❛𝓒𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝓣𝐇𝐈𝐑𝐓𝐘- 𝓔𝐈𝐆𝐇𝐓❜
𝐆𝐇𝐎𝐒𝐓 𝐒𝐓𝐎𝐑𝐈𝐄𝐒 👻☎️
𝐏𝐑𝐄𝐒𝐄𝐍𝐓𝐒...
༉‧₊˚. ♯ No me culpes

Ya hemos hablado de todo lo
que tenemos que hablar. Adiós🔪

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arletebela

JoMarch97

              𝐂𝐔𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐋𝐄 𝐂𝐎𝐍𝐓𝐀𝐌𝐎𝐒 𝐄𝐋 𝐀𝐒𝐄𝐒𝐈𝐍𝐀𝐓𝐎 𝐃𝐄 𝐀𝐍𝐈𝐊𝐀 𝐘 𝐐𝐔𝐈𝐍𝐍 𝐀 𝐒𝐓𝐀𝐂𝐘, se derrumbó por completo. Fue tal su sorpresa y su pena, que se dirigió a su habitación. Su hermano la acompañó. De modo que me quedé a solas en la cocina con Ethan. El postre que había preparado Stacy nos observaba a ambos pero ninguno hizo amago de acercarse, era una tarta de chocolate pero después de todo lo que había pasado, después de revivir aquella sensación de inquietud en mi mente tras contarle lo sucedido, lo único de lo que tenía ganas era de descansar y olvidar todo así que coloqué la tarta sobre la mesa de la cocina y la tapé para que no se estropeara.

Cuando me di la vuelta, Ethan me observaba en silencio.

—¿Qué? Mañana la pruebo —le dije y estaba claro que lo iba a hacer. Pensé en el esfuerzo de Stacy y el cariño con el que había sido preparada y me sentía mal al no probarla pero tampoco podía hacerlo de mala gana. Ese no era mi momento, me dirigí a la habitación sin dirigirle ni una sola mirada a Landry.

—Oye —susurró Ethan con algo de rigidez. Quería contar algo pero sabía que no le iba a dejar terminar, así que reaccionó más rápido aunque no tanto como quería—: Quería decirte que...

—Buenas noches, Ethan.

Y hablando de habitación, Stacy me había dejado la de sus padres después de todo lo ocurrido y Ethan insistió en quedarse en la que estábamos antes. Ya sabéis por qué, ¿no?

Digamos que iba a estar muy ocupado esa noche arreglando un asunto pendiente que estaba escondido debajo de la cama.

El caso es que casi me dieron ganas de llorar cuando ella insistió en que me quedara en la estancia privada de sus padres. Era todo un honor... un honor que sabía que no podía permitirme. Le estaba ocultando a mi mejor amiga que había un asesino en su casa. Le estaba ocultando a mi mejor amiga que estaba en peligro esa noche.

¿Qué clase de amistad era esa?

Así que en sigilo, avancé por los pasillos hasta encontrarme con la puerta cerrada de Stacy y sin perder tiempo, coloqué la mitad de mi rostro sobre el respaldo frío de la madera, de modo que pude oír un leve sollozar femenino acompañado de la voz de Archie, que la consolaba con palabras que solo un hermano constante podía hacer.

Sabía que ella solo quería estar con Archie en ese momento sino, me hubiera dicho de acompañarla cuando se marchó de la cocina así que no me quedó otro remedio que marcharme de allí e ir a la habitación que me había prestado. Al menos sabía que estaban bien, de momento. Tenía que pasar la noche en vela y vigilar a Landry.

Cuando me incorporé a la habitación de sus padres, dejé la puerta media abierta para escuchar cualquier sonido sospechoso como el tacto de unas botas crujiendo al contactar con el suelo. Suspiré. Qué bien conocía ese sonido que sabía tan Ethan...

—Lo siento mucho, chicos...

La estancia estaba oscura pero no encendí la luz, me sirvió la luz anaranjada de la lámpara que estaba en la mesita de noche, justo al lado de la cama, al menos para tranquilizarme. Hacía que todo se volviera de ese color tan bonito como es la luz del atardecer. Donde tu vista contempla las maravillas de la naturaleza, donde no hay miedos ni inquietudes, solo un horizonte lleno de posibilidades.

