XIX. The Wolf●

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The Wolf by
The Spencer lee band
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°~Aún no sé porqué te fuiste

CCON TRES 3 VALIJAS PARA DOS SEMANAS Y UN EQUIPAJE DE MANO, Ariadna había regresado a Los Ángeles. Hoy es el gran día del inicio de un gran cronograma de actividades del trabajo adicional una reunión para su participación en Disney

¿Nerviosa? Por supuesto pero feliz, hace tiempo no sentía que tenía tanto trabajo y sobre todo implicará viaje.

Debía ir al edificio administrativo para el contrato de su participación; almorzar; asistir a una firma de autógrafos en un evento de entretenimiento y; regresar al aeropuerto a las 9 pm para el vuelo. Una chica ocupada para un día ocupado.

Dejó a su gato con Matt quien se quedaría en NY durante su estancia afuera de la ciudad lo cual le trajo mucha más tranquilidad.

Desde el domingo anterior su cabeza rondaba con la idea de ver a Milo, lo ocurrido aquel día la dejó pensando respecto a cuando ella volviera ¿Ella debía decirle? ¿O esperar que él lo hiciera?

Son las 12 del mediodía y debía buscar para comer algo sobre todo porqué despertó tan temprano que apenas pudo comer algo y por comida se refería a un poco de café. Llevaba unos pantalones cargo que iban a la cadera y una blusa corta que bajaba solo hasta después de sus pechos color negro lo que permitía resaltar su figura. Quería viajar cómoda, al menos pudo descansar en el avión.

Con valijas en mano y su abrigo estilo militar en una mano, con la mirada intentaba encontrar un carrito para su equipaje hasta que finalmente encontró uno apartado de los demás sin estar ubicado donde estaba el resto o donde se supone que debía estar

Con eso podría llevar el resto de su equipaje

Caminó con dificultad hasta la ubicación fijada, su equipaje era algo pesado a pesar de que llevaba rodando dos ¿En qué momento pasó a estar sin músculos? Ah sí, desde que dejó de ir al gimnasio, es decir, desde que terminó la película con Milo

¿Por qué todo siempre volvía a Milo?

Al llegar al carrito para sus maletas dejó caer su equipaje de mano soltando un jadeo de alivio y resopló, por ahora esto es lo que menos le ha emocionado de trabajar ya que esta vez vino sola, considero que no sería necesario debido a que los humos de los chismes habían bajado, pero ahora si extrañaba a Janson para ayudarle con esto.

Cuando volvió a tener energías la actriz tomó su maleta con fuerza y la dejó en la planta donde se supone que iban las maletas. En ese momento al lanzarla, otra maleta y no de ella cayó al mismo tiempo.

—¡No, amigo! —expresó con algo de molestia—búscate la tuya

En ese instante Ariadna levantó la mirada... muy levantada.

Se asombró de que todas las personas en el mundo que estaban justamente viajando a Los Ángeles en ese instante, al mismo momento que ella y que estarían buscando un carrito justamente él se apareciera y se haya topado con el mismo que ella.

Él también se asombró y quedó sin mucho que decir. El actor llevaba unos Jeans y un abrigo al estilo Kanye West de color negro y una gorra negra de igual forma

Ese tipo de estilo urbano no solía verlo mucho en él, se sorprendió con ello, pero más sorpresa tenía cuando se encontraron de esa manera por tercera vez en un aeropuerto (la primera vez fue en España). Cuando el chico se dio cuenta de quien era se sacó a gorra

—Qué forma tan peculiar de encontrarnos, Karagiannis. —se formó una pequeña curvatura hacia a un lado

—Hola, Milo—le devolvió la sonrisa.

Ambos se quedaron en este instante congelados el uno del otro sin saber que decir pues las palabras quedaron cortas producto de este no esperado cruce. Ariadna podría quedarse mirando un poco más los ojos avellanos que ha cautivado sus sentidos, pero el californiano rompió el intercambio de miradas.

—¿Cómo estás? —preguntó la actriz buscando romper el momento

—Bien, digo, cansado, pero estoy bien

—Oh, genial...

—¿Y tú?

—Bien, feliz de estar aquí en Los Ángeles... aunque...—. Milo la mira esperando una respuesta.

—¿Qué? ¿Está todo bien? —. Ariadna asentó. —¿Entonces? ¿Te falta tu café del día? —dijo con algo ironía. Su intención no se vio odiosa, de hecho, la actriz se sorprendió que recordara que siempre toma café en la mañana.

Ariadna sonrió ligeramente y apretó sus labios, lo cual era una clara señal de un lenguaje no verbal que el californiano recién llegado comprendió

—Vamos por tu café—. ¿Vamos? Se preguntó así misma ¿había escuchado bien? —hay un Starbucks aquí

—No es necesario, Milo

—Sí lo es, entiendo que necesitas un café así que vamos por el

—Tengo un día ocupado y.... no quisiera tardarme más.

Milo bajó la mirada y sonrió tímido—A decir verdad, estaba buscando una excusa para hablar.

Y así Ariadna quedó en sorpresa por sus palabras, quería hablar ¿Sobre qué? ¿Sobre lo último que pasó en el ascensor? Tal vez sí se merecía un café para llevar su día, pero ahora el hablar sobre algo en particular aún más

—Vamos por el café—. Milo levantó su rostro y esbozó una sonrisa lado

Si era momento de hablar sobre el tema, era ahora

—También veo que necesitas más el carrito que yo—ladeo su cabeza señalando la cantidad de equipaje que traía

—Oh si—asiente—Pues son dos semanas de viaje y esta pesado—la actriz tomó otra de sus valijas para colocarla allí

El pelicastaño se dio cuenta y se acercó a la actriz para ayudarle—permíteme—agarró las valijas que traía para colocarlas en el carrito, a su vez tomó su equipaje de mano para ponerlo al lado del de ella

—Creo que debemos compartir—Se puso en frente de Ariadna.

