𝟎𝟗🍭๑ ¡Hoverchocs y a volar!

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❄️𝓒𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝓝𝐈𝐍𝐄❄️
Hoverchocs and get ready to fly

➺🎄 Cosechadas con certeza por agricultores
de los jardines de la nobleza japonesa.

━━━¡𝐘𝐎 𝐐𝐔𝐈𝐄𝐑𝐎! —Una voz masculina resonó entre los presentes pero no. No era un humilde señor del público. Era Slugworth, alias el aguafiestas de la diversión.

—El señor Slugworth —susurró Willy emocionado al ver cómo se dirigía a él.

Con una sonrisa falsa.

—Disculpen —dijo Fickelgruber. Este tenía una sonrisa torcida. Tenía la mala costumbre de apartarse descaradamente del público con asco porque claro, era gente humilde y él era de todo menos humilde.

—El señor Fickelgruber. —Wonka seguía emocionado. ¿De verdad pensaba que eran buenas personas?

Antes de que viniera Prodnose, me acerqué a Willy y con mucho esfuerzo, intenté que mis palabras no llegaran a esos tres.

—Creo que va siendo hora de irnos... —Pero Prodnose se adelantó y espantó a las personas como si fueran títeres.

—¡Señor Prodnose...! —exclamó Willy. Sonrió al ver que ya estaban los tres. Luego se dirigió a mí con la misma expresión de emoción en su rostro—. Violet, ¿ocurre algo? Ahora viene lo mejor —siguió diciendo pero ya no podía decir nada porque los tres mosqueteros pitucos* me observaban con una sonrisa falsa que decía "si dices algo, te mataré".

—Nada —dije con una sonrisa nerviosa—. Que estoy muy emocionada por ver qué nos traes.

—¡Oh, está bien! ¡Y qué honor! —Willy estiró la mano para estrecharla con Slugworth y este aceptó—. ¡Los admiro desde que soy un ni...ño! —El sonido de los huesos reverberó en mis oídos. Slugworth apretaba la mano bruscamente a Willy—. ¡Pero qué apretón tan fuerte!

—Es un apretón de negocios, señor Wonka, para que sepan que hago negocios fuertes. —Su sonrisa no se desvanecía. Lo que más miedo me daba es que parecía que estaba ansioso por planear algo.

Capullo.

¿Por qué todos tenían que hacer daño a Willy?

Wonka se quejó levemente cuando le soltó la mano.

—Ahora, vamos a ver... —El hombre alzó más la voz para que lo escucharan todos—: Necesito probar uno de sus llamados Hoverchocs.

Willy llevó el tarro hacia ellos y ninguno de los tres dudó en atrapar uno.

La mueca sarcástica característica de Slugworth cambió a una de seriedad pero no sabía si lo había hecho a conciencia.

El muchacho se preocupó.

—¡Uh! No solo es chocolate, ¿verdad? —preguntó Slugworth con una voz rara—. ¿Tiene... malvaviscos?

—Así es, señor —le respondió Willy que empezó a tener confianza—. El malva de campesinos piscos del Perú.

—¡Ca-ramelo! —exclamó Fickelgruber con voz fina moviendo su mano. Todo lo que hacía, lo hacía con poses extravagantes y muy refinadas—. ¡Pe-pero es...!

—Salado —le explicó Willy suavemente—. Con lágrimas agridulces de un payaso ruso.

Fickelgruber lo miró entre espantado y asqueado.

O quizá de otra forma, la verdad es que era difícil identificar lo que pensaba.

—Oh... no, no puede ser —Esta vez, fue el turno de Prodnose—. Esto es... ¿cereza? —Se había quedado rojo y estaba como embriagado. Ambas pupilas dirigieron la vista hacia su nariz. Jamás había visto a alguien hacer ese movimiento de ojos tan estrictamente bien.

—Cosechadas con certeza por agricultores de los jardines de la nobleza japonesa. —Willy volvía a ser él mismo y el ánimo se hizo notable en cada una de sus palabras.

A veces pensaba que se había inventado las historias. Las palabras que usaba rimaban mucho con los ingredientes que habían comentado pero conociendo a Wonka, estaba segura de que no mentía.

—Bueno —dijo Slugworth cuando terminó de comerse el chocolate—. Señor Wonka, llevo mucho en este negocio y digo sin temer que de todos los chocolates que he probado en mi vida, este es sin ninguna duda, absolutamente ciento por ciento —Willy resopló algo nervioso—: el peor.

—¡Woojoo! —Wonka estaba emocionado y vitoreó dirigiéndose a la gente. Seguramente lo había escuchado mal o solo escuchó lo que su mente quería oír—. Ya escucharon, damas y caballeros, el respaldo del señor. No, espere. —Se giró bruscamente a Slugworth, claramente disgustado—. ¿El peor?

—Nosotros tres somos los rivales más salvajes y aún así, acordamos algo —explicó Slugworth con aires de superioridad—. Un buen chocolate debe de ser simple, austero y sin complicaciones.

—En cambio este con toda su rimbombancia, bueno, es algo... raro —continuó Fickelgruber.

—¿Tanta rimbombancia? ¿Algo raro? —Estaba indignada, no podía tolerar que gente amargada como ellos quiten los sueños de personas tan creativas y apasionadas en su sueño como Willy—. Me parece que os referís a vosotros mismos y no al chocolate —me atreví a decir.

Willy me dirigió una sonrisita disimulada.

Pero esos tres me fulminaron.

—Contigo no estamos hablando, nos harías un gran favor si te metieras en tus propios asuntos —me dijo Slugworth con una gran aversión.

A Wonka no le gustó cómo me trató.

—Qué lástima... —Vi como este echaba la mirada al suelo para luego volver a mirarlos pero esta vez, había algo de entusiasmo en sus ojos. Y, quizá, de emoción. Mucha emoción —. Si el chocolate les pareció raro, van a odiar lo que va a pasar ahora.

Slugworth empezó a levitar y cuando lo hizo, Willy cambió completamente su expresión y la emoción que tenía se trasladó a todo su rostro.

Entendía lo que sentía porque yo también estaba igual.

—¿¡Qué pasa!? ¿¡Qué ocurre!? ¿¡Qué me has hecho!? —gritó Slugworth—. ¿¡Qué me está pasando!? —Realmente se veía mucho más adorable cuando estaba asustado.

—¡Es mi querido insecto de Mumbai! —exclamó Willy elevando el rostro—. ¡Ya salió de su capullo y está agitando sus alas como loca!

Fickelgruber y Prodnose empezaron a levitar también.

—¿¡Pero cómo!? ¿¡Una mosca hace eso!? —gritó Prodnose. La peluca se le cayó y su cabeza calva estaba reluciente—. ¡Ah, mi pelo! —Hizo ademán de atrapar el cabello sintético pero no pudo lograrlo—. ¡Mi precioso pelo!

—Técnicamente no es tu pelo. —Una voz familiar, muy familiar, sonó desde detrás mía.

Era Zachary.

Lo que me faltaba.

—Ah, eres tú, hola —le saludé con una fingida sonrisa.

Zachary estaba impresionado por todo lo que estaba pasando, sin embargo, no pudo evitar sonreír por mi pésima actuación que hacía todo lo posible para que pensara que me alegraba verlo.

—No sé si me sorprende más tu pésima actuación para hacerme creer que te alegras de verme o lo que está haciendo este loco. —Miró a Wonka con algo de inquietud pero también atisbé un deje de curiosidad.

—Este tiene nombre y se llama Willy y no está loco —le defendí—. ¿Podrías decirme tú lo mismo, querido primo?

—Bueno, lo dudo. No me llamo Willy —me dijo con sarcasmo mientras se pasaba una mano por su cabello ondulado oscuro—. Lo cierto es que vengo del teatro y esta actuación está mejor hecha que la que vi. ¿Cómo lo hace?

—No es una actuación, es magia.

Zachary me miró como si la loca ahora fuera yo.

—No lo es, seguro que hay cables repartidos por aquí. Los mismos que son tan caros y difíciles de conseguir que... —hizo una pausa para llevarse las manos hacia su cabeza de manera melodramática—: ¡Oh, vaya, qué casualidad! Solo lo pueden usar los tres hombres más ricos de la ciudad y para mayor realismo, conservan en sus poses una sorpresa fingida. Lo que me hace pensar que verdaderamente aparte de ladrones, también son unos buenos actores. Y ese Willy tuyo parece que también.

Qué ganas tenía de cerrarle la boca con un gran puñetazo pero hice algo mejor.

Mucho mejor.

Más divertido.

Alocadamente divertido.

Pero, sobre todo, diabólico.

—Con permiso. —Atrapé entre mis manos un Hoverchocs del tarro de Willy y aproveché que Zachary seguía hablando para metérselo en la boca.

—¿Q-qué me has... dado, arpía? —preguntó con cierto desdén, rencor y temor.

Le dirigí una de mis mejores sonrisas cuando intentó escupirlo pero el bombón se deshizo y se lo tragó en forma de líquido. Parecía que tenía el poder de canalizar las intenciones de una persona y no dejaba que nadie escupiera su contenido.

—Ayudarte a creer en la magia.

Pitucos*: Dicho de una persona: De clase alta y presumido.

☃️🎄¡Espero que os haya gustado!🎄☃️

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