𝟬𝟭𝟬━━ Frío, tibio, 𝗰𝗮𝗹𝗶𝗲𝗻𝘁𝗲... ¡estás que ardes! (+𝟏𝟖)

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

❛ 𝓒𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝓣𝐄𝐍 ❜
𝗛𝗔𝗟𝗟𝗢𝗪𝗘𝗘𝗡 𝗙𝗨𝗖𝗞𝗘𝗥𝗬 𝗧𝗢 𝗘𝗩𝗘𝗥𝗬𝗢𝗡𝗘! 🎃🪓
𝐏𝐑𝐄𝐒𝐄𝐍𝐓𝐒...
༉‧₊˚. ♯ Cold, warm, 𝗵𝗼𝘁, u're on fire!

¡𝐐𝐔𝐄 𝐋𝐄 𝐃𝐄𝐍 𝐏𝐎𝐑 𝐂𝐔𝐋𝐎 𝐀 𝐋𝐀 𝐏𝐄𝐋𝐈́𝐂𝐔𝐋𝐀!🔪

N. de la A. Cuando veáis este emoji  👻
reproducid la música del vídeo que está al principio del capítulo.
Así la escena será mucho más real y más fácil de imaginar

👻

━━━ ¿𝐑𝐄𝐂𝐎𝐑𝐃𝐀́𝐈𝐒 𝐂𝐎́𝐌𝐎 𝐒𝐄 𝐉𝐔𝐆𝐀𝐁𝐀 𝐀 𝐅𝐑𝐈́𝐎 𝐘 𝐂𝐀𝐋𝐈𝐄𝐍𝐓𝐄? —preguntó Ghostface en apenas un susurro tras el teléfono—. Juguemos y así descubriréis dónde me encuentro.

—Está bien —avancé hacia la habitación más cercana. Con los ojos en alerta por cualquier movimiento. Si lo rechazaba sabía que sería peor.

Las luces tintinearon, apreté el pomo del martillo, vi cómo mis nudillos se tornaron blancos debido a la tensión con la que sujetaba la herramienta, ahora convertida en un arma. El tintineo desapareció para convertirse en la oscuridad absoluta y lo único que nos iluminaba era la tenue luz del móvil. Por inercia cogí la mano de Ethan. Él no me la rechazó pero alejé la mía de inmediato.

—Perdón, fue sin querer —le dije. Quería concentrarme en la llamada; en el momento. No podíamos tener más distracciones—. Aunque no te separes.

No te mueras.

Noté que Ethan asistía y dirigió de nuevo la mirada al nombre de aquel contacto que nos llamaba.

JASON

—Frío; muy, muy frío —Giré sobre mis talones y avancé hacia el pasillo. Oí la risa siniestra de Ghostface—. Tibio —Entremezcló esta palabra con énfasis y diversión, alargándola para provocar un efecto de pavor entre nosotros pero intenté sentirme segura, que no nos tratara como títeres de sus jueguitos macabros así que nos dirigimos hacia la cocina. Landry me pisaba los talones. Oí su respiración acelerada.

Me paré en seco y nos dimos. Mi cabeza chocó contra su pecho.

Qué pena que tenía camisa.

—¡Au! —exclamamos al unísono.

—¿Te has parado porque lo has pensando mejor y quieres dar la vuelta, verdad? Bien, te apoyo, yo creo que si nos vamos ahora... —Estaba desesperado pero le interrumpí.

Me giré hacia él.

—No, no me voy a ir. Me he parado porque quiero que te vayas, no para irme yo. No hace falta que continúes ni que te sientas obligado a quedarte.

—No voy a irme sin ti —contestó él. Al menos en eso estaba decidido.

—Sé cuidarme sola —le corté.

—Pero yo no —bromeó él. Me sacó una sonrisa. Encontrar a un chico tan especial como él y que te hace sonreír incluso en los peores momentos en este mundo era muy difícil.... y  yo había tenido la suerte de tenerlo a mi lado...

No quería perderlo...

—Tienes que verte las películas de  «Home Alone», en serio. A mí me dio muchísimas ideas y ahora puedo quedarme sola sin problemas.