Y aunque quiera ocultarlo o incluso negarlo, por dentro, la chica se emocionó. Esbozó una leve sonrisa mostrando sus dientes, a Milo le gustó

—¿No te importa que nos vean?

Milo arrugó ligeramente su frente entrando en una confusión—Somos compañeros de trabajo, es normal que nos vean juntos

Cierto

Su pequeña ansiedad se presentó, Ariadna ladeo con la cabeza esclarecida. ¿Aún quedaban restos de la ansiedad del pasado que quería dejar atrás? Bueno, no sería del todo raro ya que su pasado estaba en su frente

—Tienes razón

Los chicos caminaron hasta la cafetería más cercana, sin mucho más que decir por lo menos ahora avanzaron y aunque un número pequeño de personas notaron su presencia, se sintió bien andar juntos sin tener a paparazis y fans acercándose a preguntar y acosar para tener información de ellos, otra vez ya era una persona "normal".

No obstante, no podía dejar de tener una pregunta en su mente ¿Era eso la conversación que tenían pendiente?

Para su suerte la fila para el café no era larga, aunque deseaba comer algo más su estómago había olvidado lo que era el hambre por unos momentos hasta que vio un paninis y croissant.

—Buenos días ¿Qué puedo ofrecerles el día de hoy? —preguntó la chica amable que atendía en esta sede de Starbucks.

—Hola—dijo sonriente Milo, como siempre amable—yo solo quiero un jugo de naranja y....—vio a la rubia, ella también, no supo que decir, sonrió algo nervioso sin saber cómo poder llamarla, pero lo dijo: —mi amiga quiere un cappuccino de vainilla

Amigos

Fue raro para Ariadna usar ese título de ambos

—En este momento no tenemos disponibles sabores con vainilla

—Bien, no hay problema un Flat White, de no tenerlo entonces un caramelo macchiato—Dijo mientras buscaba su billetera en sus bolsillos. Perpleja fue la palabra que describió a la rubia ¿Cómo podía recordar todo eso? —¿Está bien así, Ariadna? —. Ella afirmó

—De acuerdo ¿Algo más?

—No sería todo—. No obstante, antes de que la chica siguiera tecleando en la pantalla donde tomaba pedidos, le echó un último vistazo a la ateniense quien miraba en la vitrina de comidas. —De hecho—miró a la chica Starbucks—un croissant no está demás

Ariadna se incorporó y vio a Milo, él la miró una vez más y le soltó un guiño, ella quedó sin palabras

—¿Su orden es para comer aquí o para llevar?

—Llevar—. En eso Milo dio su tarjeta y se hizo efectivo sus intenciones

¿Para llevar? ¿No iban hablar? Eso la dejó confundida

—¿Llevar? —cuestionó con cierto recelo

—Sí, me dijiste que tienes cosas que hacer y no te quitaré mucho tiempo, además se cómo estas cuando estas sin café

—Bueno... no sé qué decir—conmovida estaba y de alguna manera atendida ya que los detalles importan para ella, no pensó que el recordara todo

—No lo hagas—dijo con suavidad—disfrútalo

Con una mirada cautivadora de parte del chico y unos ojos picaros por naturaleza las coestrellas sostuvieron sus miradas por un instante ¿Era amabilidad o coqueteo? nunca se sabe con Milo, pero definitivamente había algo. Tensión siempre había, pues en los ojos de ambos se notaba.

Un par de minutos después el pedido estaba listo, la ateniense lo recibió mientras el llevaba el carrito con el equipaje con curso ... ¿hacia dónde? ella debía comer algo y luego ir a Disney así que lo mejor era hablarlo ahora o después pero ya estaba aquí, lo mejor era soltarlo así que tomo un sorbo de su café, le dio un mordisco y a su croissant.

—¿Y de que querías hablar? —preguntó la rubia rompiendo la tensión que siempre surgía entre ellos—es qué debo irme y mientras salimos del aeropuerto podemos hablar

—Si, bueno estuve pensando en lo que me dijiste aquella vez...

¿Sera que mantuvo en su mente lo de que se preocupaba ella por él? ¿Significa algo también para él?

—Sobre llevarnos bien... somos colegas de trabajo y vamos a estar juntos por dos semanas no solo en las fiestas de estreno también en las publicidades y promociones juntos, de alguna manera fuiste parte y aún eres parte de mi vida, pienso que si debemos llevarnos bien—. El llevarse bien le gusto a Ariadna, pero de alguna manera le trajo una leve desilusión.

—¿Cuándo dices llevarnos bien...?

—Pues llevarnos bien... ¿Qué otra cosa podría ser?

Amigos

—Oh...si, está bien, es una buena idea, no quiero que los demás se sientan incomodos

—Pues incomodos sería porqué tu y Alex rompieron, una pareja de ex que terminaron mal no siempre es bueno

—De hecho, yo hablaba de—Señaló el espacio entre ambos, dejando claro que hablaba de lo que provocó TMZ con ellos—esto

—No tienen que... digo, no es que sepan lo que pasó realmente—. Ariadna tomo un leve sorbo y puso mirada ingenua, Milo se dio cuenta de ello, levantó la ceja y preguntó. —Ariadna... Nadie lo sabe, ¿verdad?

