CAPÍTULO 8

▬▬( ❝ DE REGRESO A TI ❞ )▬▬

La joven bruja entró a la casa con el cabello atado en una coleta despeinada, Edward miró a su hermana con desaprobación pues últimamente pasaba más tiempo en otra parte que en casa, eso estaba bien, pero no hoy.

"Tenias que estar en el campo hace media hora", dijo el vampiro con la mandíbula tensa.

"¿Para?", respondió ella sin parecer preocupada mientras se dirigía a la cocina para tomar una botella de agua helada del congelador.

El vampiro la miró con reproche.

"La batalla".

"¿Yo tenía que ir?"

Edward le dedicó la peor de sus miradas antes de tomar la mochila de Bella con fuerza.

"Es decir, ¿Yo puedo ir?",  reformuló antes de darle un gran sorbo a su botella de agua. Edward resopló molesto y ella ríe. "Estás demente si piensas que yo iré hasta el punto más alto de la montaña a morirme de frío solo porqué tu no fuiste capaz de hacer algo bien", le respondió ella con sorna antes de comenzar a buscar algo más en la cocina para comer.

Edward sabía mejor que nadie, sabía que era una pésima idea reprochar a Sylvie por algo, molestarla o si quiera hablarle tan temprano. Incluso sus padres y hermanos le habían pedido que no la molestara, pues Sylvie era una persona un tanto volátil en estas situaciones y ella sería capaz de terminar con el problema de raíz. Asi que Edward solo se limitó a asentir con la cabeza y marcharse de la sala para dejar a la joven con sus atormentados pensamientos.

Sylvie era muy terca para admitir que la ausencia de Demetri estaba sacando lo peor de ella, lo odiaba tanto por eso y en aquella tina de agua se puso a pensar en lo lejano que se veía aquellos días en Europa y las flores que algun dia estuvieron llenas de vida, ahora solo yacían marchitas en una mesa en su habitación. Entonces el agua en la tina se enfrió y ella debía salir, no importaba lo mucho que la frialdad del agua le recordaba lo fría que en realidad era la piel de Demetri, pero por primera vez después de tantos meses aquella frialdad si la molesto de más.

[...]

Había algo que los Cullen no habían previsto, habían demasiados neófitos en el campo,  era una batalla digna de los libros de historia de la escuela, y sin embargo pese a todos sus esfuerzos eran superados en número. Algunos lobos y miembros del clan Cullen tenían a dos neófitos en sus espaldas atacandolos con todo lo que tenían,  pero cuando se veían atacados otro más aparecía a ayudarlos.

Vampiros y lobos se miraban los unos a otros esparcidos por el campo cuando la vieron llegar, Sylvie bajó de los aires justo en el medio del campo de batalla, todos pudieron escuchar el sonido de sus botas golpear el pasto al caer. La joven bruja quien era conocida por ser una de su clase en jamás tener compasión por el enemigo, alzó sus manos en el aire y los vampiros neófitos de Victoria se vieron obligados a elevarse mágicamente en el aire, aquellos que estaban siendo atacados en el suelo se pusieron de pie al ver como sus oponentes mágicamente los soltaban.

Sylvie no dijo nada, le dio un medio giro a sus propias muñecas y los cuellos de los vampiros fueron rotos en ese instante para después sus cuerpos caer al suelo con tal estrépito.

"Incendia...", murmuró la bruja y cada cuerpo fue incinerado.

" Eso fue dramático...", se burló Emmett con una divertida sonrisa en el rostro mientras miraba a su hermana.

" Por mucho que disfrute ver como unos vampiros bebés pateaban sus viejos traseros, elegí intervenir", espetó ella encogiéndose de hombros.

"¿No pudiste llegar antes?", preguntó Rosalie.

"No encontraba unas botas que me combinarán. No iba a venir con un outfit peor que el de Emmett", señaló la rubia cruzada de brazos, Emmett borró su sonrisa.

Alice reía pero en ese momento se detuvo, su mirada se perdió en un punto del claro en el que nadie más podía ver lo que ella.

"¿Qué ocurre?", preguntó Jasper llegando a su lado.

" Los Volturi".

Sylvie tuvo que morder su lengua para decir que ella pasaba a retirarse, pero sólo evadió la mirada de Rosalie y se dedicó a mirar en otra dirección, entonces vio un par de ojos rojos que llamaron su atención. Había una sobreviviente de aquel numeroso grupo de neófitos y por la mirada de Carlisle supo que ahora estaba con ellos.

" ¿No tienen ya suficientes hijos?", preguntó Sylvie cruzándose de brazos antes de ponerse lo más alejada posible de la vampiro.

Esme la reprendió, pero al resto de sus hermanos les resultó divertido así que solo rieron mientras Edward llegaba con Bella a su lado.

"¿Cuánto tiempo?", preguntó Edward.

"Unos minutos. Tal vez 10".

"La manada tiene que irse, los Volturi no honraran el tratado con ellos", les dijo Edward una vez más mirando a la manada dispersa en el claro. 