Excepto cuando estoy sola con un asesino. Si no hubiera sido por Ethan ahora mismo estarían encontrando mi cadáver hecho un desastre, literalmente.

Me invadió un escalofrío.

—¿Qué clase de ideas? —Por su tono de voz sabía que ahora mismo estaba frunciendo el ceño.

Uhm, ideas muy... —pausé, aunque pensándolo mejor me callé—: mejor no lo sepas.

—¿Habéis terminado tortolitos? —nos interrumpió Ghostface. Le respondí con mi dedo corazón por tercera vez. Estaba claro que nos estaba viendo pero la verdad es que me daba igual—. Era para deciros que la temperatura ha subido.

¿Pero este tío de qué va?

Y no precisamente por vuestro rollo amoroso de vírgenes inexpertos, cada vez estáis más cerca de mí —Su modulador de voz empezaba a distorsionarse. Nos paseamos por toda la cocina, miramos debajo de la mesa, incluso dentro de los muebles pero solo quedaba un lugar: la nevera. Me acerqué hacia ella—: ¡Estás que ardes! —Ethan se había distanciado unos metros y observaba de nuevo debajo de la mesa a ver si por arte de magia se había camuflado nuestro querido fantasma.

En otras palabras, se había escaqueado así que fui yo la que dio el siguiente paso: abrí la nevera y en ese momento la llamada se cortó. Nos hubiéramos quedado en oscuras al completo si no fuera para la luz que emanaba del frigorífico.

Resulta curioso que al estar cerca de la nevera, ardiera.

Me sorbí la nariz pues el olor que salía de ella me resultaba muy desagradable y verlo más todavía. Dentro, estaba el cuerpo descuartizado de un chico que desconocía. Su cabeza decapitada estaba encima de sus brazos cercenados y sus dos piernas colgaban como sus vísceras sobre los estantes del frigorífico. Su vientre abierto y sus tripas servían al mismo tiempo de estante para otras cosas que no quería ni saber...

Mierda.

Cerré la puerta del frigorífico mientras me llevaba una mano a mis labios, conteniendo un grito pero Ethan vino hacia mí, sentí su tacto y su calidez y él sintió cómo me temblaban las manos, escuchó mis latidos acelerados. Mis ganas de gritar, de matar a ese malnacido y de —aunque me cueste admitirlo— salir de aquella maldita casa como había dicho Ethan y perder el juego.

Mejor perder que morir.

¿Está todo bien? —me preguntó, sujetándome de un brazo, había perdido un poco el rumbo de las cosas—. ¿Qué... qué hay dentro de...? —hizo ademán de abrir la puerta del frigorífico pero lo paré con mi mano Frankenstein. El dolor con el contacto frío aumentó. Ahogué un grito.

—¡Nada! ¡No es nada! Solo es carne. No hace falta que veas —No mentía, no del todo—. Por cierto, ¿cómo era ese tal Greg físicamente? —le pregunté como quién no quiere la cosa.

—Sé que eres vegetariana pero nunca te has horrorizado tanto por ver carne —replicó él, nervioso aunque tenía razón. Mi mano mala no pudo frenar la curiosidad de Ethan y la abrió con recelo. Al ver su cara de espanto y aquella mirada con los ojos como platos me fue inevitable no reprocharle.

—Te lo dije.

Es solo carne.

¡Ese es... Greg! —exclamó fuera de sí mientras yo cerraba la puerta de golpe después de ganar la batalla con el móvil y encontrar una linterna de una app cuyo nombre era ni más ni menos que «Linterna gratis».

Qué ingenioso, por favor.

En serio, entendedme, estaba cagada de miedo y no sabía mucho sobre las tecnologías. No podría explicar escribiendo lo que sentí en aquel momento.

Al contemplar el rostro de Ethan sospeché que estaba hiperventilando así que busqué rápidamente una bolsa para que pudiera desahogarse, su rostro estaba húmedo por las lágrimas y sus manos temblaban como lo hacían segundos antes mis piernas.

—Tranquilízate... ¿vale? Todo saldrá bien —le mentí mirándole a los ojos.

Eran negros como el carbón. Hipnotizantes. Oscuros. Sexys. Estaba perdiendo la cabeza en el momento menos indicado.