—Pues...

—Aria...

Y una vez más la llamó Aria...

—Pues lo sabe Meg—Sonrió en grande y pestaño en par, poniendo una mirada inocente, pero guardando siempre esa picardía natural que resaltaba en sus ojos, dulces pero llenos de vida. La mirada de Milo fue seria. —¿No se lo has dicho a nadie?

—No, se especulaba de todo, pero nadie lo sabe, eres una dama y no mereces que estén hablando de ti de esa manera, no seré yo quien continué

Ari se encogió de hombros y frunció sus labios, Milo echó un vistazo. —Pero solo sabe Meg

Milo respiro profundo y resopló, sintió una pequeña molestia, un suspiró de disgusto, sin embargo, aquella incomodes solo le duro unos segundos ya que al mirarla rio entre dientes, ladeo su cabeza y siguió el curso.

—Que voy hacer contigo, preciosa—dijo con suavidad, se acercó y limpió la comisura de sus labios pues tenía restos de su croissant. El corazón de Ariadna sintió un alivio y poco mimada por aquel gesto. Una vez más sostuvieron sus miradas... característico de este par. —Al menos sé que lo sabe alguien de confianza

—Así es... y nos entiende

Milo sonrió de lado y ladeo su cabeza como gesto de seguir caminando—Anda, vamos, no quiero que llegues tarde.

Así siguieron los chicos con curso hasta la salida del aeropuerto justo antes de la desviación del estacionamiento, terminando sus bebidas y llevando tranquilidad a este nuevo comienzo

—Yo llego hasta aquí—se detuvo la actriz justo antes de llegar al estacionamiento. Milo se giró a verla. —Aquí puedo cruzar para cuando pida el Uber

—¿De verdad crees que dejaré que tomes un Uber? —levantó su ceja mirando a la actriz tratando de entender su afirmación. Ariadna movió sus ojos sin saber que decir. —si es lo que piensas entonces estás lejos de conocerme, anda—ladeo su cabeza a un lado—vamos, te llevaré

Y como siempre ahí aparecía el Milo que conocía o conoció, como siempre, salían buenas ideas de su boca

—De verdad no es necesario—Sacude su cabeza.

Milo dejó aquel carrito para acercarse a la actriz un poco—Anda o te pondré sobre mis hombros

La ateniense abrió sus ojos en par en par, rio con incredulidad—no serias capaz

El californiano sonrió de lado y movió su lengua dentro de su boca, echó un vistazo a la actriz de pies a cabeza y miró sobre sus lentes ópticos

Que sexy se ve haciendo eso

—¿Es un reto, Karagiannis? —el chico se acercó a su oreja para decir en susurro—¿Debo recordarte la última vez que me retaste?

Cuando sintió el aliento de su voz cerca de su oreja Ariadna tuvo un ligero estremecí y esa sensación de adrenalina que surgía cuando estaba con él. ¿Por qué sólo le sucedía con él?

—Estamos en público—se cruzó de brazos—sé que no lo harás

Con una curvatura en su boca provocando una leve sonrisa, el actor se posicionó a la misma altura de la actriz apoyando sus manos en sus muslos, su mirada era firme pero llena de malicia, carita preciosa y llena de sorpresas—no me subestimes, Ariadna.

En instantes Milo se hizo a un pequeño lado y avanzó un pasó para que el cuerpo de Ariadna cayera sobre su hombro, la actriz se asombró y su primera reacción fue apartarse, pero el californiano con su mano más libre abrazó los isquiotibiales de ella e impedir que se moviera haciendo que cayera finalmente en su hombro, Milo sin dificultades se levantó, Ariadna como un saco quedó sobre el cuerpo de Manheim

La griega quedó atónita y su cabello caía hacia su frente, no quiso traer más drama así que golpeaba ligeramente su frente que ahora era la espalda de Milo para que la bajara.

—¡Milo bájame! —exclamó en molestia—¡Ahora!

—Sí si—respondió en sarcasmo

Tomó el equipaje de mano que llevaba Ariadna que dejó caer en el piso para ponerlo sobre el carrito y caminar hacia dentro del estacionamiento. La rubia pataleaba, pero él solo hacía caso omiso

—¡Milo Jacob Manheim bájame en este instante!

Milo rio sorprendido—¿Sabes todo mi nombre, Ariadne Sophia?

Ariadna echó en lo que pudo su cabeza para atrás para tener claridad en su frente e hizo de igual manera con su cabello, quedó asombrada

—¿Cómo sabes mi segundo nombre?

—Pues fui atento en Alemania

Y claro que lo fuiste

La rubia no pudo no evitar esbozar una sonrisa a pesar de que el no pudiera verla le fue inevitable no hacerlo, ¿De qué se sorprendía de toda esta situación? si así era Milo, desafortunadamente el resto del mundo no lo saben ya que mientras llegaban al auto de Manheim algunas personas fijaron su mirada en ellos por la extraña situación.

Milo seguía caminado con naturalidad, cómodo y ni siquiera le importaba si lo miraban, Ariadna por otro lado intentaba no sentirse avergonzada y que la sangre no llegara a su cerebro, cuando las personas miraban ella sonreía pues era lo mínimo que podía hacer mientras se encontraba en ese momento.

