"BAY BAY THE ISLE OF THE LOST, HI AURADON"

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—Aqui tienes algo para que te compres tu almuerzo niña, de seguro hallarás más comida buena allá que aquí... no pierdas ese billete que enserio me costó robarselo a alguien—

— Si tú, como si hubieras hecho la gran cosa...— respondió Málefica, haciendo que el hombre de cabellos azules rodara los ojos.— Y recuerda mi manzana podrida, si uno de esos niños mimados de Auradon quieren pisotearte, pisotealos primero a ellos.— prosiguió la hada oscura con una leve sonrisa maliciosa.— ¿De acuerdo?.

— De acuerdo madre.— respondió la pelimorada, observando a sus prógenitores mientras sujetaba la mochila que colgaba en su hombro.

Por lo general seria natural que los padres lloraran cuando su hija va a la escuela por primera vez, pero para sus padres obviamente no era el caso, ni mucho menos para mi que tenia en cuenta que apenas habia cumplido los 16 años, y hasta ahora nunca habia ido una escuela "normal" por asi decirse.

Podemos deducir lo que estan pensando, que los chicos educados en la Isla son fenómenos, maleantes o que somos de lo más bajo o algo asi, que por desgracia, casi era cierto.

Su familia se podia decir que en cierto punto eran "normales" , exceptuando el hecho de que en su tiempo fueron los villanos más temidos de todos los tiempos, hasta que quedaron atrapados en esta Isla y que gracias a ello hallan pasado 20 años en su vida en aquel lugar hasta que Auradon decidió derribar la barrera por los nuevos tratados de paz entre los reinos que lo conformaban.

La vida de Mal no era tan mala después de todo, incluso cuando le dieron la noticia de que ahora iba a estudiar en Auradon no le resultó la gran cosa, aunque sabia que este tipo de oportunidades solo se presentaban una vez en la vida, y ya varios de los  amigos que habia tenido en la Isla ya estudiaban allá, asi que Mal sabía que era hora de decirle finalmente "adiós" a la Isla de los Perdidos y "hola" a Auradon Prep.

— Bien, suerte en tu primer dia mi pequeña desgracia.— respondió Hades con entusiasmo mientras que agitaba el cabello de la menor con su mano en un gesto amistoso.

— Nos vemos.— Mal se despidió una vez más de sus padres, girandose y disponiendose a cruzar la calle para dirigirse al instituto, si no fuera por que tuvo que detenerse abruptamente al sentir el ligero casi roce de la muerte al ver una limusina pasar frente suyo casi rebanarle la cara y hacer volar algunos mechones morados hacia su rostro.

— ¡Joder!.— dejo escapar un pequeño grito alarmada, al igual que su madre, solo para girarse rápidamente para conprobarle a sus ambos prógenitores que milagrosamente estaba ilesa.— Estoy bien...—

— ¡Joder niña, ten más cuidado al cruzar!.— exclamó Málefica una vez que su pequeño susto habia pasado.— ¡Ya vete y mantén tu vista al frente! ¡Que no quiero perder mi tiempo pidiendole al inútil de tu padre que te reviva si es que acabas arrollada!.—

Mal respiró profundamente, antes de darse la vuelta nuevamente y acomodar su cabello para ahora si caminar en dirección a su nuevo destino, un camino en el que se encontró lleno de estudiantes a su alrededor, algunas observandola como bicho raro y otros más ocupados en lo suyo, ya sea charlando o lanzando pases que podrian ir directo a tu rostro, al menos era algo diferente a la Isla, y eso la aliviaba en cierto punto, por qué... ¿Qué era peor de estar en Auradon y no en la Isla?.

— ¡Perra muevete!.— un empujón en su hombro la hizo volver en si, una chica que le doblaba la estatura paso por su lado y siguió su camino adelante con caras de pocos amigos.

Si, nada como estar 2 minutos aqui para extrañar la Isla.

