Jimin me dejó caer sobre la cama con suavidad cama sin despegar sus ojos de los míos.

—¿Estás segura de que no quieres esperar un poco más?

—Muy segura —Dije sujetándolo de su corbata.— Ahora ven y enséñame que es lo que sabes hacer

Jimin dejó escapar un carcajada ante mi comentario pero hizo lo que le pedí, con cuidado de no aplastar me me acarició las mejillas antes de besar con urgencia, probablemente estábamos apresurado las cosas apenas habíamos comenzado a salir hoy pero eso no era impedimento alguno para hacer esto, ambos éramos adultos y completamente conscientes de lo que queríamos

Con una lentitud fue deshaciéndose de mi ropa hasta dejarme en ropa interior, si hubiera sabido que esto pasaría habría usado algo más sexy que ropa interior que no tuviera dibujitos y no estaría sintiéndome tan avergonzada

—Panditas —Rió.— ¿Enserio?

—No te burles —Cubrí mi rostro avergonzada.— Es mi animal favorito

—Está bien. Me parece sumamente lindo, yo tengo un boxer de superhéroes, que este sea nuestro secreto

Estaba por decir algo más hasta que sentí lo labios de Jimin recorrer mi cuerpo hasta llegar al elástico de mi ropa interior, amaba que el estuviera haciendo esto, que se estuviera preocupando más por mi satisfacción que por la suya como lo había echo Taehyung en muchas ocasiones. A él nunca le importó si me gustaba o no, lo único que a él le preocupaba era quedar completamente satisfecho mientras a mi se me dificultaba poder llegar al orgasmo.

Con ayuda logré deshacerme de la ropa de Jimin dejándolo en bóxer, sentí mi excitación aumentar cuando ví el enorme bulto que se formaba en estos

—¿Te gusta lo que ves?

—Por supuesto

Jimin regresó a mis labios besándome esta vez con más intensidad mientras sentía como sus dedos iban bajando poco a poco mi ropa interior hasta botarla por algún lado de la habitación, un jadeo escapó de mi boca cuando lo sentí  introducir dos dedos en mi interior volviendome loca, con rapidez se deshizo de mi sostén y llevo uno de mis pechos a su boca haciéndome gemir mucho más fuerte. Sin poder resistirlo lleve una de mis manos hasta su entrepierna acariciando su pene sobre la delgada tela, el ronco gemido que soltó Jimin fue la cosa más más sexy que había escuchado en mi maldita. Sus dedos se movieron con más rapidez hasta que sentí que estaba a punto de llegar

—Vamos linda —Jadeo contra mi oído.— Córrete para mi

Y lo hice, Jimin me miró con lujuria mientras llevaba sus dedos con mis fluidos a su boca, aquél acto podría parecer realmente asqueroso pero era todo lo contrario, era tan caliente como el infierno

—Esta noche voy a hacerte el amor, y lo único que quiero escuchar de ti es mi jodido nombre

Terminó de quitarse los bóxers y abrió uno de los condones que estaban junto a la lámpara, después de colocarse lo se acomodó entre mis piernas y antes de adentrarse en mi beso todo mi rostro con ternura intentando hacerme sentir segura. Arremetió contra mi de una sola estocada haciéndonos gemir a ambos, sus caderas comenzaron con un movimiento lento hasta que optó por aumentar aferrándose a mis caderas para que le resultara más fácil

—¿Estás bien?

—Perfectamente —Gemí.— Jimin... Por favor... Más rápido

—Lo que mi bella mujer pida

La cama se movía de arriba hacia abajo con tanta fuerza que creí que en cualquier momento podría caerse

—Ah —Gimió Jimin.— Maldición... Te sientes tan maldita mente bien.

—Jimin...

—Tan maldita mente apretada...

Enrollé mis piernas a su cintura para poder sentirlo más profundo, su cabello se pegaba a su frente debido al sudor, su boca se abría y cerraba mientras gruñía y soltaba un par de maldiciendo que lo hacían verse más sexy, sus ojos estaban fijos en los míos mientras me miraba con ternura y como si fuera la mujer más hermosa que hubiera visto antes, fue inevitable para mi no llorar. Nunca antes me había echo sentir tan especial, la caderas de Jimin se movieron rapidez hasta que llegue al orgasmo y segundos después el también. Desnudo, caminó hacía el baño y tiró el condón al bote de basura antes de meterse a la cama conmigo y cubrirnos con la sábana

—No te hice daño ¿Verdad?

—No —Negué con la cabeza.— Gracias

—¿Por qué?

No respondí a su pregunta y me limité a abrazarlo por la cintura reposando mi cabeza sobre su pecho, no podía llorar una vez más por algo tan estúpido pero no podía evitarlo estar con Jimin me hacía sentir de esta forma, la formaba en la que me miraba me hacía sentir extremadamente sensible.

—El que debe agradecer aquí soy yo —Dijo besando la cima de mi cabeza.— El corazón que reparaste ahora late y muere de amor por ti, eres la única persona que me da paz

—Pasaré todo el tiempo contigo, estaré todo mi vida contigo, no permitiré que alguien más se atreva a hacerte daño. Jimin yo te protegeré...

—Haerin

—¿Si?

—Te amo.

—Yo yo a ti —Susurré.— Muchísimo