—No quiero acabar así —dijo mientras lloraba. Parecía un niño pequeño—. No quiero acabar como Greg...

—No vas a acabar así —le reconforté pero él seguía mirando al frigorífico, asustado—. Oye, Ethan.

Siguió agitado.

—Mírame —insistí.

Empezó a hiperventilar de nuevo.

Le di una bofetada sin darme cuenta.

—Au... —se quejó él por lo bajo.

Esta vez sí me miró, sollozando, frotándose la mejilla afectada mientras su pómulo se tornaba rojo.

Era muy adorable.

—No vas a acabar así, ¿vale? No lo permitiré. Te lo prometo —No me gustaba hacer el papel de heroína pero debía de darle ánimos—. Ah, y perdón por la bofetada, no quería... que pasara eso, ya sabes.

Aunque la bofetada es lo de menos, estábamos bien jodidos...

Imagina que el cuerpo que viste es el de un muñeco que acaba de ser descuartizado por un niño que le gusta romper los juguetes a su hermana mayor. —Intenté ayudarlo, de verdad os lo digo pero creo que solo empeoré la situación.

Ethan me observó, espantando.

Maldita boca. ¿Por qué hablo? ¿Por qué no me callo?

El silencio se hizo entre los dos y una notificación nos sobresaltó a ambos. Volví a ahogar un grito pero mi corazón no daba abasto.

Jason te ha enviado un vídeo...

Lo abrimos, mejor dicho, lo abrí. De nuevo, era una maldita grabación de Jason. Esta vez..., no estaba solo, Ghostface yacía a su lado. Esta vez..., el sonido estaba presente y era la viva imagen de lo sádico que podía llegar a ser el asesino que nos perseguía.

Mejor dicho, los asesinos.

El horror y la inhumanidad en un solo y maldito vídeo.

Fue incluso mejor de lo que podiamos haber imaginado —habló Ghostface imitando la misma frase que Jason le había dicho mientras se acercaba a él—. Cuando le metí el cuchillo fue como si ella ya no fuera un ser humano sino, un animal —Se rió pero Jason ya no sonreía, vi en su mirada el terror absoluto. Ghostface lo apuñaló tan fuerte que incrustó el cuchillo en la pared traspasando su cuerpo. El asesino ladeó su cara falsa mientras observaba a su presa.

Y con cada apuñalada que le daba, dejaba de ser una humana. Luego, fue solo carne. —Lo volvió a apuñalar, una y otra vez—.  ¿Te sientes como un animal, Jason? ¿O igual aún es demasiado pronto?

Un apuñalamiento le partió su caja torácica, sus pulmones  estaban al aire.

¿Qué tal ahora?

Sus vísceras empezaron a salir de su vientre y a la decimosexta apuñada sus intestinos caían como cascadas fuera de lo que antes era su estómago. Cayó de rodillas pero Jason seguía mirando a Ghostface mientras su boca expulsaba sangre sin parar.

Pero... todavía no hemos llegado al final de la película —susurró Jason con un hilo de voz. Se estaba atragantando con su propia hemoglobina.

Que le den por culo a la película —soltó Ghostface mientras alzaba el cuchillo en alto y lo bajó vertiginosamente rápido para rematar a Jason haciendo que su cuello se rajara en dos mitades. Lo degolló al completo.

El vídeo se acabó. El que se pasaba por Jason volvió a llamar.

—¿Os ha gustado mi regalo? Espero que sí, me he tomado las molestias de desenvolverlo para vosotros.

Con una risa distorsionada, colgó.

La pantalla... se cerró.

La linterna... se apagó.

Busqué la mano de Ethan y esta vez no se la aparté.

Quería desconcentrar. Esta vez sí quería escapar de la realidad.

💋🔪¡NO OLVIDES VOTAR Y COMENTAR SI TE HA GUSTADO ESTE CAPÍTULO! ¡ME AYUDARÁS MUCHO!🔪💋

También me puedes encontrar en Instagram como @misslefayy

‧₊˚. ¡ "👻" EN LOS COMENTARIOS PARA APOYARNOS!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro