CIBI ME SACO DE AHI AUNQUE YO NO QUISIERA. Rey tenía razón esta no era yo, sin duda algo me estaba pasando. Yo no ahorcaria a las personas por placer. Cibi me llevó a mi habitación y se quito el casco antes de darme una caja, cuando la abri pude ver que eran unas botas que llegaban hasta la rodilla, unos pantalones negros con morado y una camiseta negra con detalles plateados, también había una capa corta y con capucha y un cinturón para llevar mi sable. Me quite el casco y le sonreí a Cibi.
— ¿Quien te las dio? — pregunte emocionada
— Tu primo — dijo Cibi — Ya quiere que comiences a entrenar con Dean. Ella te enseñara lo más básico que es como tomar el sable correctamente y como usarlo. Ya luego Ren me informo que entrenarias con el.
Le pedí a Cibi que saliera de mi habitación y me miré al espejo. Ya el espejo había sido remplazado. Me quite el traje y me puse el nuevo cuando sentí que alguien me miraba. Mire a ver quien era y vi a Anakin recargado en la pared.
— ¡Anakin! ¡No hagas eso! — dije sobresaltada
— ¡Me acabo de aparecer! ¡No te vi! — dijo Anakin riéndose
— Bueno ¿Qué quieres? — dije mordiéndome la lengua
— Sentí tu furia de nuevo — dijo Anakin — Ahorcaste a alguien porque quisiste, sin motivo alguno. Sabes yo también lo hacía para complaserme. Pero no esta bien. Todavía sigues con la lucha de quedarte aquí o ir con la Resistencia. Crees que aquí te dirán la verdad y en la Resistencia no. El Lado Oscuro puede ofrecerte mil cosas pero solo te las darán si cumples tareas horribles y en la Resistencia te las dan sin que hagas nada malo. Pregúntaselo a tu padre.
— ¿Como si el no esta aquí? — pregunte
— Aún que no lo creas la Fuerza te mantiene conectada con el — dijo Anakin — La Fuerza es el equilibrio de todo, como tu Chase, te estás volviendo una Sith pero en el fondo serás una Jedi y saldrás de aqui cuando llege su tiempo — Anakin desapareció después de decir esto
Suspire y me amarre el cabello de una coleta alta y me puse el casco. Tome mi sable y me lo colgue en la cintura. Sali de mi habitacion cuando ya estuve lista y empecé a caminar nerviosa. Por lo menos Cibi me iba a acompañar en este entrenamiento y eso me hacía sentir más calmada. Cuando entramos a la habitación que era roja. Una chica de piel verde clara, labios verdes oscuros, ojos oscuros y cabello negro con rosa fucsia en las puntas nos sonrió con malicia. No tenía cejas y en su lugar tenía cosas plateadas en la cara. La chica se levantó y pude ver su blaster y su sable colgados en la cintura.
— ¿Tu eres la novata? — me pregunto con tono sarcástico — ¿Has usado algún sable de luz?
Asentí con la cabeza y le dedique una sonrisa tímida.
— Use el de Ren cuando destruyeron la Base Starkiller — dije nerviosa — Ya tengo mi propio sable de luz
— Si todo el mundo sabe que lo usaste — dijo Dean — Por eso ahora tienes el tuyo, debes saber donde apuñalar a la gente si quieres usarla y como controlar el sable para que siempre regrese o vaya a ti. Yo uso este sable pero no soy Sith del todo. ¡Carajo! Había olvidado presentarme soy Daenerys y dime Dean si quieres seguir viva y tu supongo que eres Chase Skywalker la hija de Luke Skywalker ese hombre era un maldito cobarde y bueno te abandono — Daen encendió su sable de luz y pude notar que era uno de doble hoja — ¿Estas lista?