Sylvie nunca se imaginó que algo así pudiera pasar tan rápido, primero un neófito había salido de entre los arbustos y Leah no dudó en atacarlo, pero Leah quizás había estado tan desprevenida que olvidó por completo una de las reglas de supervivencia que Jasper les había dado. Entonces Jacob saltó para ayudarla, neófito y lobo rodaron en el pasto sin dejar de atacarse y el vampiro lo rodeo con sus brazos, Sylvie escuchó como los huesos de Jacob se rompían mientras que otros dos lobos corrían hacía el neófito para acabar con el.

Jacob volvió a su forma humana, gemía de dolor al tener los huesos rotos, Carlisle y Edward llegaron a su lado mientras que Bella corría desde el otro lado del campo para ir con él.

" Tiene la mitad del cuerpo fracturado", dijo Carlisle esta vez examinandolo.

"Bella..."

"Aqui estoy".

Entonces el resto de la manada de Sam apareció en su forma humana cuando Sylvie llegó detrás de su padre, la joven bruja tomó un pequeño frasco en su su bolso de viaje e hizo que Jacob lo bebiera.

"Jacob idiota! Yo ya lo tenía!"

" Si linda y de no ser por él entonces serías tu con la mitad del cuerpo fracturado", respondió Sylvie de mala gana mientras Carlisle comenzaba a trabajar.

"Tengo que inmovilizar sus huesos antes de que empiece a sanar", murmuró Carlisle tomando su brazo. "Ya empezó".

"Hay que sacarlo de aquí", murmuró Edward. "No ganaremos una batalla con los Volturi"

"Vamos a casa de Billy",  les dijo Sam, Carlisle asintió.

" Iré en cuanto pueda. Sylvie, ¿crees poder retrasar el proceso de sanación?"

"Te puedo dar suficiente tiempo", respondió la bruja asintiendo con la cabeza, Carlisle apretó gentilmente el brazo de su hija y se pusieron de pie para darle espacio a la manada para poder llevarlo.

El grupo de lobos lo rodeo y lo levantaron con sumo cuidado antes de desaparecer con los lobos por entre los árboles del bosque. Sylvie no miró atrás.

[...]

Sylvie y los lobos caminaban hasta la reserva en completo silencio, lo único que podían escuchar eran los gemidos de dolor de Jacob y sus pies rompiendo las hojas del suelo.

" Así que... ¿Eres una bruja?", preguntó Seth cuando el silencio se volvió demasiado para ellos, Sylvie ríe por la forma tan inocente y feliz en la que el más joven de los lobos habló.

"En todo el sentido de la palabra...", respondió Leah detrás de ella, Sylvie no pareció molesta y solo asintió con la cabeza.

"¿Y hay más como tu aquí en Forks?", preguntó Seth nuevamente.

"No, lo único sobrenatural además de mi son ustedes y mi familia", respondió mientras obligaba a un par de árboles a apartarse de su camino para que ellos no tuvieran que rodearlos.

" Creí que las brujas no tenían permitido fraternizar con los vampiros", señaló Quil sin poder contenerse, el resto de la manada lo miraron. "¿Qué? Papá me contaba historias".

"Algunas viejas brujas no lo ven correcto, pero no todas", señaló.

"¿Por?"

"Porque las brujas somos sirvientas de la naturaleza, un vampiro es una abominación y una amenaza a todo lo que las sirvientas de la naturaleza representamos", explicó ella.

Los lobos se quedaron en silencio un momento.

"Es obvio que tu no compartes esa opinión", señaló Paul desde atrás del grupo.

" No todos los vampiros son iguales. Hay una diferencia enorme entre mi familia y vampiros como los Volturi", señaló ella mirando el camino por el cual habían andado. " Mi familia como saben, se alimentan de animales para no herir a los humanos, los Volturi además de tener miembros poderosos, son más fuertes, agiles, jamás podrían perder una batalla. Mucho menos con los vampiros de mi familia, no si solo se alimentan de la sangre que los hace débiles. Al ser un vampiro más viejo, es más fuerte".

Explicó ella.

"Los lobos y las brujas llegaron mucho antes que ellos a la tierra, la historia dice que una bruj se rebeló contra su aquelarre y creo algo que haría que las brujas se molestaran tanto que condenaría su alma y la de su creación a una eternidad de miseria y soledad", dijo ella volviendo a andar. "Entonces el primer vampiro fue creado y con él la especie más peligrosa de la tierra. Se dice que las brujas acabaron con él, pero entonces él ya había creado a los suyos".

"Se esparcieron".

"Igual que una enfermedad".

[...]

Después de que Carlisle arreglara los huesos rotos de Jacob, Sylvie volvió a casa y se alejó lo más rápido que pudo para ir a su habitación.

Sólo pasaron unos cuantos segundos antes de que alguien llamara a su puerta, Alice había entrado con una sonrisa torcida hasta la cama en la que Sylvie estaba acostada.

"¿Sabes? Demetri estaba esperando verte en el claro...", dijo la duendecilla sentándose en el pie de la cama. "Se ve muy mal..."

Ella se quedó en silencio.

"Algo me dice que él en realidad no quería dejarte, ¿Quieres saber algo? Aún está buscando un pretexto para poder aparecer por la puerta".

Sylvie se incorporó en la cama.

"¿Sigue aquí?"

"Jamás se fue", respondió Alice con media sonrisa. "No sabe como pude acercarse sin que tu desaparezcas".

La joven bruja se quedó en silencio.

"Sigo molesta".

Alice ríe melodiosa asintiendo con la cabeza.

"Lo sabe".

Sylvie se puso de pie y avanzó hasta el balcón, por muchos días, incluso semanas imaginaba verlo en todas partes y ahora él estaba ahí, incluso el aire olía a su colonia, el viento parecía susurrar su nombre y el universo se veía necio al querer juntarlos una vez más.

[...]

Demetri no esperaba que Alice pudiera convencer a Sylvie de verlo, pero ahí estaba caminando hacía él. El vampiro sintió una mezcla de miedo y adrenalina correr por su cuerpo como una descarga eléctrica.

Incluso molesta se ve hermosa, en el pasado solo le gustaba hacerla enojar para poder ver su ceño fruncir y aquella pequeña marca que se marcaba en su piel cuando se molestaba con él.

"Hola preciosa", saludó él con una media sonrisa que Sylvie no quería creer que fuera de tristeza.

Había algo en su voz que la hacía sentir mariposas, le erizaba la piel y vaya como lo había extrañado.

"Alice dijo que querías hablar", respondió ella, con quizás más hostilidad de la que le gustaría haberlo hecho.

"Entiendo que estés molesta", comenzó él y ella cruzó los brazos. "Te prometo que de haber sido por mi jamas me habría marchado".

"No me molestó que te fueras Demetri. Lo fue la manera en la que lo hiciste", señala ella. "Un día solo desapareciste y ya".

Demetri asintió con la cabeza.

"Al estar contigo falté a mis obligaciones con los Volturi y eso no les gustó a los reyes", señaló él. "Cuando me dirigía a Francia, Félix, Jane y Alec me interceptaron en medio del camino. No podía decirles que no".

"¿No podías?"

"No, no podía", respondió él.

Pero Sylvie no entendía, de haber querido entonces él hubiera llegado a Francia con ella, los reyes sabían que sería horrible —para ellos, el hacerle daño a Demetri.

"Tengo obligaciones Sylvie. Obligaciones a las que falle por ti".

"Nadie te pidió que me siguieras", respondió ella.

"Quizás no debí haberlo hecho".

El semblante serio de Sylvie se borró por un solo instante, Demetri pudo verlo en sus ojos, fue un comentario imprudente, uno que ahora lo pagaría, pues Sylvie se dio la vuelta.

"Sylvie espera...", pidió él en una súplica apresurandose a tomar su mano, el sol estaba comenzando a salir.

"Tus amos te esperan Demetri. Tienes obligaciones que cumplir", respondió ella.

"Por favor no dramatices".

Y de un segundo a otro, el cuerpo de Demetri fue arrojado en un movimiento violento hacía un pino qué estaba frente a la casa de los Cullen. Sylvie comenzó a caminar a casa ignorando todas las cosas que Demetri decía para hacerla quedarse, no importaba las veces que Demetri gritara su nombre, ella no iba a darse la vuelta.

[...]

"Para ser honestos, le dijimos que no la hiciera enojar", señaló Emmett cuando vio el pino caer.

"Cállate que ahí viene", suplicó Jasper apretando el libro en sus manos.

Sylvie entró a la casa sin decir nada a nadie, últimamente era mejor dejarla sola o tener a Jasper cerca para calmarla un poco, Demetri no tardó en aparecer por la puerta, puerta que Sylvie no dudo en cerrar en su cara antes de subir las escaleras.

Todos estaban dispuestos a dejarlo ahí afuera, pero Esme sintió pena por él pobre vampiro que tuvo que dejarlo entrar cuando se quedó como cachorro afuera de la casa.

"Sólo necesita calmarse", le dijo Esme en un intento de ayudar. "Es demasiado orgullosa".

"Y llamándola dramática no ayuda"

"No la llamé dramática", se excusó el vampiro con el ceño fruncido. "Le dije que no dramatizara".

"Para las mujeres eso es lo mismo", señaló Emmett con burla, Rosalie a su lado lo miró mordaz con severidad. "¿Pero quien soy yo? Un idiota que solo habla porque tiene boca"

"¿Entonces que hago?", preguntó él mirando a los hombres de la familia Cullen.

"Pues para empezar no le preguntes a estos tontos", señaló Alice refiriéndose a los hombres de la familia los cuales se vieron ofendidos por su elección de palabras. "Sin ofender".

"Eso no lo hace menos ofensivo".

Alice llevó a Demetri a la sala donde también estaba Rosalie, Esme los siguió. Demetri encontraría la forma de reparar algo que Sylvie no parecía querer, pero ambos eran lo que él otro necesitaba, no importa cuanto Sylvie lo negara, ella amaba a Demetri y hacía mucho que había dejado de estar molesta.

Pero quizás había algo más que comprender, Sylvie no quería aferrarse nuevamente a Demetri, no sabiendo que él se podría marchar una vez más.

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