quedó frente a la entrada de su alianza y notó desde afuera que la sala de estar estaba vacía.

—All Might.—llamó Kai con su voz en un hilo, mirando como él decidió omitir su paso para girarse y mirarla, esperando una respuesta.

—¿Si hubiera sido más valiente, incluso tú habrías salvado tu poder aquella noche?—le preguntó Kai, por lo que el adulto suspiró.

—Mi meta era salvar a mis estudiantes, lo demás pasaría tarde o temprano.—expreso All Might, acercándose a ella para así darle una palmada en su cabeza.—Creo en ti, joven.—indicó, para mirar como en el interior a través de la ventana se veía en la cocina a alguien.—No dejes que tú mente te aleje de aquello que te acerca a la felicidad por miedo.—aconsejó, decidiendo irse.

Kai se asomó al entrar a la alianza, había mucho silencio pero se oía alguien escabullendo en la cocina. Se quitó sus zapatos, quedando en medias cuando notó que sus pantuflas no estaban. Camino de forma sigilosa y sosteniendo su mochila celeste de lado, observó como ciertamente Shoto estaba buscando algunos platos. Había azúcar afuera, también chispas de chocolate—, él tenía su uniforme de educación física, sin embargo traía unos shorts del mismo color que la camiseta y estaba con sus pantuflas—. Kai se quedó en silencio, no sabía cómo acercarse, pero verlo ahí la hizo volver a sentirse melancólica. Pensó tantas maneras para poder acercarse e incluso imaginó el hecho de volver abrazarlo cuando se acercó, tenía muchas ganas, quería realmente abrazarlo y estar cerca de él, necesitaba de una forma u otra recuperar todo lo que perdieron. Tomó valor y respiró hondo, levantando su mano para tocarlo.

—¡Todoroki, ya busqué el mantel para no ensuciarnos la ropa!—Kai bajó la mano cuando oyó la voz de su compañera, Momo se adentró a la cocina y capturó a Kai.—Nakamura, ¿ya volviste? Espero que el profesor no te haya dejado más tareas.—Shoto se giró rápidamente, mirando como Kai estaba detrás de él, tan cerca como lejos.

—Kai.—el hecho de oírlo, de ver cómo Shoto se dirigía a ella la calmó; mantuvieron contacto visual por mucho tiempo, de alguna manera ella se sintió molesta o desanimada, como si sus ilusiones cayeran al suelo.

—Yo... solo quería saber cuando entrenarían tú y Katsuki, así podía acompañarlos.—hablo de manera distante, se sentía incómodo por un momento, más con Momo ahí, mezclando una mezcla de galletas.

—Mañana después de clases.—le respondió de forma sutil, por lo que Kai con un tipo de tristeza arropándola asintió, alejándose.

—Prepararé el horno.—aviso Momo, Kai sonrió de manera irónica, no podía expresar que estaba celosa, pero era obvio que lo notara.

—Yo, iré a ducharme, los dejo solos.—aviso Kai de una manera cínica, mirando como Shoto cambió de expresión rápidamente.

—Kai.—la llamo como si quisiera darle explicaciones, porque no quería ideas en su cabeza; Shoto solo quería ese momento, ese instante donde pudieran volver a hablar.

De un impulso, Shoto caminó hacia ella cuando Kai retrocedió—, pero esta dejó de mirarlo y continuó caminando con la mochila de lado hasta el ascensor. Quizás las esperanzas que tenía eran innecesarias, ilusiones que su mente producían para buscar algún tipo de alivio en su corazón, pero estaba más que claro—, habían avanzado sin ella, incluso Shoto—. El ascensor se cerró, haciendo que Kai soltara una bocanada de aire cuando su corazón quería salírsele del pecho. ¿Por qué se sentía así? Eran unos celos que no controlaba y el asimilarlo se dio cuenta de una simple cosa, había estado enamorada de Shoto y ahora más que nunca, sentía que ese sentimiento se desvanecía como si no fuera real y era lo que no quería. Shoto se quedó mirando el ascensor, contemplando la idea de ir tras de ella y hablar, animarla a entrenar con ellos, pero oía de fondo a Momo y ella le sonreía, incitándolo a hacer galletas. Quizás ambos no lo entendían, pero no fueron hechos para estar el uno para el otro.

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Próximo capítulo: Entre nosotros.

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