Aquella tarde en el hogar de los Cullen, unos pequeños pasitos resonaron por el suelo en dirección a la oficina del doctor Cullen, la pequeña Meredith avanzaba cargando el nuevo peluche de coraje el perro Cobarde que los Denali habían conseguido para ella después de que perdiera a Scooby Doo.

Carlisle sonríe por lo bajo al escuchar los pequeños golpes en la puerta y se levanta rápidamente de su silla para abrir la puerta.

"Hola pequeña", saluda el hombre con una sonrisa cálida haciéndose a un lado para dejar a Meredith pasar.

"¿Qué haces abelo?", preguntó la pequeña con curiosidad.

"Estaba revisando unos expedientes del trabajo. ¿Te gustaría ayudarme?", preguntó él y Meredith asintió, entonces fueron hasta su escritorio y el doctor la tomó en sus brazos para sentarla en sus piernas.

"¿Qué eso?", preguntó con curiosidad mirando el extraño objeto en la mesa.

" Eso es un estetoscopio"

"¿Tetoque?" preguntó confundida y Carlisle ríe suavemente acercando el extraño objeto.

"Estetoscopio, y sirve para amplificar los ruidos corporales para poder tener una mejor percepción de ellos, son muy útiles al momento de hacer un diagnóstico de un paciente, por lo general se ocupa para el corazón o los pulmones aunque algunas veces también se usa para objetivar ruidos intestinales o soplos por flujos anómalos sanguíneos en arterias y venas...", explica suavemente poniéndo las olivas en sus oídos y acercando la membrana de doble frecuencia a su pecho, específicamente a su corazón.

Meredith abrió su boca formando una gran O cuando escuchó el peculiar sonido de golpeteo, la pequeña miró a su abuelo con sorpresa.

"Tambo'!", exclamó ella emocionada y Carlisle asintió ligeramente.

Entonces Meredith llevó la membrana esta vez al pecho del hombre buscando algún latido, por supuesto no encontró alguno, frunció sus cejas con enojo intentando buscar un sonido similar al tambor que ella había escuchado antes. Meredith se separó confundida y alejó el estetoscopio de su abuelo para dar pequeños golpes en su pecho con uno de sus pequeños dedos.
Meredith volvió a acercar la membrana a su pecho y nada sucedió, Meredith se quito las olivas de sus orejas y se lo regresó a su abuelo.

"Lloto"

"Si, esta roto...pero contigo sirvió muy bien" le dice suavemente, Carlisle se puso a pensar que tal vez más pronto que tarde tendrían que responder a muchas preguntas aunque Meredith aún no las hacía y sólo podía esperar a que ella pudiera comprender algún día.

Al día siguiente mientras Meredith coloreaba junto a Alice en la sala, Carlisle llegó a casa siendo recibido por Esme como siempre. Entonces se acercó a la sala con su esposa a su lado.

Meredith fue a saludarlo por supuesto y se preguntó qué llevaba en aquella bolsa.

"Es para ti, pequeña", le dice el hombre llamando la atención de todos.

Dentro de la bolsa había un pequeño bolso de médico como el que él usaba siempre, de cuero color negro, Meredith lo abrió y encontró muchas cosas ahí, había un estetoscopio de verdad pero el tubo era color rosa, también habían muchos artículos más de juguete como jeringas, unos lentes, banditas adhesivas, termómetro entre otros y además en la bolsa donde venía todo, también venía una bata de color blanco.

" ¿No es usted muy joven para ser practicar medicina, doctora Meredith Cullen?", preguntó su padre y Meredith le mostró su mejor sonrisa, Emmett también le sonríe del mismo modo.

Aquella tarde, todos fueron sus pacientes, a todos les había puesto una bandita adhesiva rosada en la frente o en la cara y había dejado pequeños besos en estas antes de terminar su trabajo.

"Doctora pero aún me siento mal", dramatizo Emmett poniendo su mano en su cabeza. "Todo me da vueltas y ay Dios, todo se ve azul!"

"Uh mi tuno acabo", dijo la pequeña cerrando su pequeño bolso después de guardar todo.

"Pero doctora!"

"Adio'!"

Meredith se marchó dejando a todos en la sala, Emmett miró a su hija completamente ofendido.

Horas después, Carlisle entró a su oficina sólo para ver la bata de Meredith colgada en el perchero de su oficina justo al lado de su bata, su pequeño bolso médico estaba junto al suyo, el patriarca de la familia niega ligeramente antes de continuar con su trabajo del día.

Por supuesto cuando Meredith quería jugar todos abandonaban lo que fuese que estuvieran haciendo para darle toda su atención, esa tarde fue el turno de Alice quien había dejado su tarea de Inglés de lado para jugar con su sobrina.

Meredith y ella estaba entretenidas en sus dibujos hasta que Alice se quedó mirando a la nada unos momentos, Meredith parecía preocupada.

" ¿Tía Ali?", llamó ella suavemente pero Alice no respondía, Meredith apretó un poco sus labios sin saber que hacer. ¿Debía llamar a alguien? ¿Su tía estaba bien?. "Tía Ali..!", llamó nuevamente preocupada al ver que no reaccionaba.

Alice pareció volver de su transe y miró a su sobrina a su lado, la pequeña estaba preocupada y sus ojitos estaban llorosos, Meredith nunca había presenciado sus visiones y por supuesto no supo cómo reaccionar, ella sólo tenía miedo de que algo le hubiera pasado.

"No solecito no llores. No era mi intención asustarte", dijo la duendecilla suavemente abrazando a Meredith contra su pecho. "Lo siento, lo siento"

Alice se sentó en la alfombra ya que estaba apoyada de rodillas contra esta, entonces sentó a Meredith en su pierna y la siguió abrazando.

"Estoy bien. ¿Si?", le dijo ella suavemente limpiando sus pequeñas mejillas húmedas. "Uhm, verás yo uhm...", Alice intentó buscar sus mejores palabras para explicarle a su sobrina. "A veces yo me pierdo unos momentos en el espacio, porque mi mente viaja muy muy lejos", dijo ella moviendo sus ojos en la habitación intentando expresarse mejor. "Pero siempre vuelvo, ¿si?. No tienes porque asustarte, yo estoy bien." aseguró la chica Cullen con una pequeña sonrisa.

Meredith asintió con su cabeza, cuando Jasper llegó, rápidamente se preocupó al ver a Meredith triste en los brazos de su esposa, Alice le explicó lo que pasó y el rubio hizo un mejor intento para explicar lo que le sucedía a Alice, esta vez fue un poco más creíble y Meredith pudo estar más tranquila.