—Llegamos—Milo se agacha ligeramente para deja caer despacio a Ariadna y ella caiga de pie—al menos hice ejercicio con eso

Ariadna al estar en el suelo otra vez, lo primero que hizo fue lanzarle una mirada a Milo

—¿Qué? —dijo inocente sin despegar la mirada de la chica de ojos verdes

Ariadna se hizo la obvia. Milo hizo una mueca para después reír—Por favor, sabía que seguirías en negación y no te iba a dejar ahí sí puedo llevarte

Claramente seguiría en negación sobre todo después de ultimo que paso entre ellos, además, no quería incomodar

—Tuve al menos tu trasero cerca de mi cara una vez mas

Ella tragó en seco con ella afirmación, pero debía mantenerse serena—eso es abuso—señalo la actriz, aunque no lo decía en serio

Milo puso sus ojos en blanco—si claro—respondió sarcástico, el chico se acercó para quedar más cerca de Ariadna y solo los centímetros de diferencia de altura los separara. Ariadna miró el actuar de Milo y quedo tesa sin decir más. —Abuso hubiera sido si te hubiera dado una nalgada por cada pataleta que hacías.—. Ariadna tragó en seco. —Aunque tengo la sensación de que no hubiera sido un abuso, más bien, te hubiera gustado.

Ariadna no quitó su mirada de sus ojos y no refuto las palabras de Milo, apretó sus labios y se hizo la firme, el actor al final se separó y dejó a una ateniense muda y con una leve sensación de estremecí pues recordó cuando él hacía dichas cosas juntos, liberó una exhalación profunda.

Milo empezó a bajar las maletas del carrito—Puedes ir entrando al auto si quieres, hace algo de calor

Ariadna buscó con la mirada aquel auto negro que solía pasar por ella muchas veces hace meses atrás incluso en el que casi se accidentan una vez, pero se hizo difícil ya que no lo veía, debía estar cerca sobre todo si ya habían llegado

—No lo encuentro—miró al actor confundida—pensé que ya habíamos llegado

—Así es—afirmó después de bajar la última maleta, Milo se sacó un poco el sudor para después sacarse la gorra y el abrigo que llevaba dejando solo su franela blanca descubierta, Ariadna parpadeo un par de veces y movió su cabeza un poco incomoda, pero no era como si no lo hubiera visto antes

A decir verdad, ella lo había visto sin nada

pero si quería que las cosas estuvieran bien, debía hacerlo bien, miro al frente actuando con normalidad pese a que en el fondo no era normal como se sentía ... en el mejor de los sentidos

—Pero no veo tu mercedes

Milo rio entre dientes y caminó al auto que tenían de frente, Ariadna lo siguió con la mirada hasta que se topó con que su auto ya no era un mercedes negro sino un BMW negro, Ariadna se confundió a casi el punto de estar atónita, en el mejor de los sentido.

—Ya veo por qué no lo encontraba

Ya no eran 4 puertas sino 2

Milo se acercó al baúl con el equipaje para guardarlo—Te perdiste de varias cosas estos meses, Ariadna—. La chica bajo la cabeza sintiéndose algo mal por lo que pasó y las decisiones que tomó. —lo siento—dijo Milo

Ariadna sonrió leve—descuida—levantó su cabeza y sonrió. No era momento de arrepentimientos ni de juzgar, el pasado quedo atrás y debía enfocarse en el presente y su porvenir. —sé que no lo dijiste a posta

—¿Fui impertinente? —preguntó curioso sin entender al ver la mirada de Ariadna, ella negó—de hecho...—con un botón ubicado en la compuerta interna del baúl cerro este, Milo desde el otro lado miró y dijo—Aún no sé por qué te fuiste

Desde el domingo ha esperado para tener una conversación con el sobre esa temática, más bien, continuarla, pues desde su encuentro en el set ha quedado con la picaña de hablarlo. ¿Este era el momento? el estacionamiento de un aeropuerto?

¿Qué debía decirle? que estaba a punto de quedarse sin trabajo? por supuesto! sabía que lo entendería así que abrió la boca, no obstante, la cerró porque en ese momento el teléfono de Milo empezó a sonar

—Un segundo—sacó de sus bolsillos su teléfono—puedes entrar al auto—con la llave que tenía en el bolsillo desbloqueó de este—no tardaré

Ariadna hizo una mueca y quedó con un sin sabor ya que era la segunda vez que los interrumpían cuando se trataba de lo que pasó, es curioso señalar el "lo que pasó" haciendo referencia al momento en que el mundo supo la verdad y ya no a lo que sucedió la noche del cumpleaños de Milo.

La rubia bufeo pues sintió un poco de desilusión y entró al asiento del copiloto no sin antes quedar asombrada al ver como se abría la puerta del auto hacia arriba, inevitablemente detalló en lo que pudo la nueva adquisición de Milo, era lindo, elegante sin pasar a lo extravagante, el toque azul de algunas partes le llamó la atención. Esto le hizo pensar ¿Cuánto está ganando este chico?

—Lo siento—dijo el actor al abrir la puerta y entrar en el auto, dejó su saco en el asiento de atrás y procedió a encender el auto. —Algo del trabajo, siéntete cómoda

—No hay problema—respondió tranquila y se recostó un poco más en al auto, aunque era algo raro estar en el auto con quien fue algo en tu vida—¿Esta todo bien?

—Si, por supuesto, solo que quieren que me reúna con Disney

La mente de la rubia estalló ya que ella el día de hoy tendría una reunión con las productoras de Disney para discutir su posible participación, obstante, aún no quería decir nada y aunque Milo fuera una persona de confianza para estos temas, era mejor mantenerlo en reserva mientras.

