— JiMin, MiNie.. despierta — Escuchaba JiMin.

Hasta que por fin abrió sus ojitos a la par.
Y ahí tenía en frente , a su Noona algo preocupada.

— Que bueno que haz despertado — Soltó ella en suspiro.

Ya no estaba en aquella habitación, ahora estaba en la que anteriormente ella le había asignado a él.

— ¿Cómo te sientes amigo? — Pregunto.

— M-mejor.. — Respondió .

— Quiero que me expliques que fue lo que pasó allá arriba — Dijo en tono molesto.

— N-no lo sé.. solo, solo ví a el rey y.. y Vi todo negro y sentí caer al suelo — Contesto, mientras jugaba con sus deditos.

— ¿Es tu celo? — Pregunto .

— N-no, mi celo paso hace unos días.. quizás, quizás fue por qué no e comido nada — Respondió. — La última vez que comí fue hace dos días ... El árbol en el que me quedaba se quedó sin frutos — Explico.

— ah, MiNie — Soltó. — Me preocupe demás pensando en tu celo.. — Suspiro. — Bien, el rey no se molestó ... Por suerte — Dijo bajo. — Así que ve a la cocina , come algo y vez a terminar tu trabajo — Indicó.

JiMin se levantó algo perezoso de aquel catre y fue directo a la cocina, dónde una beta de la tercera edad me ofreció algo de pan . A lo que esté acepto con mucho gusto.

Ya con la barriga llena, fue ahora sí, a hacer su trabajo correspondido.

— Vaya... — Soltó JiMin, estando de nuevo dentro de aquella habitación. — es... Wow.. enorme — Su mirada pasaba alrededor de todo el lugar. Todo está tan lujoso que segaba la vista del menor.

Anteriormente había dejado unos trapos y escoba en la habitación del rey para limpiar , estos aún estaban allí, así que los tomo para arreglar el lugar.

Había mucha ropa de aquel rey tirada por los suelos, y JiMin al tomar una a la mano para meterlo a la cesta de ropa sucia, la olfateo un poco, llenando su nariz con ese fuerte aroma a alfa, que ahora le encantaba.

Se sentía como un loco por hacer eso, pero a su Omega le gustaba que JiMin olfateara algo que olía a ese alfa.

Termino por limpiar todo el lugar, ahora sí se podía decir que el cuarto era recién nuevo, la vista de JiMin se halló en una espada, que al parecer tenía el mango hecho de oro.
Se veía más que reluciente aquel arma afilada, quería tocarla, aunque sea un poco.

Pero nuevamente, aquella voz le interrumpió.

— Tu de nuevo — Escucho desde la puerta de entrada.

Pegó un brinco por el susto que este le había causado, que no dudo en soltar un gemido de miedoso.
A lo que el alfa sonrió ladino.

— Disculpe, mi señor — Dijo JiMin, haciendo reverencias frente al rey.

— ¿Que a pasado contigo hace un momento? — Le pregunto, manteniendo una mirada fija  a su azabache de frente mientras esté queriendo ocultar su mirada.

— Discúlpeme — Dijo de nuevo. — Solo... Es una espada muy bonita — Soltó tembloroso.

"Omega..." —. Dijo el alfa de YoonGi.

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