CAPITULO 61

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Alana estaba en una casa, la radio radiaba los sucesos de la guerra, el cielo mostraba un aire plomizo y lentamente las gotas de lluvia comenzaron a salpicar los cristales. A lo lejos se escucho un fuerte portazo, lo que hizo que Alana se enderezara. Se puso de píes e intento escabullirse.

-¡A donde crees que vas!- Grito una voz grave.

Alana se detuvo y trago saliva con dureza. Lentamente se dio la vuelta y le miro fijamente.

-A mi habitación.- Respondió ella con miedo en la voz.
-Tus notas han llegado. Has bajado en matemáticas, sabes lo que sucede cuando no hay sobresalientes.- Amenazó él mirándola.
-No, por favor.- Dijo Alana llorando.

En aquellos instantes se sentía impotente, ella, princesa y guerrera de Narnia. Sentía miedo de un hombre, alguien que incluso con sus propias manos podía matar.

-Haberlo pensado antes de bajar esa nota.- Dijo el dándola un bofetón.

Alana cayo al suelo y le miro con despreció y odio.

-¡Para de pegarme!- Grito ella.
-Ni se te ocurra gritarme.- Amenazo él acercándose.

Alana se puso de pies rápidamente y salió corriendo de allí. Pero él la alcanzo y la tiro por las escaleras, provocando que le salieran moratones y heridas, de las cuales salía sangre. Alana lloraba, mientras veía como aquel hombre la maltrataba. Hasta que llego aquello que ella mas odiaba. Él se cogió un cinturón y empezó a pegarla, Alana gritaba al sentir aquél dolor, pero no podía hacer nada.

Alana despertó, miro a su alrededor. Solo era un sueño, se dijo a sí misma. La gustaría creerlo, pero no podía, aquellos malditos recuerdos perduraban en su mente noche y día, atormentando su mente sin descanso. La Narniana se levanto y salió de allí, mientras las lágrimas, producidas por el miedo, resbalaban sus mejillas.

"No es real. Deja de pensar en ello. Hace años que sucedió aquello, él no volverá a hacerme daño, ni a mi ni a nadie. Hice bien lo que hice. Jamas debió de existir aquel hombre, era un monstruo, y murió como tal." Pensó Alana mientras el miedo iba desapareciendo lentamente de su cuerpo.

Alana llegó hasta un árbol, y allí comenzó a trepar por él. Al llegar hasta una gruesa y alta rama, se sentó miro hacia la nada. El frío no la afectaba y aquello la agradaba, pero el miedo si que la afectaba, aquel miedo tan perpetuó, aquél que siempre estuvo en su mente y que por alguna razón nunca había conseguido olvidar. ¿El motivo? Tal vez, porque había sido la primera vez que realmente tuvo miedo de algo. La primera vez que se sentía aterrada, temerosa de perder su vida de no volver jamas a Narnia, de no ver a su familia, de no volver a ser feliz nunca.

-¿Que haces aquí arriba?- Preguntó Peter en una rama cercana.
-Pensar.- Respondió fríamente mientras le miraba. -¿Y tu?- Preguntó ella con curiosidad.
-No podía dormir.- Respondió él.

Alana no dijo nada, y mantuvo la mirada puesta en su anillo mientras le daba vueltas, siempre que estaba nerviosa o la inquietaba algo jugaba con lo primero que encontraba. Y era raro que no tuviera nada, ya que constantemente necesitaba de algún objeto para jugar y poder detraerse.

-¿Estas bien?- Pregunto Peter percatándose de su rostro algo húmedo.
-Sí, no es nada.- Mintió ella regresando a su juego.
-Claro.- Alego él con sarcasmo.
-Pesadillas. Ya estoy acostumbrada.- Alego ella mintiendo en parte de ello.

Estaba claro que Alana no estaba acostumbrada a tener aquel tipo de pesadillas. Odiaba recordar aquellos sucesos tan desagradables.

-Me estas mintiendo. Creo que has soñado con lo que te paso en mi mundo.- Alego él mirándola.
-Ese hombre era un monstruo, peor que todos aquellos que he conocido. Siempre enfadado, perfeccionista y estricto. Recuerdo un vez, cuando me dieron las notas, que por haber sacado en una sola asignatura un ocho me pego. Pero me alegro de hacer lo que hice. Él no volverá ha herir a nadie. Me encargue de ello.- Explicó ella con algo de felicidad.
-¿Que hiciste?- Preguntó Peter mirándola con temor.
-Un día, de los tantos que me maltrató, me defendí y le apuñale con un cuchillo.- Explico Alana mirándole.
-Fue la noche que te vi en el parque.- Alego él descendiendo.
-Sí, después regrese a Narnia. Se que no vivió, porque recuerdo ver mucha sangre, pero se que él no volverá. Hice lo que debía de hacer.- Explicó Alana mientras Peter se sentaba a su lado.
-Tranquila yo te protegere para evitar que vuelva a suceder esto con cualquiera de mi mundo o cualquier narniano. Sabes que puedes confiar en mí para lo que sea y que nunca te voy a defraudar.- Dijo Peter evitando no caer del árbol.

La abrazó por los hombros e hizo que ella apoyará la cabeza en su hombro, Alana sonrío contra el pecho de él lo que le causo un par de cosquillas al chico. Cuando pararon de causarse cosquillas el uno al otro se separaron lentamente haciendo que sus caras estuvieran paralelas la una a la otra, el ladeó su cabeza y lentamente se acercó a la chica. Antes de posar sus labios sobre los de ella se los relamió causando que bajo el reflejo de la luz se vieran más brillantes lo que a la chica le encantó.

Finalmente se unieron en un beso del que no olvidarán jamás y recordarían hasta su último aliento de vida.

★★★★

Con la colaboración de 5sosforever2425. Como siempre, ella me ayuda con estas escenas. Os recomiendo que leáis sus historias, están muy bien.

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