—¿Hoy? —preguntó con inocencia, aunque todo tenía un fin

—No, cuando regresemos del viaje

El actor se puso sus lentes ópticos y arrancó para salir del estacionamiento. La imagen de Milo en camiseta sin mangas, jeans, ligeramente sudado y en un gran auto fue de las imágenes más sexys que ha visto en el chico. Desvió su mirada para verlo sin ser tan obvia, su frescura al conducir y su mirada hacia que la rubia quisiera verlo cada vez más. Leves vistazos cómo en aquellos tiempos

Ese era el efecto Milo, algo acerca de él se volvía adictivo

El ruido del auto era genial al igual que la manejabilidad o eso veía ella, quería incluso conducirlo. La música sonaba en perfecto volumen para una conversación.

—No te he preguntado, por cierto—comentó sin desviar la mirada fija de la vía— ¿A dónde te diriges?

Había olvidado por completo que tenía que comer algo

—En realidad quería almorzar algo antes de ir a la firma de autógrafos que tendremos hoy, tengo algo que hacer antes

—Espera—desvió el actor su mirada por uno segundo—son 5 horas de vuelo—. Ariadna afirmó. —Quiere decir que ... ¿Ariadna no has comido nada?

—Hm—se hizo la pensativa—pues...

Cuando llegaron a una intersección con semáforo en rojo, el actor detuvo el auto y miró a la actriz, apoyó su cabeza en su mano puesta en la puerta y entrecerró sus ojos esperando la respuesta de Ariadna que ya concluía cual era.

—En mi defensa desperté muy temprano e hice demasiado.

—No tengo dudas de eso sobre todo cuando se trata de un viaje

—Y tengo un día ocupado

—No significa que no debas comer algo ¿No pudiste en el avión?

Ariadna se encogió de hombros—me quedé dormida

—¿Solo comiste un pan? ¿De verdad? —. Ella afirmó. —de haberlo sabido te hubiera comprado algo más

—Milo está bien—ella tocó su hombro, él lo sintió y miró de reojo. Ni siquiera lo pensó sólo lo hizo y no entendió el porqué, cuando se dio cuenta lo quitó, aunque le gustó sentirlo otra vez. —tuve café gracias a ti

Milo negó con la cabeza y sonrió—lo sé, pero creo que podemos solucionar eso—Miró de reojo a la chica

—¿A qué te refi...

La actriz no alcanzó a terminar la oración pues al instante en que el semáforo cambió a verde el chico arrancó al auto rápidamente y tomó una desviación a su derecha que hizo que Ariadna se echará hacia atrás producto del sobresaltó que tuvo de la aceleración

Milo rio un poco, pero siguió actuando con naturalidad mientras conducía un poco rápido en la desviación adentrándose un poco más a la ciudad pues debía actuar rápido.

Ariadna se apoyó de su cinturón de seguridad cuando vio a la velocidad en que conducía y sobrepasaba a los demás. Con the wolf de spencer lee band sonando la actriz al ver la naturalidad de Milo teniendo el control sobre lo que llevaba se relajó y se acomodó, se soltó del cinturón y disfruto de la vista de las calles que extrañaba de la ciudad.

Era ciertamente excitante.

Milo giró un par de calles más hasta quedar en frente de Steakhouse, un restaurante al que Ariadna había ido una vez y le gustó mucho, justamente había ido con los chicos.

—Te recomiendo el filete de cerdo en salsa de mora—comentó Milo al detener el auto—se siente agridulce. Después de aquella travesía Ariadna respiró profundo, aún estaba impactada con lo que había pasado, aunque ya más relajada. Milo la miró extraño con las cejas encontradas—¿Estas bien?

—Sí, lo estoy solo que...—decía anonadada—el cambio de velocidad fue algo abrumador

Milo rio entre dientes—ya te acostumbraras

Eso quedó sonando en la mente de Ariadna—¿Me acostumbrare?

—Pues... intentamos llevarnos bien, ¿no? —. Ella afirmó. —Mis amigos suben a mi auto así que por eso digo que te acostumbraras, aunque conduje rápido a propósito, es crucial que comas algo

Amigos

Esa palabra resonó en su cabeza, si quería llevarse bien con Milo, no obstante, encasillarse en la palabra amistad es raro, nunca lo han sido, de hecho, no se sabe que fueron en un pasado.

Sano si es que quieran definir algo y así hacer la relación mejor, pero ¿Cómo? No era normal la energía que irradiaba cuando estaban juntos, entre los amigos no pasa eso.

—Es lo que quieres, ¿no? Lo dijiste el sábado

Ariadna lo miró hacia esos radiantes dulces ojos, eso era lo otro extraño de Milo, que su mirada de inocencia y dulzura tenía atrás escondido a un hombre seguro con los pensamientos más eróticos que había conocidos, detrás de ese aspecto de chico de lentes ópticos de cuadros estaba hombre más seguro que había conocido.

Si quería llevarse bien con el claramente, pero al verlo una vez más su mente empezó a divagar y no entendía lo que le decía su corazón ¿Una amistad era suficiente para ella? ¿O este reencuentro solo ha activado aquellos sentimientos que tuvo que reprimir?

—Sí—Afirmó y con eso esbozó una sonrisa. Milo se la devolvió

—Entonces acostúmbrate—el californiano se acercó un poco más a la actriz para estar más a su frente, con suavidad y seguridad dijo—me gustaría que te acostumbraras.

¿Era un coqueteo de Milo Manheim? Pensó que al igual que ella querría una amistad. Ariadna no supo que decir sólo sonrió con cierta picardía la cual fue involuntaria y acomodó su cabello a un lado.

—De eso se trata—agregó Milo

Y así fue como Ariadna entendió que su mente estaba tan maliciada por Milo que hasta la amabilidad lo consideraba coqueteo, su sutil seducción era realmente su manera que querer llevarse mejor.