No dije nada y me quite el casco. Dean hizo un gesto de sorpresa al ver mi rostro. Agarre mi sable y lo encendí. Dean se abalanzó contra mí y yo bloque su sable poniendo el mío. Nos separamos y Dean me señaló con su sable para después dividirlo en dos y llevar uno en cada mano. Se abalanzó contra mí y pude sentir como uno de los sables me hacía una cortada en el brazo derecho. Al cabo de un rato terminé en el suelo y escupi sangre. No me gustaba la sangre de hecho le tenía miedo y nunca la había visto. Me levante limpiandome mi nariz sangrienta con mi mano enguantada y seguimos peleando. Dean hizo que mi sable saliera volando de mi mano y fuera a parar a los pies de Cibi. Volte a verla y levante mi mano para que mi sable viniera hacia mi pero por una razón no lo hizo y se quedó ahí en el suelo, solo rodando.
— Creo que eso será todo por hoy — dijo Dean ofreciéndome una mano — Iras mejorando poco a poco. Pero espero que Ren te pida entrenar con el hasta que estés lista. Porque sino el es capaz se matarte.
— Soy su prima, no creo que sea capaz de matarme — dije sonriendo
— ¿Y eso crees que le importa? — dijo Dean poniendo una mueca — Si el Líder Supremo se lo pide no dudará en matarte a menos de que te tenga mucho cariño, algo que dudo mucho. Ren es un hijo de perra y bueno nunca a tratado bien a alguien que yo sepa claro.
Dean me hizo empezar a dudar. ¿Y si tenía razon? ¿Qué tal si yo no le importaba nada a mi primo?. Después de darme una ducha con agua caliente y haberme puesto un traje negro, salí de ahí con Dean pisandome los talones y Cibi a mi lado. Ambas nos pusimos nuestros cascos y salimos de los vestidores. Caminábamos las tres muy juntas. Sentía que Cibi y Dean hacían una guardia y me aguante la risa. Cuando llegamos a mi habitación, Cibi fue a buscar comida y Dean se sentó en mi cama. Yo me quite el casco y deje mi sable sobre mi mesita de noche. Tenía que estar lista si alguien intentaba matarme o atacarme.
— ¿De donde vienes, Dean? — pregunte
— No lo recuerdo la verdad — dijo Dean — Fue hace treinta cinco años, tenía cinco años cuando pasó, solo recuerdo que alguien no se quien pero gritaban mi nombre, mi madre era una esclava y mi padre bueno mi madre me contó que según era un piloto de la Alianza Rebelde. Decía que mi padre había peleado en la Guerra Civil Galáctica y que murió en batalla. Mi madre no se como se hizo esclava pero mantenía mi nacimiento en secreto. Hasta que mi pueblo fue atacado por la Primera Orden y mataron a todos, incluida mi madre.
— Oh, lo siento — dije mirando a Dean con tristeza — ¿Sabes algo? Yo también soy huérfana de madre. Mi madre según me han dicho fue asesinada por uno de los hombres de Palpatine y mi padre hizo papel de padre soltero, solo para terminar abandonandome. Todos me han dicho que heredé los ojos de mi padre y que soy idéntica a él en el carácter. Pero que nací con el cabello y belleza de mi madre.
Cibi entró en la habitación con unas bolsas en los brazos y cuando las abrí era un pan relleno de una pasta café que sabía salada. Cibi me sonrió y yo pensé que esto si era un verdadero festín a comparación de la comida simple que nos daban algunas veces o esas veces que no comíamos nada. Me comí el pan en silencio y Dean rompió el silencio dando un respingo.
— ¿De donde carajos sacaste estas cosas? — dijo Dean
— De la cocina de los comandantes — dijo Cibi pareciendo a punto de reírse — Los muy idiotas no se dieron cuenta que los agarre
— ¡Vaya Cibi si que sabes donde esta la comida! — dije riéndome.
Cuando acabaron de comer. Cibi y Dean me dejaron a solas en mi habitación y de repente la vi, vi a mi hermana, vi a Rey allí parada enfrente de mi. Tome mi sable y nos miramos una a la otra. Era raro que la viera así nada más.
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