¿Y qué posibilidades tenía yo? Me sentía perdida, desolada. Todo tenía un sabor amargo, el mundo era amargo menos los besos de Ethan pero luego recordaba que me sentía mal si pensaba en él de esa forma y apartaba esos pensamientos o mejor dicho, sentimientos.

Me senté sobre la cama y puse mi barbilla sobre las rodillas, observando a la nada, dejando que mi mente se desconcentrara pero de nada servía, volvía a recordar esa tarde, volví a recordar cuando la cabeza de Anika se estrelló contra el asfalto, cuando Quinn voló hacia mí totalmente ensangrentada y me manchó de rojo, cuando vi el cadáver descuartizado de Greg o el cuerpo hecho trizas de Jason. Era horrible. Todo era horrible. También recordé cuando estaba en el hospital, cuando Ethan se puso a mi lado y nos pusimos a escuchar Like a Virgin. Me acordé de su sonrisa. De sus palabras. De la pulsera que me había hecho —tiré la pulsera, ya no sabía ni donde estaba—. Recordé la primera vez que nos besamos, cuando nos dijimos que nos gustamos. Cuando le dije que estaba enamorada de él.

Todos estos últimos recuerdos habían sido puro teatro.

Sacudí la cabeza para olvidarme. Ahora tenía que estar concentrada y así estuve, durante una hora y media cuando oí que unos pasos se aproximaban hacia mi habitación. Supuse que era Stacy, seguramente se había animado a hablar conmigo.

—Pasa, Stacy —dije al ver que una sombra se acercaba a la puerta.

—No soy Stacy —me respondió una voz que conocía muy bien.

Era Ethan.

—Ah, eres tú. —Hice que mi tono sonara lo más cerca posible de la indiferencia—. ¿Qué quieres?

—Hablar contigo. ¿Puedo pasar? —Se asomó por la puerta.

—No. —Acompañé mi negación con un gesto brusco de mi brazo para que se marchara—. Ya hemos hablado de todo lo que tenemos que hablar. Adiós.

Aún así, entró.

—Además de loco, ¿también eres sordo, Landry?

—No estoy loco. —Se acercó a mí pero no había ningún rasgo de enfado en su rostro pese a mi insulto—. Solo quiero dejar las cosas claras contigo. ¿Puedo sentarme?

—Si te digo que no, ¿me harías el mismo caso que me acabas de hacer?

—Posiblemente —se rió entre dientes pero luego me miró. Pese a la luz tenue anaranjada, pude atisbar una mirada sincera, quería confesarlo. Confesarlo todo. Aún así y pese a su respuesta, esperó a que lo dejara sentarse y cuando lo hice, se sentó—. Tengo muchas cosas que confesarte.

—¿En serio? —No me sorprendió—. No me digas.

Encogí un poco la separación de mis piernas y me alejé de él. Estaba sentado justo en el extremo del lado de la cama. Y yo en el centro. Me puse nerviosa pero intenté con todas mis fuerzas no hacérselo notar.

—¿Qué hiciste con él? —pregunté en voz baja pero sin mencionar el cadáver. Ethan lo entendió.

—Tranquila, ya está solucionado —dijo con rapidez—. Vengo aquí para hablarte de otra cosa, no de eso.

—Eso era una persona —pausé para hablar en apenas un susurro pero estaba cabreada—. Eso era el mejor amigo de Stacy.

—Evelyn —me llamó Ethan con suavidad—. Fue un accidente. Ahora tengo que hablar de mi familia. Hay muchas cosas que no sabes sobre ella. Te conté algo pero aún queda bastante y creo que ya es hora de que lo sepas. No más secretos, ¿no? Solo escúchame y luego me juzgas si quieres pero quiero confesarte los detalles que me dejé. Te mereces eso después de todo por lo que has pasado así que ahora, déjate ayudar.

No lo interrumpí pero estaba muy cabreada y esto sí que se lo hice notar a conciencia porque a partir de ahí, no lo miré a la cara y por su parte, miré el fondo oscuro de la habitación. Vi de reojo que cerraba la puerta y se aseguraba de que no había nadie en el pasillo. Cuando empezó a hablar, sentí que mi fuerza recaía una y otra vez y un cúmulo de emociones se amontonaba en todo mi cuerpo.

No me culpes, parecía que decía a cada rato porque su vida había sido tan dura que apenas pude contemplar un atisbo de felicidad en sus palabras al recordar su pasado.

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