—Así es—afirmó la ateniense—es la idea—señaló el espacio entre ellos dos.

Y una vez más hubo intercambio de miradas, esta vez Ariadna pudo sentir que esas miradas no era precisamente entre dos personas que son amigos, el querer desfijarse el uno del otro al parecer no era una opción y el ambiente ahora sí se sentía tenso, más aún en un espacio cerrado como esté.

Ariadna automáticamente mordió su labio inferior sin despejar la mirada pues los nervios empezaban a crecer en sí, el chico al verlo entreabrió su boca quedando casi hechizado en aquel movimiento de labios.

Pero el rugido de la panza de Ariadna Interrumpió al punto que hasta Milo pudo escucharlo, Milo

—Ya es hora de comer—dijo suave sin quitar la mirada del verde oliva de ella. El ronquido que salió en la voz de Milo dejó a la ateniense casi sin aire pues sintió algo en su pecho que se hundía y provocaba en querer tocar a quien tenía en frente.

—Sí—asentó aún sin quitar la mirada por unos segundos más. Milo dándose cuenta sonrió de lado con picardía

El californiano se hizo a un lado para acercarse al interruptor de la puerta y abrirla para Ariadna, finalmente finalizó aquel juego sobre quien sostenía la mirada del otro.

—Vengo por ti después

—¿No te quedarás almorzar? —preguntó con sutileza, de hecho, quería pasar un rato a solas con él, ni siquiera sabía por qué lo pregunto, solo lo hizo

—No, quedé con alguien en almorzar con ella

Su ilusión pasó a ser una desilusión pues su emoción se esfumó, pero al final fue bueno, le recordó cual era la realidad de hoy en día

—Oh, tu novia—agregó—Pasarán un día antes de irnos todos

Había olvidado por completo al intento frustrado de copia de griega que Milo tenía ahora como novia, aunque él dijera que sólo cogían por la forma en cómo ella reaccionó al buscarlo la última vez y verlo con ella, la ateniense dedujo que había posiblemente algo más.

Sería extraño por supuesto ya que Milo no tiene novias y él suele dejarlo claro en todos los aspectos

El californiano ladeo su cabeza—No tengo novia, Ariadna

—Una chica sin novio no estuviera molesta si hubiera visto a su novio en el ascensor muy cerca de otra chica—. Ariadna salió del auto no sin antes dar un vistazo al chico—a decir verdad, abre el baúl, sacare mis maletas

Milo frunció el ceño confundido—¿Por qué? —se acercó más al asiento del copiloto para ver mejor a Ariadna fuera del auto

—No voy a interrumpir tu almuerzo con tu "novia"—Hizo comillas con sus manos–. Milo rio

—No es mi novia, Karagiannis y no abriré el baúl, no dejaré que andes con todas esas maletas de lugar en lugar

—Abre el baúl, Manheim—se cruzó de brazos y optó por una postura testaruda

—Nop–enfatizó la P en su negación, el ateniense bufeo. El chico apagó su auto y acomodó su asiento para tomar una postura relajada pies puso sus manos detrás de su nuca

—¿Esto es en serio? —cuestionó con seriedad—Milo llegarás tarde a tu almuerzo con Caroline

—Qué curioso, Karagiannis, nunca te dije su nombre

Carajo

—¡Lo dijiste la última vez que nos vimos!

—Como digas, Rubia—Alzó sus hombros—Me llevaré tus maletas y nos vemos después.

El chico ajustó su asiento para volver a encender su auto, Ariadna soltó sus brazos y se sorprendió de ello ¿Realmente se iba a llevar sus maletas? Ella debía cambiarse para ir al evento al que justamente él también debía ir y antes de ello ir a la sede de Disney junto a su agente.

Milo como siempre imprescindible

La ateniense levantó la mirada mirando en la calle en la que estaban, ahí su mente se aclaró y encontró la solución a su problema justo antes que el pelicastaño encendiera el auto

—Hey! —Ariadna se incorpora hacia abajo para ver mejor—¿Estamos cerca de la casa de Meg, ¿no? —. El chico asiente. —deja mi equipaje en casa de Meg, debo cambiarme después de esto

—¿Es en serio? —levantó una ceja. Ariadna esbozó una sonrisa en grande, eso dio a entender de que hablaba en serio, prefirió no discutir o tener una conversación más de ello así que solo asentó, bufeo y río ante las particularidades de Ariadna. —llamaré a Meg

—Gracias, Milo—Ariadna cerró la puerta del auto, lista para entrar al restaurante ya que se encontraba tan hambrienta que podría comer un jabalí entero

No obstante, el actor bajo la ventana del asiento del copiloto para llamar la atención de la rubia una vez más, ella curiosa se volvió a incorporar

—Tenemos una conversación pendiente. —le lanzó un guiño y subió la ventana para finalizar y arrancar

Ariadna quedó sin palabras, de hecho, ni siquiera supo que pensar ¿Acaso quería volver hablar de lo que pasó en el estudio? Ambos expresaron sus sentimientos y emociones guardadas, el resentimiento de Milo podía percibirse y tal vez por eso el cambio repentino de actitud siendo más idiota que nunca.

Ahora en el intento de llevarse bien tal vez sí hacía falta responder y hacer varias preguntas sobre todo una que quedó al pendiente: "¿Por qué te fuiste?

Con su billetera en mano la actriz entró al restaurante a devorar lo más cercano a un jabalí pues El hambre era incalculable, no obstante, no dejaría de tener en cuenta la recomendación que le hizo el chico de ojos miel.

(...)

Luego de un buen filete y un cheesecake como postre, la actriz había llegado al apartamento de Meg, amiga y colega de trabajo. Ya quería ver a su amiga y estaba feliz de hacerlo, compró para ella una porción de pastel de oreo.

Terminó de subir las escaleras y quedó en frente del apartamento, tocó la puerta, pero de inmediato se abrió, de hecho, la actriz solo dio un pequeño toque, como si de alguna manera ya estuviera abierta, esto a la ateniense la dejó con un poco de confusión, pero se sintió en la comodidad de avanzar.

Caminó unos cuantos pasos y buscó con su mirada a su amiga, no se escuchaba nada, ni siquiera un sonido proveniente del lugar lo cual hizo que dejara aún más en confusión a Ariadna.

—Hola? —dijo en incertidumbre mientras avanzaba. Conforme adentrándose se sentía más extrañada de la situación

Pensó por instante que no había nadie, pero no tendría sentido ya que avisó que llegaría a su apartamento ¿Será que su amiga olvidó cerrar la puerta? Sería raro pues nadie olvida hacerlo.

Cuando llega a la sala se percata de un retrato en el piso roto, se agachó para tomarlo y dejarlo en la mesa de centro. Era una foto de todo el cast de la segunda película de zombis, secuela que aún no había visto.

Estaban todos presentes incluyendo al chico de ojos avellanas con esa sonrisa de estrella que lo caracterizaba haciendo una señal de paz para la foto, esto provocó una sonrisa fresca en la actriz pues ese era Milo Manheim, lleno de vida, sonrisas, carisma y masculinidad.

Era una combinación extraña de hecho, pero le encantaba, su frescura con elegancia, su clase con carisma y profesionalismo con diversión lo que lo hacía único, extrañó los momentos que la hacía reír cuando solo eran ellos en sus apartamentos hablando sobre cualquier cosa que al final terminaba en una cogida fenomenal, pasional y llena de placer.

¿Cómo había perdido esa magia con aquel chico por su miedo? ¿Valió la pena dejarlo? Era una pregunta que aún intentaba responderse.

De la nada la rubia siente un pequeño ruido extraño proveniente del fondo del apartamento, pareciese que vienesa de una de las habitaciones del lugar lo cual despertó atención su atención. Ariadna levantó la mirada hacia donde creía.

Después de eso volvió a escuchar otro ruido, esta vez más fuerte. Ahora si se había alarmado puesto que en un lugar que al parecer no había nadie, incluso llamó la atención el retrato de los chicos en el suelo ¿Tal vez se habían metido a robar?

No iba a permitirlo, Ariadna sacó rápidamente su teléfono para llamar a la policía mientras buscaba algo cerca para poder defenderse por sí la persona que se encontraba decidiera salir.

Su corazón empezó a latir de 10 a 1000 sabiendo lo que implica seguir el curso de lo que su mente le decía, los nervios crecían al igual que el miedo

Encontró un bate de béisbol, se sorprendió al verlo ya que no recuerda que a Meg le fascine mencionado deporte, pero en estos momentos agradece que sea así. La actriz lo sostiene en sus manos y se ubica su teléfono en la oreja y sube su hombro para evitar que se caiga mientras sostiene el bat.

Inicio de llamada
911

911
Buenos días, este es el 911 ¿cual es su emergencia?

Ariadna
Hola, si—dice en susurro para evitar ser escuchada—estoy en el apartamento en el creo que está siendo robado

911
De acuerdo señorita, por favor mantente oculta sin hacer ruido, enviaremos una patrulla ahora mismo

Ariadna
Si, por favor

911
¿Cuántas personas hay en el lugar?

Ariadna
No lo sé

En ese instante se escucha un pequeño grito de una mujer, era la voz de Meg, Ariadna siente como si su corazón se detuviera y se reactivará, el sonido de la voz de su amiga pareció de agonía pues por la tonalidad se escuchaba casi en bajo.

Ariadna
¡Dios mío! Creo que escuché a mi amiga gritar

911
Manténgase oculta señorita, la policía ya debe estar en camino

Pero los instintos de ayuda y supervivencia se apoderaron de Ariadna ya que al escuchar a su amiga sintió como su corazón se rompía en pedazo, lentamente y sigilosamente la rubia camina hasta donde proviene los ruidos, respiraba con calma para mantener un estado de serenidad pues quería rectificar cuantas posibles personas estaban en el lugar.

Se supone que este lado de la ciudad es seguro ¿Cómo podría entrar una persona a robar? Con el corazón en su mano y con un buen agarre en el bate de béisbol la ateniense llegó hasta la puerta donde provenía el sonido, escuchó un par de golpes lo cual la hizo parpadear un par de veces, pareciera que incluso hubo un grito de tormento.

Dios Meg ¿Qué te están haciendo? Pensó Ariadna

Era la habitación principal, el dormitorio de Meg en el cual provenía todo, la puerta estaba entreabierta lo cual hacía todo más claro en cuanto al sonido

911
¿Sigue conmigo en la línea, señorita?

Ariadna
Si, aquí estoy, creo que puedo ver cuantas personas son

911
Es mejor que se mantenga oculta

Pero el instinto de supe héroe entró en Ariadna incluso serviría de ayuda a las autoridades si ella pudiese ver cuantas personas son o si incluso si es solo una persona podría ella con el bate entrar y noquearlo.

¿Era una pésima idea? Por supuesto, pero no iba a dejar que seguirían robando o incluso de haber escuchado bien seguir hiriendo a su amiga así que se llenó de valor y preparó su bate.

Respiró profundo, pensó en su mejor posibilidad de pegarle en la cabeza para derivarlo, todo sea por sus amigos y así fue: Ariadna entró por aquella puerta con su bate en mano dispuesta con todo, sirvió de mucho que la puerta estuviera entre abierta.

No obstante, deseo no haberlo hecho

Al entrar Ariadna gritó cuando se encontró con aquella escena: Meg estaba en 4 desnuda haciéndolo con Drake, su novio, de ahí provenían los gritos

—¡Dios! —exclamó con mucha exaltación. Ariadna quedo atónita, con aquella escena pues abrió sus ojos de par en par, como platos y quedo casi en perplejidad

Se recostó en la pared y tapó sus ojos rápidamente

La pareja en dicha acción se percató de esto, se exaltaron igual que ella, con prisa dejaron lo que hacían y procedieron a cubrirse

—¡Ariadna! —expresó casi en grito ahogado Meg—¡Joder! —Meg se levantó y buscó su bata de baño para taparse Drake tomó la almohada para cubrir su zona inferior y correr hasta el baño interno de la habitación.

—Yo ...yo.. yo—Titubeó la actriz aun con sus ojos cerrados—lo siento tanto, es que yo—decía con el corazón en la mano del susto que se llevó y sobre todo vergüenza—creí que....

—¡¿Podrías salir, por favor?!—con mucha molestia habló Meg.

Ariadna asentó aún con la mano en sus ojos para no mirar, cuando giró rápido en dirección a la salida se tropezó con el marco de la puerta su frente y cayó con mucha torpeza.

—¡Ariadna! —exclamó la protagonista de zombis, se acercó rápidamente a ver a su amiga, se incorporó al suelo para ayudar a su amiga

La griega se quejó cuando cayó al suelo

—¿Estas bien? —preguntó Meg—buscaré hielo para ese golpe

Con quejidos y dificultad la ateniense se quejó, paso su mano por su frente donde había dejado el golpe

—¿Qué fue eso? —dijo Drake desde el baño al escuchar el bruñido de la rubia al caer

—Ariadna se cayó, Cariño, ya regresó—se levanta Meg del suelo—Drake vístete.

En ello Meg corre hasta la cocina para ayudar a su amigo. En el suelo aún, Ariadna escucha leves murmullos provenientes de su teléfono que estaba en el suelo, sin buscar con la mirada busca el aparato con la mano para avisar a las autoridades de la emergencia que no es tan emergencia.

Agarró su teléfono, aún estaba del servicio en la línea

911
¿Srta. ¿Esta bien? Por favor diga algo

Ariadna
Si, creo que ya no necesito de sus servicios

911
¿Seguro? Escuché gritos, Srta. Si se encuentra amenazada diga "no necesito de la policía" si está bien diga "pepino"

¿A quién se le ocurre decir pepino?

Ariadna
Pepino

911
Ok Srta. Me permite sus datos para hacer el reporte en el sistema, nos alegra saber que está bien

Que buen regreso a Los Ángeles, pensó Ariadna.

Ariadna
Ariadna Sophia Karagiannis, número de identificación: ***********. Lugar de residencia: **********

911
Ok, eso sería todo, que tenga buen día

Fin de llamada

Con eso, Ariadna deja su teléfono a un lado para sobarse un poco su frente debido al golpe. Se incorpora para estar sentada, aún adolorida

—Ten—llegó Meg con una pequeña bolsa de hielo envuelta, se agacha a la posición de Ariadna para ayudarla a levantarse y ponerle lo frío

—Gracias, Meg— tomó la bolsa para ponerla en su frente, se quejó por el frío, pero fue soportable y lo mantuvo en su frente.

—Listo—dijo Drake quién salió del baño ya vestido hacia las chicas, miró confundido a Ariadna debido a lo que llevaba—¿Estás bien?

—No, no lo creo—aún con la bolsa de hielo en su frente

—Deberíamos ir al hospital a que te revisen—cuestionó Meg cuando vio la frente de la actriz—¿Por qué no tocaste la puerta?

—Eso hice o casi—tomó asiento en la cama, aunque dudo un poco ya que hace unos segundos vio cómo su amiga estaba ahí haciendo otros gestos—pero vi la puerta entre abierta y como sé que estabas en casa ¡Auch! —se quejó

—Te dije que la puerta quedó abierta, Drake—le dio un pequeño y suave manotazo en el brazo a Drake

—Lo siento, estaba excitado y venia de viaje, te extrañaba—se encogió de hombros sin culpa alguna, pues fue una buena señal de esta pareja—pero creo que si debemos ir al hospital—finalizo Drake

—También yo lo pienso, love—respondió Meg—iré a vestirme

—Chicos no creo que sea necesario

—¡Claro que sí! ¡Vamos! —se acercó a su armario, espacio que tenía en su habitación como un pequeño cuarto extra—además me lo debes después de este susto—Drake—ahora dirigiéndose a su novio—ve por el auto

Drake asiente y sale de la habitación, aunque Ariadna intentó evitarlo vagamente el actor protagonista de The Winchester, siguió instrucciones para ir por el auto. La ateniense se preparó para una posible batalla por la seguridad de ella y su amiga terminó siendo una lucha entre ella y la privacidad.

solo para aclarar:

1. Milo cambió su mercedes por un BMW I8 color negro con ligero toque azul en el frente del motor y otra linea debajo de las puertas azul que resaltaba muy elegante

Nota: pueden ver una imagen de referencia en el capítulo y en mi Instagram

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