━━ 𝖛𝖎𝖎. 𝐢'𝐦 𝐧𝐨𝐭 𝐚 𝐥𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐠𝐢𝐫𝐥.

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ERA UN NUEVO reinicio de semana para los habitantes de Seabrook, Paris trataba de no dejarse afectar tanto por lo ocurrido con Wyatt, cosa que logró... ya bueno digamos la verdad, estaba por lograrlo aunque aún despertaba en la noche teniendo una pesadilla con el nombrado en donde la mataba. Solamente sacudía su cabeza para olvidar sus temores un rato, durmió pésimo la noche anterior aún así se vería obligada a ir a la escuela, había sido suficiente el cuestionario de sus padres cuando Scott la encontró en el bosque. Recurrió a la escusa de haberse quedado estudiando en la biblioteca de la escuela, cosa que sus padres creyeron al cien por ciento.

Ella normalmente nunca les mentía exceptuando esa vez con Scott, debieron crear la mentira más creíble del mundo, recordó que se quedaron paralizados cuando le preguntaron a Scott porque había salido corriendo como condenado. Simplemente respondió que Paris se encontraba esperándolo a tantas horas de la noche y le podría pasar algo, sus padres asintieron en manera de aprobación.

Realizó su rutina matutina antes de ir a la escuela, la cual consistía en darse un baño, arreglarse y tomar desayuno; el día de hoy rezaba para que fuera Zeus y no tener que verse obligada a hablar con Wyatt. Bajó al primer piso dispuesta a hacerse su desayuno pero su madre se había adelantado, ella se había levantado antes que todos. Se sentó en su lugar, llevándose una cucharada de cereal a la boca.

—Te estaba esperando, hija. —dijo su madre sentándose al lado de ella.

—Gracias. —agradeció la nombrada sin muchos ánimos, pensando porque eran tan protectores con ella y con Scott no.

—¿Te sucede algo? —habló su madre luego de varios minutos de silencio por parte de las dos mujeres.

—No, solamente no he dormido bien últimamente. —mintió, si dijera que había conocido a un hombre lobo, ella la trataría de loca.

—¿Por qué, Paris? ¿Estás enferma? A ver... —cuestionó ella con tono duro colocando una mano en su frente para verificar si se encontraba enferma—. No tienes fiebre, entonces...

—Mamá, estoy bien. Solamente no he dormido bien por la mudanza. —interrumpió en un tono enojado Paris—. ¿Puedes por un momento dejar de preocuparte tanto por mi? Ya no soy una niña pequeña, porque no mejor te preocupas de Scott o no sé. —finalizó la menor llevando su plato a la cocina para subir por sus cosas, justo venía bajando su padre que se topó con la pelea.

—Vaya carácter. —bromeó Chris ganándose una mirada fulminante por parte de su esposa—. ¿Qué? No me mires así, eso lo sacó de ti.

—Me tiene preocupada, ¿sabes? Ya no puede dormir bien, tiene ojeras y eso no es normal.

—Cariño, tranquilízate ya no es una niña como hace quince años. —el hombre se acercó a ella para tomar sus manos —. Ella no lo recuerda, y eso es lo mejor, ya está grande y ella puede cuidarse sola... y si no, tiene a Scott.

—Aún así tengo miedo, aún sigue siendo mi niña pequeña. —se acercó más a su esposo para susurrar —. No he superado cuando la vi en un charco de sangre.

Al oír esa confesión Chris envolvió en un abrazo en forma de consuelo, sabía que ninguna de sus palabras podía calmar ese miedo que ella sentía. Debía superar ese miedo porque tampoco era la idea que fuera así toda la vida.

Paris bajo rápidamente para luego abrir la puerta y marcharse a al escuela, sin despedirse de sus padres como lo hacía normalmente.

—Cariño, cuando llegue estará mejor, no te preocupes. —dijo Chris tomando la taza para beber un sorbo de café.

—Mh, supongo. —suspiro su esposa a regañadientes.



( . . . )

  

 

Paris se encontraba llegando a la escuela sin muchos ánimos por lo sucedido días anteriores. Estaba ignorando todo a su alrededor, era solamemte ella y su música, nada más que la molestará. Se sentía arrepentida por como había tratado a su madre pero también tenía en cuenta que esta vez ella llevaba la razón, dando referencia que ella estaba lo bastante mayor para cuidar de si misma ya no era una niña pequeña, podía reconocer el bien del mal. Era momento de que su madre la dejará crecer como una adolescente, vivir experiencias, vivir esa etapa que nunca más la volvería a vivir.

Al perderse en sus pensamientos no notó que ya había llegado y tampoco se dió cuenta que había un castaño que se encontraba feliz de verla, mostrando una sonrisa. Paris suspiró fuertemente haciendo levantara su vista y viera al castaño, le dedicó una gran sonrisa para quitarse rápidamente los audífonos, guardarlos y correr hacía él.

— ¡Zeus! —exclamó ella con felicidad, lo extrañó, necesitaba sus chistes en las clases.

—¡Paris! —imitó él con el mismo tono de voz de su amiga para recibir el abrazo y tomarla en el aire.

Era un momento de película... a lo lejos miraba seriamente un castaño con un mechón blanco el cual refunfuño al ver la escena. No era de su gusto ver aquella escena, a su lado se encontraba Willa quien lo miraba divertida al notar su rostro.

—Deberías cambiar esa cara de ogro. —bromeó ella, haciendo que su hermano le dedicará una mirada de enojo—. Deja de ser tan gruñón, Wyatt. Llevas así desde que le dijiste la verdad, un poco más y ya te pareces a pitufo gruñón. Además se nota que estas celoso.

—No es así, solamente me siento culpable. —mintió él, aunque sabía en el fondo que sentía celos, jamás lo admitiría frente a Willa.
   





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¡Hola! Espero que les haya gustado el capítulo no olviden votar y comentar, lamento la demora por esa razón hice un capítulo más largo. ¡Gracias!

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