Con algo de suerte apenas habia logrado llegar al aula de su primera clase sin perderse, aunque la expresión de su rostro decia que seguia bastante confundida al respecto al no saber que hacer en estos casos, por lo cual su primer instinto fue acercarse a una chica random que habia por ahi, pensando que asi podia ayudarla un poco.

— Hola, no se si alguien ya les contó sobre mi, acabo de llegar a la escuela, mi nombre es Mal Bertha.—

— Si vuelves a hablarme te patearé el trasero.— fue la respuesta que recibió de la chica antes de que esta se sentara, acto seguido giró su cabeza algo incrédula al escuchar un par de risas provenir de una chica morena y un chico castaño.

En un intento de mantener a su dragón interno calmado y no confrontar a la grosera chica, simplemente siguió su camino, tratando de hallar una butaca en donde sentarse, justo una vacia de la persona que acababa de insultarle.

— No te sientes ahi, el novio de Melody se sentará ahi.— le aconsejó la morena que anteriormente se habia reido de ella, para segundos después ver como un chico llegaba a tomar ese asiento y ser recibido con un beso... algo apasionado de la pelinegra, hizo una mueca y prosiguió a buscar otro asiento disponible, esta vez detrás de un chico de pelo rizado y pecas.

— No no, es hijo de Estornudo, siempre lanza sus pañuelos usados hacia la butaca de atrás.— una vez más le dijo la chica, a la vez que veia como el chico de pelo risado se limpiaba la nariz con la manga de su camisa con rastros de mucosidad ahi.

Puso una expresión de desagrado, siguiendo con su busqueda de encontrar un bendito asiento vacio, tanta fue la distracción que se terminó chocando contra una mujer que venia entrando con un montón de libros, que ahora habian terminado en el suelo y con un café derramado en su súeter amarillo.

— ¡Rayos, perdón!.— rapidamente se disculpó la pelimorada, tratando de ayudarle a juntar todas las cosas que tiró.

— No eres tú, tengo mala suerte...— habló la mayor, mirando su prenda arruinada, en un intento de quitarsela su camiseta quedó adherida a este, sin querer haciendo que mostrara más de lo que queria, y que para su colmo, habia ocurrido justo al mismo tiempo en que en el director Adam hacia acto de presencia en el salón.

— ¿Señorita Bella?.— preguntó el hombre alzando una ceja ante el inusual accidente de esta.

— ¿La camiseta se pegó a mi súeter?.— preguntó la mujer con vergüenza, solo para recibir una respuesta afirmativa de Mal segundos después y algo de ayudita por parte de esta.— fantástico...—

— ¿Todo está en orden aqui?.—

— Oh, si.— Bella respondió distraidamente, terminando de quitarse la prenda.

— Asi que...— el hombre se acercó en dirección a esta.— ¿Que tál su verano?.—

— Dejé a Gastón.— comentó la castaña rápidamente, mirando a quien era su ex-pareja.

— ¿Enserio? Yo me fracturé la muñeca.— le informó Adam mostrando su brazo enyesado, tratando de evitar el tema de lo de Gastón.

— Por lo visto te gané.— Bella soltó una pequeña risa incómoda, apenas se habia creido el hecho de que le habia aceptado a darle una oportunidad a un patán como lo fue Gastón, para fortuna suya también es un tema que queria olvidar por ahora.

— Si, ganó...— Adam desvió su mirada y dirigió su atención a los demás estudiantes.— Bueno, solo queria informales a todos que una nueva eatudiante se nos unió este año, acaba de mudarse aquí desde La Isla de los Perdidos.—

—¡Bienvenida!.— rápidamente Bella se apresuró a recibir a la nueva chica que estaba sentada en la butaca de enfrente, con el singular detalle de que no era Mal.

— Fuí transferida aquí hace dos años, ¿no lo recuerda?.— respondió extrañada Cassandra, al ver que la mujer erroneamente se dirigia a ella.

— Oh... genial.— Bella se mostró una vez más apenada mientras mostraba una leve sonrisa.

Adam de inmediato levantó un papel con su mano y lo leyó en voz alta.

— Su nombre es Mallory, Mallory Bertha.— dijo buscando con la mirada a la chica.— ¿Donde estás Mallory?.—

— Soy yo.— Mal levantó su mano finalmente haciendo notar su presencia.— Y mejor digame Mal, no me suele gustar que me digan Mallory.—

— Entiendo, tengo un amigo llamado Flynn, que se enfurece cuando lo llamo por su nombre verdadero, Eugene... tanto como a mi me enfurece que el me siga llamando saco de pulgas.— mencionó el hombre con seriedad

— Bueno pues bienvenida Mal y gracias director Adam.—

— Gracias a usted, y si necesita algo o a alguien con quien hablar...—

— ¡Que horror, ya casense otra vez!.— gritó uno de los chicos, causando las risas de la mayoria del aula.

— ¡Silencio chicos, basta!.— exclamó la mujer avergonzada, con un leve sonrojo en sus mejillas mientras paraba las risas poco a poco y dirigia su atención nuevamente hacia Adam.— Y gracias, tal vez en otro momento cuando mi camisa no se atransparente.— le dedicó una pequeña sonrisa calida.

— Claro.— la ex-bestia no pudo evitar desviar su mirada por breves instantes a  la camisa de Bella, notando con una sonrisa sutil el brasier blanco que llevaba.— Bueno, buen dia a todos.— y dicho esto se marchó.

El primer dia de Mal hasta ahora habia transcurrido normal, aunque para ella era como una mancha borrosa, una muy estresante, surrealista y borrosa, ya que habia tenido problemas por cosas insignificantes, incluso para pedir ir al baño. Mal nunca pensó en vivir en un mundo en donde los adultos no confiaran en ella (a excepción de su madre, claro), y que le llamarán la atención y le gritaran constantemente por cualquier, y literalmente cualquier minima cosa:

"¡No te adelantes al leer!"

"¡No quiero tinta verde!"

"¡No puedes dibujar en clase!"

"Restez à la place qui vous a été assignée!"

Incluso su intento de hacer amigos y mezclarse con los demás habia sido patético, parecia que nadie de aqui queria aceptarla en su mesa, ni siquiera querer tenerla cerca, y por otro lado habia otro tipo de personas con las que Mal ni siquiera deseaba querer sentarse al darse cuenta lo desagradable que eran estos.

Ella habia tenido muchos amigos en la Isla, incluso habia notado unas caras conocidas entre las mesas, pero habia notado que incluso estos ignoraban su presencia y hacian como que no la conocian o no la habian visto en su vida en absoluto, si Mal se habia dado cuenta algo, era que ya nadie de los que llegó a conocer alguna vez en la Isla ya no parecia interesado en ser su amigo, mucho menos ahora estando en Auradon.

Y se preguntarán, ¿donde es que pasó Mal el almuerzo? Dentro de un cubiculo del baño, para su desagrado, este al menos habia sido hasta ahora el lugar más "decente" en el que habia estado.

Pero algo que le desagradaba más, era  que estar consiente que ahora se encontraba en lo más bajo de lo que pudo haber estado, incluso mucho más debajo del estatús que tenia en la Isla se atrevió a decir, mientras le daba una mordida con desdén a su emparedado.

Incluso poder comer un emparedado "decente" por primera vez en su vida era lo único bueno que habia tenido en su dia.

Horas más tarde habia regresado a casa, en donde sus padres la estaban esperando, con una cara de pocos amigos se dirigió a ellos mientras que estos levantaban su mirada para verla.

—¡Oh, ya era hora de que llegaras niña!.— respondió Málefica dejando un libro sin importancia de lado al notar a la pelimorada llegar.

— ¿Que tal te fue en la escuela?.— Hades se adelantó a preguntar.

— Del asco.— susurró Mal con armargura, para seguir con su camino adentro de su hogar, entre refunfuños y groserias.

Solo habia pasado un dia y definitivamente estaba casi segura de que no habia cosa peor estar en Auradon Prep.

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Capitulo corto, lo sé
Espero que les haya gustado ♡

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